Mostrando entradas con la etiqueta ECUMENISMO. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ECUMENISMO. Mostrar todas las entradas

jueves, 3 de noviembre de 2011

Encuentro Interreligioso de Asís por la Paz... y el ecumenismo

Líderes religiosos del mundo oraron por la paz en Asís invitados por Benedicto XVI• El papa Benedicto XVI1 unió su voz el jueves a la de monjes budistas, estudiosos islámicos, líderes yorubas y un puñado de agnósticos en un llamamiento común a la paz, insistiendo en que la religión nunca debe ser usada como pretexto para la guerra o el terrorismo.

Benedicto XVI saludó a unos 300 líderes en representación de varias confesiones en Asís, la ciudad de San Francisco, para conmemorar el 25 aniversario de una jornada de oración que en este mismo sitio convocó su antecesor, Juan Pablo II, en 1986 en medio de la Guerra Fría.

Aunque la convocatoria careció del brillo de su antecesora -cuando el Dalai Lama, la Madre Teresa y otros líderes religiosos se unieron en oración-, la jornada de paz del jueves incluyó algunas novedades.

Esta vez participaron monjes budistas de China continental, además de cuatro personas que no profesan ninguna fe, como parte de los esfuerzos de Benedicto XVI por entablar diálogo con agnósticos y ateos que de todos modos aspiran a conocer la verdad.

El encuentro del jueves también incluyó al patriarca ecuménico Bartolomé I y representantes de las iglesias ortodoxas griega, rusa, serbia y bielorrusa, como también eclesiásticos luteranos, metodistas y bautistas.

Varios rabinos fueron acompañados por unos 60 musulmanes, media decena de hindúes y sintoístas, tres taoístas, tres jainistas y un zoroastriano.

Un grupo de católicos tradicionalistas condenó la reunión -tal como lo hizo en 1986- por considerar una blasfemia que la cabeza de la Iglesia Católica invitara a líderes de "religiones falsas" a orar a sus dioses en procura de la paz.

La Sociedad de San Pío X, un grupo tradicionalista disidente que Benedicto XVI trata de recuperar al seno de la Iglesia, dijo que celebraría mil misas para compensar el "daño".

Sin embargo el mismo Benedicto XVI había objetado el encuentro de 1986 y no asistió por desaprobar que miembros de distintas confesiones orasen unos en presencia de otros. Esta nueva reunión suprimió toda oración pública comunal en un intento por despejar toda sospecha de sincretismo, o sea, la combinación de diferentes creencias y prácticas. *



• Todos los líderes religiosos que participaron este jueves 27 de octubre en la Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo promovida en Asís, Italia, por el papa Benedicto XVI, aplaudieron la iniciativa y expresaron, en sus intervenciones, la importancia de rezar por la paz y el diálogo.

El patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, afirmó que el diálogo debe llevar a “considerar al otro como sujeto de relación y no como objeto de indiferencia”, “porque es en la indiferencia donde nace el odio, es en la indiferencia donde nace el conflicto, es en la indiferencia donde nace la violencia”.

“Contra estos males, sólo el diálogo es una solución posible y a largo plazo”, observó, recordando que “no vivimos únicamente los unos contra los otros, o los unos al lado de los otros, sino, sobre todo, los unos junto a los otros, en un espíritu de paz, de solidaridad y de fraternidad”.

En el encuentro de Asís, explicó, “no se trata, como algunos insinúan, de realizar el diálogo interreligioso o ecuménico, desde una perspectiva sincrética”. Al contrario, la visión que nosotros alabamos, en el diálogo interreligioso, tiene un sentido especial que deriva de la capacidad misma de las religiones de invertir en el campo social para promover la paz”.

“Debemos oponernos a la deformación del mensaje de las religiones y de sus símbolos por parte de los autores de violencia”, indicó. “Los responsables de las religiones deben hacerse cargo del proceso de restablecimiento de la paz”.

Esta responsabilidad, señaló, “no es simplemente verbal”, sino que exige “que seamos fieles a nuestra fe, fieles al diseño de Dios para el mundo, respondiendo a lo que Él quiere”.

El doctor Rowan Douglas Willams, arzobispo de Canterbury, cabeza de la Iglesia Anglicana, definió como “un gran honor” el poder celebrar el aniversario de la primera Jornada de Oración por la Paz, promovida por el beato Juan Pablo II.
Una paz duradera, declaró, “inicia donde nosotros vemos al prójimo como a nosotros mismos y por tanto comenzamos a comprender por qué y cómo debemos amar al prójimo como a nosotros mismos”.

Los cristianos, especificó, reconocen en el prójimo “no sólo a alguien que tiene en sí 'la imagen de Dios' en virtud de la creación, sino a alguien que tiene en sí también la posibilidad de llevar la semejanza de Jesucristo en virtud de la nueva creación”.

Si es así, “no somo extraños los unos de los otros. Y si no somos extraños, debemos, antes y después, encontrar el modo de concretar este reconocimiento recíproco en relaciones de amistad verdaderas y duraderas”.

