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martes, 13 de marzo de 2012

Crece el número de católicos en el mundo

Hay mil 196 millones de católicos en el mundo
El número de católicos bautizados en el mundo alcanzó la cifra de mil 196 millones, reportó el Anuario Estadístico de la Iglesia Católica, editado por El Vaticano y presentado formalmente hoy al Papa Benedicto XVI.

Según el documento de la Oficina Central de Estadística de la Iglesia, con los datos oficiales más recientes sobre el catolicismo mundial, la cifra de feligreses aumentó en 15 millones, 1.3 por ciento más de los mil 181 millones reportados en la edición anterior.

Aunque es considerada la última información oficial disponible, la misma consideró sólo hasta diciembre de 2010, ya que el Anuario Estadístico es editado con un año de desfase.

De acuerdo al reporte, los católicos corresponden aproximadamente al 17.5 por ciento de la población mundial, distribuidos en dos mil 966 circunscripciones eclesiásticas: diócesis, prelaturas y otras estructuras jurídicas que concentran orgánicamente a los feligreses.

La presencia de los fieles, con respecto a 2009, bajó en América meridional de 28.54 a 28.34 por ciento y, sobre todo, en Europa de 24.05 a 23.83 por ciento.

Al contrario ganaron posiciones en África, donde subió de 15.15 a 15.55 por ciento y en el sur asiático de 10.41 a 10.87 por ciento. En 2010 el número de obispos en el mundo ascendía a cinco mil 104, contra los cinco mil 65 a cinco del año anterior, con un aumento relativo de 0.77 por ciento.

La tendencia de crecimiento en el número de sacerdotes, que inició en 2000, prosiguió también en 2010, año en el cual se contaron 412 mil 236 curas, de los cuales 277 mil 009 miembros del clero diocesano y 135 mil 227 perteneciente a congregaciones religiosas.

En 2009 eran 410 mil 493, subdivididos en 275 mil 542 diocesanos y 135 mil 51 religiosos. En total esta categoría registró un aumento en mil 643 unidades.

Los crecimientos más significativos se verificaron en Asia, donde se contabilizaron mil 695 sacerdotes más al final del periodo; en África con 71 curas más, Oceanía con 52 y América con 40. El descenso correspondió a Europa, con 905 sacerdotes menos.

Por otra parte, la cantidad de monjas católicas en el mundo ha sido arrastrada por una dinámica "fuertemente decreciente", ya que pasaron de ser 729 mil 371 en 2009 a 721 mil 935 en 2010.

La caída, en el periodo referido, involucró a tres continentes: Europa con 2.9 por ciento menos de religiosas, Oceanía con 2.6 y América con 1.6 por ciento. Esta categoría aumentó en torno a 2.0 por ciento en África y Asia.





Fuente: Noticieros Televisa México - Notimex / Hay mil 196 millones de católicos en el mundo
Fotografía: Pope Benedict XVI is driven through the crowd in St Peter's Square, Vatican City. Photograph: Danilo Schiavella - EPA / Guardian.co.uk





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domingo, 18 de diciembre de 2011

Denuncian hasta 20.000 casos de pedofilia en la Iglesia Católica de Holanda

Denuncian “miles de casos” de pedofilia en la iglesia de Holanda involucrando a 800 curas católicos que abusaron de niños desde 1945 a 2010.



Son “decenas de miles” los niños que sufrieron abusos sexuales desde 1945 en instituciones católicas holandesas. En un demoledor informe presentado ayer, una comisión independiente dirigida por Wim Deetmanun democristiano que fue ministro de Culturadeja negro sobre blanco una historia nauseabunda que muestra cómo durante décadas cientos de párrocos abusaron de niños y niñas.

Además, el informe apunta alto y señala con el dedo a la jerarquía de la Iglesia católica holandesa. Deetman dijo ayer que sus investigaciones muestran “el silencio de la Conferencia Episcopal y las congregaciones religiosas y el abandono de las víctimas” y que “la jerarquía tenía desde 1945 conocimiento del problema de los abusos a menores, lo sabían”.

Se sospecha que el número de víctimas que pasaron parte de su infancia en instituciones de la iglesia está entre 10.000 y 20.000, de acuerdo con un resumen del reporte, que investiga acusaciones que datan del fin de la Segunda Guerra. El trabajo añade que la Iglesia Católica encubrió a curas pederastas para protegerse del escándalo y que es culpable de ejercer “una supervisión inadecuada”. La propia Iglesia católica holandesa apoyó la creación de esta comisión de investigación después de que empezaran a aparecer denuncias en la prensa y en otros países.

En escuelas católicas, orfanatos y seminarios, desde 1945 ha habido todo tipo de abusos, incluyendo violaciones a niños de pocos años. Se habla de un millar de casos. Tras el fin de la Segunda Guerra, la Iglesia holandesa tomó a su cargo cientos de instituciones y desde esa fecha hasta 2010 –ahí acaba la investigación– “varias decenas de miles de menores fueron sometidos a formas leves, graves y muy graves de comportamiento sexual inapropiado en la Iglesia”.

Deetman aseguró que también hubo abusos en organismos no dirigidos por la Iglesia, pero que en los institutos religiosos la posibilidad de sufrirlos era el doble. Su constatación es tremenda: “Los abusos sexuales a menores son algo extendido en la sociedad holandesa ” y en las instituciones controladas por la Iglesia católica “hubo varios miles” de violaciones a menores de edad.

La comisión de investigación recibió 1.795 denuncias y realizó 34.000 entrevistas que le sirvieron para identificar a cientos de párrocos. Los datos del informe, de casi 1.200 páginas, muestran una sociedad que tendrá que hacerse muchas preguntas.

Casi el 10% de los holandeses que hoy tienen más de 40 años sufrió abusos sexuales antes de los 18 años. Deetman dijo que “la cifra nos ha dejado atónicos. ¿Cómo ha podido suceder algo así?”.

Lo revelado ayer en Holanda sobrepasa, por la gravedad de los casos y sobre todo por su extensión, a los escándalos por abusos sexuales a menores conocidos en otros países, como Irlanda, Estados Unidos, Alemania, Austria, Canadá o Bélgica.

El informe apunta al celibato cuando dice que, aunque no fue “un factor crucial”, sí suponía “un riesgo” para los implicados. “Hay casos de manifiesta necesidad sexual”, afirma el trabajo.

Holanda nunca ha sentado ante un tribunal de justicia a estos “cientos de párrocos” abusadores. El informe se basa en denuncias pero también en el análisis de los archivos de los obispados, congregaciones y órdenes religiosas. Los obispos holandeses reaccionaron ayer. En un comunicado de prensa aseguraron sentir “vergüenza y pena”. Presentaron sus “sinceras excusas” a las víctimas y dijeron que están “sorprendidos por los abusos sexuales a menores y las prácticas descritas en el informe”. También se comprometieron a ayudar a la justicia. El informe identifica a 800 abusadores, aunque apenas habría 105 vivos. La Iglesia ya anunció que habrá indemnizaciones que serán de entre 5.000 euros hasta 100.000 para los casos más graves.





