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martes, 2 de noviembre de 2010

Benedicto XVI reivindica el "deber" de la iglesia Católica de meterse en política

"Cuando la salvación de las almas lo exigieran, los pastores tienen el deber de emitir un juicio moral, aún en materias políticas", aseguraEl papa Benedicto XVI ha reivindicado el "deber" de los obispos de meterse en el debate político cuando los derechos fundamentales de la persona lo exijan, entre los que citó la defensa de la vida en todas sus etapas.

El Pontífice hizo estas manifestaciones ante un grupo de obispos brasileños, de la Región Nordeste, que se encuentran en el Vaticano para la visita "ad limina apostolorum", la que están obligados a realizar el Papa cada cinco años todos los obispos de mundo.

Benedicto XVI dijo que el deber inmediato de trabajar por un orden social justo es propio de los fieles laicos y que el de los obispos es contribuir para la purificación de la razón "y despertar las fuerzas morales necesarias para la construcción de una sociedad justa y fraterna".

"Sin embargo, cuando los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas lo exigieran, los pastores tienen el grave deber de emitir un juicio moral, aún en materias políticas", subrayó.

El Papa Ratzinger agregó que los obispos deben rechazar cualquier acción que vaya contra la dignidad de la persona y agregó que sería totalmente "falsa e ilusoria cualquier defensa de los derechos humanos políticos, económicos y sociales que no comprendiese la enérgica defensa del derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural".



Fuente: Publico.es / "El Papa reinvidica el "deber" de la Iglesia de meterse en política"


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domingo, 14 de septiembre de 2008

MAS ESTADOUNIDENSES CUESTIONAN EL PAPEL DE LA RELIGION EN LA POLITICA

Algunos estadounidenses están teniendo un cambio de opinión respecto a mezclar la religión y la política. Un nuevo estudio encuentra una estrecha mayoría de la opinión pública dice que las iglesias y otros lugares de alabanza deberían mantenerse fuera de cuestiones políticas y no expresar sus puntos de vista sobre materias sociales y cuestiones políticas. Durante un década, una gran mayoría de los estadounidenses han expresado la necesidad de apoyo a las instituciones religiosas.

La nueva encuesta nacional por el Pew Research Center revela que la mayoría que han reconsiderado la conveniencia de la participación religiosa en la política son conservadores. Hace cuatro años, sólo 30% de los conservadores creían que las iglesias y otros cultos deberían mantenerse fuera de la política. Hoy en día, el 50% de los conservadores expresan esta opinión.

Como resultado, el punto de vista de los conservadores sobre esta cuestión están mucho más en consonancia con las opiniones de los moderados y liberales de lo que ocurría anteriormente. Del mismo modo, las profundas divisiones entre los republicanos y los demócratas que existía anteriormente sobre esta cuestión han desaparecido.

Hay otras señales en la nueva encuesta acerca de un posible cambio en el clima de opinión acerca de mezclar la religión y la política. En primer lugar, la encuesta encuentra un pequeño pero significativo aumento desde 2004 en el porcentaje de los que respondieron dijeron que ellos se siente incómodos cuando oyen hablar a los políticos acerca de cómo son religiosos - del 40% al 46%. Una vez más, el aumento de sentimiento negativo sobre la religión y la política es mucho más evidente entre los republicanos que entre los demócratas.

En segundo lugar, mientras que el Partido Republicano es más a menudo visto como el partido mas amistoso hacia la religión, el Partido Democrático ha hecho avances en este ámbito. Casi cuatro de cada diez (38%) ahora dicen que el Partido Demócrata es en general amigable hacia la religión, frente a sólo el 26% hace dos años. No obstante, considerablemente más personas (52%) siguen para ver el GOP (Grand Old Party o el Partido Republicano) como amigable hacia la religión.

La encuesta de Pew Research Center for the People & the Press (Centro de Investigaciones Pew, para la Gente y la Prensa y el Foro Pew sobre Religión y la Vida Pública ) constata un creciente número de estadounidenses creen que los grupos ideológicos religiosamente definidos tienen demasiado control sobre su propio partido. Casi la mitad (48%) dicen que conservadores religiosos tienen demasiada influencia sobre el Partido Republicano, frente a un 43% en agosto de 2007. Al mismo tiempo, un mayor número de personas que dicen los liberales que no son religiosos tienen demasiada influencia sobre los demócratas comparado con lo que lo hicieron el año pasado (43% hoy vs 37% entonces)...

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martes, 25 de diciembre de 2007

TONY BLAIR CONVERTIDO AL CATOLICISMO

  • Blair ha abandonado el anglicanismo, paso que era un secreto a voces.
  • "Durante un largo tiempo ha asistido de forma regular a misa con su familia", cuenta un cardenal.
  • La Ley de Emancipación religiosa, de 1829, impide a un miembro de esa religión ser primer ministro.

El ex primer ministro británico Tony Blair, actual enviado especial del Cuarteto de Madrid para Oriente Medio, se ha convertido al catolicismo, ha confirmado su portavoz oficial.

