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domingo, 18 de diciembre de 2011

Denuncian hasta 20.000 casos de pedofilia en la Iglesia Católica de Holanda

Denuncian “miles de casos” de pedofilia en la iglesia de Holanda involucrando a 800 curas católicos que abusaron de niños desde 1945 a 2010.



Son “decenas de miles” los niños que sufrieron abusos sexuales desde 1945 en instituciones católicas holandesas. En un demoledor informe presentado ayer, una comisión independiente dirigida por Wim Deetmanun democristiano que fue ministro de Culturadeja negro sobre blanco una historia nauseabunda que muestra cómo durante décadas cientos de párrocos abusaron de niños y niñas.

Además, el informe apunta alto y señala con el dedo a la jerarquía de la Iglesia católica holandesa. Deetman dijo ayer que sus investigaciones muestran “el silencio de la Conferencia Episcopal y las congregaciones religiosas y el abandono de las víctimas” y que “la jerarquía tenía desde 1945 conocimiento del problema de los abusos a menores, lo sabían”.

Se sospecha que el número de víctimas que pasaron parte de su infancia en instituciones de la iglesia está entre 10.000 y 20.000, de acuerdo con un resumen del reporte, que investiga acusaciones que datan del fin de la Segunda Guerra. El trabajo añade que la Iglesia Católica encubrió a curas pederastas para protegerse del escándalo y que es culpable de ejercer “una supervisión inadecuada”. La propia Iglesia católica holandesa apoyó la creación de esta comisión de investigación después de que empezaran a aparecer denuncias en la prensa y en otros países.

En escuelas católicas, orfanatos y seminarios, desde 1945 ha habido todo tipo de abusos, incluyendo violaciones a niños de pocos años. Se habla de un millar de casos. Tras el fin de la Segunda Guerra, la Iglesia holandesa tomó a su cargo cientos de instituciones y desde esa fecha hasta 2010 –ahí acaba la investigación– “varias decenas de miles de menores fueron sometidos a formas leves, graves y muy graves de comportamiento sexual inapropiado en la Iglesia”.

Deetman aseguró que también hubo abusos en organismos no dirigidos por la Iglesia, pero que en los institutos religiosos la posibilidad de sufrirlos era el doble. Su constatación es tremenda: “Los abusos sexuales a menores son algo extendido en la sociedad holandesa ” y en las instituciones controladas por la Iglesia católica “hubo varios miles” de violaciones a menores de edad.

La comisión de investigación recibió 1.795 denuncias y realizó 34.000 entrevistas que le sirvieron para identificar a cientos de párrocos. Los datos del informe, de casi 1.200 páginas, muestran una sociedad que tendrá que hacerse muchas preguntas.

Casi el 10% de los holandeses que hoy tienen más de 40 años sufrió abusos sexuales antes de los 18 años. Deetman dijo que “la cifra nos ha dejado atónicos. ¿Cómo ha podido suceder algo así?”.

Lo revelado ayer en Holanda sobrepasa, por la gravedad de los casos y sobre todo por su extensión, a los escándalos por abusos sexuales a menores conocidos en otros países, como Irlanda, Estados Unidos, Alemania, Austria, Canadá o Bélgica.

El informe apunta al celibato cuando dice que, aunque no fue “un factor crucial”, sí suponía “un riesgo” para los implicados. “Hay casos de manifiesta necesidad sexual”, afirma el trabajo.

Holanda nunca ha sentado ante un tribunal de justicia a estos “cientos de párrocos” abusadores. El informe se basa en denuncias pero también en el análisis de los archivos de los obispados, congregaciones y órdenes religiosas. Los obispos holandeses reaccionaron ayer. En un comunicado de prensa aseguraron sentir “vergüenza y pena”. Presentaron sus “sinceras excusas” a las víctimas y dijeron que están “sorprendidos por los abusos sexuales a menores y las prácticas descritas en el informe”. También se comprometieron a ayudar a la justicia. El informe identifica a 800 abusadores, aunque apenas habría 105 vivos. La Iglesia ya anunció que habrá indemnizaciones que serán de entre 5.000 euros hasta 100.000 para los casos más graves.





Fuente: Denuncian “miles de casos” de pedofilia en la iglesia de Holanda / Clarin.com
Autor: Idafe Martin / Bruselas
Fotografía: Wim Deetman presenta el informe sobre abusos del clero en Holanda. / Phil Nijhuis (EFE)

Enlaces relacionados:

• Hasta 20.000 menores sufrieron abusos en la Iglesia holandesa desde 1945 / ElPais.com
• Escándalo en Holanda / Pagina12.com
• La Iglesia holandesa abusó de decenas de miles de menores / Publico.es
• Escándalo mundial. De 10 a 20.000 casos de pedofilia en la Iglesia católica de Holanda / ProtestanteDigital.com
• Holanda: miles de menores abusados sexualmente en la Iglesia católica / ObservadorGlobal.com
• Holanda y el genocidio sexual contra los niños / ElHeraldo.co






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domingo, 13 de noviembre de 2011

Perdona nuestros pecados: abuso en la iglesia y economía. Por Sebastián Campanario

El 6 de enero de 2002, el diario The Boston Globe publicó una historia que tuvo profundas consecuencias en la sociedad estadounidense, al señalar la punta del iceberg de un escándalo conmocionante. La nota contaba la vida del cura John Geogham y las 130 denuncias por abuso de menores que pesaban sobre él, y cómo la arquidiósesis de Boston y sus principales autoridades no sólo tenían conocimiento de los casos, sino que continuaron rotando a Geogham por cargos en los que seguía teniendo contacto con niños.

La nota destapó la olla de una conducta que estaba extendida en la Iglesia estadounidense. Entre 1950 y 2009, 5.768 curas recibieron al menos una acusación de abuso, lo que representa un 5,3% de la cantidad total. El número de víctimas en ese período ascendió a 15.235, a razón de 2,6 por cura. Más de un 80% de las acusaciones se demostraron ciertas, y le costaron hasta el momento a la Iglesia estadounidense unos 3.000 millones de dólares en indemnizaciones, con cientos de juicios todavía pendientes de resolución.

Dos jóvenes economistas argentinos, Nicolás Bottan, de la Universidad de Illinois, y Ricardo Pérez Truglia, de Harvard, aprovecharon esta serie de escándalos para resolver un misterio pendiente de la economía de la religión: si el hecho de que una persona sea “creyente” la lleva a tener una conducta más “social”, esto es, a participar de acciones solidarias, donar dinero, ser protagonista en la vida civil, etc. Hasta el momento, se sabía que ambos tipos de variables están altamente correlacionadas (hay observaciones tan antiguas sobre el tema que se remontan a Alexis de Tocqueville), pero era un problema determinar la causalidad. Esto es, probablemente gente “altruista” tenga más tendencia a ser religiosa y solidaria a la vez. Un problema que en econometría se conoce como de “endogeneidad”.

Lo que Bottan y Truglia hicieron fue tomar a los escándalos de los curas pedófilos como un “experimento natural”. Fiorela Benedetti, de UDESA, confeccionó una base geográfica y temporal muy detallada con la ubicación de los delitos, que permitió concluir que una vez que se hicieron públicos disminuyó el compromiso religioso en esas comunidades según distintos indicadores (ir a misa, creer en Dios, etc.) Con un rezago de unos meses, se vinieron abajo los indicadores de comportamiento “pro-social”, medido en variables como número y tamaño de organizaciones caritativas o donaciones, por ejemplo.El efecto de los escándalos protagonizados por los curas en el nivel de religiosidad y solidaridad de las comunidades afectadas por la noticia fue importante y, peor aún, permanente en el tiempo”, explica Bottan. Por ejemplo, el personal de entidades de caridad bajó un 10% en promedio y no se recuperó. Y en la década pasada hubo una caída dramática en la cantidad y en el tamaño de los colegios católicos de los EE.UU.

Por lo explosivo de la combinación de temas que aborda (religión, sexo, escándalos), el paper de los economistas argentinos tiene destino asegurado de alto perfil en los próximos meses, cuando empiece su recorrido por los journals.





Fuente: iEco / Clarin.com
Autor: Sebastián Campanario (Argentina, 1973-) Es licenciado en Economía (UBA / Universidad de Buenos Aires), y en Periodismo (TEA / Taller Escuela Agencia de Periodismo). Su formación profesional comenzó en el semanario "El Economista" en 1994, y cuatro años más tarde ingresó al Suplemento Económico de Clarín, donde trabaja en la actualidad escribiendo notas de macroeconomía, teoría económica, negocios y marketing. Es asesor en temas de economía para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Autor del libro "La Economía de lo Insólito".





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martes, 13 de septiembre de 2011

Abusados por curas pederastas demandan a Benedicto XVI ante La Haya

Acusan a Benedicto XVI y a otros tres altos cargos del Vaticano de crímenes contra la humanidad
"Los crímenes cometidos contra decenas de millares de víctimas, la mayoría niños, siguen siendo ocultados por funcionarios del más alto nivel en el Vaticano". Así consta en la demanda que varias asociaciones de víctimas de abusos sexuales del clero en Alemania, Estados Unidos, Holanda y Bélgica presentaron ayer ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya, exigiendo que se juzgue por "crímenes de lesa humanidad" al mismísimo papa Benedicto XVI, así como al actual secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone, a su antecesor, Angelo Sodano, y al prefecto de Doctrina de la Fe, William Levada.

Es la primera demanda global de víctimas de varios países contra responsables de la Iglesia católica. Los afectados denuncian no sólo su inacción ante la pederastia de miles de clérigos en todo el mundo, sino también que "toleraran y la sistemática y generalizada ocultación de las violaciones y crímenes sexuales contra menores". La denuncia ha sido presentada por el grupo Red de Supervivientes de las Víctimas de Abusos por Sacerdotes (SNAP) y el grupo de derechos humanos Centro para los Derechos Constitucionales.

Los afectados han convocado movilizaciones en toda Europa

Para la presidenta de este último organismo, Barbara Blaine, las víctimas "se están movilizando en todo el planeta". Así, se han convocado movilizaciones por toda Europa para convencer a más personas para que creen nuevas asociaciones de víctimas. La gira pasará por Ámsterdam, Bruselas, Berlín, París, Viena, Londres, Dublín, Varsovia y Madrid. Los convocantes también quieren celebrar una protesta el 20 de septiembre a las puertas de la Santa Sede.

Según las víctimas, La Haya tipifica la violación, la agresión sexual violenta y la tortura como crímenes de lesa humanidad. Por ello, piden que se investigue al Vaticano por la presunta responsabilidad individual de "algunos de sus funcionarios que tenían a su cargo a los autores directos" de los delitos. Junto a la denuncia, se ha presentado un informe de 10.000 páginas en el que se relatan centenares de casos de abusos llevados a cabo por religiosos en Holanda, Bélgica, Alemania y EEUU.

En caso de que el Tribunal se declare competente, sería la primera vez que el Vaticano pueda ser investigado por delitos cometidos por sus representantes en el resto del mundo. Pero parece difícil que el Alto Tribunal asuma esta responsabilidad, puesto que, aunque el Vaticano es un Estado soberano, los implicados están sometidos a las leyes de los países donde viven.

Fuentes eclesiales creen "inviable" que la denuncia se admita a trámite

Al cierre de esta edición, ni el Tribunal ni la Santa Sede habían respondido a la presentación de la demanda. Sin embargo, fuentes eclesiales consideran "inviable" que se admita la denuncia, puesto que en su mayor parte se trata de delitos anteriores a 2002 y porque, desde que Benedicto XVI es papa, la Santa Sede ha defendido la "tolerancia cero" ante la pederastia. En mayo, Roma aprobó unas normas que obligaban a los clérigos a colaborar con la Justicia.

Por ejemplo, la asociación SNAP de EEUU, con casi 10.000 miembros, señala que la iglesia de ese país ha reconocido que 6.000 sacerdotes han sido acusados de abusos en las últimas décadas y que se calcula que allí ha habido 100.000 víctimas menores.

En febrero, dos abogados alemanes trataron de presentar una demanda contra el papa en La Haya por "crímenes contra la Humanidad", que fue desestimada. Ahora se trata de la primera demanda conjunta.


• Un problema global: Décadas de abusos en varios países

- EEUU: Casi 6.000 curas han sido acusados de abusos en EEUU en las últimas décadas.

- IRLANDA: En 2005, el Gobierno reveló más de cien abusos a menores en Wexford. En 2009, el Informe Murphy identificó a 320 víctimas de 1974 a 2004 y otras 120 hasta 2009.

