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domingo, 19 de septiembre de 2010

El protestantismo alemán perdió casi la mitad de sus fieles en los últimos 60 años

En el año 2009, el número de católicos en la tierra de Lutero superó por primera vez al de protestantes. Esto se debe sobre todo al progresivo declive del protestantismo, que cuenta con la mitad de fieles que tenía tras la segunda Guerra Mundial. El teólogo alemán Bernhard Kaiser explicó a Protestante Digital las principales razones de este declive progresivo.

En el año 1950, los protestantes alemanes eran 42,2 millones. En el 2009, la cifra alcanzó sólo los 24,2 millones, con una disminución del 42,7 por ciento. Por el contrario, los católicos han pasado de los 23,2 millones en 1950 a los 24,9 millones en el 2009, lo que supone un incremento del 7,3 por ciento. Unas cifras que el vaticanista Sandro Magister considera consecuencia de "la influencia del modernismo y la teología liberal en las iglesias protestantes de Alemania", con la aceptación del divorcio, el matrimonio homosexual e incluso el aborto libre y la eutanasia activa.

Bernhard Kaiser es Doctor en Teología y fundador y director del Instituto de Teología de la Reforma, situado cerca de Frankfurt. En opinión de Kaiser, hay varias cuestiones que explicarían este declive, aunque señala que la principal es teológica. "Se han abandonado los cuatro 'solos' -fe, gracia, Escritura, Cristo- de la Reforma", que para las iglesias protestantes liberales no son "más que una fachada", sustituyéndolos por "ideas de la teología liberal", explicó el teólogo en la entrevista.

También apunta Kaiser que, como consecuencia, las propias iglesias son "culpables" de esta situación porque "han dejado de predicar el Evangelio, han dejado de predicar la ley de Dios, y se han conformado con el espíritu de lo correcto en lo político y lo social", explicó. Junto a este abandono del mensaje, la iglesia protestante ha dejado que surja una "tradición cristiana que no reclama la fe individual y consciente". Por tanto, para que una persona sea aceptada en la comunidad cristiana "no se reclama la conversión, sino que uno puede ser cristiano en formas exteriores, siguiendo los ritos comunes y perteneciendo formalmente a la iglesia".

Kaiser coincide con Sandro Magister en cuanto a los efectos de la teología liberal. Una teología ahora "dominante" y que "de forma obsesiva ha abandonado las posiciones tradicionales de la fe cristiana", entre ellas, doctrinas fundamentales como "una negación del sacrificio real, vicario y satisfactorio de Jesucristo", negación que comenzó a predicarse desde la teología liberal en el siglo XVIII.


HISTORIA DEL DECLIVE

Bernhard Kaiser repasó la historia de la iglesia protestante en Alemania, la cual "era estatal hasta 1918". "Muchos sólo por vivir en un estado protestante eran miembros de la iglesia luterana, unida o reformada" y por eso todavía en los años 50 muchos "formaban parte de la iglesia protestante" a la hora de contabilizar el número de protestantes.

En la posguerra, con la división de Alemania y la aparición de la República Democrática de Alemania ésta se convierte de facto en un Estado ateo que prohíbe cualquier iglesia. Esto está también en la raíz de la disminución del número de protestantes, especialmente si hablamos de porcentajes, ya que al reunificarse posteriormente ambas Alemanias se incorpora un alto porcentaje de población sin creencia alguna.

A la vez, en la República Federal Alemana las personas fueron "cancelando progresivamente su membresía protestante. En parte para no pagar impuestos". Este factor económico está pues también presente en el "considerable declive" de la membresía protestante, porque los miembros formales de la iglesia pagan un impuesto al Estado que se destina luego a las iglesias, en virtud de los acuerdos entre la iglesia protestante y el Estado.

Otro factor -destacado para Kaiser- es que "vivimos en un tiempo postmoderno» en el que se promulga que «no hay una verdad absoluta". Para el teólogo, la influencia de este pensamiento está detrás de las decisiones de la iglesia escandinava o alemana en cuanto al matrimonio cristiano homosexual, la eutanasia activa o el aborto libre. "Donde la Palabra de Dios no vale, el hombre se sienta en el lugar de Dios y hace lo que estima conveniente", advierte.

