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lunes, 22 de agosto de 2011

La gran cruzada

Bachmann, Perry y Romney, los tres principales aspirantes a dar la batalla contra el presidente Obama en las elecciones de 2012, ven la política bajo el prisma de su fundamentalismo cristiano A poco más de un año de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la religión se ha convertido en un factor decisivo entre los candidatos republicanos. El presidente Barack Obama, que se presenta a la reelección en noviembre de 2012, atraviesa uno de sus momentos más bajos en las encuestas de popularidad. Este hecho, junto con la lentitud de la recuperación económica, ha dado alas a todo tipo de candidatos republicanos. En junio comenzó el aluvión de candidaturas conservadoras. Entre ellas, hay protestantes de las ramas baptista, luterana, metodista y evangélica; hay católicos, y hay mormones. Aún hay espacio para más. El 1 de noviembre vence el plazo para registrarse a las primarias en Carolina del Sur, que son las primeras que cierran la inscripción. Hasta ese día se pueden presentar políticos que aún no han descartado aspirar a la nominación, como la ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin, asociada en el pasado a la fe pentecostal. Las primarias arrancarán formalmente con los caucus de Iowa, que están programados en principio para el 6 de febrero.

Si en las elecciones nacionales los candidatos apelan a los electores moderados e independientes, en las primarias deben ganarse al núcleo duro de votantes de su partido. Por eso, el campo republicano es, ahora mismo, un rosario de credos cristianos extremos. Y el integrismo cristiano está presenta con notable fuerza en los tres aspirantes mejor posicionados para ser los rivales de Obama en la carrera por la Casa Blanca: la congresista Michele Bachmann, evangélica luterana que ha convertido los escaños que ha ocupado en altares desde los que combate el matrimonio gay; el gobernador de Tejas, Rick Perry, abiertamente contrario a la separación entre Iglesia y Estado; y el exgobernador de Massachusetts, Mitt Romney, algo más moderado, pero que crea recelos entre los votantes protestantes porque es mormón.

Esos candidatos cortejan al movimiento ultraconservador Tea Party, que ya mostró su fuerza en 2010, al colocar a numerosos representantes suyos en las primarias legislativas y devolverle al Partido Republicano la mayoría en una de las dos cámaras del Congreso. Su fuerza ha ido creciendo desde entonces. Hace solo dos semanas estuvo a punto de dejar a EE UU al borde del impago de deudas por su negativa a aumentar el techo de endeudamiento público, en contra del criterio de los líderes moderados republicanos.

El Tea Party, que es la llave de las primarias, nació en 2009 como un revulsivo contra el creciente poder del Gobierno central. Defiende medidas drásticas, como el recorte de los programas de ayuda social y la eliminación de los impuestos. Pero recientes estudios demuestran que no todo en su ideario es política fiscal. En concreto, los profesores Robert Putnam, de la Universidad de Harvard, y David Campbell, de la de Notre Dame, concluyeron en una investigación de cinco años entre 3.000 votantes que, aparte de ser un movimiento con tintes xenófobos, está centrado en colocar a líderes altamente religiosos en el Gobierno. Quiere el Tea Party que la fe sea política y que el Gobierno sea, también, de Dios.

Los eventos más recientes en la precampaña -unas elecciones orientativas en Iowa y diversos mítines en otros Estados donde arrancarán las primarias, como Nueva Hampshire- han concedido a Bachmann, Perry y Romney una ventaja en las encuestas sobre todos los demás. Pero, ¿quiénes son estos tres candidatos y qué defienden? La congresista Bachmann ganó, el pasado día 13, unas primarias en la localidad de Ames, en Iowa. No fueron unos comicios vinculantes. Solo votaron 16.892 personas, de las que 4.832 optaron por ella. Bachmann no obtuvo delegados de cara a las primarias. Solo popularidad electoral y ser incluida en el selecto club de los favoritos republicanos. A sus 55 años, ha trabajado como legisladora desde 2001, primero en Minnesota y los últimos cuatro años en el Capitolio federal. En Washington, ha propuesto siete leyes. Ninguna ha sido aprobada. ¿Qué ha hecho Bachmann en 10 años de vida política? Activismo cristiano. Sobre todo, ha declarado una guerra cultural a lo que llama "estilo de vida homosexual".