Blair abandonó el anglicanismo y recibió la bienvenida al catolicismo, la misma fe que profesa su esposa, Cherie, del propio primado católico de Inglaterra y Gales, el cardenal Cormac Murphy-O'Connor, en un servicio religioso celebrado anoche en la capilla de la Casa del Arzobispo en Westminster, en el centro de Londres.

"Estoy muy contento de dar la bienvenida a Tony Blair dentro de la Iglesia Católica. Durante un largo tiempo ha asistido de forma regular a misa con su familia y en los últimos meses ha estado siguiendo un programa de formación" para prepararse para este momento, señaló en un comunicado el cardenal Murphy-O'Connor.

Visita al Vaticano

La prensa británica había conjeturado desde hace meses con la posibilidad de que el ex primer ministro, que estuvo al frente del Gobierno de Londres durante más de diez años , cambiara de religión una vez que dejara el poder.

Blair, que fue sustituido como primer ministro por Gordon Brown el 27 de junio pasado, fue recibido sólo unos días antes en audiencia por el papa Benedicto XVI entre rumores acerca de su posible conversión al catolicismo. La prensa británica veía esta una oportunidad perfecta parra hacer ese anuncio histórico, pero fue disuadido por el primado católico de Inglaterra y Gales, que lo acompañó en ese viaje.

El cardenal, de acuerdo a una información publicada en noviembre pasado por el dominical The Sunday Telegraph, explicó a Blair que sería poco sensato e inapropiado aprovechar una ocasión de tanta visibilidad internacional para anunciar algo tan privado y le recomendó que esperara hasta dejar el poder.

El deseo de Blair de convertirse a la fe católica ha sido un secreto a voces durante años.

Si no ocurrió durante sus diez años en el número 10 de Downing Street fue, según la prensa británica, porque habría resultado polémico ya que, en interpretación de algunos expertos, la Ley de Emancipación (religiosa) de 1829, que dio plenos derechos civiles a los católicos, impide a un miembro de esa religión ser primer ministro.

También habría creado un conflicto desde el punto de vista de la Iglesia Anglicana ya que el primer ministro es quien elige a los obispos de esta confesión.

Fuente: 20minutos.es

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viernes, 14 de diciembre de 2007

GUERRA SANTA ENTRE REPUBLICANOS

La irrupción de Huckabee en la campaña hace del cristianismo un arma política.


La audiencia presente esta semana en el discurso de Mike Huckabee en un pequeño salón del campus de la universidad de Iowa en Newton no era muy diferente a la de cualquier acto de cualquier candidato en otras ciudades de Iowa: apenas medio centenar de personas, en su mayoría por encima de los 50 años, mujeres arregladas de forma espartana y hombres de camisa a cuadros y parka. Lo que hacía esta ocasión diferentes a las anteriores era la masiva presencia de cámaras de televisión, incluida una de una cadena escandinava, y reporteros de los principales medios, algunos de ellos extranjeros.

Todos querían ver de cerca al gran fenómeno del momento, al hombre que en dos semanas ha pasado de ser un desconocido a encabezar la última encuesta del The Des Moines Register, por delante de Mitt Romney y a colocarse en segundo lugar a nivel nacional, nueve puntos por detrás de Rudy Giuliani, en la encuesta publicada esta semana por USA Today y Gallup.

No es difícil de explicar este llamativo ascenso en Iowa, donde una mayoría republicana muy influida por el conservadurismo religioso ha decidido escuchar la voz de un lúcido reverendo protestante como Huckabee como alternativa a la sospechosa prédica de la otra acera de la fe, la del mormón Romney.

Pero, como decía el propio Huckabee en el acto en Newton, "el mundo entero está observando lo que pasa en Iowa". Lo que pasa aquí no es sólo un acontecimiento local, y fuera de aquí es más difícil de entender quién es Huckabee y cuáles son sus verdaderas posibilidades de ser presidente.

Para resolver esta última duda es imprescindible esperar a ver lo que pasa el 3 de enero en el caucus de Iowa. Si no consigue la victoria, es probable que su estela se difumine pronto, puesto que su fama fuera de aquí es menor y sus recursos para competir en estados más grandes y distantes son escasos. Pero si Huckabee ganase aquí, cualquier cosa podría ocurrir.

Mike Huckabee es un pastor evangélico que satisface perfectamente las rígidas exigencias en cuanto a moral que las bases republicanas imponen en estos tiempos. Pero Huckabee es también un político experimentado -fue gobernador de Arkansas- que rompe bastante el molde neocon que ha dominado en Washington en los últimos años y recupera una tradición conservadora más aislacionista y prudente en política exterior.

Huckabee alertó el martes a los posibles votantes de Newton que "no hay que engañarse sobre las verdaderas intenciones de los yihadistas islamistas, destruir a Estados Unidos" y prometió, para hacerle frente, "un Ejército fuerte con el que nadie se atreva a meterse". "Fuerte", añadió, "pero inteligente, que sólo intervenga donde sea necesario y cuando sea necesario". Garantizó que será "tan respetuoso con la soberanía de los demás países como queremos que sean con la nuestra".