Así, en este relativismo el hombre postmoderno ha perdido la esperanza en la razón y, a la vez, la religión pasa a considerarse "una convicción subjetiva" más que una fe activa. En contra de esta visión se levanta la realidad defendida por la fe cristiana de "un Dios que se ha revelado". Kaiser ha escrito ensayos y libros respecto a esta doctrina, que considera fundamental para combatir "el relativismo de nuestros tiempos". "Tenemos la revelación en la Biblia, es decir, tenemos la verdad en palabras humanas", concluye Kaiser.


ESPERANZA DE CAMBIO

A pesar de que la situación general no invita al optimismo, Kaiser recuerda que todavía hay algunas iglesias protestantes que sigan fieles al mensaje del Evangelio. "Las iglesias libres, formadas en el siglo XIX, pero también otras en los últimos años, en congregaciones independientes, poco organizadas, pero todos juntos son una minoría. Unas 300.000 personas". Esto lleva a que "la imagen del protestantismo" sea "bastante confusa". "Sólo en algunas iglesias locales veo un genuino protestantismo".

Hacia este genuino protestantismo se dirige el trabajo del Instituto que dirige Kaiser. "Viendo que la iglesia se renueva por la Palabra de Dios, la meta del instituto es publicar sermones fieles a la Biblia" a través de la web, y también publicar libros a nivel científico y teológico, como catedrático en Teología Sistemática.

Kaiser concluye recordando que la iglesia "se renueva por la Palabra de Dios" y presentarla "de forma clara, pura, es un reto muy importante para nuestros tiempos. Siempre ha sido el reto más importante. Confiemos en el poder de la Palabra de Dios, él construye su iglesia. No la salvamos nosotros, Cristo la ha salvado".




Fuente: ProtestanteDigital.com
Nota: Recomendamos escuchar el audio de la entrevista de Daniel Oval (Protestante Digital) a Bernhard Kaiser sobre la caída de protestantes en Alemania.
Fotografia: Martín Lutero renace en Wittenberg 500 años después. Berlin (Reuters) - Aproximadamente 800 estatuas coloridas del reformista protestante del siglo XVI Martín Lutero están surgiendo por la localidad alemana de Wittenberg, en el este del país, donde Lutero se quejó por primera vez hace casi 500 años de algunas prácticas de la Iglesia católica ... / MSN

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viernes, 21 de mayo de 2010

Hacia una nueva Reforma Religiosa Católica. Por Arturo Delgado Santos

La Edad Media mantuvo la unidad religiosa en torno al cristianismo en Europa occidental, por más de diez siglos.

Tiempo en que surgieron, se desarrollaron y se derrumbaron imperios. Época en que la corrupción se expresaba en los asuntos públicos y privados, particularmente, entre la iglesia católica, las autoridades monárquicas, los integrantes de la casta militar y la naciente burguesía.

Las formas de ejercer el poder político e ideológico de la iglesia católica y la monarquía absoluta, llegaron al hartazgo de las capas medias de la población, de los intelectuales, de la naciente burguesía, de los humanistas y de los renacentistas.

En los últimos siglos del medioevo, siglos XIII, XIV y XV, los avances de la ciencia, la navegación, el conocimiento del universo, las nuevas formas de pensar, escribir, comerciar, intercambiar productos y conocimientos, además, de las más variadas formas de opresión, corrupción, venta de indultos por parte de los clérigos, generó una crisis espiritual, religiosa, que en el corto tiempo habría de dar origen a creyentes: católicos, anglicanos, luteranos y calvinistas.

La Reforma Religiosa europea durante el siglo XVI, produjo una profunda crisis religiosa y política que, además de dar origen a nuevas instituciones religiosas, formó un nuevo sistema de valores, donde los componentes del pensamiento religioso, eran más racionales, prácticos y con sentido social.