En 2004, dijo en un programa de radio de Minnesota: "Será el asunto de mayor importancia para nuestra nación en las próximas tres décadas". Fue toda una declaración de intenciones. En aquella época andaba Bachmann intentando aprobar una enmienda a la Carta Magna de Minnesota para declarar inconstitucional el matrimonio gay. El problema es que en aquel Estado ya había una ley que lo prohibía. Pero ella no quería que fuera solo ilegal. Debía ser, además, inconstitucional. El Senado votó en contra de su propuesta.

Ya desde entonces, Bachmann dejó claro que haría lo que estuviera en su mano para impedir que el matrimonio gay avanzara en el país. Tenía una referencia en casa. Su hermanastra es lesbiana. En un discurso en 2004, refiriéndose a ella, Bachmann dijo: "Es una vida muy triste". En julio de este año, firmó un contrato con los votantes, redactado por la organización conservadora The Family Leader, en que, entre otras cosas, se compromete a luchar contra la promiscuidad; a erradicar la pornografía, y a aprobar una enmienda constitucional nacional que defina el matrimonio como una unión heterosexual.

Esa enmienda no es nueva. Ya la apoyó George W. Bush en 2004, infructuosamente. La diferencia entre Bush y Bachmann es que el expresidente se oponía única y exclusivamente al matrimonio gay. Bachmann, en cambio, dada su afiliación religiosa, está convencida de que los homosexuales son cosa del diablo. No es una metáfora. Es algo en lo que cree firmemente. En el mismo discurso de 2004, dijo de la homosexualidad: "Forma parte de Satán".

La candidata es protestante, luterana y evangélica. Se convirtió en una cristiana renacida en 1972. Desde entonces ha asumido la labor de predicar el Evangelio. Asegura que recibe órdenes directas de Dios, quien le dijo que se casara con su marido, Marcus Bachmann, en 1978. Ambos han acudido, hasta hace muy poco, a la parroquia evangélica luterana de Salem, en Stillwater, Minnesota. De la que dejó de ser feligresa, oficialmente, en junio, pocos días antes de anunciar su candidatura a las primarias republicanas.

Esa Iglesia, a la que Bachmann ha acudido durante décadas, está adscrita al sínodo evangélico luterano de Wisconsin, una congregación de 390.000 personas. Aunque en EE UU hay unos 80 millones de evangélicos, estos pertenecen a una rama especialmente conservadora. Los tres pilares centrales de su fe son la oposición al aborto; la idea de que la homosexualidad es un estilo de vida patológico, y una extraña convicción de que el Papa de Roma es el Anticristo.

Cinco siglos después de que las escribiera, siguen interpretando al pie de la letra las diatribas de Martin Lutero contra el papado. Como es lógico, esa creencia ha creado numerosas tensiones entre los evangélicos luteranos de Wisconsin y los 70 millones de católicos que viven en EE UU. Bachmann, que aspira a ser jefa de Estado y que, en caso de lograrlo, tendría que ocuparse de las relaciones de Washington con el Vaticano, pasa por este problema de puntillas, y dice que, aunque es doctrina de la que antes era su Iglesia, ella no cree que Benedicto XVI sea el demonio en sentido literal.

Sigue intacta, sin embargo, su convicción de que los gais sí lo son. El sínodo al que pertenecía su Iglesia equipara en su página web a los homosexuales con "ladrones, estafadores, asesinos, calumniadores, borrachos y violadores de la voluntad de dios" y pide a los políticos que "aprueben leyes en su contra". Ser gay, asegura, "es una elección", algo que se puede curar. En consecuencia, el marido de Bachmann se dedica a ello en su clínica de Minnesota.

Marcus Bachmann, licenciado en psicología clínica, cura a gais en su consulta. Y lo hace mediante la oración. A pesar de la oposición de su esposa a los programas sociales del Gobierno, desde que abrió la clínica ha recibido unos 100.000 euros de subsidios del Gobierno. En una grabación de un programa de radio de 2010 se le oye decir al psicólogo que los homosexuales son "bárbaros".

Menos beligerante contra los gais, pero igual de firme en sus convicciones religiosas, es el gobernador de Tejas, Rick Perry, de 61 años, firme creyente en un Estado confesional. Sostiene el candidato que esa división es obra de un Tribunal Supremo que está totalmente politizado y que es un instrumento a manos de una gran conspiración socialdemócrata.

Así lo detalla en su libro, publicado a finales del año pasado, Fed up! (¡Harto!): "Son esos tribunales los que deciden, de forma rutinaria, sin ninguna opción de apelación, cuándo y dónde podemos rezarle a Dios, cuándo comienza la vida humana, qué anticonceptivos se pueden vender, cómo podemos celebrar festividades religiosas, qué nivel de pornografía y vulgaridad debemos permitir, si se puede aceptar el matrimonio de personas del mismo sexo...".