- ESPAÑA: El 4% de los menores víctimas de abuso lo fueron a manos de sacerdotes, según un estudio de la Universidad de Salamanca de 1994. *



• Encubriendo a curas pedófilos

En una iniciativa sin precedentes que ha causado conmoción internacional, la Snap, principal asociación norteamericana de víctimas de abusos sexuales por parte de clérigos pedófilos, pidió ayer ante la Corte Penal Internacional de La Haya “incriminar al Papa por su directa y superior responsabilidad en los crímenes contra la humanidad de los estupros y otras violencias sexuales cometidas en el mundo”, por parte de miembros de la Iglesia Católica.

La Asociación, con el respaldo de una organización estadounidense de derechos humanos que aportó a varios abogados, extendió las acusaciones a otros tres grandes personajes del Vaticano: el secretario de Estado o “primer ministro” del Papa, cardenal Tarcisio Bertone; su predecesor, el cardenal Angelo Sodano, y el sucesor de Benedicto XVI cuando era el cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal norteamericano William Levada.

La denuncia ante el Tribunal Internacional tendrá probablemente sólo efectos simbólicos , porque el Vaticano no suscribió como lo hicieron 117 países (entre ellos la Argentina), el tratado que creó la Corte Penal Internacional en La Haya para los crímenes contra la humanidad, que comenzó a estar operativo en julio de 2002, tras ser ratificado en Roma. Tampoco Estados Unidos suscribió el tratado internacional. El fiscal de la Corte, el jurista argentino Luis Moreno Ocampo, se hará cargo ahora del carbón ardiente de un “dossier” de 80 páginas de denuncias, respaldado por unas 20 mil páginas de documentos.

Uno de los abogados patrocinantes, Pamela Spees, del Centro de Derechos Constitucionales, una organización de derechos humanos norteamericana, dijo ayer, citada en un comunicado de la Snap, que “crímenes contra decenas de miles de víctimas, en su mayoría niños, fueron camuflados por responsables del más alto nivel del Vaticano”.

La Snap anunció que desde hoy inicia una gira de información por Amsterdam, Bruselas, Berlín, París, Viena, Londres, Dublin, Varsovia, Madrid y Roma, “para llevar la demanda a las puertas del Vaticano”.

El Vaticano mantuvo un estricto silencio ante la noticia de la denuncia al Papa y tres altos prelados de la Curia Romana. El único comentario lo hizo el arzobispo de Nápoles, ex prefecto de la poderosa Congregación para la Evangelización de los Pueblos (Propaganda Fide), cardenal Crescenzio Sepe. Dijo que la denuncia era “el habitual intento anticatólico que tiende a ofuscar una imagen que, desde el punto de vista humano, es lo más prestigioso que tenemos en nuestra sociedad”.

La presidenta de Snap, Barbara Blaine, violada cuando tenía 12 años por un sacerdote “que estupró a otros niños y nunca cumplió ni un día de cárcel”, afirmó ayer que hay que “proteger a tantos niños inocentes de todo el mundo, víctima de violencia por parte de curas, monjas, obispos y seminaristas católicos”. **



* Fuente: Publico.es / Las víctimas de abusos sexuales denuncian al papa ante La Haya
**Fuente: Clarin.com / Denuncian al Papa por encubrir a curas en casos de pedofilia
Nota: acceda a los documentos presentados por Snap y Centro para los Derechos Constitucionales ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya, haciendo clic aquí.
Fotografía: miembros de ambas organizaciones momentos antes de entrar al Tribunal Penal Internacional de La Haya / Clarin.com





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lunes, 25 de julio de 2011

Por primera vez, un estado soberano acusa al Vaticano de proteger a curas pedófilos

El gobierno de Irlanda, uno de los bastiones católicos de Europa, denunció que la Santa Sede intentó "obstaculizar" una investigación sobre abusos a 40 niños. Y dijo que la Iglesia ocultó los hechos para proteger "su poder y reputación".En un hecho de gravedad sin precedentes al menos en la historia de la Iglesia contemporánea, el gobierno de Irlanda, uno de los tres grandes bastiones del catolicismo en Europa, junto con Italia y Polonia, acusó al Vaticano de haber seguido protegiendo a sacerdotes pedófilos que abusaron al menos de 40 niños.

“Esto ocurrió hace tres años, no tres décadas”, dijo con vehemencia el primer ministro irlandés Enda Kenney. En el centro del escándalo mayúsculo, que deja en ruinas una relación tan importante "que no volverá a ser la misma", está el obispo John Magee, quien fue secretario de tres papas (Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II), antes de ser promovido a obispo de Cloyne, cargo al que tuvo más tarde que renunciar.

La diócesis de Cloyne, en el condado de Cork, al sudeste de la isla de Irlanda, fue el escenario de uno de los más recientes y explosivos casos de curas pedófilos investigado por el gobierno.

Hace unos días, el Ministerio del Interior dio a conocer el informe de 341 páginas sobre de denuncias presentadas en la diócesis del obispo Magee entre 1996 y 2009. Las víctimas infantiles fueron 40 y los sacerdotes que abusaron sexualmente y vejaron a los chicos fueron 19 clérigos de la diócesis. Solo tres están bajo proceso, porque la mayoría ya murió o está demasiado anciana para sufrir los juicios.

El primer ministro Kenney no ocultó su disgusto al explicar al Parlamento el contenido del informe. “Por primera vez en Irlanda, un informe sobre los abusos sexuales cometidos contra niños revela un intento de la Santa Sede de obstaculizar una investigación en una república soberana y democrática sobre hechos ocurridos hnace tres años y no tres décadas”.

“El informe Cloyne”, agregó el jefe del gobierno de Dublin, “pone en claro la disfunción, la desconexión de las realidades, el elitismo y el narcisismo que dominan en la cultura del Vaticano”.

“La violación y la tortura de niños fueron subestimadas o gestionadas para acomodar a la institución, su poder y su reputación”, aseguró. El Parlamento suscribió una declaración por unanimidad de condena contra la conducta de la Iglesia católica irlandesa y el Vaticano.

Mientras el canciller irlandés convocó al nuncio apostólico para que el embajador trasmita las protestas a Roma, el ministro de Justicia Alan Shatter prometió aprobar una nueva ley que establecerá penas de cárcel para quienes oculten el conocimiento de sospechas de abusos de niños”.

El ministro dijo que era un angustioso interrogante saber cuál es la situación en las otras diócesis, 23 de las cuales aún no han sido investigadas. En ellas se podrian ocultar hasta hoy evidencias de crimen lo que “representa una amenaza actual para los niños”.

Una seguidilla de escándalos por abusos sexuales de decenas de curas irlandeses que fueron revelados desde 1994, han echado por tierra el prestigio inmenso que tenía la Iglesia de Irlanda entre los fieles.

La magistrada Yvonne Murphy encabezó una comisión que lleva su nombre que investigó los casos y que concluyó que el obispo Johnn Magee y sus colaboradores ocultaron información a la policía. Magee también afirmó más tarde que se estaban adoptando medidas, que en realidad ignoraba.
El Vaticano fue acusado de haber influído a partir de 1997 para que no se “hiciera escándalo” por estos casos.

El Papa Benedicto XVI, abrumado al llegar al papado por la enorme cantidad de casos de pedofilia en la Iglesia mundial, ordenó la “tolerancia cero” contra los abusaores y en febrero de 2010 envió una dolorida carta a los fieles irlandeses. También convocó a 24 obispos de la isla y les dijo que dejaran de ocultar o disminuir las responsabilidades por los casos de pedofilia.

Pero hace unas semanas, el arzobispo de Dublin, Diarmuld Martin, llamó en causa a los colaboradores del Papa en la Curia Romana por no hacer seguido con eficacia las disposiciones del pontífice para contrastar el fenómeno. El arzobispo lamentó retardos en la difusión de los resultados de las visitas apostólicas de inspección en algunas diócesis.

El portavoz del Papa, padre Riccardo Lombardi, lamentó “con dolor” la situación pero pidió que el debate sea realizado “con la necesaria objetividad”.




Fuente: Clarin.com
Autor: Julio Algañaraz / Corresponsal en el Vaticano




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lunes, 2 de mayo de 2011

El aliado oscuro de Juan Pablo II. Por Jesús Rodríguez

Maciel, fundador de los Legionarios, ya era pederasta cuando el polaco llegó a papa - Ambos se apoyaron entre sí y compartieron una visión de la Iglesia Católica
"Y a usted, padre, ¿cuándo le vino la idea de crear la Legión?", le preguntó Juan Pablo II a Marcial Maciel la primera vez que cenaron juntos en el comedor privado del Santo Padre. La respuesta de Maciel fue inmediata: "Santidad, a los 15 años ya tenía claro que quería crear una congregación de sacerdotes para instaurar el reino de Cristo en la sociedad". El Papa reflexionó y continuó: "Pues sabe usted, padre Maciel, yo a los 15 años aún no había sido ordenado y no se me pasaba por la cabeza llegar a ser Papa". Según un religioso que presenció la conversación, tras esa frase del Papa los dos rompieron a reír. El Papa siempre admiró a Maciel esa seguridad absoluta que tenía en su misión. Sabía que iba ser de una fidelidad absoluta.

Cuando Wojtyla accedió al papado en 1978, Maciel ya era pederasta. Ya había tenido relaciones con mujeres; ya sufría una adicción a los opiáceos y llevaba décadas de manejos económicos. Controlaba con mano férrea a sus chicos presos en su particular voto de silencio; era señor de mentes y haciendas en la Legión de Cristo. Pero todo su poder poco tenía que ver con lo que conseguiría de la mano del nuevo pontífice. En 1978, la Legión de Cristo era apenas una congregación profundamente conservadora creada por un ambicioso sacerdote mexicano, que aún no tenía aprobadas sus Constituciones, secretista, poderosa en México y con presencia entre las élites reaccionarias de España, Italia, Irlanda y EE UU. Con Juan Pablo II, Marcial Maciel conseguiría una influencia que nunca pudo imaginar.

Y más aún arrastrando su oscuro pasado del que nadie al parecer se percató. Maciel era un genio como recaudador, sus seminarios estaban llenos y presumía de no ir ni un paso atrás ni delante del Papa. Y, por si fuera poco, apoyaba económicamente a Solidaridad, el sindicato católico creado en Polonia en 1980 y dirigido por Lech Walesa que estaba minando los cimientos del régimen comunista de parte del nuevo Papa.

Durante el papado de Wojtyla, la Legión sería la congregación católica de mayor crecimiento. Cuando Wojtyla llegó al Vaticano, contaba con 100 sacerdotes. A su muerte tenía 800 y más de 2.000 seminaristas repartidos en 124 casas por todo el mundo. Universidades en México, Chile, Italia y España; facultades de Teología, Filosofía y Bioética. Más de 130.000 alumnos. Y 20.000 empleados en su grupo económico Integer. La cifra que más se ha repetido sobre el valor de los activos de la Legión en los últimos años es de 25.000 millones de euros.

Después de un Papa de dudas como Pablo VI, llegó en 1978 Karol Wojtyla, un Papa de certezas. Procedente de la siempre fiel Polonia. Como México. Un catolicismo de resistencia. Ese era el proyecto que ofrecía el nuevo Papa en un tiempo de incertidumbres. Para su batalla, necesitaba un ejército incondicional. Ya no le valían los franciscanos, dominicos o jesuitas. Estaban demasiado comprometidos con los pobres. Fronterizos con el marxismo. Enemistados con los poderosos. Wojtyla encontró sus nuevos reclutas en el Opus, los Kikos, Lumen Dei, los carismáticos, Comunión y Liberación, Schoenstatt, San Egidio y en la Legión de Cristo. Juntos se montaron en la Enlacemáquina del tiempo y rebobinaron hasta los años cincuenta. Hasta una Iglesia con un poder centralizado, sin lugar para la disidencia. Y decidieron que esa era la Iglesia de fin de siglo; la que tenía que reevangelizar el planeta. Maciel sería uno de los mariscales de campo.

Sus trayectorias eran casi gemelas. Habían nacido en 1920, con dos meses de diferencia, en el seno de familias conservadoras, rurales y de clase media. Criados en un catolicismo piadoso, vigoroso, excluyente, muy de resistencia política y unido al sentimiento nacional de México y Polonia. Vivirían momentos de opresión religiosa durante su niñez que les educaría en un catolicismo de batalla. Las madres de ambos, Emilia y Maurita, serían el amor de su vida; la clave de su adoctrinamiento religioso, su modelo. Las mujeres tenían que ser para ellos madres y esposas. Y transmisoras del catecismo. Como sus madres.