“Estamos aquí hoy para declarar nuestra voluntad –de o más bien nuestra apasionada determinación- de persuadir a nuestro mundo que los seres humanos no deben ser extraños, y que el reconocimiento es tan posible como necesario por nuestra universal relación con Dios”.

El doctor Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias2, alabó el encuentro de Asís destacando que “el mundo necesita reuniones entre los jefes de las comunidades religiosas”, así como de “constructores de paz a partir de la fe”.

Las comunidades de fe, a su vez, “necesitan jóvenes que lleven el cambio”. “Un gran obstáculo a una paz justa representa hoy el alto nivel de paro entre jóvenes en todo el mundo”, indicó. “Se tiene la sensación de que estamos poniendo en juego el bienestar y la felicidad de una generación. Necesitamos la visión y la valentía de los jóvenes para los cambios necesarios”.

Tveit recordando Jerusalén, anunció que, para el Consejo Ecuménico de las Iglesias, “un compromiso preciso para los próximos años será el de trabajar por una paz justa en Jerusalén” y para todos los pueblos que viven en la ciudad, y en torno a ella. “Somos responsables ante Dios, y los unos ante los otros, de la paz de nuestro tiempo y también de lo que decimos o no decimos para alcanzarla”, declaró.

Por su parte, el conocido rabino David Rosen, director del departamento de Asuntos Interreligiosos de la American Jewish Committee (AJC), comenzó hablando del concepto de peregrinación. “Una peregrinación es, por definición, mucho más que un viaje. Las palabras hebreas para peregrinación son 'aliyah la’regel', expresión que significa 'subida a pie'”, un concepto que tenía un significado tanto literal como espiritual: literal porque se subía desde los montes de Judea hasta el Templo de Jerusalén, espiritual o simbólica en el sentido de subir hacia Dios. “Este concepto de peregrinación, de ascenso, es central en la visión profética del establecimiento del Reino de los Cielos en la Tierra, la visión mesiánica de paz universal”, añadió Rosen, citando después al profeta Isaías: “'Vendrán muchos pueblos y dirán: vayamos y subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que Él nos enseñe sus caminos y podamos caminar por sus senderos; ya que de Sión saldrá la ley y de Jerusalén la Palabra del Señor'. Él será juez entre las naciones y árbitro de los pueblos; destruirán sus espadas y harán arados de ellas y de sus lanzas podaderas. Una nación no se levantará contra otra y no aprenderán más el arte de la guerra” (Is 2,3-4).

Rosen retomó también un comentario del gran rabino Meir Simcha de Dwinsk, que vivió hace un siglo, quien distinguía la paz del arca de Noé de la visión profética de Isaías. Mientras que, en el primer caso, la paz era la única posibilidad, en la visión de Isaías nace del “conocimiento del Señor”, surge de la más íntima comprensión espiritual y de la libre voluntad.

“Para muchos en el mundo, la paz es una necesidad pragmática y esto es, en efecto, verdadero”, observó Rosen, pero la paz que anhelan los hombres y las mujeres es distinta: es “subir a la montaña del Señor”, es decir, “una idea de paz como expresión sublime de la voluntad divina y de la imagen divina en la que todo ser humano es creado”.

Haciendo un homenaje al beato Juan Pablo II, y expresando gratitud hacia su sucesor Benedicto XVI, el rabino recordó a los sabios del Talmud. “Nos enseñan --así explicó- que la paz no sólo es en nombre de Dios (…) sino que también es el requisito indispensable para la redención”.

Diverso fue el enfoque del secretario general de la Conferencia Internacional de los Estudiosos Islámicos (ICIS) y expresidente de Nabdlatul Ulama (NU), el indonesio Kyai Haji Hasyim Muzadi. Su reflexión comenzó con la constatación de que “muchos problemas entre los hombres sobre esta tierra, vienen de los que siguen una religión”, pero que esto no significa “que los problemas que surgen entre los hombres que pertenecen a una religión sean originados por la religión misma”.
Para el exponente musulmán, lo que genera conflictos y tensiones es el simple hecho de que “las religiones auténticas” “pueden tener seguidores que no son capaces de comprender su carácter saludable de manera plena y completa”, una carencia que puede llevar “a la distorsión de la religión misma”. “Toda religión posee identidad propia”, prosiguió Hasyim Muzadi, pero “un carácter común de toda religión es la esperanza para la creación de armonía entre los hombres, paz, justicia y prosperidad y un mejor nivel de vida”.

Su receta para llegar “a una armonía y coexistencia duraderas entre las religiones” es sencilla: “no se debería y no se debe cambiar lo que es distinto, y no se deben imponer los puntos de vista que no se comparten”, sostuvo el delegado musulmán, que advirtió también del peligro de instrumentalizar la religión. “Nuestro deber, como comunidades religiosas, es el de llevar a todos los creyentes la libertad de comprender verdaderamente el propio destino, y de corregir las comprensiones equivocadas de las religiones que llevan a conflictos sociales entre la humanidad”.