Fuente: Denuncian “miles de casos” de pedofilia en la iglesia de Holanda / Clarin.com
Autor: Idafe Martin / Bruselas
Fotografía: Wim Deetman presenta el informe sobre abusos del clero en Holanda. / Phil Nijhuis (EFE)

Enlaces relacionados:

• Hasta 20.000 menores sufrieron abusos en la Iglesia holandesa desde 1945 / ElPais.com
• Escándalo en Holanda / Pagina12.com
• La Iglesia holandesa abusó de decenas de miles de menores / Publico.es
• Escándalo mundial. De 10 a 20.000 casos de pedofilia en la Iglesia católica de Holanda / ProtestanteDigital.com
• Holanda: miles de menores abusados sexualmente en la Iglesia católica / ObservadorGlobal.com
• Holanda y el genocidio sexual contra los niños / ElHeraldo.co






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jueves, 3 de noviembre de 2011

Encuentro Interreligioso de Asís por la Paz... y el ecumenismo

Líderes religiosos del mundo oraron por la paz en Asís invitados por Benedicto XVI• El papa Benedicto XVI1 unió su voz el jueves a la de monjes budistas, estudiosos islámicos, líderes yorubas y un puñado de agnósticos en un llamamiento común a la paz, insistiendo en que la religión nunca debe ser usada como pretexto para la guerra o el terrorismo.

Benedicto XVI saludó a unos 300 líderes en representación de varias confesiones en Asís, la ciudad de San Francisco, para conmemorar el 25 aniversario de una jornada de oración que en este mismo sitio convocó su antecesor, Juan Pablo II, en 1986 en medio de la Guerra Fría.

Aunque la convocatoria careció del brillo de su antecesora -cuando el Dalai Lama, la Madre Teresa y otros líderes religiosos se unieron en oración-, la jornada de paz del jueves incluyó algunas novedades.

Esta vez participaron monjes budistas de China continental, además de cuatro personas que no profesan ninguna fe, como parte de los esfuerzos de Benedicto XVI por entablar diálogo con agnósticos y ateos que de todos modos aspiran a conocer la verdad.

El encuentro del jueves también incluyó al patriarca ecuménico Bartolomé I y representantes de las iglesias ortodoxas griega, rusa, serbia y bielorrusa, como también eclesiásticos luteranos, metodistas y bautistas.

Varios rabinos fueron acompañados por unos 60 musulmanes, media decena de hindúes y sintoístas, tres taoístas, tres jainistas y un zoroastriano.

Un grupo de católicos tradicionalistas condenó la reunión -tal como lo hizo en 1986- por considerar una blasfemia que la cabeza de la Iglesia Católica invitara a líderes de "religiones falsas" a orar a sus dioses en procura de la paz.

La Sociedad de San Pío X, un grupo tradicionalista disidente que Benedicto XVI trata de recuperar al seno de la Iglesia, dijo que celebraría mil misas para compensar el "daño".

Sin embargo el mismo Benedicto XVI había objetado el encuentro de 1986 y no asistió por desaprobar que miembros de distintas confesiones orasen unos en presencia de otros. Esta nueva reunión suprimió toda oración pública comunal en un intento por despejar toda sospecha de sincretismo, o sea, la combinación de diferentes creencias y prácticas. *



• Todos los líderes religiosos que participaron este jueves 27 de octubre en la Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo promovida en Asís, Italia, por el papa Benedicto XVI, aplaudieron la iniciativa y expresaron, en sus intervenciones, la importancia de rezar por la paz y el diálogo.

El patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, afirmó que el diálogo debe llevar a “considerar al otro como sujeto de relación y no como objeto de indiferencia”, “porque es en la indiferencia donde nace el odio, es en la indiferencia donde nace el conflicto, es en la indiferencia donde nace la violencia”.

“Contra estos males, sólo el diálogo es una solución posible y a largo plazo”, observó, recordando que “no vivimos únicamente los unos contra los otros, o los unos al lado de los otros, sino, sobre todo, los unos junto a los otros, en un espíritu de paz, de solidaridad y de fraternidad”.

En el encuentro de Asís, explicó, “no se trata, como algunos insinúan, de realizar el diálogo interreligioso o ecuménico, desde una perspectiva sincrética”. Al contrario, la visión que nosotros alabamos, en el diálogo interreligioso, tiene un sentido especial que deriva de la capacidad misma de las religiones de invertir en el campo social para promover la paz”.

“Debemos oponernos a la deformación del mensaje de las religiones y de sus símbolos por parte de los autores de violencia”, indicó. “Los responsables de las religiones deben hacerse cargo del proceso de restablecimiento de la paz”.

Esta responsabilidad, señaló, “no es simplemente verbal”, sino que exige “que seamos fieles a nuestra fe, fieles al diseño de Dios para el mundo, respondiendo a lo que Él quiere”.

El doctor Rowan Douglas Willams, arzobispo de Canterbury, cabeza de la Iglesia Anglicana, definió como “un gran honor” el poder celebrar el aniversario de la primera Jornada de Oración por la Paz, promovida por el beato Juan Pablo II.
Una paz duradera, declaró, “inicia donde nosotros vemos al prójimo como a nosotros mismos y por tanto comenzamos a comprender por qué y cómo debemos amar al prójimo como a nosotros mismos”.

Los cristianos, especificó, reconocen en el prójimo “no sólo a alguien que tiene en sí 'la imagen de Dios' en virtud de la creación, sino a alguien que tiene en sí también la posibilidad de llevar la semejanza de Jesucristo en virtud de la nueva creación”.

Si es así, “no somo extraños los unos de los otros. Y si no somos extraños, debemos, antes y después, encontrar el modo de concretar este reconocimiento recíproco en relaciones de amistad verdaderas y duraderas”.

“Estamos aquí hoy para declarar nuestra voluntad –de o más bien nuestra apasionada determinación- de persuadir a nuestro mundo que los seres humanos no deben ser extraños, y que el reconocimiento es tan posible como necesario por nuestra universal relación con Dios”.

El doctor Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias2, alabó el encuentro de Asís destacando que “el mundo necesita reuniones entre los jefes de las comunidades religiosas”, así como de “constructores de paz a partir de la fe”.

Las comunidades de fe, a su vez, “necesitan jóvenes que lleven el cambio”. “Un gran obstáculo a una paz justa representa hoy el alto nivel de paro entre jóvenes en todo el mundo”, indicó. “Se tiene la sensación de que estamos poniendo en juego el bienestar y la felicidad de una generación. Necesitamos la visión y la valentía de los jóvenes para los cambios necesarios”.

Tveit recordando Jerusalén, anunció que, para el Consejo Ecuménico de las Iglesias, “un compromiso preciso para los próximos años será el de trabajar por una paz justa en Jerusalén” y para todos los pueblos que viven en la ciudad, y en torno a ella. “Somos responsables ante Dios, y los unos ante los otros, de la paz de nuestro tiempo y también de lo que decimos o no decimos para alcanzarla”, declaró.

Por su parte, el conocido rabino David Rosen, director del departamento de Asuntos Interreligiosos de la American Jewish Committee (AJC), comenzó hablando del concepto de peregrinación. “Una peregrinación es, por definición, mucho más que un viaje. Las palabras hebreas para peregrinación son 'aliyah la’regel', expresión que significa 'subida a pie'”, un concepto que tenía un significado tanto literal como espiritual: literal porque se subía desde los montes de Judea hasta el Templo de Jerusalén, espiritual o simbólica en el sentido de subir hacia Dios. “Este concepto de peregrinación, de ascenso, es central en la visión profética del establecimiento del Reino de los Cielos en la Tierra, la visión mesiánica de paz universal”, añadió Rosen, citando después al profeta Isaías: “'Vendrán muchos pueblos y dirán: vayamos y subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que Él nos enseñe sus caminos y podamos caminar por sus senderos; ya que de Sión saldrá la ley y de Jerusalén la Palabra del Señor'. Él será juez entre las naciones y árbitro de los pueblos; destruirán sus espadas y harán arados de ellas y de sus lanzas podaderas. Una nación no se levantará contra otra y no aprenderán más el arte de la guerra” (Is 2,3-4).

Rosen retomó también un comentario del gran rabino Meir Simcha de Dwinsk, que vivió hace un siglo, quien distinguía la paz del arca de Noé de la visión profética de Isaías. Mientras que, en el primer caso, la paz era la única posibilidad, en la visión de Isaías nace del “conocimiento del Señor”, surge de la más íntima comprensión espiritual y de la libre voluntad.