Según Maciel en su libro Mi vida es Cristo, Juan Pablo II y él se conocieron en enero de 1979, dos meses después de que Wojtyla fuera elegido sucesor de san Pedro. Al nuevo Papa se le metió en la cabeza que su primer acto de masas fuera de Italia tenía que ser en México, un país con más de 80 millones de católicos en las puertas de EE UU y la Centroamérica de la Teología de la Liberación. Había que arrebatar América a las garras del comunismo.

En enero de 1979, Wojtyla estaba decidido a realizar ese viaje. Pero el Gobierno mexicano no lo tenía tan claro. México y la Santa Sede no mantenían relaciones diplomáticas. México era un Estado profundamente laico con una constitución anticlerical. Pero a la vez contaba con un catolicismo muy emocional, de sangre. Su legislación implicaba que en el caso de que Juan Pablo II visitara México, no lo podría hacer como jefe de Estado, sino como un "turista ilustre"; no sería invitado oficialmente por el presidente José López Portillo. No podría celebrar la misa en espacios abiertos. Con su apuesta de visitar México, Wojtyla se la jugaba. Justo al comienzo de su pontificado.

En esto apareció Maciel. Dentro de la red de amistades que el fundador de los legionarios había tejido en México estaban Rosario Pacheco y Margarita y Alicia López Portillo. Católicas, ricas y madre y hermanas del presidente mexicano, José López Portillo. Maciel era el confesor de doña Rosario. Habló con ellas. Y ellas con el presidente. Se obró el milagro. López Portillo invitaría al Papa y le recibiría en el aeropuerto. Juan Pablo estaría autorizado a decir misa al aire libre ante cientos de miles de fieles. Y la visita sería transmitida por televisión.

Wojtyla nunca olvidaría aquel fino trabajo. A nadie en Roma le importó que corrieran los rumores contra el superior de los legionarios; que en algún rincón de la curia se escondiera un grueso dossier sobre sus andanzas. Juan Pablo II las ignoró. Y durante casi tres décadas no dejó de recompensar la lealtad de Maciel.

En los años siguientes, Wojtyla aprobaría las Constituciones de la Legión sin cambiar una coma, ordenaría en el Vaticano a 59 legionarios e invitaría a Maciel a fiscalizar varios sínodos de obispos en Europa y Latinoamérica. Favoreció la creación de la universidad pontificia de los legionarios en Roma y la implantación de la congregación en Chile. Y llegó a definir a Maciel como "guía eficaz para la juventud".

Y cuando las cosas se comenzaron a poner mal para Maciel tras la publicación en The Hartford Courant de las primeras denuncias por abusos sexuales, en febrero de 1997, el Papa hizo oídos sordos. En uno de los últimos actos de la Legión que presidió al final de su vida, Wojtyla aún homenajearía a los miembros de la Legión de Cristo elevando la voz y sobreponiéndose a su enorme debilidad: "Se nota, se siente, los legionarios están presentes".

Cuando el obispo mexicano Carlos Talavera entregó en 1999 una carta al cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y hoy Papa, que detallaba los abusos de Maciel sobre el ex sacerdote legionario Juan Manuel Fernández Amenábar, la respuesta de Ratzinger fue concluyente, según declaró después ese mismo obispo: "Lamentablemente, no podemos abrir el caso del padre Maciel porque es una persona muy querida del santo padre, ha ayudado mucho a la Iglesia y lo considero un asunto muy delicado".

Tendría que morir Juan Pablo II en abril de 2005 para que el affaire Maciel se reactivase. Y ya nada podría salvarle de la condena. El fuego eterno lo tenía asegurado.




Fuente: ElPais.com
Autor: Jesús Rodríguez, periodista y escritor. Escribe para El País de España. Es autor del libro "La confesión. Las extrañas andanzas de Marcial Maciel y otros misterios de la Legión de Cristo".



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jueves, 28 de abril de 2011

18 años después de Waco, davidianos aún creen que Koresh era Dios

Los hijos de Sheila Martin se quemaron vivos. Dios lo quiso, dice.

“No espero que lo entiendas”, dice, recargando su cuerpo pequeño en un carro de supermercado en la sección de artículos de bebés de un Walmart. Su playera rosa, zapatillas y bolsa combinan con los lirios, hortensias y los manojos de jazmín que está comprando.

“¡Oh, mira, tienen nomeolvides!”. Ella acaricia los pétalos azules, como un niño, pone su nariz en la planta e inhala.

“Esto será perfecto para el monumento conmemorativo”.

Este martes, Martin y un grupo de los otros sobrevivientes del grupo La Rama de los Davidianos se reunirán en un hotel en la autopista a mitad de este pueblo polvoriento de Texas, para recordar la persecución federal a su complejo religioso, un evento que se ha convertido sinónimo de la palabra Waco.

Ese día de 1993, un enfrentamiento de 51 días entre los davidianos armados, agentes de la Oficina de Control de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos y el FBI terminó en un incendio y la muerte de al menos 76 personas. Entre ellos estaban el esposo y cuatro hijos de Martin.

En el jardín, Martin acelera su paso, examinando cada planta, oliendo y tocando sus retoños, arrodillándose en el suelo.

Los recuerdos se agudizan cada año, no se desvanecen como hubiera esperado.

“Sólo no me gusta regresar”, dice.

Durante días sin fin, estallaron granadas, dice, lastimando sus oídos como clavos metiéndose en sus tímpanos. Sus niños gritaban, corriendo por los pasillos afuera de sus recámaras cuando dispararon las primeras balas el 28 de febrero.

Las balas chocaron contra las paredes; y las atravesaron. Una rompió la ventana de la recámara y voló sobre la cabeza de su hijo de 6 años, Daniel. Ella volteó hacia arriba. Su cara estaba sangrando por los pedazos de vidrio.

Su hija Kimi de 4 años lloraba. El rugido de los helicópteros sobre el edificio le sonaba a una guerra.

Se toca el pecho. Todavía puede sentir la vibración en sus costillas de la estruendosa y horrible música que el FBI puso en sus bocinas, intentando sacarlos de ahí.

Su calma, en esos días, llegó cuando escuchó su voz, hablando con el negociador, en el alta voz.

“Ahora, sabes qué significa el nombre Koresh”, resonó la voz.

“Significa muerte”.

“No teníamos un plan para la muerte”, dice Martin. “Me pregunté: alguien cambió el plan sin decírmelo”.

El 21 de marzo, ella caminó del complejo davidiano, uno de 21 adultos y 14 niños que tomaron el riesgo de irse en esas semanas.

Tres de sus siete hijos salieron. Cuatro se quedaron su papá.

El 19 de abril, en un refugio del Ejército de la Salvación en donde mantuvieron a seguidores femeninas, vio en las noticias: un incendio. Era tan grande.

“Dije, ‘Oh, por favor Dios, sálvalos. Sálvalos’. Pero mi cabeza sabía que ya no estaban”.

Martin no visita el campo en Waco en donde están enterrados. “No me voy a echar en la tierra a llorar”, dice. “Nosotros no hacemos eso”.

La Rama de los Davidianos cree que cuando la gente muere, sólo está “inconsciente”, esperando a ser resucitada para que puedan viajar al reino y dejar a los ateos.

Lisa de 13 años; Sheila de 15; Anita de 18; Wayne Jr. de 20; y Wayne padre; ellos sólo están inconscientes. Ellos están esperando.

David Koresh le dijo a sus seguidores años antes que habría una batalla apocalíptica con Babilonia y hombres uniformados; que habría destrucción, fuego y muertes.

Así que Martin dice que David tenía razón. “David es el Mesías, y volverá”, ella explica, mientras revisa un arbusto que en donde han empezado a crecer pimientos.

“Ahora sólo tenemos que esperar al paraíso”.


Creyentes de verdad

Por más de diez años cada sábado, el Sabbath de La Rama de los Davidianos, Sheila Martin y Clive Doyle se han reunido para rezar y discutir la Biblia. Ellos afirman que David Koresh era Dios encarnado. Luego se van a comer o a hacer mandados.

Ellos no están juntando metralletas, la razón principal por la que la policía allanó su complejo. Entre ellos, Doyle y Martin ni siquiera tienen un rifle.

Martin y Doyle vivieron comunalmente en el complejo, pero ahora lo hacen en casas modestas a unas calles de Waco. Él trabaja en una tienda de segunda mano. Ella trabaja en una guardería cristiana. Sus jefes les han pedido que dejen su religión en casa; han sido tratados bien en el trabajo y por la gente de Waco que sabe de sus pasados.

Las llamadas agresivas que Doyle solía recibir han disminuido en los últimos años.

Cuando algunos reporteros le llaman para escribir notas sobre los “creyentes de verdad” de Koresh, no participan sin antes consultarse el uno al otro.

“Ya esperamos que mucha gente nos verá como dementes”, dice Doyle, su voz cambiando a un tono tenebroso, inexpresivo. “Así que nos gusta que nos vean como un poco locos, es una mejora”.

Paseando por Waco en la vieja minivan, ellos parecen una pareja extraña. Ella es de Boston y tiene 60 y tantos años, pero se ve, viste y mueve como una adolescente. Doyle es un australiano con humor oscuro que usa bifocales y le dijo a su madre, una adventista , cuando tenía 9 años, que el oficialmente era “un sirviente de Dios”.

“Tengo 70 años”, bromea. “Me gustaría saber en dónde está el reino de Dios”.

Las piernas y brazos de Doyle parecen una colcha de injertos de piel, heridas que sufrió al saltar a través del fuego del complejo para escapar.

Las cicatrices son feas, dice, pero nada comparado con el año que pasó en prisión antes de ir a juicio, junto con los otros davidianos, que fueron acusados de asesinato, conspiración y otros cargos menores.

Junto con otros davidianos, cuatro personas con la Oficina de Control de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos murieron durante el enfrentamiento.


Doyle fue absuelto.

La evidencia reunida por el gobierno, incluyendo grabaciones ocultas en el complejo antes del último allanamiento, mostraron a Koresh ordenando a sus seguidores que dispararan.

¿Así que lo hicieron?, pregunta Doyle.

“Digamos que el gobierno creó las circunstancias que llevaron a los disparos”, comentó.

Aunque Martin y Doyle pueden ser cautelosos, siempre son corteses y pacientes pese a que la gente cuestione sus creencias religiosas o los tachen de locos.

“¿Qué voy a hacer? ¿Discutir con todos?”, dice Doyle. “Cuando la gente me pregunta por qué todavía creo en David y lo que predicaba, después de todo, creo que me preguntan porque en verdad quieren entender. Lo que se puede, lo que se perdió hace años y resultó en la muerte de muchas personas, es que ninguno de nosotros quería convertir a las masas. Si te unías, bien, pero sino querías, entonces continuabas con tu vida”.

“No tienes por qué creer lo mismo que yo”.

Doyle se sienta en su sala llena de novelas policiales, tomos sobre teología y videos de Laurel y Hardy (El Gordo y el Flaco) en los libreros. El único objeto que tiene un espacio propio es la fotografía de su hija Shari, de 18 años.

Era una de las “esposas” de Koresh.

En la foto, Shari tiene el cabello rubio, está sonrojada y sonríe, abrazando al perro de la familia.

Que Koresh se haya acostado con su hija hace que Doyle se acomode en su asiento, mientras habla, y tensa su mandíbula.

Doyle dice que su hija empezó a tener relaciones sexuales con Koresh a los 14 años. Koresh tuvo al menos 13 niños con miembros de la secta y mantuvo relaciones sexuales con menores de edad, según el Departamento de Justicia, declaraciones juradas de los davidianos y numerosas entrevistas que CNN ha realizado con sobrevivientes.

La davidiana Kiri Jewel testificó en las audiencias frente al congreso en 1995 que Koresh dormía en una cama con una mujer y niños, y que creía que él había embarazado a una niña de 14 años. Koresh, dijo, solía hablar de cómo las niñas del complejo lo complacían sexualmente. Jewel describió con detalles gráficos como Koresh abusó de ella sexualmente. Ella testificó que no tenía miedo de embarazarse; era muy joven explicó. Ni siquiera había empezado a menstruar.

Doyle insiste en que su hija Shari, incluso a una edad joven, era capaz de decidir si quería tener sexo con Koresh. La adolescente estaba lúcida, dice, cuando decidió permanecer en el complejo, aún con la posibilidad de irse.

“Ella quería estar con David y escuchar y seguir el mensaje”, dice su padre.

Hay un momento de silencio. Doyle sabe que intentar justificar a Koresh de tener sexo con niñas menores de edad sólo incita la furia de los ateos. Inicialmente, cuando David empezó a predicar el mensaje de que su semilla sagrada debía esparcirse a cualquier chica que quisiera, casada o con coletas, Doyle admite que se molestó.

“Me pregunté, ‘¿Es Dios o sólo el caliente de David?”.

Pero la preocupación de Doyle no duró mucho tiempo.