El monje agustino Martín Lutero, en Alemania, profesó sus 95 tesis denunciando las indulgencias y los excesos de la iglesia católica, afirmando que la esencia del cristianismo radica en la comunicación directa de cada persona con Dios y no en la organización encabezada por el Papa.

Las tesis de Lutero, consideran que las personas se salvan sólo por su fe y no por sus obras; todos los creyentes pueden interpretar libremente los textos sagrados, el libre examen de la Biblia , con el rechazo de la tradición de la iglesia como fuente de la verdad y como autoridad en la interpretación bíblica; abolición del celibato obligatorio; reducción de los sacramentos a dos: bautismo y eucaristía.

En Inglaterra la iglesia anglicana aceptó la intervención del Rey Enrique VIII, en la toma de decisiones, en lugar del Papa.

Las diferencias entre ambas iglesias se producen con el tiempo, por las decisiones de los distintos reyes.

El pensamiento protestante en los E. U. A. llegó junto al proceso de colonización inglesa, amén de los grupos religiosos de otras nacionalidades, que fueron creciendo y hoy representan un relevante mosaico ideológico, que cada vez sus discrepancias son más profundas y agudas, lo cual puede llegar a desatar una lucha ideológica de consecuencias incalculables, sobre todo, si sumamos el ingrediente racial, a esa lucha política que hoy viven los norteamericanos.

La crisis que vive hoy, la iglesia católica, cuya institución suprema, el Vaticano y las iglesias católicas distribuidas en el mundo, así como sus autoridades desde el Papa hasta el más modesto sacerdote en la parroquia de la colonia o del pueblo, están sujetos a una profunda crítica, donde se le solicita al actual Papa que renuncie, al mismo tiempo, que obispos renuncian cuando se les exhibe por haber violado a niños o niñas, abusando de la autoridad moral que ejercen sobre sus creyentes.

En este debate mundial sobre la condena unánime contra los sacerdotes pederastas, el teólogo Hans Küng dirige una carta abierta a los obispos católicos de todo el mundo, para explicarles que la actual crisis que vive la iglesia católica sólo es comparable a la vivida durante la Reforma del siglo XVI y que hizo posible cambios profundos en la institución universal católica, para innovarse y poder seguir sirviendo a la feligresía.

La iglesia católica, como toda institución pública, modifica constantemente su normatividad, en este caso, por medio de encíclicas, concilios, conferencia, acuerdos y resoluciones que se aplican y obedecen en línea vertical. No hay democracia. Hay obediencia. No hay razón. Hay fe. No hay ciencia. Hay dogma. No hay pensamiento crítico. Hay pensamiento acrítico.

La crítica profunda del teólogo Hans Küng al pensamiento y acción del actual Papa, se sintetiza en seis propuestas fundamentales, tales como: no callar; mandar las críticas a Roma y demandar Reforma; acometer reformas y demandar renovación de la iglesia; actuar colegiadamente, no permitir más que el Papa sea un autócrata; la obediencia ilimitada sólo se debe a Dios; aspirar a soluciones regionales, donde problemas como el celibato deben ser resueltos, ya que los escándalos por abusos sexuales por parte de sacerdotes, hacen pensar que la decisión de casarse o no, es del sacerdote y no de la autoridad eclesiástica; exigir un concilio ecuménico para aprobar las reformas litúrgica, la libertad de religión, el ecumenismo y el diálogo interreligioso.

Así como se difunden cartas, declaraciones y homilías de las autoridades eclesiásticas, unas en pro y otras de crítica al proceder institucional local, nacional e internacional, los fieles deben tomar cartas en el asunto de la Reforma Religiosa Católica, que haga posible y real la renovación que demanda el teólogo Hans.

Y concluye la carta de Küng: Dad a vuestros fieles signos de esperanza y aliento y a nuestra iglesia una perspectiva.