Perry anunció su candidatura el pasado día 13, el mismo día en que Bachmann ganó las primarias de precampaña de Iowa. La primera encuesta tras su entrada en el campo electoral, realizada por la consultora Rasmussen Reports, le concede al gobernador una ventaja de 11 puntos sobre los demás candidatos. Obtiene una intención de voto del 29%.

El evangelismo de Perry es en realidad una forma de activismo cristiano contra el secularismo. En 2005 defendió en el Supremo su voluntad firme de que los diez mandamientos se exhibieran en dos tablas frente al Capitolio de Austin. Ganó aquel caso por una ajustada mayoría de cinco votos contra cuatro. El poder político es para Perry una forma de hacer proselitismo religioso. Su despacho de gobernador ha sido un púlpito. Como gobernador, organizó el pasado 6 de agosto una jornada de rezo en un estadio de Houston. A ella acudieron 30.000 personas. El sermón del gobernador se retransmitió en directo en unas 1.000 iglesias. Fue una súplica a Dios para que acabe con la crisis económica (
siguiente foto).

Perry ha sido un experto, en sus 10 años como gobernador, en ignorar directamente a los 155.000 mormones, 128.000 judíos y 114.000 musulmanes de su Estado (son cifras de 2006 de la Asociación Histórica del Estado de Tejas). En abril, cuando Tejas sufría una de las peores sequías que se recuerdan, decretó dos días de "rezos oficiales" para pedir la lluvia. Como evangélico, Perry es antiabortista. No solo se opone al matrimonio gay. En 2002 defendió como "adecuada" una ley que penalizaba cualquier acto de sodomía en Tejas. El Supremo la ilegalizó al año siguiente. En su libro insinúa que, si no se pone límite a la homosexualidad, esta puede abrir el camino al "incesto, la prostitución o el robo". Y sus ideas sobre el cambio climático van más allá del terreno seudocientífico: asegura que Al Gore esconde datos sobre "el enfriamiento mundial".

Los credos de Bachmann y Perry dejan al tercer candidato, el mejor colocado a tenor de las encuestas, como un moderado. Se trata de Mitt Romney, de 64 años, que es mormón. Y no es el único seguidor de la llamada Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que se presenta. Jon Huntsman, de 51 años, exgobernador de Utah y exembajador de Obama en China, también lo es. Hasta hace solo unos años, la idea de un mormón en la Casa Blanca era imposible. En la actualidad, a muchos electores, se lo sigue pareciendo.

Según un sondeo de junio de la Universidad de Quinnipiac, de 2.000 personas encuestadas, solo un 35% se encontraría a gusto con un presidente mormón. Porcentaje no muy alejado del que arrojan los que aceptarían un presidente ateo (24%) o musulmán (21%). La mitad de los 14 millones de mormones que hay en el mundo reside en EE UU.

"Los ciudadanos norteamericanos, sobre todo los demócratas, tienen más dudas sobre un mormón en la Casa Blanca que sobre seguidores de otras religiones", asegura Peter Brown, director adjunto del instituto de opinión de Quinnipiac. "El que menos de la mitad del electorado tenga una visión favorable de esta religión será un problema político para los gobernadores Mitt Romney y Jon Hunstman".

Los evangélicos han recelado tradicionalmente de los mormones, a los que consideran una secta. Aun así, ellos se definen como cristianos. Una de las mayores eminencias en historia del cristianismo, el profesor de la Universidad de Oxford Diarmaid MacCulloch, la ha denominado "religión de frontera", porque creció en el siglo XIX en América, en el marco de la conquista del Oeste.

Su fundador fue el llamado profeta Joseph Smith, que dijo haber recibido la visita de un ángel que le entregó unas tablas de oro escritas en lo que llamó "egipcio reformado". Smith tradujo estas placas y el resultado fue el Libro de Mormón, publicado en 1830, donde se detalla cómo una tribu de Israel surcó el Atlántico y encontró en América la tierra prometida en el siglo VI antes de Cristo. Sobre los mormones, que en los inicios defendieron la poligamia, pesa una cierta fama de racismo. "Pero otras Iglesias tienen también una historia muy desigual en lo que respecta al racismo", asegura Scott Gordon, presidente de la organización FAIR, radicada en Utah y dedicada a la defensa doctrinal del mormonismo. "Debería reconocerse que en EE UU la mayoría de Iglesias no permitían a los negros tomar parte en las misas o sentarse en los mismos templos que los blancos".