“No podía discutirle porque te mostraba en donde la Biblia lo decía”.

Sheila Martin, también, perdona a Koresh por tener sexo con niñas menores de edad. “En la Biblia, si una niña tiene edad para menstruar, entonces puede ser una esposa”, ella insiste.

Hay tres puntos cruciales para entender la religión de la Rama de los Davidianos.

Primero, Dios puede aparecerse como un hombre. Segundo, ese hombre no necesita ser una buena persona. Tercero, si cuestionas si ese hombre es Dios, estás cuestionando a Dios. En otras palabras, el diablo es responsable de tu duda.

“Ahora”, Doyle pregunta, “¿Le vas a dar el control al diablo?”


Los nuevos residentes de Monte Carmelo

Hace unos días, Martin, Doyle y el compañero de cuarto de Doyle, Ron Gonis, también de davidiano pero no de Waco, abordaron la camioneta de Doyle y tomaron la carretera a Monte Carmelo, la propiedad en donde estaba el complejo.

El campo está lleno de flores silvestres, y Martin sale del carro, atraviesa el pasto, recogiendo flores amarillas, malezas y mariposas.

A la entrada ahora hay una reja, algo sobre lo que Koresh y miembros de su círculo más cercano bromeaban, pues decían que deberían haber construido una antes del allanamiento, dice Doyle.

En la reja hay varios buzones afuera. Al menos tres davidianos viven en la propiedad, incluyendo a Charlie Pace, uno de los primeros miembros que, según Martin y Doyle, nunca se llevó con Koresh. Dicen que gente de la iglesia le han pedido que deje el complejo.

“Ahora Charlie está de vuelta para reclamar lo que él cree”, dice Doyle.

Pace le dijo a CNN que él está “iluminado” y que Dios lo escogió para buscar a nuevos creyentes.

En un camino de tierra en la propiedad está la capilla que construyeron los simpatizantes de la Rama Davidiana en 1999. En este día, las puertas estaban abiertas y partituras de música y panderetas están en sillas polvorientas. Una fotografía grande de Koresh con pelo largo, parecido a Jim Morrison, cuelga de la pared.

La capilla le recuerda a Sheila Martin la primera vez que el Mesías, un desertor de secundaria en jeans azules, la persuadió a seguirlo.

Era 1986. Ella y su marido, Wayne, un abogado entrenado en Harvard, pasaban un momento difícil. Ambos eran adventistas y vivían en Nueva York.

Ellos se conocieron en una función adventista; él le atrajo por su forma de tocar el piano.

Los nacimientos de sus primeros cinco hijos habían estado bien, pero su fe fue probada con su sexto, Jaime. Él tenía una meningitis potencialmente mortal, una enfermedad que le afectaría el resto de su vida.

“Rezaba todo el tiempo y le dije a Wayne que porque su fe no era tan fuerte como la mía, empezó a desviarse al mundo secular y nuestro bebé se estaba muriendo”, recuerda.

Cuando Jaime lloraba en sus brazos, con un sufrimiento que era incapaz de aliviar, Martin pensó en su primer cita con su esposo. Ellos fueron a la presentación de el Mesías de Handel, el recuento de la victoria de Cristo por encima de la muerte y pecado.

“Mi esposo escuchó lo que sucedía en Waco”, dijo.

La pareja pasó un par de horas hablando a la Rama de los Davidianos. Ellos siempre estaban motivados a escuchar, especialmente a un tipo que recién se había unido al grupo, David Koresh.

Koresh les mandó un video de él predicando. “Las escrituras fluían de su boca. Él tenía el espíritu de Dios”, dice Sheila.

A Wayne Martin, el pianista, le gustó que Koresh tocara la guitarra. A la iglesia le hacía falta un líder con aire juvenil.

Y su hijo necesitaba todos los rezos que pudiera obtener.


La pareja se mudó a Waco.

En días, la familia Martin estaba segura de haber tomado la decisión correcta. Cuando Jaime lloraba en los rezos, y los otros los veían mal, Koresh fue directo al bebé.

“Lo levantaba y sostenía muy fuerte hasta que paraba de llorar”, recuerda Sheila.

Koresh le dijo a los Martin que su hijo necesitaba más sanamiento.

Jaime y dos de los hijos sobrevivientes del incendio en Waco, Kimi y Daniel, pasaron días después del enfrentamiento con familiares mientras las autoridades federales interrogaban a su mamá.

Ahora Kimi y Daniel, de 22 y 24 años respectivamente, viven con su madre en Waco. No quisieron ser entrevistadas.

Martin dice que han rechazado la fe davidiana y que no la acompañan a eventos religiosos. Eso no le molesta, dice, porque ella sabe que Dios les cambiará su forma de pensar.

“Creo que un día se darán cuenta que todo bajo está bajo su orden y entenderán que no tienen otra opción”.

Jaime Martin pasó su vida severamente minusválido. Murió en 1998.


Un día

A Sheila Martin le gusta parafrasear esta escritura: “Si te permiten beber del vaso de dolor, recuerda que un Dios benévolo es quien pone el vaso en tus labios”, dice.

Con eso, toma un sorbo en un popote de su leche con chocolate, después de la comida.

“La gente quiere que la vida sea dulce, pero la vida no es dulce o fácil”, dice ella. “No aquí, no ahora, pero lo será en el reino de dios”.

¿Cómo se verá el reino?

Será un lugar físico, Doyle y Martin dicen, probablemente en otro país, tal vez Israel. Además de eso, no saben.

“Un día tendremos una mejor experiencia”, dice Martin. “No tendremos que ver morir a todos”.

Ella se imagina que será como lo que cantó Diana Ross en la película El Mago.

¿Te sabes la letra?, pregunta.

En cuanto llegue a casa, en cuanto llegue a casa
En un lugar diferente, en un tiempo diferente
Personas diferentes a mi alrededor
Me gustaría saber de ese mundo diferente
Y que tan diferente me encontrarán

“Diana Ross está cantando esas palabras y yo estoy pensando en Monte Carmelo y cómo la luz se reflejaría en la nieve, y cómo la nieve hace que todo parezca limpio ahí”, dice Martin.

“Ella está cantando de estar solo luego de una gran tormenta que Dios creó y que no puede salirse de esa circunstancia”.

“Voy a seguir rezando y deseando por ese lugar, por mí y Clive”.




• Nota del editor de CNN México: Hace 18 años, 76 personas murieron durante una redada del FBI, en Monte Carmelo, cerca de Waco, Texas. Todos pertenecían a un grupo religioso conocido como La Rama de los Davidianos, una escisión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.


• Nota del editor de Ojo Adventista: Debo corregir la -anterior- nota del editor de CNN. La Rama de los Davidianos (Branch Davidians) son un grupo sectario escindido de los Adventistas del Séptimo Día Davidianos (o "Davidianos"), la cual tambien es un grupo escindido o separado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Según Wikipedia, "Los Davidianos (también conocidos como "El Poder") son una secta protestante que se originó en 1955 de un cisma de los Davidianos Adventistas del Séptimo Día ("Davidianos"), se refiere al movimiento de reforma de los llamados que se inició dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día ("Los adventistas") alrededor de 1930. La mayoría de los que aceptaron el mensaje de la reforma han sido expulsados (excomulgados) por el rechazo de la Iglesia Adventista".Enlace



Fuente: CNN Mexico / CNN Belief Blog "18 years after Waco, Davidians believe Koresh was God"
Autor: Ashley Fantz
Fotografía: "Tragedia en Waco. 'su nombre era muerte y el infierno le seguía' Apocalipsis 6: 8" / Portada Times, 3 de mayo de 1993




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lunes, 11 de abril de 2011

Jesuitas pagarán 166 millones de dólares a víctimas de pedofilia en EE.UU.

La orden religiosa de los jesuitas en Estados Unidos acordó pagar US$166 millones a cerca de 500 víctimas de abusos sexuales y psicológicos.Los abusos se cometieron entre 1940 y 1990 en escuelas de poblaciones remotas o reservas. Los casos afectan a la demarcación de Oregón de la órden de los jesuitas, con sede en Roma. Su ámbito territorial incluye los estados de Oregón, Washington, Alaska, Idaho y Montana.

La mayoría de las víctimas son indígenas que viven en reservas y en poblados remotos del noroeste del país, donde la orden destinaba a los curas más problemáticos, según las acusaciones.

La indemnización es considerada la tercera mayor relacionadas con escándalos de pedofilia realizada por la Iglesia católica en Estados Unidos. El dinero será pagado en parte por los jesuitas y en parte por las aseguradoras.

El acuerdo pide a la orden una disculpa por escrito en la que deje de referirse a las víctimas como "supuestas víctimas", así como solicita que instaure controles para prevenir nuevos abusos.


"Infancia perdida"

Uno de los abogados de las víctimas, Blaine Tamaki, dijo en un comunicado que algunos de ellos llevaban esperando cerca de 40 años para obtener una indemnización.

"No hay una cantidad de dinero que pueda devolver una infancia perdida, una cultura destrozada y una fe hecha añicos", manifestó el abogado.

Clarita Vargas, miembro de la tribu Colvill, es una de las víctimas y compareció ante la prensa junto con el abogado Blaine Tamaki para celebrar que "se ha hecho justicia".

"Es un día de rendición de cuentas", aseguró Vargas, de 51 años, que junto con sus hermanas sufrió los abusos del jefe de la Misión y Escuela Santa María, cuando tenían apenas siete años.

El periodista de la BBC en Los Ángeles Peter Bowes informa que la organización había intentado compensar previamente a unas 200 víctimas, pero terminó declarándose en bancarrota alegando que había agotado sus fondos, después de llegar a un acuerdo con otro centenar de víctimas.

Ningún representante de la Iglesia ha comentado el acuerdo, pero en un comentario la orden se refiere al "respecto por el proceso judicial y a todos en él involucrados".

Tamaki considero que con este acuerdo, los jesuitas "reconocen que traicionaron la confianza de cientos de niños que estaban a su cuidado y cometieron terribles atrocidades con ellos".

"En vez de enseñar a esos niños nativo americanos el amor de Dios, esos curas pederastas estuvieron abusando de esos niños", dijo al diario 'The Seattle Post Intelligencer'.

En declaraciones al mismo diario, Clarita Vargas consideró que estos ataques contra ella y otros niños nativos han sido "un trauma generacional" para todos ellos.




Fuentes: adaptado de ElMundo.es (Los Jesuitas pagarán más de 166 millones de dólares a menores víctimas de abusos) / BBC Mundo (Indemnización millonaria de jesuitas a víctimas de pedofilia en EE.UU.)


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domingo, 12 de septiembre de 2010

Escándalo de pederastia en la Iglesia Católica de Bélgica

La comisión de la verdad belga concluye que "casi cada escuela" encubrió abusos. La investigación sobre agresiones sexuales del clero católico afirma que estas fueron masivas y continuadas - Se suicidaron 13 de las 500 víctimas de 320 sacerdotes

El escándalo de los abusos sexuales sufridos por medio millar de niños por parte de religiosos, sacerdotes e incluso un obispo de la Iglesia católica de Bélgica adquirió ayer un tinte más dramático al conocerse que al menos 13 de las víctimas se suicidaron. Los hechos aparecen en un conmovedor informe de unas 200 páginas, elaborado por la antigua Comisión para el Tratamiento de las Demandas por Abusos Sexuales en una Relación Pastoral, presidida por el profesor Peter Adriaenssens, que se dio a conocer ayer. La Comisión fue disuelta el pasado 1 de julio.

En el informe del psiquiatra Adriaenssens se hace referencia a 320 autores de este tipo de agresiones, la mayoría de los cuales son sacerdotes o religiosos que ya han muerto. La mayor parte de los hechos se registraron entre los años cincuenta y ochenta, siendo el punto más álgido en los sesenta.

En una conferencia de prensa, Adriaenssens, se refirió a las víctimas como "supervivientes", y reconoció que después de las entrevistas con los afectados "la realidad resulta peor" de lo que pensaba. En su opinión "casi cada institución, cada escuela, especialmente los internados, encubrieron abusos en algún momento dado". Hay que señalar que la mayor parte de las escuelas católicas en Bélgica están subsidiadas por el Estado.

En sus relatos y confesiones a la Comisión, las víctimas o sus familiares describen una variada serie de abusos y coacciones incluidas violaciones vía anal, oral y masturbaciones. El número de afectados podría ser, no obstante, mucho más elevado. Los trabajos de investigación de Le Vif / L'Express indican que las demandas dispersas en distintas instancias jurídicas en Bélgica sostienen que existen más de 800 víctimas identificadas abusos sexuales por parte de religiosos y curas.