“Para muchos en el mundo, la paz es una necesidad pragmática y esto es, en efecto, verdadero”, observó Rosen, pero la paz que anhelan los hombres y las mujeres es distinta: es “subir a la montaña del Señor”, es decir, “una idea de paz como expresión sublime de la voluntad divina y de la imagen divina en la que todo ser humano es creado”.

Haciendo un homenaje al beato Juan Pablo II, y expresando gratitud hacia su sucesor Benedicto XVI, el rabino recordó a los sabios del Talmud. “Nos enseñan --así explicó- que la paz no sólo es en nombre de Dios (…) sino que también es el requisito indispensable para la redención”.

Diverso fue el enfoque del secretario general de la Conferencia Internacional de los Estudiosos Islámicos (ICIS) y expresidente de Nabdlatul Ulama (NU), el indonesio Kyai Haji Hasyim Muzadi. Su reflexión comenzó con la constatación de que “muchos problemas entre los hombres sobre esta tierra, vienen de los que siguen una religión”, pero que esto no significa “que los problemas que surgen entre los hombres que pertenecen a una religión sean originados por la religión misma”.
Para el exponente musulmán, lo que genera conflictos y tensiones es el simple hecho de que “las religiones auténticas” “pueden tener seguidores que no son capaces de comprender su carácter saludable de manera plena y completa”, una carencia que puede llevar “a la distorsión de la religión misma”. “Toda religión posee identidad propia”, prosiguió Hasyim Muzadi, pero “un carácter común de toda religión es la esperanza para la creación de armonía entre los hombres, paz, justicia y prosperidad y un mejor nivel de vida”.

Su receta para llegar “a una armonía y coexistencia duraderas entre las religiones” es sencilla: “no se debería y no se debe cambiar lo que es distinto, y no se deben imponer los puntos de vista que no se comparten”, sostuvo el delegado musulmán, que advirtió también del peligro de instrumentalizar la religión. “Nuestro deber, como comunidades religiosas, es el de llevar a todos los creyentes la libertad de comprender verdaderamente el propio destino, y de corregir las comprensiones equivocadas de las religiones que llevan a conflictos sociales entre la humanidad”.

La representante de los “no creyentes” o agnósticos Julia Kristeva, prefirió, sin embargo, comenzar su reflexión con las conocidas palabras de Juan Pablo II: “¡No tengáis miedo!”. Según la filósofa y psicoanalista, estas palabras no están dirigidas únicamente a los creyentes, porque estas alentaban a resistir el totalitarismo”. “El llamamiento de ese Papa, apóstol de los derechos humanos, nos empuja también a no temer a la cultura europea, sino, al contrario, a osar el humanismo”.

“Frente a las crisis y a las amenazas que se agravan, ha llegado la edad de la apuesta”, continuó la francesa de origen búlgaro. “Osamos apostar por la renovación continua de las capacidades de hombres y mujeres de creer y conocer juntos. Para que en el 'multiverso' de vacío, la humanidad pueda perseguir todavía su propio destino creativo a largo plazo”, concluyó. **



* Fuente: Líderes de distintas confesiones se unen al Papa para pedir paz / Univision.com
**Fuente: Los líderes religiosos del mundo rezan por la paz en Asís / Zenith.org

Referencias: 1. Discurso del Papa Benedicto XVI / Aciprensa 2. Las iglesias buscan en Asís la paz y la justicia mediante el diálogo / Oikoumene.org
Fotografía: De izquierda a derecha. El arzobispo de Canterbury, Rowan Douglas Willams, cabeza de la Iglesia Anglicana; el patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I representando a las iglesias ortodoxas griega, rusa, serbia y bielorrusa; Benedicto XVI; y el rabino David Rosen, director del departamento de Asuntos Interreligiosos de la American Jewish Committee (AJC)





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martes, 13 de septiembre de 2011

Abusados por curas pederastas demandan a Benedicto XVI ante La Haya

Acusan a Benedicto XVI y a otros tres altos cargos del Vaticano de crímenes contra la humanidad
"Los crímenes cometidos contra decenas de millares de víctimas, la mayoría niños, siguen siendo ocultados por funcionarios del más alto nivel en el Vaticano". Así consta en la demanda que varias asociaciones de víctimas de abusos sexuales del clero en Alemania, Estados Unidos, Holanda y Bélgica presentaron ayer ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya, exigiendo que se juzgue por "crímenes de lesa humanidad" al mismísimo papa Benedicto XVI, así como al actual secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, a su antecesor, Angelo Sodano, y al prefecto de Doctrina de la Fe, William Levada.

Es la primera demanda global de víctimas de varios países contra responsables de la Iglesia católica. Los afectados denuncian no sólo su inacción ante la pederastia de miles de clérigos en todo el mundo, sino también que "toleraran y la sistemática y generalizada ocultación de las violaciones y crímenes sexuales contra menores". La denuncia ha sido presentada por el grupo Red de Supervivientes de las Víctimas de Abusos por Sacerdotes (SNAP) y el grupo de derechos humanos Centro para los Derechos Constitucionales.

Los afectados han convocado movilizaciones en toda Europa

Para la presidenta de este último organismo, Barbara Blaine, las víctimas "se están movilizando en todo el planeta". Así, se han convocado movilizaciones por toda Europa para convencer a más personas para que creen nuevas asociaciones de víctimas. La gira pasará por Ámsterdam, Bruselas, Berlín, París, Viena, Londres, Dublín, Varsovia y Madrid. Los convocantes también quieren celebrar una protesta el 20 de septiembre a las puertas de la Santa Sede.

Según las víctimas, La Haya tipifica la violación, la agresión sexual violenta y la tortura como crímenes de lesa humanidad. Por ello, piden que se investigue al Vaticano por la presunta responsabilidad individual de "algunos de sus funcionarios que tenían a su cargo a los autores directos" de los delitos. Junto a la denuncia, se ha presentado un informe de 10.000 páginas en el que se relatan centenares de casos de abusos llevados a cabo por religiosos en Holanda, Bélgica, Alemania y EEUU.

En caso de que el Tribunal se declare competente, sería la primera vez que el Vaticano pueda ser investigado por delitos cometidos por sus representantes en el resto del mundo. Pero parece difícil que el Alto Tribunal asuma esta responsabilidad, puesto que, aunque el Vaticano es un Estado soberano, los implicados están sometidos a las leyes de los países donde viven.

Fuentes eclesiales creen "inviable" que la denuncia se admita a trámite

Al cierre de esta edición, ni el Tribunal ni la Santa Sede habían respondido a la presentación de la demanda. Sin embargo, fuentes eclesiales consideran "inviable" que se admita la denuncia, puesto que en su mayor parte se trata de delitos anteriores a 2002 y porque, desde que Benedicto XVI es papa, la Santa Sede ha defendido la "tolerancia cero" ante la pederastia. En mayo, Roma aprobó unas normas que obligaban a los clérigos a colaborar con la Justicia.

Por ejemplo, la asociación SNAP de EEUU, con casi 10.000 miembros, señala que la iglesia de ese país ha reconocido que 6.000 sacerdotes han sido acusados de abusos en las últimas décadas y que se calcula que allí ha habido 100.000 víctimas menores.

En febrero, dos abogados alemanes trataron de presentar una demanda contra el papa en La Haya por "crímenes contra la Humanidad", que fue desestimada. Ahora se trata de la primera demanda conjunta.


• Un problema global: Décadas de abusos en varios países

- EEUU: Casi 6.000 curas han sido acusados de abusos en EEUU en las últimas décadas.