Fuente: ElPorvenir.com.mx
Autor: Arturo Delgado Santos, periodista mexicano escribe sus opiniones en el diario El Porvenir de Monterrey. Posee estudios de Licenciatura en Psicología y Educación. Estudios de Posgrado en Psiquiatría Hospitalaria y de la Comunidad, Psicología Clínica Infantil y de la Adolescencia, así como en Psicopedagogía. También es Asesor de la Dirección de Educación Especial y Catedrático de la Escuela de Ciencias de la Educación.

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miércoles, 29 de julio de 2009

Roma está construida sobre el infierno. Por Manolo Saco

“Si hay un infierno, Roma está construida sobre él”. Esa era la impresión de Lutero, cuando siendo sacerdote viajó a la capital de la cristiandad en piadosa peregrinación. Allí contempló el más magnífico prostíbulo de sus tiempos, con una corte de barraganas que servían desnudas las bacanales del Colegio Cardenalicio, cardenales que competían entre sí por la belleza de sus efebos y put... de lujo.

La Iglesia siguió debatiéndose a lo largo de la Historia entre el cielo y el infierno, con una parte de ella dejándose la vida y la salud en defensa de los oprimidos, mientras la otra levantaba los infiernos allí por donde pasaba. Dejando a un lado la historia criminal de los papas, asesinos múltiples, ladrones, pederastas, defensores de las peores dictaduras nazis y fascistas, sus infiernos favoritos y recurrentes han sido los internados y los confesionarios, donde sacerdotes y monjas a menudo tratan de aliviar sus urgencias sexuales.

En los confesionarios practicaron uno de sus abusos favoritos, la “Solicitatio ad turpia”, en la que el sacerdote con calenturas pedía favores sexuales a sus penitentes. Los casos de abusos han arruinado a las iglesias norteamericanas, y ahora sabemos que en la católica Irlanda la agresión sexual en los internados católicos era una práctica continuada.

El Vaticano conocía ese infierno. Por ello en 1962 dio instrucciones a sus obispos para que ocultasen los casos de abuso sexual cometidos por sus miembros, como publicó el diario británico The Observer, orden en la que se exigía un “estricto” secreto y amenazaba con la excomunión a quien destapase los escándalos. El infierno lo reservan para los niños, y el cielo, para los violadores.


Fuente: Fuego amigo
Autor: Manolo Saco. Primer redactor de la revista Cambio 16, director de la revista Ciudadano de defensa del consumidor, jefe de la sección de Economía, y, posteriormente, de Cultura y Sociedad de los Servicios Informativos de TVE, director adjunto y guionista del programa de debate de TVE “¿Y usted qué opina?”, director adjunto del Área de Imagen y Comunicación de la EXPO’92 en Sevilla, director de los Servicios Informativos de TVE en Andalucía, Redactor Jefe del diario económico La Gaceta de los Negocios, subdirector del diario El Sol, columnista del diario 20Minutos, entre otras ocupaciones confesables a lo largo de 37 años de vida profesional.

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lunes, 1 de diciembre de 2008

Benedicto XVI acepta la "justificación por la fe" de Martín Lutero

En la catequesis del pasado miércoles, Benedicto XVI trató la doctrina de la justificación. El Papa analizó de manera positiva la teología de Martín Lutero de la "Solo fe" ("Sola fide" justificación por la fe), lo que ha suscitado comentarios favorables por parte de las iglesias luteranas. Así, el decano de la Iglesia Evangélica Luterana en Italia, Holger Milkau, ha expresado: "siempre es un gusto escuchar al Papa hablar de Lutero, sobre todo si afronta argumentos que se comparten".
"Cristo nos hace justos", dijo el Papa. "Ser justo quiere simplemente decir estar con Cristo y en Cristo. Esto basta. No hacen falta otras observancias". Milkau aprueba este enunciado del pontífice, aplaudiendo también la interpretación que hizo de uno de los puntos centrales de la doctrina de Martín Lutero (1483-1546): la doctrina de la "justificación por la fe".

Lutero, interpretando la carta a los Romanos, se convenció de que el cristiano se salvaría 'sólo por la fe' y no por las 'obras' que realiza. Benedicto XVI explicó que "la expresión 'sola fe' de Lutero es verdadera, si no se opone a la fe y a la caridad, al amor".