El informe de la Comisión, promovida por la propia Iglesia católica, contiene dolorosos relatos de 424 víctimas o de sus parientes próximos, la mayor parte de las cuales, (232) enviaron sus testimonios por correo electrónico; 163 lo hicieron por teléfono y 29 por carta.

En relación con los casos de suicidio, el informe del profesor Adriaenssens señala que "13 víctimas han comunicado que las persona afectadas habían muerto por suicidio y que ello estaba relacionado con el abuso sexual por parte de un clérigo". "Seis personas", añade, "explicaron por carta a la Comisión una tentativa de suicidio". Los autores del trabajo señalan que "esta cifra resultaría verosímilmente más elevada aún después de las entrevista con las víctimas".

Los abusos sexuales empezaron en muchos casos (48) a los 12 años de edad. Aunque según los testigos había también una víctima de dos años, cinco de cuatro; ocho de cinco; siete de seis; 10 de siete y 17 de ocho; 63 niños tenían entre 9 y 11 años. La mayor parte de las víctimas tienen actualmente entre 40 y 70 años, y el grupo más numeroso, un 38% entre 51 y 60 años.

Del total de 507 menores que sufrieron abusos, hay 327 hombres, 161 mujeres y 19 casos sin información sobre el sexo. Llama la atención que la inmensa mayoría de los casos, 445, se produjeron en Flandes, mientras que en la zona francófona sólo se registraron 43 abusos.

Las denuncias se dispararon a partir del 24 de abril de este año, al día siguiente de que trascendiera que el obispo de Brujas, Roger Vangheluwe, había estado abusando sexualmente de su sobrino.

En efecto, del medio millar de denuncias, un 42% se presentaron durante semana del 24 al 30 de abril.

El obispo, que había estado pagando a la familia de la víctima para que no denunciara los abusos hasta que el delito hubiera prescrito, se vio forzado a dimitir. La renuncia y los escabrosos detalles de los hechos provocaron una fuerte consternación en medios católicos flamencos. Según una encuesta elaborada en Amberes por el periódico De Morgen , próximo a las ideas socialistas, se han producido una cascada de peticiones de anulación de actas de bautismo, hasta cerca de 400, por parte de católicos que se "sienten defraudados".

Junto a la conmoción social que iba provocando la aparición de nuevo hechos y denuncias de abusos sexuales, todo el asunto ha registrado también una escandalosa peripecia en el mundo judicial. El juez encargado de la instrucción de las denuncias, Wim de Troy, ordenó el 24 de junio un exhaustivo registro en las dependencias del palacio del arzobispado de Bruselas-Malinas y en el domicilio privado del cardenal Godfried Dannels, con más de 140 metros cúbicos de documentación. Durante las investigaciones judiciales se abrieron parcialmente dos tumbas de antiguos cardenales en la catedral y se incautaron el ordenador personal de Dannels. Estas diligencias judiciales provocaron una protesta del Vaticano ante las autoridades belgas.

La crisis de la pederastia religiosa ha alcanzado de manera significativa al cardenal Dannels, quien ha sido seriamente censurado por haber encubierto lo hechos de los que tenía conocimiento desde hace tiempo. El cardenal, que goza de un amplio prestigio en los medios católicos, ha reconocido en una entrevista que había cometido el error de no haber pedido la dimisión de entrada del obispo de Brujas.

Pocas semanas después, el 13 de agosto, la sala de apelación de los Juzgados de Instrucción de Bruselas, en una resolución cuya argumentación permanece todavía secreta, decidió que los 475 expedientes de pederastia que había recogido la comisión Adriaenssens había sido recogidos ilegalmente y había que restituirlos a sus legítimos propietarios, los obispos belgas, quienes habían promovido la creación de la Comisión.

La decisión de la sala provocó una rápida reacción del abogado Walter Van Steenbrugge, que defiende a unas 30 víctimas, entre ellas la del sobrino del obispo de Brujas, de iniciar un procedimiento de urgencia para llevar el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.

Van Steenbrugge defiende por otra parte la iniciativa de crear una Comisión de Investigación Parlamentaria, que impulsa el diputado Renaat Landuyt, y a la que habría deseado que se incorporara Adriaenssens.

La divulgación del informe de la Comisión sobre los abusos sexuales por parte de religiosos se interpreta dentro de una estrategia más amplia que persigue la recuperación de la iniciativa por parte de la Iglesia. El próximo lunes, los obispos expondrán su posición al margen de los asuntos judiciales con un mensaje a las víctimas. Sin duda habrán tomado buena nota de algunas de las recomendaciones de la Comisión.

Entre estas recomendaciones cabe mencionar la creación "de un fondo de solidaridad a las víctimas" o la de crear "un día de las víctimas dentro de la Iglesia". La Comisión propone también "la responsabilización de los autores de los abusos haciéndoles contribuir a un fondo con el objetivo de ofrecer una terapia u otros cuidados a las víctimas en los casos en que se ve necesaria".

Con independencia del fondo que pueda crear la Iglesia, las demandas de indemnizaciones por parte de cientos de víctimas pueden ser muy elevadas. En la mente de los afectados están las indemnizaciones de más de 3.000 millones de dólares (2.400 millones de euros) pagados por la Iglesia americana desde 2002, o los 1.300 millones de euros que deberían pagar a medias el Estado y la Iglesia de Irlanda.




Fuente: ElPais.com / 'La comisión de la verdad belga concluye que "casi cada escuela" encubrió abusos'
Autor: Andreu Missé / Brusélas

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miércoles, 7 de abril de 2010

Los papas y el sexo. Por Eric Frattini

LOS PRIMEROS PAPAS /0-523 (Pág. 25-43)

Qué cosas más viles y crueles pueden hacer los hombres por el amor de Dios. W. Somerset Maugham

Para la Iglesia católica, los papas son los sucesores de aquel a quien, como los evangelios, el propio Jesús consideró como el primero de sus apóstoles. Según el evangelio de Mateo, sería el mismísimo Jesús quien le dice a Pedro: «Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te daré las llaves del reino de los cielos y cuanto desatares en la tierra será desatado en los cielos» (16, 18-19). De esta sencilla forma, Pedro sería elegido como el primer guía de la Iglesia, como la piedra sobre la que Jesús edifica su Iglesia y, por tanto, en una especie de primer papa de la historia 1. Clasificar a Pedro como primer papa en sentido estricto podría ser un error histórico, ya que la posición de este junto a Jesús estaría a un nivel distinto de una posición ministerial. Para los estudiosos, sería san Lino, el primer sumo pontífice romano.

Los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas coinciden en mencionar que Simón Pedro estaba casado cuando conoció a Jesús 2. Algunos escritos de la antigüedad coinciden también en que Pedro habitaba en Galilea con su esposa y su suegra. No es desacertado si afirmamos que fue el primer papa que llegó a practicar el sexo, al menos con su esposa. En los evangelios de Lucas y Mateo, Pedro afirma: «Hemos dejado todo —nuestros hogares incluso— para seguirte» (Mateo 19, 27 y Marcos 10, 28), a lo que Jesús responde:

Yo os aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna.

Está claro, pues, que Pedro dijo abandonar su casa, pero no a su esposa 3. Es posible, incluso, que Pedro fuese también acompañado de sus hijos y que, tal vez, con alguno de ellos llegase a Roma. El cuerpo de santa Petronila, sepultado en Roma, es venerado como el de la hija de san Pedro. La primera noticia que se tiene de este hecho aparece en el Papiro copto de Berlín 8502,4 que forma parte, según el parecer de todos los expertos, de los antiguos Hechos de Pedro, apócrifos, compuestos antes del año 197 4. Más tarde, la leyenda llamará a esta hija Petronila (Hechos de Nereo y Aquiles 15). Todavía hoy se conserva en Monza un papiro de finales del siglo VI, escrito por un tal Juan, quien se llevó como reliquia un poco de aceite que alimentaba las lámparas ante el sepulcro de «santa Petronila, hija del apóstol san Pedro». Sobre el sarcófago aparecía esculpida esta inscripción: AVREAE PETRONILLAE FILIAE DVLCISSIMAE. Nadie dudaba que tal epígrafe era de puño y letra del apóstol, escrito como recuerdo a su queridísima hija 5.

Según la lista oficial de papas, el sucesor de Pedro sería Lino. Originario de Toscana, las fuentes más antiguas conocidas como Ireneo de Lyon o Eusebio de Cesarea, coinciden en afirmar que fue el propio apóstol Pedro quien nombró a Lino como su sucesor al obispado de Roma. Según parece, estaba casado y tenía dos hijas. A él se debe la disposición que obligaba a las mujeres a usar el velo durante las ceremonias litúrgicas. Poco más se sabe de este papa.

El siguiente en la lista sería Anacleto. Su nombre era Anenkletos, cuyo significado en griego era ‘irreprochable’. Algunos autores han llegado a pensar que realmente fueran dos personajes, Cleto y Anacleto. Este último nombre era muy corriente entre los esclavos. Cuando fue nombrado sucesor de Lino, se provocó entre los cristianos una gran polémica debido a que estaba casado 6. Algunas fuentes apuntan a que el papa Anacleto había criticado abiertamente los excesos del emperador —Domiciano organizaba batallas navales en las que los marineros eran jóvenes desnudos— y que estos comentarios habían llegado a sus oídos. También prohibió a las prostitutas el uso de literas, e instituyó la pena de muerte para las vestales que fueran descubiertas en cualquier tipo de relación sexual. Pero al contrario de estas medidas, el emperador era un absoluto libertino, amante de las fiestas sexuales a las que él mismo definía como luchas de cama 7. Le gustaba depilar a sus concubinas y pasaba largas horas en su cama dedicado a este menester. El escritor Dion Casio narra una anécdota interesante sobre este emperador:

Domiciano tenía un gran salón todo pintado de negro [...] por las noches los criados hacían pasar a los invitados a esta sala. Junto a cada uno de ellos se levantaba una lápida con el nombre del invitado.

Entonces hacían su entrada hermosos jóvenes y hermosas doncellas desnudos con el cuerpo también pintado de negro. A continuación traían la comida y la bebida para celebrar el llamado banquete de los muertos, todo ello servido en una vajilla negra. Los invitados temían ser ejecutados en cualquier momento. El salón permanecía en completo silencio y oscuridad y la única voz que se oía era la de Domiciano, que iba relatando como iba a matarlos a todos. Finalmente, los dejaba marchar. Una vez en sus casas el emperador enviaba uno de los bailarines con la lápida, que era de plata maciza como presente al aterrorizado invitado. El bailarín o bailarina, formaban parte también del obsequio 8.

Al parecer el papa Anacleto moriría mártir durante el reinado de Domiciano.

Clemente, cuarto obispo de Roma, se dice que fue en realidad el primer papa tras san Pedro, pero las fuentes no se ponen de acuerdo con respecto a este punto. Durante esta época, era bastante habitual que muchos jóvenes cristianos llegasen a castrarse para mantener el celibato y con el fin de no caer en la tentación. El propio emperador prohibió esta práctica, que se extendió hasta el emperador Adriano, quien llegó incluso a decretar la condena a muerte a todos aquellos que llevasen a cabo esta práctica. Tras su muerte, la figura de Clemente gozó de cierta fama, atribuyéndole algunas obras apócrifas y la primera colección de leyes canónicas.

Del siguiente papa del que se tienen noticias, que pudo estar casado, es de Higinio. Griego ateniense, había viajado a Roma junto a su familia, esposa y dos hijos para ejercer de profesor de filosofía de los hijos de las nobles familias. Poco más se sabe de él, salvo que fue elegido papa y gobernó hasta el año 142.

Los siguientes sumos pontífices se preocuparon más de afirmar y extender la nueva fe, que de la salud sexual de sus fieles y del clero.

Sobre el papa Sotero existen dos versiones muy distintas. La primera que era un pontífice enemigo del sexo, y la segunda, que era muy aficionado a las concubinas. Guiándonos por la primera versión, Sotero lanzó un documento papal contra Dionisio, el poderoso obispo de Corintio, acusándole de tener una actitud demasiado relajada en lo que al sexo se refiere. A sus oídos habían llegado noticias de orgías y bacanales organizadas por el propio obispo, donde tomaban parte jóvenes de ambos sexos ante la atenta y lujuriosa mirada de Dionisio y su círculo. Se hablaba de ceremonias en las que una joven virgen era entregada a diversos jóvenes en un dormitorio circular, con una gran cama y rodeada por una grada desde la que los altos cargos religiosos observaban la escena 9. Sobre la segunda versión —la afición del papa por las concubinas— se afirma que cuando fue elegido, se negó a repudiar a Priscilla y Maximilla, dos bellas jóvenes romanas que convivían con él y a las que Sotero otorgó el título de discípulas 10.