Los mormones han hecho de la obediencia una virtud. De ahí la pregunta que suscita la candidatura de Romney a la Casa Blanca: ¿Un gobernante mormón debe prestar obediencia ciega a la jerarquía de su Iglesia? "Los políticos electos que pertenecen a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días toman sus propias decisiones y no tienen por qué estar de acuerdo ni entre ellos ni con las posturas oficiales de la Iglesia", asegura Gordon, el presidente de FAIR. Es como preguntarse si John F. Kennedy, que era católico, debía obediencia al Papa de Roma cuando fue elegido presidente en 1961.

Mitt Romney es además, el más moderado de la terna de candidatos que van en cabeza. Al fin y al cabo, gobernó Massachusetts, uno de los Estados más progresistas del país, entre 2003 y 2007. Allí aprobó cobertura sanitaria universal para todos los ciudadanos y mantuvo una estricta separación entre su fe y su gestión. Y eso es algo que no se puede decir de Bachmann ni de Perry. -


• Rick Perry

Sucesor de George W. Bush en el Gobierno de Tejas desde 2001, ha ganado tres elecciones seguidas. Es célebre por considerar a su antecesor en el cargo como demasiado progresista en asuntos fiscales. Metodista y evangélico, se opone firmemente a separar al Estado de sus creencias religiosas. Desde el Gobierno de Tejas ha decretado días oficiales de rezo y ha convocado multitudinarios actos de oración. Entre sus mayores logros, él mismo cuenta una victoria ante el Tribunal Supremo, que en 2005 le permitió seguir exhibiendo los 10 mandamientos cristianos en dos tablas de mármol frente al Capitolio de Austin. En un libro de 2010 acusa al Supremo de ser un instrumento para imponer valores políticos seculares en la vida norteamericana.

• Mitt Romney

Se presenta por segunda vez a las primarias y desde junio ha sido el mejor colocado en las encuestas. Gestionó los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City en 2002 y fue gobernador de Massachusetts entre 2003 y 2007. Evita hablar públicamente de su fe, el mormonismo. El fundador de esa religión, el profeta Joseph Smith, murió acribillado en 1844 después de haber presentado su candidatura a la presidencia del país. Desde entonces, las sospechas por la discriminación contra los negros y por la práctica -ya superada- de la poligamia han dificultado el acceso de un mormón a la Casa Blanca. Según recientes encuestas, solo un 35% de los estadounidenses se sentiría a gusto con un presidente mormón, una cifra cercana a la que registran los musulmanes.

• Michele Bachmann

Congresista desde 2001, primero en Minnesota y desde hace cuatro años en la Cámara de Representantes federal. Lanzó su campaña electoral en junio, días después de abandonar formalmente su parroquia, la Iglesia Evangélica Luterana de Salem. Considera que el matrimonio gay "es un asunto de gran importancia para el país" y que definirá la política de las próximas décadas. Educada como luterana, en su parroquia se enseña doctrinalmente que el Papa es la encarnación del Anticristo, algo que les ha granjeado el recelo de los 70 millones de católicos de EE UU. La candidata se ha distanciado recientemente de esa afirmación. Su marido, el doctor Marcus Bachmann, regenta una clínica psicológica en la que dice curar a homosexuales mediante la oración.




Fuente: ElPais.com
Autor: David Alandete





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miércoles, 6 de octubre de 2010

Ateos y agnósticos, los que más saben de religión en EEUU

Los estadounidenses se consideran uno de los pueblos más religiosos del planeta pero una encuesta divulgada hoy indica que los ateos y los agnósticos se cuentan entre quienes más saben sobre credos.El Foro Pew sobre Religión y Vida Pública (Pew Forum on Religion / Public Life) hizo su encuesta en junio entre 3.412 adultos con 32 preguntas y, en promedio, los participantes fueron capaces de responder la mitad del cuestionario.

Los ateos y agnósticos tuvieron un promedio de 20,9 respuestas correctas y de cerca les siguieron los judíos, con un promedio de 20,5 y los mormones con un promedio de 20,3 respuestas acertadas.

Los protesantes en conjunto mostraron un promedio de 16 respuestas correctas y los católicos uno de 14,7, señaló el informe.