Llamó la atención sobre el hecho de que "Estados Unidos está financiando ambos lados de la guerra contra el terrorismo". "Estamos dando dinero también", explicó, "a los saudíes que pagan a las madrasas de donde salen los yihadistas que nos atacan". Esto acabará, según él, "cuando dejemos de ser esclavos del petróleo de Oriente Próximo y creemos nuestras propias fuentes de energía".

Huckabee garantizó también mano firme contra la inmigración ilegal y contra el crimen, una política de "impuestos justos" y alguna que otra novedad en el terreno de la sanidad o la enseñanza, como convertir el arte en asignatura obligatoria.

La gente que lo escuchaba lo identificaba como "un buen tipo". Tiene un lenguaje sencillo y transmite una sensación de confianza. Es un buen orador y un buen candidato.

Pero no es por sus propuestas sobre política exterior ni por ser "un buen tipo" o un buen orador por lo que ha ascendido tan bruscamente en las encuestas. De lo que se trata aquí en este momento de la campaña es de una auténtica guerra santa, los votantes republicanos -al menos hoy, quizá sea distinto más adelante en otros estados- están premiando al reverendo Huckabee frente a un mormón, por muy conservador que sea, o frente a un neoyorquino que admite el aborto y que se ha casado tres veces.

Esto está claro para Giuliani, que ha renunciado incluso a dar la batalla en Iowa. Y también parece haber quedado claro para Mitt Romney, que ayer se precipitó a pronunciar un discurso en un lugar tan respetable como la Biblioteca George H. W. Bush, para explicar su fe y defender, como hizo el católico John Kennedy, el derecho de un no protestante a ser presidente de EE UU.

"La libertad requiere de la religión como la religión requiere libertad", dijo Romney. "Si tengo la fortuna de ser presidente, no serviré a ninguna religión, a ningún grupo, a ninguna causa, a ningún interés. Ningún candidato debería ser el portavoz de su fe".

Todas las explicaciones serán insuficientes para vencer el fanatismo de la derecha cristiana, que considera a los mormones, seguidores de la Iglesia de Cristo de los Santos de los Últimos Días, como auténticos herejes. Aunque no siguen los preceptos de la Biblia sino los del Libro de los Mormones, éstos se consideran a sí mismo cristianos y, con la excepción del derecho a la poligamia -que ya no se cumple-, son famosos por la rectitud de su moral y por el tradicionalismo de sus costumbres. El propio Romney, que llegó a ser en la Iglesia mormona el equivalente a un obispo católico, presume de familia numerosa y de devoción a Dios.

"En realidad", afirma el columnista Richard Cohen, "Romney y Huckabee piensan lo mismo sobre los principales temas relacionados con la moral, el aborto, las células madre, el control de armas. Se distinguen sólo en sus creencias religiosas, que es precisamente lo que se supone que no debe de tener importancia en este país".

Pero Huckabee sabe que ahora y en su partido sí que tiene importancia y está dispuesto a explotar esa diferencia presentándose a sí mismo como "el candidato cristiano". Frente al millonario mormón, Huckabee detalló en Newton el perfil de un verdadero y humilde cristiano, el hijo de un modesto granjero "que sólo tuvo un verdadero lema en su vida, el trabajo duro". "Creo en el matrimonio de por vida entre un hombre y una mujer, creo en la familia como unidad básica, Dios creó a la familia antes que al Gobierno o a cualquier otra institución, y creo, sobre todo, en la vida con todos sus derechos desde el mismo momento de la concepción". Se olvidó de decir que también cree en el creacionismo. "Creo que Dios creó los cielos y la Tierra", dijo recientemente.

El irresistible ascenso de Huckabee puede verse frenado si llega a extenderse la noticia de que, en su tiempo de gobernador, el hoy candidato permitió la liberación, en contra de varias recomendaciones, de un preso por violación que volvió a cometer un crimen tras su puesta en libertad. Algo así arruinó la carrera de Michael Dukakis.

El asunto está todavía contenido, pero alguien entre el público en Newton preguntó a Huckabee si era cierto el rumor de que tenía buena relación con su paisano Bill Clinton, que fue gobernador de Arkansas antes que él. No puede haber peor acusación para un candidato republicano en esta campaña electoral. Huckabee se precipitó a negarlo: "Muy al contrario, soy el único candidato que se ha enfrentado a la maquinaria de los Clinton y que la ha derrotado".

Clinton es el nombre del diablo en esta Guerra Santa republicana. El pegamento que une todos los bandos.

Fuente: ANTONIO CAÑO desde Newton (Iowa) para ElPais.com
Fotografia: John Gapps / EFE Mike Huckabee, en primer plano, y Mitt Romney, durante el debate de pre-candidatos republicanos a la presidencia estadounidense.

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