- IRLANDA: En 2005, el Gobierno reveló más de cien abusos a menores en Wexford. En 2009, el Informe Murphy identificó a 320 víctimas de 1974 a 2004 y otras 120 hasta 2009.

- ESPAÑA: El 4% de los menores víctimas de abuso lo fueron a manos de sacerdotes, según un estudio de la Universidad de Salamanca de 1994. *



• Encubriendo a curas pedófilos

En una iniciativa sin precedentes que ha causado conmoción internacional, la Snap, principal asociación norteamericana de víctimas de abusos sexuales por parte de clérigos pedófilos, pidió ayer ante la Corte Penal Internacional de La Haya “incriminar al Papa por su directa y superior responsabilidad en los crímenes contra la humanidad de los estupros y otras violencias sexuales cometidas en el mundo”, por parte de miembros de la Iglesia Católica.

La Asociación, con el respaldo de una organización estadounidense de derechos humanos que aportó a varios abogados, extendió las acusaciones a otros tres grandes personajes del Vaticano: el secretario de Estado o “primer ministro” del Papa, cardenal Tarcisio Bertone; su predecesor, el cardenal Angelo Sodano, y el sucesor de Benedicto XVI cuando era el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal norteamericano William Levada.

La denuncia ante el Tribunal Internacional tendrá probablemente sólo efectos simbólicos , porque el Vaticano no suscribió como lo hicieron 117 países (entre ellos la Argentina), el tratado que creó la Corte Penal Internacional en La Haya para los crímenes contra la humanidad, que comenzó a estar operativo en julio de 2002, tras ser ratificado en Roma. Tampoco Estados Unidos suscribió el tratado internacional. El fiscal de la Corte, el jurista argentino Luis Moreno Ocampo, se hará cargo ahora del carbón ardiente de un “dossier” de 80 páginas de denuncias, respaldado por unas 20 mil páginas de documentos.

Uno de los abogados patrocinantes, Pamela Spees, del Centro de Derechos Constitucionales, una organización de derechos humanos norteamericana, dijo ayer, citada en un comunicado de la Snap, que “crímenes contra decenas de miles de víctimas, en su mayoría niños, fueron camuflados por responsables del más alto nivel del Vaticano”.

La Snap anunció que desde hoy inicia una gira de información por Amsterdam, Bruselas, Berlín, París, Viena, Londres, Dublin, Varsovia, Madrid y Roma, “para llevar la demanda a las puertas del Vaticano”.

El Vaticano mantuvo un estricto silencio ante la noticia de la denuncia al Papa y tres altos prelados de la Curia Romana. El único comentario lo hizo el arzobispo de Nápoles, ex prefecto de la poderosa Congregación para la Evangelización de los Pueblos (Propaganda Fide), cardenal Crescenzio Sepe. Dijo que la denuncia era “el habitual intento anticatólico que tiende a ofuscar una imagen que, desde el punto de vista humano, es lo más prestigioso que tenemos en nuestra sociedad”.

La presidenta de Snap, Barbara Blaine, violada cuando tenía 12 años por un sacerdote “que estupró a otros niños y nunca cumplió ni un día de cárcel”, afirmó ayer que hay que “proteger a tantos niños inocentes de todo el mundo, víctima de violencia por parte de curas, monjas, obispos y seminaristas católicos”. **



* Fuente: Publico.es / Las víctimas de abusos sexuales denuncian al papa ante La Haya
**Fuente: Clarin.com / Denuncian al Papa por encubrir a curas en casos de pedofilia
Nota: acceda a los documentos presentados por Snap y Centro para los Derechos Constitucionales ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya, haciendo clic aquí.
Fotografía: miembros de ambas organizaciones momentos antes de entrar al Tribunal Penal Internacional de La Haya / Clarin.com





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lunes, 25 de julio de 2011

Por primera vez, un estado soberano acusa al Vaticano de proteger a curas pedófilos

El gobierno de Irlanda, uno de los bastiones católicos de Europa, denunció que la Santa Sede intentó "obstaculizar" una investigación sobre abusos a 40 niños. Y dijo que la Iglesia ocultó los hechos para proteger "su poder y reputación".En un hecho de gravedad sin precedentes al menos en la historia de la Iglesia contemporánea, el gobierno de Irlanda, uno de los tres grandes bastiones del catolicismo en Europa, junto con Italia y Polonia, acusó al Vaticano de haber seguido protegiendo a sacerdotes pedófilos que abusaron al menos de 40 niños.

“Esto ocurrió hace tres años, no tres décadas”, dijo con vehemencia el primer ministro irlandés Enda Kenney. En el centro del escándalo mayúsculo, que deja en ruinas una relación tan importante "que no volverá a ser la misma", está el obispo John Magee, quien fue secretario de tres papas (Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II), antes de ser promovido a obispo de Cloyne, cargo al que tuvo más tarde que renunciar.

La diócesis de Cloyne, en el condado de Cork, al sudeste de la isla de Irlanda, fue el escenario de uno de los más recientes y explosivos casos de curas pedófilos investigado por el gobierno.

Hace unos días, el Ministerio del Interior dio a conocer el informe de 341 páginas sobre de denuncias presentadas en la diócesis del obispo Magee entre 1996 y 2009. Las víctimas infantiles fueron 40 y los sacerdotes que abusaron sexualmente y vejaron a los chicos fueron 19 clérigos de la diócesis. Solo tres están bajo proceso, porque la mayoría ya murió o está demasiado anciana para sufrir los juicios.

El primer ministro Kenney no ocultó su disgusto al explicar al Parlamento el contenido del informe. “Por primera vez en Irlanda, un informe sobre los abusos sexuales cometidos contra niños revela un intento de la Santa Sede de obstaculizar una investigación en una república soberana y democrática sobre hechos ocurridos hnace tres años y no tres décadas”.

“El informe Cloyne”, agregó el jefe del gobierno de Dublin, “pone en claro la disfunción, la desconexión de las realidades, el elitismo y el narcisismo que dominan en la cultura del Vaticano”.

“La violación y la tortura de niños fueron subestimadas o gestionadas para acomodar a la institución, su poder y su reputación”, aseguró. El Parlamento suscribió una declaración por unanimidad de condena contra la conducta de la Iglesia católica irlandesa y el Vaticano.

Mientras el canciller irlandés convocó al nuncio apostólico para que el embajador trasmita las protestas a Roma, el ministro de Justicia Alan Shatter prometió aprobar una nueva ley que establecerá penas de cárcel para quienes oculten el conocimiento de sospechas de abusos de niños”.

El ministro dijo que era un angustioso interrogante saber cuál es la situación en las otras diócesis, 23 de las cuales aún no han sido investigadas. En ellas se podrian ocultar hasta hoy evidencias de crimen lo que “representa una amenaza actual para los niños”.

Una seguidilla de escándalos por abusos sexuales de decenas de curas irlandeses que fueron revelados desde 1994, han echado por tierra el prestigio inmenso que tenía la Iglesia de Irlanda entre los fieles.

La magistrada Yvonne Murphy encabezó una comisión que lleva su nombre que investigó los casos y que concluyó que el obispo Johnn Magee y sus colaboradores ocultaron información a la policía. Magee también afirmó más tarde que se estaban adoptando medidas, que en realidad ignoraba.
El Vaticano fue acusado de haber influído a partir de 1997 para que no se “hiciera escándalo” por estos casos.

El Papa Benedicto XVI, abrumado al llegar al papado por la enorme cantidad de casos de pedofilia en la Iglesia mundial, ordenó la “tolerancia cero” contra los abusaores y en febrero de 2010 envió una dolorida carta a los fieles irlandeses. También convocó a 24 obispos de la isla y les dijo que dejaran de ocultar o disminuir las responsabilidades por los casos de pedofilia.