Según el decano luterano, "para los protestantes no hay problema a la hora de afirmar que el ágape es realización en la comunión con Cristo". Ahora bien, siguiendo sus propias fuentes teológicas, Milkau propone con una visión protestante ampliar "esta reflexión también al problema de la iglesia. Las palabras del Papa podrían también significar que para estar en Cristo no hace falta pertenecer a la misma iglesia, pues el ágape es el elemento esencial de la comunión con Cristo".

Y sigue diciendo: "la justificación por la fe y no por las obras ha sido acogida y aceptada ya como base del credo cristiano. El Papa, sin embargo, ha expresado un 'si', y no podía ser de otro modo. Este 'si' lo ve en el peligro del libertinaje que niega Pablo y, con él, también Lutero. La fe tiene que tener una consecuencia, que, según los luteranos, se expresa en el compromiso por la libertad del prójimo, compromiso a veces difícil y lleno de sufrimiento".

"Desde nuestro punto de vista" -dice Milkau- "no es por tanto suficiente definir por decreto lo que es bueno y condenar lo que no lo es. Por el contrario, hay que incentivar la capacidad de juicio para ser cada vez más autónomos y responsables, pero al mismo tiempo conscientes de ser falibles también en el amor. 'Sola fide' no significa no fiarse de los propios poderes, sino esperar todo de Dios".

LAS DECLARACIONES DEL PAPA
Benedicto XVI habló de la "Doctrina de la Justificación", uno de los temas más controvertidos de la reforma protestante, y dijo que su compatriota Lutero no se equivocaba cuando decía que "nos salva sólo la fe", pero matizó que siempre que esa fe "no se oponga a la caridad y al amor".

Ante unas 20.000 personas que asistieron en la plaza de San Pedro a la audiencia pública, el Papa dedicó la catequesis a cómo el ser humano se convierte en justo a los ojos de Dios, tema central en las cartas de San Pablo y uno de los asuntos que durante más de cuatro siglos han separado a protestantes y católicos.

El Pontífice resaltó que el Apóstol Pablo -cuyos escritos inspiraron profundamente a Lutero- afirmaba en sus cartas a los cristianos de Roma que "el hombre es justificado por la fe con independencia de las obras de la ley".

Lutero interpretó "justificados por la sola fe", manifestó el Papa, que añadió que "la palabra 'sola fide' (sólo la fe) de Lutero es verdadera si no se opone a la caridad, al amor". Ser justo, aseguró el Papa, significa "sencillamente estar con Cristo, por lo que los otros preceptos ya no son necesarios".

LA GRAN CUESTIÓN PENDIENTE
Ya el 31 de octubre de 1999, luteranos y católicos firmaron en Augusta (Alemania) una declaración sobre la Doctrina de la Justificación, considerada un importante paso en el camino ecuménico.

Sin embargo, y siendo un paso sin duda positivo este reciente acercamiento en palabras de Benedicto XVI a un aspecto básico de la teología de Lutero, queda pendiente –entre otras- una importante cuestión: ¿quién administra esta gracia de Dios que viene por la fe en Jesús?

Porque según la teología católica, esa gracia es administrada a través de "la" Iglesia (católica) desde el bautismo, pasando por los sacramentos (confesión, comunión), hasta llegar a la extrema unción y la intercesión por los difuntos. Es decir, se admite que existe una línea telefónica que la gracia de Dios da al hombre por la fe en Jesús, pero la centralita la lleva la jerarquía católica, que es la que interpreta, dicta, decide y hace de intermediaria permanente en la relación del hombre con Dios.

El protestantismo entiende sin embargo que el cristianismo bíblico sólo admite a Jesús como intermediario "porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (2ª carta a Timoteo 2:5).

Además, a esta cuestión de la "Sola fe", habría que hablar de la "sola gracia" y "sola Escritura". Pero, de momento, en estas cuestiones Benedicto XVI no ha entrado, así que quedan en el archivo de "pendientes".

Fuente: ProtestanteDigital.com /EFE / ACPress

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