Entre los católicos blancos, el promedio de respuestas correctas estuvo a la par del general, con 16 aciertos, y entre los católicos hispanos el promedio bajó a 11,6 respuestas correctas.

Diferencias parecidas hubo entre los protestantes blancos, con 15,9 aciertos y los protestantes negros con un promedio de 13,4 respuestas correctas.

La encuesta muestra otros detalles: los cristianos del Sur de EE.UU., que son los más apegados a la Biblia, son los que menos la conocen; quienes creen que la biblia es la palabra literal de Dios tuvieron peor promedio de respuestas que quienes no creen que la Biblia sea la palabra de Dios literalmente.

De once preguntas sobre otros credos religiosos en el resto del mundo el promedio de respuetas acercadas fue de cinco. Pero en esta categoría el promedio de acierto entre los judíos fue de 7,9 y entre los ateos y agnósticos de 7,5.

Asimismo los ateos, con 2,8 respuestas acertadas, y los judíos con un promedio de 2,7 fueron los que mostraron más conocimiento cuando se les presentaron cuatro preguntas sobre la religión en la vida pública y qué dice la Constitución de EE.UU. sobre el asunto.

La encuesta encontró que más del 45 por ciento de los católicos en EE.UU. no sabe que, según la doctrina de su iglesia, el pan y el vino que se usan en la comunión no simbolizan, sino que se convierten en, el cuerpo y la sangre de Jesús.

El 53 por ciento de los protestantes no identifica correctamente a Martín Lutero como el individuo cuyos escritos y acciones inspiraron la Reforma Protestante.

El 43 por ciento de los judíos no sabe que Maimónides, uno de los rabinos más venerados de la historia, fue judío, según el informe de Pew.

El 37 por ciento de los encuestados dijo que leía la Biblia u otras escrituras sagradas al menos una vez por semana. Pero el 48 por ciento de los estadounidenses afiliados a algún credo religioso indicó que "rara vez" o "nunca" leen otros libros religiosos aparte de la Biblia.*


Los hispanos conocen poco de su religión y de otras

Los hispanos, especialmente los católicos, son el grupo con menos información sobre su propia religión y sobre otras religiones, según una encuesta nacional dada a conocer hoy.

El sondeo, difundido por el Foro Pew de Religión y Vida Pública, una organización con sede en Washington DC, afirma que de las 32 categorías analizadas por la encuesta, ateos, mormones y judíos respondieron correctamente a la mitad de esas preguntas, mientras que los hispanos sólo tuvieron respuestas acertadas en uno de cada tres casos.

Cuando las preguntas fueron sobre cristianismo, los hispanos nuevamente respondieron correctamente sólo a la tercera parte de las preguntas, comparado con más de la mitad de respuestas acertadas entre evangélicos blancos y mormones.

Y en cuanto a la presencia de religión en la vida pública de Estados Unidos, los hispanos conocían menos de la mitad de las repuestas, comparado con casi un 75 por ciento de respuestas correctas de judíos y de ateos.

La encuesta se realizó entre mayo y junio pasado, en inglés y en español, entre 3.412 personas mayores de 18 años de todo el país, explicó Greg Smith, investigador del Foro Pew.

Smith aclaró que el desconocimiento de información básica sobre religión no se limita sólo a los hispanos.

Por ejemplo, un 45 por ciento de los católicos de Estados Unidos desconoce que la Iglesia Católica enseña que durante la comunión el pan y el vino se transforman en la sangre y el cuerpo de Cristo.

Y más de la mitad (53 por ciento) de los protestantes no sabe que Martín Lutero fue quien inició la reforma protestante a principios del siglo XVI.

Sin importar la creencia religiosa, menos de la mitad de los encuestados sabe que el Dalai Lama es budista, que Vishnu es una deidad del hinduismo y que Indonesia es un país musulmán (de hecho, el país con la mayor población musulmana en el mundo).

Según Smith, existen varios factores para determinar cuánto sabe una persona sobre sus propias creencias y las creencias de otros.

El factor más importante, dijo, es la educación formal que esa persona ha recibido. Por eso, no es sorprendente que los encuestados con estudios universitarios sepan más de religión que quienes no terminaron la escuela secundaria.

Pero uno de los hallazgos de la encuesta es que quienes asistieron a una escuela religiosa primaria o secundaria no conocen más de religión que quienes estudiaron en una escuela secular.

Existen, sin embargo, dos factores a tener en cuenta con respecto al conocimiento que los hispanos tienen de religión, dijo Smith.