Pero hace unas semanas, el arzobispo de Dublin, Diarmuld Martin, llamó en causa a los colaboradores del Papa en la Curia Romana por no hacer seguido con eficacia las disposiciones del pontífice para contrastar el fenómeno. El arzobispo lamentó retardos en la difusión de los resultados de las visitas apostólicas de inspección en algunas diócesis.

El portavoz del Papa, padre Riccardo Lombardi, lamentó “con dolor” la situación pero pidió que el debate sea realizado “con la necesaria objetividad”.




Fuente: Clarin.com
Autor: Julio Algañaraz / Corresponsal en el Vaticano




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viernes, 4 de marzo de 2011

Benedicto XVI exonera a los judíos de ser los culpables de la muerte de Jesús

El papa Benedicto XVI exonera a los judíos de ser los culpables de que Jesús fuera condenado a muerte, en la segunda parte de su libro "Jesús de Nazaret", que saldrá a la venta el próximo 10 de marzo.

En el libro, del que hoy el Vaticano adelantó algunos capítulos, el pontífice señala que, cuando en el Evangelio de Mateo se habla de que "todo el pueblo" pidió la crucifixión de Cristo, "no se expresa un hecho histórico".

"¿Cómo habría podido todo el pueblo (judío) estar presente en ese momento para pedir la muerte de Jesús?", se pregunta el papa, quien reconoce que esa errónea interpretación ha tenido "fatales" consecuencias, en referencia a las continuas acusaciones de deicidio a los judíos durante siglos, que propició su persecución.

Benedicto XVI agrega que la "realidad" histórica aparece más correcta en los evangelios de Juan y Marcos.

"Según Juan, fueron simplemente los judíos, pero esa expresión no indica para nada que se tratase del pueblo de Israel como tal y menos que tuviera un carácter racista. Juan era israelita, como Jesús y todos los suyos. En Juan esa expresión tiene un significado preciso y rigurosamente limitado, se refiere a la aristocracia del templo (de Jerusalén)", escribe el papa Ratzinger.

Añade que Marcos amplia el cerco de los acusadores a los "ochlos", la masa que apoyaba a Barrabás y que se había movilizado para lograr que fuera amnistiado con motivo de la inminente pascua.

"El verdadero grupo de los acusadores son los círculos contemporáneos del templo y la masa que apoyaba a Barrabás", precisa, de manera categórica.

Sobre la frase de Mateo "Y todo el pueblo respondió: Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos" (Jesús ante Pilato y frente a Barrabás), Benedicto XVI señala que el cristiano recordará que la sangre de Jesús "habla otro idioma diferente al de Abel".

"No pide venganza, ni castigo, sino reconciliación. No es derramada contra algunos, sino que se vierte para todos. No es maldición, sino redención y salvación", subraya el obispo de Roma.

El Concilio Vaticano II (1962-1965), que lanzó a la Iglesia hacia el siglo XXI, promulgó la declaración "Nostra Aetate", con la que los católicos retiraron las acusaciones de deicidio contra los judíos.

En el texto, el papa señala que Jesús no fue un "revolucionario político" y que su mensaje y su comportamiento no constituyeron un peligro para el dominio romano.

Benedicto XVI indica que sobre la fecha de la Última Cena los evangelios sinópticos (Marcos, Lucas y Mateo) están equivocados y lleva razón Juan, ya que en el momento del proceso a Jesús las autoridades no habían celebrado la pascua y debían mantenerse puras.

Afirma que la Última Cena no fue una cena pascual según el ritual judío y que Cristo fue crucificado no el día de la fiesta judía, sino en la vigilia.

Sobre la figura de Judas, Benedicto XVI escribe que Satanás entró en él y no logró liberarse y explica que, además de la traición, su segunda tragedia fue no lograr creer en el perdón.

"Su arrepentimiento se vuelve desesperación. Sólo se ve a sí mismo y sus tinieblas, no ve más la luz de Jesús. Su arrepentimiento es destructivo, no verdadero", afirma el papa.

En el libro también se refiere al Reino de Dios y asegura que sólo la verdad puede llevar a la liberación del ser humano y que las grandes dictaduras únicamente viven gracias a la mentira ideológica.

La segunda parte del libro "Jesús de Nazaret" será presentada el próximo 10 de marzo en el Vaticano y está dedicada a la pasión, muerte y resurrección de Cristo, los momentos más decisivos en la vida de Jesús.

El volumen está editado por la Libreria Editora Vaticana (LEV), que tiene todos los derechos de autor de Benedicto XVI, y saldrá a la venta en siete idiomas, entre ellos español y portugués.

Según el portavoz vaticano, Federico Lombardi, el papa está escribiendo ya la tercera parte del libro, dedicada a la infancia de Jesús y al comienzo de su predicación.

La primera parte de "Jesús de Nazaret", de 448 páginas, fue publicada en 2007 y en ella el Pontífice mostró a un Jesús "real, el histórico", y afirmó que Cristo es una figura "históricamente sensata y convincente".




Fuente: ElMundo.es
Fotografía: Benedicto XVI en el Muro de los Lamentos durante su visita a Israel.



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lunes, 31 de enero de 2011

Benedicto XVI firmó en 1970 un documento que cuestionaba el celibato

El texto fue avalado por otros ocho teólogos y enviado a los obispos alemanes
Joseph Ratzinger, el actual Papa Benedicto XVI, firmó un documento con fecha de 9 de febrero de 1970 en el que se cuestionaba la obligación del celibato al mismo tiempo que se advertía de "la desobediencia masiva de grupos de curas". El texto fue firmado por otros ocho teólogos, algunos pensadores de fama mundial como Karl Rahner, Otto Semmelroth, Karl Lehmann y Walter Kasper.

"Nuestras consultas y estudios coinciden en la necesidad de un tratamiento distinto de la ley que establece el celibato (...) tanto por la Iglesia alemana como para la Iglesia mundial", escribieron los teólogos en una carta a la Conferencia Episcopal alemana, para la que actuaron como consultores en cuestiones de fe y moral.

El contenido del documento se publica hoy en una información del diario alemán Süddeutsche Zeitung, titulada Las dudas del joven Ratzinger.

En el texto, los teólogos repiten muchas veces que, con su análisis, no quieren influir en ninguna decisión. Pero el hecho de que se animaran a escribir un documento de este tipo demuestra que por lo menos ellos mismos dudaban de la obligación del celibato.

El documento, que no se había publicado hasta ahora, debió haberlo entregado un colaborador de Rahner a un clérigo de confianza que pertenecía al grupo católico crítico con la Iglesia de la ciudad de Regensburg, Aktionskreis Regensburg (AKR). Permaneció cuidadosamente archivado durante 41 años y aparece ahora publicado por el AKR en su revista Pipeline. *


Las dudas del joven Ratzingen

El Papa Benedicto XVI cuestionó la regla del celibato cuando era catedrático de Teología en Alemania, en una carta abierta que firmó junto a otros ocho teólogos el 9 de febrero de 1970, publicó la revista Pipeline y el periódico Süddeutsche Zeitung.

Joseph Ratzinger, que en ese entonces tenía 42 años, ya había advertido de “la desobediencia masiva de grupos de curas”, además de reconocer que si el tema “no es discutido al más alto nivel acabará apareciendo en el más bajo”.

“Nuestras reflexiones apuntan a la necesidad de una urgente revisión y un tratamiento diferente de la regla del celibato para la Iglesia alemana y para la Iglesia universal”, reivindicó.

La misiva fue firmada por el actual Papa junto a personalidades como Karl Lehman, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, y el cardenal Walter Kasper.

El documento fue publicado por la revista Pipeline de la Aktionskreis Regensburg (AKR) y por el periódico Süddeutsche Zeitung, el principal de centro-izquierda en Alemania, que este viernes titulo el artículo como “Las dudas del joven Ratzinger”.