El papa Víctor I era también un fiel seguidor de las aficiones y tendencias de Dionisio y Sotero. Víctor fue realmente el primer pontífice en mantener estrechos vínculos con la casa imperial, durante el reinado del corrupto emperador Commodo. La relación entre Víctor y Commodo se realizaba a través de Marcia, la amante del emperador. Se cuenta que Marcia había sido abandonada en las calles de Roma nada más nacer, pero un cristiano llamado Jacinto la recogió y la crió en la fe del cristianismo. Lo que no se sabía era que el tal Jacinto tenía como negocio el recoger a niñas de las calles, las educaba y después las vendía a los prostíbulos de la ciudad. Cuando Marcia tenía doce años, fue vendida por una buena cantidad de dinero a un noble romano 11. Este formaba parte de una conspiración para acabar con la vida del emperador, un regicidio organizado por Lucila, la hermana de Commodo.

Cuando la conspiración salió a la luz, el emperador ordenó ejecutar a todos los miembros de la familia del noble, así como a sus esclavos, pero debido a la belleza de Marcia, la dejaron con vida y la enviaron al harén imperial. Durante los años siguientes, Marcia fue escalando posiciones dentro de las favoritas hasta llegar a presidir las orgías de palacio. Se dice que era incluso peor que Popea, la esposa de Nerón, o Mesalina, la esposa de Claudio. A la favorita del emperador le gustaba vestir con túnicas transparentes que dejaban ver sus formas, y con frecuencia mantenía encuentros con el papa Víctor, algo que llevó a los cronistas de la época a pensar en una relación sexual entre ambos personajes. Gracias a esta supuesta relación, el sumo pontífice consiguió entregar a la favorita de Commodo una larga lista con nombres de cristianos que habían sido condenados a trabajos forzados en las minas de Cerdeña. Marcia convenció al emperador para que estos fueran puestos en libertad y retornados a Roma. Durante los años siguientes, la joven continuó con su vida disoluta al lado de Commodo, hasta que el 31 de diciembre de 192 decidió envenenarle la comida. El emperador consiguió vomitar todo el veneno, por lo que Marcia decidió estrangularlo con la ayuda de un gladiador llamado Narcissus, con el que también compartía juegos de cama. Ella misma sería asesinada un año después por orden del entonces emperador, Didius Julianus 12.

Uno de los prisioneros que estaba condenado en Cerdeña, pero que el papa Víctor no quiso incluir en la lista, era un tal Callistus, el mismo que sería nombrado sumo pontífice bajo el nombre de Calixto I, en el año 217. Calixto tuvo que enfrentarse durante su pontificado con el antipapa Hipólito. Este había llegado desde Oriente. Había sido nombrado presbítero por el papa Víctor I. Discípulo de san Ireneo, se negaba a rendir su mente y conocimientos a otros religiosos mediocres como Ceferino, Calixto, Urbano o Ponciano. Una de las mayores críticas de Hipólito a Calixto I era la de haberse vuelto demasiado permisivo en lo que a sexo se refiere durante el reinado de Heliogábalo. Sin embargo, el papa Calixto era un hombre muy hábil para atraer al cristianismo a nuevos seguidores. Indultaba a religiosos acusados de delitos, ordenaba sacerdotes a hombres que habían estado casados, incluso en varias ocasiones; permitía que los religiosos pudieran contraer matrimonio y permitió, incluso, que algunos altos cargos de la curia permaneciesen en sus puestos tras comprobarse que durante la celebración de liturgias habían practicado sexo con algunas de las fieles Cuando el adulterio se castigaba en Roma con la muerte, él se dedicaba a extender documentos de perdón absolviendo a aquellos culpables de adulterio y fornicación a cambio de una severa penitencia 13.

La actitud permisiva de Calixto llevó a algunos miembros de la Iglesia a nombrar un papa mucho más severo. El escogido fue, por supuesto, Hipólito. Nada más ser elegido papa —antipapa— comenzó una larga campaña de acoso contra Calixto acusándolo de ser demasiado abierto con las mujeres.

Hipólito escribía:

Permite [Calixto I] que si las mujeres son solteras, pero arden en pasión en una edad que a todas luces no era apropiada, o si no estaban dispuestas a renunciar a su virtud mediante un matrimonio legal, pudieran ir a la cama con cualquier persona que ellas eligieran, fuera esclavo o libre, y aunque no estuvieran casadas legalmente, pudieran considerar a esa persona como esposo 14.

El papa Calixto también permitía a las mujeres libres casarse con esclavos, algo prohibido en la ley romana. Esta medida atrajo al cristianismo a muchas mujeres con alto rango en el Senado. Justo tras el asesinato del emperador Heliogábalo, el populacho se volvió contra la comunidad cristiana y contra el papa Calixto, a quien acusaba de haber sido un aliado silencioso del corrupto emperador. Calixto apresado junto con dos sacerdotes, serían ejecutados, arrojados por una ventana, apaleados y posteriormente, arrastrados. El cuerpo del papa Calixto sería apedreado antes de ser abandonado en las calles.

A Calixto I le sucedería Urbano I, que sería también asesinado el 19 de marzo del año 230. Su cuerpo abandonado, fue recogido por la madre del emperador y enterrado en el cementerio de San Calixto. Finalmente, Hipólito dejó de molestar a los sucesivos pontífices debido a que el emperador Maximino el Tracio, cansado de las disputas, decidió enviarlo a Cerdeña, donde murió.

Allí acabó también el papa Ponciano por orden del mismo emperador, tras someter a toda su administración a una purga de cristianos. La mayor parte de ellos serían ejecutados. Ponciano fallecería víctima de los castigos infligidos en el año 237.

En el año 236, Fabián asumiría la silla de Pedro como nuevo papa, bajo el reinado de Filipo el Árabe, considerado el primer emperador cristiano. Durante la mayor parte del pontificado de Fabián, la comunidad cristiana vivió en relativa calma, hasta que el papa comenzó a criticar abiertamente la falta de caridad de la comunidad cristiana, la soberbia y afán de riquezas del emperador y la licenciosa vida sexual de la comunidad. Mientras Fabián prohibía el matrimonio de cristianos con paganos, acusándolos de prostituir sus cuerpos cristianos, el emperador Filipo permitía tales actos, lo que le llevó a un enfrentamiento abierto con el pontífice.

La llegada al poder del emperador Decius trajo consigo nuevas persecuciones. Para el nuevo dirigente, los cristianos eran una secta peligrosa con la que había que acabar. Mediante un edicto imperial decretó la tortura, la confiscación de bienes, penas severas de prisión y, en algunos casos, la muerte 15. A los nobles y ricos de Roma que hasta ese momento eran cristianos, se les permitió rechazar la religión públicamente para salvarse de la quema y la persecución. Fabián fue condenado a muerte y ejecutado el 20 de enero de 250. Su severidad con respecto al sexo había provocado un grave daño en las relaciones Iglesia-Estado.

La cristiandad avanzaba a grandes pasos por toda Italia. Diocleciano se casó con una cristiana y protegió a la comunidad durante dieciocho años, hasta que Galerio, uno de sus consejeros, lo convenció de que el cristianismo era una secta peligrosa de fanáticos y que podrían poner en peligro la estabilidad del Imperio 16.

Sobre Silvestre se crearían durante la Edad Media diferentes leyendas, que en su mayor parte no han podido ser comprobadas. La más importante es la que relata el bautismo y la curación de la lepra al emperador Constantino por parte de este papa. Lo cierto es que fue un obispo cercano al arrianismo, y que negaba la divinidad de Jesucristo, quien llevó a cabo el bautismo. Silvestre, a cambio de perdonar los excesos sexuales del emperador, consiguió bastantes logros y propiedades para la Iglesia. A cambio del silencio papal, Constantino entregó a Silvestre oro, plata, joyas y propiedades, como el palacio de la familia Laterani, adonde se trasladaría la burocracia papal. Este papa intentó poner freno a los sacerdotes concubinarios prohibiéndoles, mediante un decreto, el segundo matrimonio a los religiosos. Pero para salvar el alma, los sacerdotes que estaban ya casados en segundas nupcias o cohabitando con una concubina, podían alcanzar el perdón a cambio de un escudo de oro que debían entregar al mismísimo papa. Silvestre decidió tomar también medidas contra las desviaciones sexuales. Por ejemplo, condenó la zoofilia en el Concilio de Ankara (314), algo que no era pecado hasta entonces y que era muy practicado en los lejanos rincones del Imperio.

Constantino abandonó Roma y trasladó su capital y su administración a Bizancio, que sería rebautizada con el nombre de Constantinopla. Aquello supuso un duro golpe para el poder de la Iglesia de Roma ante otras sedes. Tras su muerte en el 337, el poder del Imperio comenzó a ser motivo de disputa. Todos los parientes varones de Constantino fueron asesinados, menos tres de sus hijos. Luego, el menor mató al mayor, y cuando este también fue asesinado, Constante II, el segundo hijo, ocupó el trono. Durante esa época, las mujeres de familias nobles comenzaron a tener un poder sin igual en el Imperio, algo que disgustaba seriamente al papa Liberio. A pesar de ello, el emperador desterró al papa a Tracia (Bulgaria) y la silla de Pedro fue ocupada por el antipapa Félix II. Cuando el emperador visitó Roma en el mes de abril del 357, las nobles mujeres pidieron que Liberio regresase a Roma. De esta manera, y gracias a las mujeres, a las que criticaba por su creciente poder en la ciudad, pudo regresar de su exilio. Hasta la muerte de Félix en el 365, gobernó la Iglesia junto al papa Liberio.

Cuando el papa falleció el 24 de septiembre de 366, Ursino, un diácono muy próximo al pontífice fallecido fue elegido nuevo dirigente de la Iglesia, pero Dámaso, romano e hijo de un sacerdote español, no estaba muy de acuerdo con esa elección 17. Contrató un pequeño ejército de matones entre los bajos fondos de Roma, y los lanzó contra los seguidores de Ursino. Las revueltas y disturbios se extendieron por toda la ciudad entre los partidarios de Ursino y los de Dámaso, con decenas de muertos en ambos lados. Durante tres días, el Tíber dejaba a su paso por los puentes cadáveres flotando, víctimas de la disputa.

El 1 de octubre de 366, los asesinos de Dámaso consiguieron hacerse con el control de San Juan de Letrán y de Santa María la Mayor, y así expulsaron de Roma a Ursino y a sus seguidores. Los partidarios de Dámaso acabaron con la vida de ciento treinta y siete fieles a Ursino. El derramamiento de sangre finalizó cuando el prefecto Praetextus tomó, con la ayuda de tropas, cartas en el asunto y expulsó de la ciudad a los seguidores de Ursino que aún controlaban algunas de las iglesias. De esta forma acababa la lucha y Dámaso pudo ser coronado nuevo sucesor de san Pedro. Antes tuvo que renunciar a su esposa y a los tres hijos que tuvo con esta. El nuevo pontífice afirmaba que un obispo o sacerdote debía mostrar que anteponía su paternidad espiritual a su paternidad carnal.

Desde el mismo momento en el que Dámaso fue coronado, este hombre brillante, culto, autor de célebres epitafios, aristócrata y acostumbrado al trato con la gentes tendría un gran éxito entre lo que se podría llamar la alta sociedad romana. Consciente de ello, se valía audazmente de su simpatía para obtener, de sus admiradores, sustanciosos donativos y de sus admiradoras, noches de pasión y entrega carnal. El historiador de la época, Ammiano Marcelino, no se sorprendía al observar las violentas y sangrientas reacciones de los hombres con tal de hacerse con el poder papal. Escribía entonces:

No es extraño que para obtener un premio tan importante como es el obispado de Roma, los hombres compitan con tanto ímpetu y obstinación. Recibir los espléndidos donativos de las principales mujeres de la ciudad; viajar en carrozas majestuosas y vestido espléndidamente; sentarse ante una mesa más abundante y lujosa que una mesa imperial: estas son las recompensas de una ambición triunfante.

Dámaso organizaba grandes banquetes para agasajar a sus poderosos invitados e incluso se dejaba querer por la esposa de algún noble, cuyo marido deseaba ascender en el círculo eclesiástico. Un cronista de la época escribía:

Después de la actuación de bellas bailarinas, traían un gran cerdo en una bandeja de plata con relleno exquisito. Tordos, patos, currucas asadas, y huevos, ostras y veneras bañadas en puré de guisantes.