El primero es que el origen racial es un elemento indicador de conocimiento religioso. Los blancos saben más de religión que los afroamericanos o los hispanos, sin importar el grupo religioso con el que estén afiliados.

El otro factor es la educación formal. Cuando más educada es una persona, más sabe de religión. Pero, dijo Smith, los hispanos y los afroamericanos altamente educados conocen menos sobre religión que los blancos con el mismo nivel educativo.

Smith enfatizó que se debe hacer una diferencia entre "conocimientos religiosos" (en los que se enfocó esta encuesta) y "prácticas religiosas", como cuántas veces una persona asiste a un templo por semana o cuántas veces reza o lee un texto sagrado. Esos factores no fueron analizados en este sondeo.

"Nuestra misión es la de informar el debate público sobre religión, no la de tomar partido. La religión es muy importante en Estados Unidos, ya que se relaciona con numerosos aspectos de la vida pública", declaró.

Para Stan Perea, director ejecutivo de la Asociación para la Educación Teológica Hispana (AETH), que agrupa a 3.000 teólogos y pastores latinos de distintas expresiones de fe en Estados Unidos, los hispanos no acumulan información sobre religión "porque creemos casi sin excepciones que la fe es lo único que necesitamos".

"Recibimos la fe, pero no porque se nos la enseñó. La recibimos de nuestros padres y ellos de nuestros abuelos. Es una fe que no se basa en aspectos cognitivos", declaró.


- Acceda al estudio: "U.S. Religious Knowledge Survey" / Pew Forum on Religion / Public Life




* Fuente: Google noticias / EFE "En EE.UU. los ateos y agnósticos saben más de religión que los creyentes"
**Fuente: Google noticias /EFE "Los hispanos conocen poco de su religión y de otras, según una encuesta nacional"

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viernes, 21 de mayo de 2010

Hacia una nueva Reforma Religiosa Católica. Por Arturo Delgado Santos

La Edad Media mantuvo la unidad religiosa en torno al cristianismo en Europa occidental, por más de diez siglos.

Tiempo en que surgieron, se desarrollaron y se derrumbaron imperios. Época en que la corrupción se expresaba en los asuntos públicos y privados, particularmente, entre la iglesia católica, las autoridades monárquicas, los integrantes de la casta militar y la naciente burguesía.

Las formas de ejercer el poder político e ideológico de la iglesia católica y la monarquía absoluta, llegaron al hartazgo de las capas medias de la población, de los intelectuales, de la naciente burguesía, de los humanistas y de los renacentistas.

En los últimos siglos del medioevo, siglos XIII, XIV y XV, los avances de la ciencia, la navegación, el conocimiento del universo, las nuevas formas de pensar, escribir, comerciar, intercambiar productos y conocimientos, además, de las más variadas formas de opresión, corrupción, venta de indultos por parte de los clérigos, generó una crisis espiritual, religiosa, que en el corto tiempo habría de dar origen a creyentes: católicos, anglicanos, luteranos y calvinistas.

La Reforma Religiosa europea durante el siglo XVI, produjo una profunda crisis religiosa y política que, además de dar origen a nuevas instituciones religiosas, formó un nuevo sistema de valores, donde los componentes del pensamiento religioso, eran más racionales, prácticos y con sentido social.

El monje agustino Martín Lutero, en Alemania, profesó sus 95 tesis denunciando las indulgencias y los excesos de la iglesia católica, afirmando que la esencia del cristianismo radica en la comunicación directa de cada persona con Dios y no en la organización encabezada por el Papa.

Las tesis de Lutero, consideran que las personas se salvan sólo por su fe y no por sus obras; todos los creyentes pueden interpretar libremente los textos sagrados, el libre examen de la Biblia , con el rechazo de la tradición de la iglesia como fuente de la verdad y como autoridad en la interpretación bíblica; abolición del celibato obligatorio; reducción de los sacramentos a dos: bautismo y eucaristía.

En Inglaterra la iglesia anglicana aceptó la intervención del Rey Enrique VIII, en la toma de decisiones, en lugar del Papa.

Las diferencias entre ambas iglesias se producen con el tiempo, por las decisiones de los distintos reyes.

El pensamiento protestante en los E. U. A. llegó junto al proceso de colonización inglesa, amén de los grupos religiosos de otras nacionalidades, que fueron creciendo y hoy representan un relevante mosaico ideológico, que cada vez sus discrepancias son más profundas y agudas, lo cual puede llegar a desatar una lucha ideológica de consecuencias incalculables, sobre todo, si sumamos el ingrediente racial, a esa lucha política que hoy viven los norteamericanos.