Un borrador del documento que en 1970 se envió a la Conferencia Episcopal Alemana quedó en el archivo del teólogo Karl Rahner, quien también firmó el documento. Uno de sus antiguos colaboradores lo entregó a la AKR, un grupo católico crítico con la Iglesia.

Los teólogos que firmaron el documento también mostraron su preocupación porque la regla del celibato no sólo provocaba una escasez de candidatos, sino también una disminución del talento entre la curia.

Además, los firmantes reconocieron la dificultad de vivir el celibato en el mundo actual: “la continencia sexual resulta cada vez más difícil en un mundo lleno de estímulos eróticos”.

También en ese entonces Ratzinger alertó que el celibato no es un dogma y que la Iglesia tendrá que modificarlo cuando no sea posible reclutar suficientes sacerdotes jóvenes.

Los firmantes también anticiparon “la pérdida de autoridad de los Obispos”, el “menor reconocimiento a los sacerdotes” en la sociedad.

Los recientes escándalos por abusos sexuales en la Iglesia hicieron que el celibato fuera cuestionado dentro y fuera de la comunidad católica y el debate fue especialmente seguido en Alemania.

El celibato es una norma eclesiástica y como tal puede ser revisada o anulada. Dicha norma fue impuesta en el año 503 por el Concilio de Elvira, y quedó ratificado en el siglo XII por el Concilio de Letrán y en el siglo XVI por el de Trento.

Para otras Iglesias cristianas como la ortodoxa o la evangélica, el celibato es opcional.




* Fuente: ElPais.com / El Papa firmó en 1970 un documento que cuestionaba el celibato
Autor: Laura Luccini / Berlín
**Fuente: Veracruzanos.info - Notimex / Benedicto XVI cuestionó la regla del celibato cuando era teólogo en Alemania
Fotografía: Joseph Ratzinger en la década de 1970 / AP


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lunes, 24 de enero de 2011

Benedicto XVI llama a unidad del cristianismo

Benedicto XVI dijo hoy que la división de los cristianos es una "ofensa" a Cristo y tras implorar la unidad aseguró que, para ser en el mundo actual "señal e instrumento" de unidad con Dios y los hombres, los cristianos deben basar sus vidas en la comunión fraterna, la eucaristía y el rezo.
El Pontífice hizo estas manifestaciones ante varios miles de fieles que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano al rezo del ángelus, en el que recordó que la Iglesia Católica celebra desde el pasado día 18 y hasta el 25 (festividad de la Conversión de san Pablo), la semana de rezos por la unidad de los cristianos.

Una vez más, el Obispo de Roma imploró la unidad de los cristianos -uno de los puntos cardinales de su pontificado- y afirmó que también hoy "para ser en el mundo instrumento de íntima unión con Dios y de unidad entre los hombres", los cristianos deben basar sus vida en cuatro puntos: escuchar la Palabra de Dios, la comunión fraternal, la Eucaristía y la plegaria.

Según el Papa, sólo así, permaneciendo unida a Cristo, la Iglesia puede cumplir eficazmente su misión.

"Cualquier división en la Iglesia es una ofensa a Cristo, el único en el que podemos encontrarnos unidos, debido a la fuerza inagotable de su gracia", afirmó Benedicto XVI.

El papa Ratzinger exhortó a los cristianos a la "plena y visible unidad", y recordó que el 25 de enero, fiesta de la Conversión de San Pablo, se trasladará a la basílica romana de San Pablo Extramuros para clausurar la semana de rezos para la unidad.

En estos días, el Papa ha expresado su "vivo pesar" por la imposibilidad de que los cristianos puedan compartir la mesa eucarística debido a la división, señal, según dijo el pasado miércoles durante la audiencia pública en el Vaticano, que la unidad "está aún lejana".

Benedicto XVI manifestó que los cristianos deben de dar un fuerte testimonio de unidad y de compartir ante el hombre actual, "muchas veces sin puntos claros y válidos de referencia".

Al igual que su antecesor, Juan Pablo II, el papa Ratzinger también considera que la separación de los cristianos es una "vergüenza", que quita credibilidad a los seguidores de Cristo a la hora de difundir el Evangelio.

Oriente y Occidente se separaron con el cisma de 1054, con las excomuniones del papa León IX y del patriarca Miguel Cerulario. Les separan razones teológicas, como el rechazo de los ortodoxos al primado de la Iglesia de Roma y la negativa de la infalibilidad del Papa.

Los ortodoxos no reconocen la validez de los sacramentos católicos, al contrario que la Iglesia católica que sí admite, desde el Concilio Vaticano II, los de la Iglesia ortodoxa.

Además, los ortodoxos culpan a Roma de proselitismo y de intentar expandirse en territorios hasta ahora bajo su control.

Antes del gran cisma se produjo otra escisión, la de los cristianos armenios, que vivieron en comunión con Roma hasta el año 491, cuando abrazaron las tesis del monofisismo, según la cual Cristo sólo tenía una naturaleza, la divina, y era hombre sólo en apariencia.

El Concilio de Calcedonia de 451 condenó el monofisismo y definió la doble naturaleza de Cristo, humana y divina, unidas sustancialmente en una sola persona divina.

Los armenios no lo reconocieron y así nació la Iglesia Armenia, a la que no se puede llamar ortodoxa porque es anterior al cisma de 1054.

Benedicto XVI considera la unidad de los cristianos uno de los ejes de su pontificado y ha dicho estar dispuesto a dar pasos efectivos para lograrla.




Fuente: ABC.es - EFE / Benedicto XVI dice que la división de los cristianos "ofende" a Cristo
Fotografía: Benedicto XVI y el Patriarca ecuménico Bartolomé I en su llamado a la unidad de los cristianos durante una misa en la Basílica de San Pedro en Roma, en el año 2008 / LosAndes.com.ar


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viernes, 21 de enero de 2011

Benedicto XVI concluye la reforma de la eternidad. Por Juan G. Bedoya

Todo es metáfora. Donde el Credo enseña que los buenos serán premiados con el cielo eterno y los pecadores castigados con un terrible infierno, en realidad no se refiere a lugares físicos entre las nubes o bajo tierra, sino a estados de ánimo. Vale lo mismo para el purgatorio, que el papa Benedicto XVI acaba de reducir también a un simple "fuego interior". "El purgatorio no es un elemento de las entrañas de la Tierra, no es un fuego exterior, sino interno", dijo el Pontífice en la catequesis del miércoles pasado.

Juan Pablo II sostuvo algo parecido en agosto de 1999 sobre el cielo y el infierno, también meros estados de ánimo. Lo había proclamado mucho antes el filósofo existencialista francés Jean Paul Sartre, con esta frase que hizo época: "El infierno son los otros".

Dijo en 1999 el famoso papa polaco: "El infierno, más que un lugar, es una situación de quien se aparta de modo libre y definitivo de Dios". Y también que "el cielo no es un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con Dios".

Hasta ahora estaba justificado escribir cielo, infierno, purgatorio o limbo en mayúscula porque se consideraban topónimos, "si bien de carácter mítico o imaginario". Lo establece así la Real Academia Española en la reciente Ortografía de la lengua española. Su argumento es que esos sustantivos "designan específicamente los lugares establecidos por las distintas religiones como destino de las almas tras la muerte".

Liquidados como topónimos míticos, pierden el derecho a la mayúscula. Queda por llegar una petición de disculpas por las desgracias y los miedos causados con esos espantajos. Después de Galileo era imposible creer en el cielo tal como lo presentaban los eclesiásticos. Pero decirlo ha sido peligroso durante siglos. En el año 1600 fue quemado vivo Giordano Bruno; en 1616 condenado Copérnico, y en 1663, Galileo. El precio moral que ha pagado el Vaticano por esas barbaridades es elevado, pero mayor el quebranto de millones de fieles que han vivido -muchos viven todavía- aterrorizados por la idea del fuego eterno en un infierno ahora desechado.