Estaba ya claro que en esa época, el papado era un gran poder y el papa, su mejor representante. El entonces secretario papal, san Jerónimo de Estridón, un verdadero creyente y asceta, recomendaba a las nobles mujeres de Roma y en particular a sus jóvenes hijas, el mantenerse alejadas de la Roma papal. San Jerónimo criticaba abiertamente al papa Dámaso por rodearse de una corte de jóvenes sacerdotes imberbes, que llegaban a controlar el clero y a monjas, vírgenes profesionales, viudas y mujeres cristianas de haberse pervertido al poder del papa 18. Muchos sacerdotes cercanos al sumo pontífice, aceptaban el no casarse sin rechistar, pero en sus casas, se rodeaban de bellas esclavas y pasaban la mayor parte de su vida eclesiástica rodeados de mujeres. En una carta escrita a una mujer llamada Eustochium, Jerónimo le aconseja que se alejase de los seguidores del papa Dámaso si quería seguir manteniendo su pureza de espíritu. También acusa a las viudas cristianas de depender demasiado del alcohol y de las plantas alucinógenas, así como de participar en fiestas del amor, en el interior de las iglesias y templos cristianos. Durante los dieciocho años que gobernó la Iglesia, Dámaso permitió a los jóvenes convertirse en sacerdotes. De esta forma se les dejó el acceso libre a conventos y a las residencias, en las que se protegiese a alguna joven virginal. Jerónimo advertía de estos, escribiendo:

Llevan [los jóvenes religiosos] cabello rizado, anillos en los dedos, túnicas perfumadas y pasan la mayor parte de su tiempo visitando a viudas y jóvenes solteras. Deberían considerar a estos, como esposos o amantes y no como sacerdotes al servicio de Dios y la Iglesia.

Como clara recomendación a las mujeres para mantener intacta su virginidad y castidad, san Jerónimo decía:

Nunca se quede sola, una dama romana, con un sacerdote. Si llega esta situación debería decir que necesita salir para orinar o evacuar. [...] Nunca entres a sus casas ni permanezcas sola en su compañía. [...] Esquiva a los monjes que caminan descalzos y a las monjas que usan ropa desaliñada. Ayunan durante el día, pero durante la noche se atiborran hasta el vómito 19.

Lo más curioso del caso es que el papa Dámaso estaba públicamente de acuerdo con lo expresado por su secretario, pero en la oscuridad de sus estancias el mensaje quedaba silenciado por los quejidos de sus amantes. Los seguidores de Ursino seguían intentando manchar el nombre del papa. Para ello, en el año 378 utilizaron a un judío converso llamado Isaac, quien atestiguó que Dámaso antes de ser elegido papa, había sido visto cometiendo actos sexuales con su hija de catorce años. Otro llegó a denunciar en público al pontífice acusándolo de haber cometido actos de bestialismo con una cabra y de haber cometido adulterio. Un sínodo de cuarenta y cuatro obispos se dispusieron a juzgar a Dámaso por adulterio. Los obispos no tenían la menor duda de la culpabilidad del papa y estuvieron a punto de condenarlo y deponerlo, hasta que el emperador decidió intervenir. El papa Dámaso no solo fue exonerado por el emperador y perdonado por los obispos, sino que incluso llegó a ser canonizado, en parte por el hecho de haber convertido al cristianismo al emperador Teodosio I, quien adoptó esta religión como la oficial del Imperio. Antes de morir, en el 384, Dámaso tuvo tiempo de redactar un tratado sobre la virginidad. Estaba claro que la Iglesia en el camino de la santidad, podía pasar por alto el adulterio, incluso si este era llevado a cabo con una menor, si se conseguía convertir a un pagano y mucho más, si este pagano era todo un emperador.

Su sucesor fue Siricio. Nacido en Roma, el nuevo papa había estado al servicio de Liberio y Dámaso, y a ambos criticaba abiertamente por su liberalismo en cuestiones de sexo. La primera medida que adoptó fue obligar a los sacerdotes a abandonar las nobles camas de Roma, y se indignó cuando supo que los religiosos españoles continuaban gozando de sus esposas legalmente. En esta época y hasta el siglo III, solo se exigía castidad a los monjes, pero no a los sacerdotes, quienes podían estar casados legalmente 20. Una carta de Himerio, obispo de Tarragona, puso en alerta al papa tras informarle de que una gran parte del clero español continuaba viviendo con sus esposas o amantes y que estaban manchados por el sexo. «Aquellos que permanecen en la carne no pueden ser aceptables ante Dios», llegó a decir el sumo pontífice. Sin embargo, los españoles preferían continuar con su vida marital enfrentándose a la ira de Dios y a la de Siricio. Roma les dio una opción: «Si abandonaban a sus esposas y pedían clemencia, serían perdonados, pero nunca promocionados». Ni así consiguió el papa llevar por el buen camino a los religiosos españoles. Para ascender en el escalafón eclesiástico, por ejemplo, de sacerdote a obispo, se exigía el celibato 21. Siricio era un gran rigorista en cuanto al celibato, aunque defendía que el matrimonio era bueno, porque ello proporcionaba vírgenes para la Iglesia y los conventos.

Además de san Jerónimo, otro defensor de la moralidad sexual de la época sería san Agustín. Fue en realidad este santo quien dio comienzo las largas polémicas de la Iglesia contra los anticonceptivos, a los que él denominaba como venenos de esterilidad. Durante los oficios dominicales, san Agustín no se cansaba de repetir a las nobles que quien usase estas sustancias del diablo, se convertía en una ramera de sus maridos 22. Este buen santo, amigo de la moralidad, sabía de todo esto por experiencia propia, ya que cuando era joven había visitado a prostitutas; con dieciocho era ya padre de un hijo y durante once años convivió con una mujer sin estar casado y tuvo una amante mientras esperaba que la elegida para ser su esposa tuviera edad suficiente para contraer matrimonio. El propio Agustín hace una crítica muy dura y amarga de esta etapa de juventud en sus Confesiones. En ella escribe: «Yo estaba enamorado del amor. Como el agua, yo hervía, enardecido por mis fornicaciones». Está claro que cuando a la edad de treinta años, se convierte al cristianismo, san Agustín mantiene un gran sentido de culpabilidad hasta el final de sus días, debido a la huella dejada por el sexo durante su alocada juventud. En su Soliloquios, escribe: «Nada es más poderoso para bajar el espíritu del hombre, que las caricias de una mujer, y las relaciones sexuales que forman parte del matrimonio». Pero en esta misma obra, el antiguo pecador, y ahora santo, hace una feroz crítica a la homosexualidad cuando dice:

Creo que has atinado en la explicación que yo quería. Y esta es la razón por la que se consideran abominables y execrables e incapaces de testar los hombres que se visten de mujeres, a quienes no sé si llamarlos falsas mujeres o más bien hombres falsos. Pero podemos llamarlos verdaderos histriones y verdaderos infames, o si son ocultos —pues todo lo infame se relaciona con la fama—, justamente los llamaremos verdaderos viciosos.

En la misma obra, y casi como sentencia firme contra el matrimonio, san Agustín alega:

Por muy bien que me la pintes, enjoyándola de mil prendas, nada tan lejos de mi propósito como la vida conyugal, pues siento que nada derriba la fortaleza viril tanto como los halagos femeninos y aquel contacto corporal sin el que no se puede tener esposa. Y si al oficio del sabio incumbe la formación de los hijos —cosa que no he averiguado todavía—, y con este fin solamente busca el blando yugo, eso me parece cosa de admirar, pero no de imitar. Hay más peligro en intentarlo que dicha en lograrlo. Por lo cual, mirando por la libertad de mi espíritu, justa y útilmente me he impuesto no desear, no buscar, no tomar mujer 23.

El santo terminó sus días sin dejar siquiera quedarse a solas con su hermana para que no les invadiese la lujuria.

El siguiente papa sería Anastasio, que tuvo un hijo con una noble romana y que con los años llegaría a ocupar como su padre, la silla de Pedro. Este sería Inocencio I. Anastasio había nacido en Roma dentro de una familia acomodada. Durante sus años como joven sacerdote conoció a la hija de un rico comerciante de Cartago con la que mantuvo relaciones y con la que tuvo un hijo, al que pusieron de nombre Inocencio. En el breve período de tiempo en el que Anastasio fue papa, continuó viviendo con el mismo lujo con el que lo había hecho desde joven, y algunas fuentes señalan que incluso rodeado de esclavas. Durante los dos años de pontificado de su padre, el hijo de Anastasio no solo fue colmado de honores eclesiásticos, sino que también fue preparado a conciencia para convertirse en su sucesor, como así ocurriría en el año 401. Los historiadores coinciden en afirmar que Inocencio I fue realmente el primer pontífice que estableció la supremacía absoluta de Roma ante las otras Iglesias. Esto ha hecho también el que Inocencio I sea declarado como el primer papa de la historia.

El acontecimiento más trágico que Inocencio tuvo que vivir durante su pontificado sería el asalto y saqueo de Roma por parte de las hordas visigodas al mando de Alarico, en el 410. Los bárbaros no solo entraron a sangre y fuego en la ciudad, sino que a su paso destruyeron gran parte de las iglesias de Roma y se dedicaron durante días al pillaje y a la violación de mujeres cristianas y monjas. Muchas de ellas fueron trasladadas a burdeles para saciar a las tropas bárbaras. Mientras todo esto sucedía, el buen papa, protector de los cristianos, decidió buscar refugio en Rávena junto a la corrupta corte del emperador Honorio. Allí, Honorio e Inocencio, se dedicaron a
pasar sus días de asueto acompañados de jovencitas hasta que el orden fuese restaurado en Roma 24. Inocencio I fallecería el 12 de marzo de 417, siendo canonizado años después al igual que su padre, Anastasio.

Con Sixto III llegaría el escándalo. Romano de nacimiento, pertenecía también a una noble familia. Aficionado a las mujeres jóvenes, Sixto III sería acusado de haber violado a una religiosa durante una visita de este a un cercano convento de Roma. Al parecer, el papa se encontraba orando en una pequeña capilla, cuando pidió asistencia de dos novicias para la misa. Mientras se preparaba, agarró por la fuerza a una de ellas y la violó. La segunda pudo escapar y denunciar el abuso. Un grupo de obispos decidió organizar una especie de tribunal con el fin de deponer al corrupto papa, pero Sixto se defendió ante sus acusadores utilizando el relato bíblico de la mujer que fue sorprendida en adulterio. Esto podría interpretarse como una clara confesión, pero los altos miembros eclesiásticos que estaban allí reunidos para condenar al violador papa no se atrevieron a arrojar la primera piedra y así se cerró el incómodo asunto. Sixto III sería canonizado después de su muerte.

La llegada al trono de Pedro de León I tampoco trajo consigo la decencia a la Iglesia. El nuevo papa se convirtió en un verdadero experto en la utilización del sexo como medio de alcanzar sus intereses. Fue testigo de muchas de las orgías del emperador Valentiniano III, muy aficionado a las bacanales, a las que gustaba invitar a altos miembros de la Iglesia. Incluso el papa León fue testigo de muchas de ellas, y, aunque miraba, procuraba no caer en la tentación. Una de las más fieles aliadas del papa León I en la corte imperial era Galla Placidia, madre del emperador y antigua amante del papa Bonifacio I. Esta incitaba a Valentiniano a los excesos, mientras se dedicaba, con la ayuda de León I, a manejar los resortes del poder. Así se cuenta la historia y, como una pieza de dominó, la caída del Imperio romano comenzaría con un simple coito y posterior embarazo no deseado. Galla Placidia, en su afán por agradar a León I, le donó nada más y nada menos que la virginidad de su hija de catorce años. La sorpresa fue mayor cuando se descubrió que esta estaba embarazada, así que con el apoyo del papa, la adolescente fue enviada a un convento de por vida. La joven pudo enviar un mensaje a Atila, rey de los hunos, prometiéndole la mitad de Italia como dote, si tenía a bien lanzar sus hordas sobre Roma y rescatarla del convento. Atila aceptó la propuesta, pero cuando llegó a las puertas de Roma, sus tropas estaban exhaustas y enfermas debido a las múltiples batallas que habían llevado a cabo hasta su llegada a Roma. El papa León decidió salir al encuentro de Atila. La entrevista entre el sucesor de Pedro y el azote de Dios venido de la estepa tuvo lugar en Mantua el 6 de julio. No se sabe lo que hablaron entre ellos, pero lo cierto es que Atila decidió retirarse a Panonia, donde encontraría la muerte ese mismo invierno 25. El papa fue considerado entonces el gran salvador de Roma, siendo recibido por el emperador como un auténtico héroe. Sobre la muerte de Valentiniano III en el 455 existen diferentes versiones. Una de ellas es que el asesinato del emperador fue orquestado por su propia esposa, Licinia Eudoxia, y el papa León I.