La crisis que vive hoy, la iglesia católica, cuya institución suprema, el Vaticano y las iglesias católicas distribuidas en el mundo, así como sus autoridades desde el Papa hasta el más modesto sacerdote en la parroquia de la colonia o del pueblo, están sujetos a una profunda crítica, donde se le solicita al actual Papa que renuncie, al mismo tiempo, que obispos renuncian cuando se les exhibe por haber violado a niños o niñas, abusando de la autoridad moral que ejercen sobre sus creyentes.

En este debate mundial sobre la condena unánime contra los sacerdotes pederastas, el teólogo Hans Küng dirige una carta abierta a los obispos católicos de todo el mundo, para explicarles que la actual crisis que vive la iglesia católica sólo es comparable a la vivida durante la Reforma del siglo XVI y que hizo posible cambios profundos en la institución universal católica, para innovarse y poder seguir sirviendo a la feligresía.

La iglesia católica, como toda institución pública, modifica constantemente su normatividad, en este caso, por medio de encíclicas, concilios, conferencia, acuerdos y resoluciones que se aplican y obedecen en línea vertical. No hay democracia. Hay obediencia. No hay razón. Hay fe. No hay ciencia. Hay dogma. No hay pensamiento crítico. Hay pensamiento acrítico.

La crítica profunda del teólogo Hans Küng al pensamiento y acción del actual Papa, se sintetiza en seis propuestas fundamentales, tales como: no callar; mandar las críticas a Roma y demandar Reforma; acometer reformas y demandar renovación de la iglesia; actuar colegiadamente, no permitir más que el Papa sea un autócrata; la obediencia ilimitada sólo se debe a Dios; aspirar a soluciones regionales, donde problemas como el celibato deben ser resueltos, ya que los escándalos por abusos sexuales por parte de sacerdotes, hacen pensar que la decisión de casarse o no, es del sacerdote y no de la autoridad eclesiástica; exigir un concilio ecuménico para aprobar las reformas litúrgica, la libertad de religión, el ecumenismo y el diálogo interreligioso.

Así como se difunden cartas, declaraciones y homilías de las autoridades eclesiásticas, unas en pro y otras de crítica al proceder institucional local, nacional e internacional, los fieles deben tomar cartas en el asunto de la Reforma Religiosa Católica, que haga posible y real la renovación que demanda el teólogo Hans.

Y concluye la carta de Küng: Dad a vuestros fieles signos de esperanza y aliento y a nuestra iglesia una perspectiva.




Fuente: ElPorvenir.com.mx
Autor: Arturo Delgado Santos, periodista mexicano escribe sus opiniones en el diario El Porvenir de Monterrey. Posee estudios de Licenciatura en Psicología y Educación. Estudios de Posgrado en Psiquiatría Hospitalaria y de la Comunidad, Psicología Clínica Infantil y de la Adolescencia, así como en Psicopedagogía. También es Asesor de la Dirección de Educación Especial y Catedrático de la Escuela de Ciencias de la Educación.

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jueves, 21 de enero de 2010

Pat Robertson criticado por ver al vudú como raíz de la tragedia de Haití

Hemos escuchado y visto las trágicas noticias de los recientes acontecimientos ocurridos al oeste de Haití. Se estima que hay 300 mil niños y niñas huérfanos y más de 200 mil personas que han perdido la vida. Ante este triste panorama, son preocupantes las aseveraciones de algunos predicadores evangélicos, entre ellos Pat Robertson, quien no se reservó su opinión al señalar que este terremoto fue consecuencia de “pactos con el diablo y maldiciones ancestrales de los haitianos”.

No nos deberían extrañar las declaraciones de este líder religioso, quien al mejor estilo de los medios de comunicación amarillistas, en el 2005 promovía el asesinato del presidente venezolano Chávez; violentando así todos los principios bíblicos fundamentales que Jesús enseñó sobre el amor al prójimo (Mateo 19), o las exhortaciones que hacen las Escritura de orar ante todo “por las autoridades…” (1 Timoteo 2).

Ahora su nuevo discurso no solamente falta el respeto a la iglesia cristiana haitiana, sino a todo este pueblo que más que una acusación, necesita apoyo. Este líder está olvidando los acontecimientos históricos y lamentables sufridos por este pueblo vulnerable más allá de los actuales desastres naturales.