Los papas libran ahora a sus fieles católicos de esa escatología apocalíptica, tenebrosa y vengadora. Teólogos tan importantes como Hans Küng o Hans-Urs von Balthasar se les adelantaron 40 años, el primero con grave riesgo de anatematización. Fue perito del Concilio Vaticano II por decisión de Juan XXIII y profesor de teología en la Universidad Católica de Tubinga cuando fue apartado del cargo por sus escritos.

En 1975 Küng escribió sobre el cielo: "No se puede hoy, como en los tiempos bíblicos, entender el firmamento azul como la parte exterior del salón del trono de Dios, sino como imagen del dominio invisible de Dios. El cielo de la fe no es el cielo de los astronautas. No es un lugar, sino una forma de ser". Dijo sobre el infierno: "No debe entenderse como un lugar del mundo supraterrestre o infraterrestre, sino como exclusión de la comunión con el Dios vivo".

Si todo era tan evidente, ¿por qué los papas revisan tan tarde la doctrina sobre el más allá? Hay tres respuestas. La primera tiene que ver con el llamado acoso de la ciencia. Roma no quiere repetir las amargas historias de Galileo o Giordano Bruno. La segunda razón es fruto de las estadísticas: el 60% de los católicos cree en Cristo, pero no en el infierno ni en el paraíso. Y, por último, se cumple una obligación conciliar que han retrasado más de lo prudente. La Iglesia debe vivir en su tiempo, y ha de actualizar la interpretación que en el pasado se hizo de los textos sagrados. Se trata del aggiornamento, la palabra preferida de Juan XXIII y su Vaticano II.

El último mito en caer en desuso ha sido el purgatorio. Se trataba de un lugar intermedio entre el cielo y el infierno, una especie de sala de espera. Nunca se dijo oficialmente dónde estaba ubicado y su entrada en escena, en torno a 1170, justificó la celebración del Día de Todos los Santos y la fea costumbre de las bulas con que comprar el cielo para las almas de amigos y parientes.

Otro tachón en la geografía escatológica afectó al limbo. Decían los catecismos clásicos que el limbo era el lugar al que iban quienes morían sin uso de razón y sin bautizar. Un lugar sin tormento ni gloria, algo así como estar en Babia toda la eternidad.

El castigo consistía en vivir en una tercera clase de cavidad distinta del cielo y el infierno, en el que las almas cándidas, además de estar privadas de gloria, sufrirían la ausencia de quienes habían tenido la fortuna de salvarse: padres, hermanos... La doctrina tridentina incentivaba con tan terribles argumentos el bautismo rápido de los recién nacidos.

Fue Juan Pablo II quien ordenó en 2004, poco antes de morir, al entonces cardenal Joseph Ratzinger (hoy Benedicto XVI) la dirección de una comisión teológica que razonase la supresión del limbo. No era un problema teológico aislado. El papado se sentía obligado a cambiar puntos de vista que han llenado de zozobra a sus fieles. Así, la visión que, desde san Agustín, tiene la Iglesia de Roma sobre el hombre como un ser irremediablemente empecatado desde que Eva y la serpiente liaron a Adán. El Papa buscaba una síntesis que ayudase "a una práctica pastoral más coherente e iluminada". La doctrina que coloca en el limbo a los niños muertos con el "pecado original" no lavado por el bautismo, es de origen medieval y poco relevante entre los teólogos modernos a no ser porque se hermana con la idea, también arrumbada por el Concilio Vaticano II, de que fuera de la Iglesia romana no había salvación.

"En el inicio creó Dios el cielo y la tierra", reza la primera frase de la Biblia. Para los que se toman este libro sagrado como doctrina, semejante inicio ocurrió en apenas una semana y hace unos 6.000 años. También sostienen que existió un paraíso (un jardín llamado otras veces el Edén, la Tierra del deleite), donde Adán y un apéndice costillar llamado Eva tuvieron dos hijos, Caín y Abel, que a su vez... La dichosa historia de la manzana les costó ser arrojados a unas tinieblas exteriores y tener que trabajar, ellos y sus descendientes, para ganarse el pan "con el sudor de su frente". El cronista bíblico no percibió desempleo en aquel tiempo.

Es una curiosa historia, con serpiente incluida y con final infeliz. En realidad, todo irreal. Pero sus consecuencias han sido terribles. Como durante siglos el tema del paraíso terrenal se ha interpretado tal como fue escrito en los tiempos del rey Salomón, los predicadores cristianos han enseñado que por Eva entró el mal y la muerte en el mundo y que la mujer merece desprecio eterno por ello. "No seáis nunca ni Judas ni Eva", exhortaba Pío XII, en los años cincuenta del siglo pasado, cada vez que había ordenaciones sacerdotales en Roma y recibía en audiencia a los misacantanos.

Hay una larga relación de pensadores cristianos que proclamaron en los años sesenta, tras el Vaticano II, lo que ahora predican los pontífices. Pero, para una mirada de lego, la nueva escatología papal pone patas arriba la interpretación clásica de los textos sagrados y lo que se ha enseñado como doctrina a los niños españoles en catecismos tan afamados como los de Astete y Ripalda. También decae estrepitosamente la idea de Tomás de Aquino sobre algunos de los placeres esenciales de los que van al cielo: además de la visión de Dios, el sabio de Aquino subraya el poco cristiano de la contemplación de los sufrimientos de los arrojados al infierno.

En la misma línea, el colosal Dante predica esa fruición vengativa cuando en La Divina Comedia, además de regodearse en la "región de los condenados" con la cita de ladrones, usureros, alcahuetes, traidores, príncipes negligentes, papas codiciosos y genios tramposos como Ulises (por lo del caballo de Troya), ajusta cuentas a sus paisanos de Florencia, de los que fue prior antes de ser exiliado. En su viaje al más allá el poeta cita a 32 florentinos que se pudren en los infiernos. Es humano el regodeo, pero de exageraciones tales procede quizás la alternativa excremental de la palabra escatología, un derivado de ésjatos (último) y logos (estudio): el estudio de los últimos días.

El cotilleo morboso de Dante ante los condenados al fuego eterno aterrorizó, en cambio, a Unamuno, que califica de "absurdo moral" la sola idea del infierno. "Por el infierno empecé a rebelarme contra la fe. Mi terror ha sido el aniquilamiento, la anulación, la nada más allá de la tumba. ¿Para qué más infierno?", escribió.

Por el infierno y el resto de la escatología cristiana, el Vaticano, con su enorme poder, llenó de sombras, tristezas y miedos durante siglos la visión de la humanidad, con límites tenidos hoy por irreverentes. Un ejemplo es el predicador capuchino Martin von Cochem, que llegó a fijar la altura de las llamas del infierno, llamando la atención sobre el hecho de que su fuego es más tórrido que el terrenal: porque sucede "en lugar cerrado", "se alimenta de pez y azufre" y es Dios quien lo sopla.

"Tú sabes", se exhibe Cochem, "que cuando se sopla sobre el fuego, éste prende con más ímpetu. Si el fuego se atiza con grandes fuelles, como se hace en las fraguas de los herreros, las llamas se enfurecen. Cuando es el Dios omnipotente el que sopla el fuego del infierno con su aliento, ¡cuán horrible no será su rabia y furor".