Lo cierto es que el nuevo emperador Petronio Máximo intentó forzar a Licinia a contraer matrimonio con él para fortalecer su dignidad imperial, pero en lugar de ello, pidió ayuda a Genserico, rey de los vándalos, que acababa de conquistar Sicilia 26. El pueblo de Roma pidió a León I que persuadiese a Genserico para que no arrasase la ciudad. Lo único que consiguió el papa fue convencer al rey vándalo el que prohibiese la violación de mujeres durante el saqueo de la ciudad. Finalmente, Licinia Eudoxia y su hija, Placidia fueron enviadas a África en un navío vándalo. Allí permanecieron cautivas hasta que fueron puestas en libertad siete años después. León I, al que después se definió como Magno, era un hombre polémico. Era muy estricto y radical con respecto a la virginidad de la mujer. Por ejemplo, obligaba a la mujer, mediante decreto, a mantener intacta su virginidad durante sesenta años para poder tomar los hábitos y convertirse en monja, mientras que por el otro, permitió a los obispos más cercanos a él, conservar a sus esposas con la condición de que las tratasen como hermanas. Difícil trato si se acostaban con ellas. A este papa se le podría también acusar de practicar el voyeurismo. Cuando ordenó perseguir el maniqueísmo, una secta pagana, pidió a sus seguidores que le permitiesen observar las torturas a las que eran sometidos los herejes. El tema era que solo asistía cuando el hereje en cuestión era alguna joven de cuerpo esbelto. Al buen papa León le gustaba exigir a las desdichadas, mientras él mismo las fustigaba en las nalgas, que reconociesen el consumo de semen en sus ritos. Su explicación cuando fue acusado de sadismo, sería que «el papa es el único que tiene el derecho a matar herejes» 27. Este pontífice acabaría canonizado por sus buenas obras y por torturar herejes.

En el año 483, llegaría al papado Félix II. Noble romano, era hijo de un sacerdote y, al igual que su padre, era bastante enemigo del celibato. Cuando fue elegido, Félix II era viudo y tenía dos hijos de aquel matrimonio. Con este papa, amante de las bacanales y de las jóvenes esclavas, sucedería uno de los primeros cismas 28.

Hijo de cura como muchos de los anteriores pontífices, Anastasio II fue el primero en ir solo al baño. El escritor Rafaele Volaterrano lo describe así: «[...] vaciaba sus propias entrañas en el inodoro». En aquella época, los sumos pontífices se habían vuelto tan exquisitos e imperiales, que acudían a hacer sus necesidades acompañados por el llamado caballero de baño, cuya labor era ayudarles a evacuar, limpiar la parte trasera papal y deshacerse de los santos y sagrados desechos.

Durante su pontificado, de tan solo dos años, varios presbíteros suspendieron la comunión con su obispo, alegando que este representaba a un papa —Anastasio II— que había perdido la fe. Antes de que todo estallase en Roma, Anastasio II murió repentinamente. Algunas fuentes aseguran que de un infarto; otras, que murió tras darse un gran banquete, y una tercera, que murió el 19 de noviembre de 498, cuando se encontraba en plena faena con una esclava en el palacio Lateranense. Fuera como fuera la forma de morir, ya sea realidad o ficción, el gran Dante Alighieri colocó a Anastasio II en el Infierno (XI, 6-9) de su Divina comedia, junto a los herejes.

Tres días después de su muerte ya había un nuevo sucesor de Pedro en el trono. Simmaco, corso de nacimiento, era pagano, aun que después se convirtió al cristianismo. Accedió al trono gracias a que el rey Teodorico, quien poseía la autoridad, tomó partido por él. En el año 500, Teodorico visitó Roma y fue recibido con gran pompa por el papa Simmaco. Los nobles romanos provecharon esta visita para denunciar al papa ante Teodorico: le acusaron de no celebrar la Pascua en la fecha debida, de malversar las cuentas de la Iglesia y de cometer adulterio y pecados contra la castidad 29. De las tres acusaciones solo nos interesa la segunda y la tercera. Debido a las graves acusaciones contra el papa, el rey envió a un obispo a Roma para celebrar la Pascua y administrar la sede de Roma hasta que se tomase una resolución a las acusaciones contra Simmaco 30. También convocó un sínodo de obispos, conocido como el Sínodo Palmario, con el fin de revisar las imputaciones contra el sumo pontífice. Las sesiones se abrieron en el año 501. Entre las acusaciones a las que tuvo que enfrentarse se encontraba la de cometer adulterio y pecados contra la castidad. Sus delatores alegaban que Simmaco solía dormir en su misma cama con niñas impúberes y con esclavas a las que gustaba atar. En una de sus comparecencias ante el sínodo de obispos, el papa Simmaco se dirigía con un grupo de seguidores a responder a las acusaciones cuando en el trayecto fue atacado, al parecer, por seguidores del antipapa Lorenzo. Dos de los ayudantes papales fueron apuñalados hasta la muerte, pero Simmaco consiguió refugiarse en un edificio cercano. A aquel hecho siguieron días de disturbios en todo Roma, en la que los manifestantes entraron en los conventos, sacaron a las monjas al exterior y tras atarlas en las plazas públicas, fueron desnudadas y azotadas 31. El rey Teodorico ordenó el fin de los altercados e instaló en el palacio Lateranense al antipapa Lorenzo, mientras que el papa Simmaco fue confinado en San Pedro, acusado de haber provocado los disturbios con su actitud irresponsable. Teodorico mandó a Pedro de Altinum que revisase las normas de la Iglesia que impedían juzgar a un papa, pero Simmaco en su encierro ordenaba falsificar documentos que apoyasen su debate y posición con respecto a que ningún mortal podía juzgar a un pontífice. Finalmente, varios senadores convencieron a Teodorico para que perdonase al papa Simmaco, y así se puso fin al cisma presente hasta ese momento en la Iglesia. El rey se retractó, obligó a Lorenzo a volver a su antiguo destino, y repuso todas las propiedades de la Iglesia al papa, incautadas hasta ese momento. Simmaco regresó al trono de Pedro, aunque nunca fue aceptado por gran parte del clero, que lo seguiría viendo como un corrupto y un adúltero. El 23 de octubre de 502 se estableció de forma taxativa que ningún tribunal humano podría nunca juzgar a un vicario de Cristo, una vez consagrado como tal. Solo Dios podía juzgarle. Lo más curioso de todo es que el papa Simmaco, tras su muerte, sería canonizado.

A Simmaco le sucedería Hormisdas, nacido en la ciudad italiana de Frosinone y perteneciente a una rica y noble familia. Antes de ser ordenado sacerdote, había estado casado con una joven romana con la que tuvo un hijo. Este hijo, llamado Silverio, se convertiría en papa en el año 536 32. Hormisdas fue un fiel defensor de la cohabitación con esclavas y de permitir que sus obispos mantuviesen a sus esposas, siempre y cuando las tratasen como hermanas al más puro estilo de León I. También consiguió que el rey Teodorico reconociese en un documento el que aseguraba que en la sede apostólica —Roma—, se encontraba la plena y verdadera religión. En la elección de los siguientes pontífices, las mujeres iban a tener una posición dominante con respecto a este tema. Sin duda, la historia del papado iba a entrar en la era de la oscuridad.



Fuente: Los papas y el sexo. Primer capitulo / EricFrattini.com
Autor: Eric Frattini, (Lima, 1963) ensayista, novelista, conferenciante, profesor universitario, profesor en academias policiales, corresponsal en Oriente Medio, analista político y guionista de televisión residió durante varios años en Tahití (Polinesia), Asunción (Paraguay), Beirut (Libano), Nicosia (Chipre) y Jerusalén (Israel).
Ha dirigido diversos documentales para Televisión Española, Tele 5 y Antena 3 TV. Colabora asiduamente en programas de radio y televisión como "Cuarto Milenio" dirigido por Iker Jiménez en Cuatro TV o "Espacio en Blanco" dirigido por Miguel Blanco en Radio Nacional de España.
Frattini es autor de una veintena de libros, que han sido traducidos a diferentes idiomas entre los que se encuentra Osama bin Laden, la espada de Alá (2001); Mafia S.A. 100 años de Cosa Nostra (2002); Irak, el Estado incierto (2003); Secretos Vaticanos (2003); La Santa Alianza, cinco siglos de espionaje vaticano (2004); ONU, historia de la corrupción (2005); Mossad, la Ira de Israel (2006); o La Conjura, Matar a Lorenzo de Medici (2006).
Su obra ha sido publicada en diferentes países como Portugal, Italia, Francia, Rumania, Bulgaria, Polonia, Rusia, Brasil, Estados Unidos, Gran Bretaña, Irlanda, Canadá o Australia. Gran amante de los viajes, cruzó el Océano Pacífico en una balsa de totora; atravesó Australia ó la isla de Borneo en un Land Rover o el África Subsahariana a bordo de un camión. Actualmente vive en Madrid, dedicado a escribir. En 2007, publicó su primera novela titulada "El Quinto Mandamiento", una historia protagonizada también por el cardenal August Lienart y los asesinos del Círculo Octogonus, y que ha sido traducida a varios idiomas. En 2009, publicó con gran éxito su segunda novela, titulada 'El Laberinto de Agua' que será traducida a diversas lenguas.

Referencias: 1 Javier Paredes, Maximiliano Barrio, Domingo Ramos-Lissón y Luis Suárez,Diccionario de los Papas y Concilios, Ariel, Barcelona, 1998.
2 Véase el episodio de la suegra de Pedro relatado por Marcos 1, 30; Mateo 8, 14 y Lucas 4, 38.
3 Scott Walker, Footsteps of the Fisherman, Augsburg Fortress Publishers, Minneapolis, 2003.
4 A. Piñero-Gonzalo del Cerro, Hechos apócrifos de los apóstoles. Hechos de Pedro, vol. I, págs. 540-543, BAC, 646, Madrid, 2004.
5 Umberto Fasola, Pedro y Pablo en Roma, Visión Editrice, Roma, 1980.
6 Renè Chandelle, Traidores a Cristo. La historia maldita de los papas, Ediciones Robinbook, Barcelona, 2006.
7 Burgo Partridge, Historia de las orgías, Ediciones B, Barcelona, 2005.
8 Otto Kiefer, Sexual Life in Ancient Rome, Routledge & Kegan Paul, Nueva York, 1934.
9 Nigel Cawthorne, Sex Lives of the Popes, Carlton Publishing Group, Londres, 1997.
10 Renè Chandelle, ob. cit.
11 Carolyn Osiek y Margaret MacDonald, A Woman’s Place: House Churches In Earliest Christianity, Augsburg Fortress Publishers, Minneapolis, Minesota, 2005.
12 Marjorie Lightman y Benjamin Lightman, Biographical dictionary of ancient Greek and Roman women: notable women from Sappho to Helena, Facts On File, Nueva York, 2000.
13 Richard P. McBrien, Lives of the Pope, HarperCollins Publishers, San Francisco, 2004.
14 Antipope Hippolytus, The Extant Works and Fragments of Hippolytus, Kessinger Publishing, Whitefish, Montana, 2004.
15 Claudio Rendina, The Popes. Histories and Secrets, Seven Lock Press, Santa Ana, California, 2002.
16 Nigel Cawthorne, ob. cit.
17 Claudio Rendina, ob. cit.
18 Nigel Cawthorne, ob. cit.
19 Angelo S. Rappoport, The Love Affairs of the Vatican, Barter’s Books, Adelphi, Wisconsin, 1912.
20 La prohibición de casarse —el celibato obligatorio para los sacerdotes— se extendió al clero no monacal a partir del siglo XI.
21 James A. Brundage, Law, Sex, and Christian Society in Medieval Europe, University of Chicago Press, Chicago, 1990.
22 César Vaca, La sexualidad en san Agustín. Augustines magister (3 vols.), Etudes Augustiniennes, París, 1955.
23 San Agustín (trad. Victorino Capanaga), Soliloquios, Obras de San Agustín, BAC, Madrid, 1979.
24 Nigel Cawthorne, ob. cit.
25 John Man, Attila The Hun: A Barbarian King and the Fall of Rome, Bantam Press, Nueva York, 2006.
26 Darío Varela, Genserico, rey de los vándalos, Códigos, Valencia, 2007.
27 Nigel Cawthorne, ob. cit.
28 Javier Paredes, Maximiliano Barrio, Domingo Ramos-Lissón y Luis Suárez, ob. cit
29 Javier Paredes, Maximiliano Barrio, Domingo Ramos-Lissón y Luis Suárez, ob. cit.
30 Richard P. McBrien, ob. cit.
31 Nigel Cawthorne, ob. cit.
32 Antoni Montpalau, Compendio cronológico-histórico de los soberanos de Europa, Real Compañía de Impresores y Libreros, Madrid, 1792.

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