En sus inicios Haití llegó a brillar como una joya en medio del Caribe por su increíble prosperidad. Inclusive, fue el primer país productor de azúcar y el primero en darle una bofetada al sistema colonial al abolir la esclavitud. Pero no tardaron otras naciones y líderes inescrupulosos en despojar a este país valiéndose de sanciones, deudas externas, altos impuestos, regímenes militares oportunistas y autocráticos, entre otros. Por lo que no es justo condenar o señalar a Haití cuando el verdadero pecado fue el subyugamiento y la denigración de la cual ha sido objeto.

Las palabras de Robertson no son novedosas, representan una línea de pensamiento que recurre a fórmulas y al temor para promover sus doctrinas. Pareciera que asocian todo lo nefasto con pecado, mientras que la prosperidad es señal de “buena armonía con Dios”; quimera que recuerda los errados y heréticos argumentos que hacían los seudo amigos de Job para justificar teológicamente las desgracias que estaba atravesando este hombre, cuando en verdad Job sufría siendo íntegro. Quizás por eso la Biblia muy realistamente enseña que en esta vida tanto los justos como los injustos sufren, pero no por ello Dios detiene sus bendiciones sobre unos u otros (Mateo 5:45-47).

Nos jactamos de no tener “dioses falsos”, pero nuestra miopía no nos ayuda a ver que los verdaderos idólatras, en ocasiones somos nosotros los de la sociedad occidental, quienes no titubeamos en postramos y rendirle culto al hedonismo y al materialismo. Antes de tirar la primera piedra, deberíamos pedir perdón reconociendo que en esencia recién ahora estamos volcando nuestro mirar a esta nación que lleva siglos clamando por ayuda. ¿Cuántos misioneros pudimos enviar antes de esta catástrofe? ¿Cuantas acciones hubiésemos logrado en beneficio de la vida de aquellos niños, niñas que piden no solamente pan, sino abrigo, protección y alimento espiritual?

NOTAS RELACIONADAS

Robertson, ex candidato a la Presidencia de Estados Unidos, dijo que los haitianos buscaron su libertad y Satanás aceptó y expulsó a los franceses. Esto fue en ante la audiencia de la cadena cristiana CBN. Dijo exactamente que “thousands died because haitian slaves swore a pact with the devil for their freedom” (miles de muertos, porque los esclavos de Haití hicieron un pacto con el diablo para obtener su libertad).

Afirmó que todos los desastres naturales que azotaron Haití desde 1804, se debe a sus habitantes, quienes buscaron la independencia de Francia. "Es historia verdadera. Y el diablo dijo, "OK, es un trato". Y desde entonces han sido malditos por una cosa tras otra".
"Algo pasó hace mucho tiempo en Haití y la gente no quiere hablar de eso", agregó.

REACCIONES

(NoticiaCristiana.com). Las reacciones no se hicieron esperar tras las polémicas declaraciones que hizo el tele evangelista.

Raymond Joseph, embajador de Haití en Estados Unidos, contradijo estas declaraciones en una entrevista televisiva afirmando que la independencia de Haití llevó a la libertad a través de América Latina. Agregó que “de no haber sido por la independencia de Haití, Estados Unidos no hubiera podido comprar Louisianna por 15 millones de dólares. Son tres centavos por acre. Son 13 estados al oeste del Mississippi que la revuelta de esclavos haitianos le dio a América”, enfatizó Joseph.

Pero el embajador haitiano en EE UU no fue el único que reaccionó sino Valerie Jarrett, la asesora y confidente de Barack Obama quien dijo: “Me quedo sin palabras ante esa declaración. Nuestro corazón está con la gente de Haití… Ésa no es la actitud que expresa el espíritu del Presidente o los estadounidenses”, dijo Jarret en el programa Good Morning America de la cadena ABC.

Sin embargo Chris Roslan, vocero de Robertson, defendió a su reverendo y dijo que el comentario se basó en los ritos del vudú efectuados antes de una rebelión de esclavos ante los amos coloniales franceses en 1791 y Robertson, nunca dijo que el terremoto fue obra de la ira divina, pero la justificación llegó muy tarde porque el secretario de prensa de la Casa Blanca, dijo: “En tiempos de grandes crisis siempre hay gente que dice cosas realmente estúpidas”.


Fuente: ALC / Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación / "Un peligro mayor: Pat Robertson culpa a la religiosidad de Haití por el terremoto"
Autor: Alexander Cabezas

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