Que una escatología tan grosera y disparatada haya pervivido durante siglos se explica por el ansia de inmortalidad del género humano y la esperanza de un "más allá" tras la muerte. Lo sostiene el teólogo Manuel Fraijó, alumno en Alemania de Karl Rahner, Hans Küng o Walter Kasper (director de su tesis doctoral). "Ya avisó Feuerbach que, si no existiera la muerte, no existiría la religión. Y Nietzsche atribuía la victoria del cristianismo a esa deplorable adulación de la vanidad personal lograda a golpe de promesas de inmortalidad", añade.

El infierno es, además, una antiutopia destructiva. Al amenazar con las penas eternas, se pretendía infundir terror y provocar la huida del mundo. La mirada del más allá operaba como distracción para alejar a los creyentes de sus responsabilidades en la construcción de la ciudad terrena.

Al fondo está la doctrina de la resurrección, que nació también como respuesta a la injusticia. Dice el teólogo Fraijó: "Existen los injustamente tratados, los humillados y ofendidos, las víctimas del egoísmo y la barbarie. La resurrección viene a satisfacer una de las apetencias fundamentales del ser humano, marcado por una melancolía de la plenitud que únicamente la resurrección llena. Existe una antropología, llamémosla de los insatisfechos, que encaja bien con el anuncio de la resurrección. Para ella, la resurrección es una exigencia".





Fuente: ElPais.com / El Papa concluye la reforma de la eternidad
Autor: Juan G. Bedoya, (España 1945 -) periodista, docente y político. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra y ha trabajado, entre otros medios, en Alerta (Santander), El Correo Español (Bilbao), Televisión Española y ahora responsable de la sección de Religión de El País. La Comisión Europea ha otorgado en España el ‘Premio Europeo de Periodismo 2009.
También ha sido director de Hoja del Lunes de Santander (1975-1980). Director del Curso La cuestión regional de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Profesor de Literatura en la Escuela Politécnica (1973-1974). Presidente de la Junta de Fundadores de Cantábrico de Prensa S.A. Editor del periódico ALERTA Cantabria (1985-1993).
Fotografía: Detalle de el "El purgatorio", visto por el ilustrador Gustavo Doré de La divina comedia / retocado digitalmente del original (Getty)



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martes, 18 de enero de 2011

Benedicto XVI aclara que el purgatorio es "un fuego interior"

Tras hacer desaparecer el limbo, Ratzinger elimina ahora la dimensión física del laberinto de las almas en penaLa geografía de la fe se desmorona. Benedicto XVI, el mismo Papa que en sus tiempos de líder del Santo Oficio marcaba con claridad los pecados y las condenas de teólogos y de todo aquel que osaba saltarse la férrea ortodoxia marcada por Juan Pablo II, continúa haciendo desaparecer los rincones adonde nos llevará el Juicio Final.

Si a finales de 2005 Benedicto XVI, renovando un debate abierto por su antecesor [Karol Wojtyla tuvo una hermana que falleció poco después de nacer], declaraba que el limbo lugar al que supuestamente iban los niños sin bautizar no existía, apelando a la misericordia divina, ayer hizo desaparecer el purgatorio como concepto físico.

"El purgatorio no es un elemento de las entrañas de la Tierra, no es un fuego exterior, sino interno. Es el fuego que purifica las almas en el camino de la plena unión con Dios", afirmó Benedicto XVI en su audiencia pública de los miércoles. El laberinto de las almas en pena que tan bien retratara Dante en La Divina Comedia, tampoco existe. O, al menos, no físicamente.


Un 'billete' al cielo

Se trataría más bien de un "sin tiempo", en el que el alma ha de ser purificada ("purgada") por el pecado antes de ganarse el billete hacia el cielo, otro lugar cuya ubicación, como la del infierno, también está discutida. No el castigo divino, sino el concepto arcaico y físico del mismo. Antaño, sin embargo, se hablaba del fuego o de las nubes, e incluso de la edad corporal (33 años, la de Cristo) y la ausencia de sexo de quienes participaban de la salvación o la condenación eternas.

Dedicando su catequesis a la figura de santa Catalina de Génova, conocida por su visión sobre el purgatorio, el Pontífice negó que los místicos hicieran revelaciones específicas sobre las almas que se purifican. Los tormentos del purgatorio no serían, pues, físicos, sino "parte de la experiencia interior del hombre en su camino hacia la eternidad". Cabe pensar, entonces, si dicha experiencia forma parte de la propia vida, o sólo se da tras la muerte.


Contra la "escoria" del pecado

Para Benedicto XVI, el alma que llega al purgatorio se presenta ante Dios todavía ligada a los deseos y la pena derivados del pecado, lo que le imposibilita a "gozar de la visión de Dios". "Es el amor de Dios por los hombres el que la purifica de las escorias del pecado".

El paraíso, el purgatorio y el infierno han preocupado a lo largo de la historia tanto a los fieles como a los papas. El propio Benedicto XVI, en 2007, afirmaba que el infierno, "del que se habla poco en este tiempo, existe y es eterno para los que cierran su corazón al amor de Dios".

Su antecesor, Juan Pablo II, coincidió con Ratzinger en que el purgatorio existe, pero que no es "un lugar" o "una prolongación de la situación terrenal" después de la muerte, sino "el camino hacia la plenitud a través de una purificación completa".

Wojtyla también aseguró que tanto el paraíso como el infierno no son lugares físicos, sino estados del espíritu. Según Juan Pablo II, las imágenes utilizadas por la Biblia para presentar simbólicamente el infierno deben ser interpretadas correctamente y "más que un lugar, es la situación de quien se aparta de modo libre y definitivo de Dios".

Más allá de los debates teológicos o las ideas de un Papa u otro, el Catecismo y la tradición de la Iglesia católica se refieren al purgatorio como un estado transitorio de purificación y expiación donde, después de su muerte, las personas que han muerto sin pecado mortal pero con otras faltas sin satisfacción penitencial de parte del creyente, tienen que purificarse de esas manchas para poder acceder a la "visión beatífica" de Dios. A diferencia del infierno, todo el que entra en el purgatorio acabará entrando al cielo. Durante siglos, la Iglesia ha defendido que las plegarias por los muertos, las misas en sufragio o las indulgencias aceleraban el proceso para las almas pendientes de alcanzar la salvación. Este fue, precisamente, uno de los aspectos que llevaron a Lutero a la Reforma protestante.

En cuanto al infierno, presente en la práctica totalidad de las religiones, es definido como el "estado de autoexclusión definitiva de la comunión con Dios". "La pena principal del infierno consiste en la separación eterna de Dios en quien únicamente puede tener el hombre la vida y la felicidad para las que ha sido creado y a las que aspira", afirma el Catecismo, que añade que "Dios no predestina a nadie a ir al infierno; para que eso suceda es necesaria una aversión voluntaria a Dios (un pecado mortal), y persistir en él hasta el final".


Un nuevo 'Jardín del Edén'

Finalmente, el cielo o paraíso, también existente en casi todas las tradiciones religiosas, supone para el cristiano "un retorno al estado de la humanidad anterior a la caída, un segundo y renovado Jardín del Edén en el que la humanidad se reúne con Dios en un perfecto y natural estado de existencia eterna. Los cristianos creen que esta reunión se logra mediante la obra redentora de Jesucristo de morir en la cruz "por los pecados de la humanidad". Se trata de un lugar de gozo, paz y felicidad infinita y eterna, el cumplimiento de la promesa tras pasar por lo que la teología católica define como "valle de lágrimas". O sea, esta vida en la Tierra que es, según el Papa, el único concepto físico con el que cuenta el creyente.




Fuente: Publico.es / El Papa aclara que el purgatorio es "un fuego interior"
Autor: Jesús Bastante / Madrid
Fotografía: Joseph Ratzinger, sujetando una vela en su balcón del Vaticano en la noche del pasado 24 de diciembre / AFP


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