La representante de los “no creyentes” o agnósticos Julia Kristeva, prefirió, sin embargo, comenzar su reflexión con las conocidas palabras de Juan Pablo II: “¡No tengáis miedo!”. Según la filósofa y psicoanalista, estas palabras no están dirigidas únicamente a los creyentes, porque estas alentaban a resistir el totalitarismo”. “El llamamiento de ese Papa, apóstol de los derechos humanos, nos empuja también a no temer a la cultura europea, sino, al contrario, a osar el humanismo”.

“Frente a las crisis y a las amenazas que se agravan, ha llegado la edad de la apuesta”, continuó la francesa de origen búlgaro. “Osamos apostar por la renovación continua de las capacidades de hombres y mujeres de creer y conocer juntos. Para que en el 'multiverso' de vacío, la humanidad pueda perseguir todavía su propio destino creativo a largo plazo”, concluyó. **



* Fuente: Líderes de distintas confesiones se unen al Papa para pedir paz / Univision.com
**Fuente: Los líderes religiosos del mundo rezan por la paz en Asís / Zenith.org

Referencias: 1. Discurso del Papa Benedicto XVI / Aciprensa 2. Las iglesias buscan en Asís la paz y la justicia mediante el diálogo / Oikoumene.org
Fotografía: De izquierda a derecha. El arzobispo de Canterbury, Rowan Douglas Willams, cabeza de la Iglesia Anglicana; el patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I representando a las iglesias ortodoxas griega, rusa, serbia y bielorrusa; Benedicto XVI; y el rabino David Rosen, director del departamento de Asuntos Interreligiosos de la American Jewish Committee (AJC)





+ Leer más...

lunes, 6 de junio de 2011

Kirchentag entre el “Nuevo Orden Mundial” de Angela Merkel y la llamada al ecumenismo

Pues va a ser que sí o sí. La unidad visible de la Iglesia, esto es, la multitud de iglesias, confesiones, comuniones. tradiciones, denominaciones y familias cristianas capitalizará el sábado la atención informativa del 33 Kirchentag, la Conferencia bienal de la Iglesia Evangélica Alemana que fue inaugurada ayer a orillas del Elba en la ciudad de Dresde bajo el lema tomado de Mateo 6:21: "[porque allí donde esté vuestro tesoro] ...allí estará también vuestro corazón” .

Las cifras de la Conferencia hablan por sí solas: más de 100 mil visitantes, 2.300 actividades como conferencias, debates, estudios bíblicos, la adoración, teatro, exposiciones, conciertos, talleres, cientos de casetas y tres capítulos temáticos: “La fe y la teología”, “La sociedad y la política” y “El mundo del medio ambiente”.

La canciller federal alemana Angela Merkel será la oradora principal sobre el tema “¿Hacia un nuevo orden mundial?” Intervendrán muchas otras personalidades, como el presidente del Parlamento Europeo Jerzy Karol Buzek, y el pastor luterano noruego Olav Fykse-Tveit, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias.

El culto de apertura, que se celebró ayer a orillas del río Elba, fue precedido por un acto de celebración de los 50 años de trabajo en la comunidad judeo-cristiana Alemania. Cristianos y judíos caminaron juntos del Mercado Viejo (Altmarkt) a la sinagoga de Dresde, en memoria del exterminio de los judíos de la ciudad, para recordar los pecados de la iglesia y el coraje de los héroes anónimos del pasado.

“Una fe, muchas formas…” En términos del diálogo ecuménico está programada para el sábado por la mañana una reunión con el contundente título de "¡Sin alternativa: el ecumenismo, esperanza para la Iglesia y la sociedad!" A la que asistirá el presidente de la Iglesia Evangélica Alemana (EKD), Nikolaus Schneider; el arzobispo Robert Zollitsch, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana (DBK); y el metropolita Augoustinos, de la Metrópolis Ortodoxa Griega de Alemania.

Según informa el boletín Notizie Evangeliche (NEV) de la Federación Protestante italiana, “no sólo es el diálogo ecuménico entre los temas que animan la reflexión, sino también el énfasis en las relaciones interreligiosas entre cristianos y musulmanes, así como los temas de justicia social, la migración, la economía y las finanzas, la paz y la seguridad, las relaciones entre Europa y el mundo árabe, los cristianos en la iglesia de Oriente Medio, África, y la homosexualidad, el extremismo de derecha, y muchos otros”.

Habrá un momento dedicado a la unificación de Alemania y la revolución del 89. Los temas ambientales y las nuevas tecnologías serán este año objeto de debate en el Kirchentag. El culto de clausura el próximo domingo 5 de junio a orillas del Elba será retransmitido por la Segunda Cadena de la Televisión alemana ZDF.




Fuente: Periodistas en español
Autor: Manuel López


+ Leer más...

viernes, 4 de marzo de 2011

Benedicto XVI exonera a los judíos de ser los culpables de la muerte de Jesús

El papa Benedicto XVI exonera a los judíos de ser los culpables de que Jesús fuera condenado a muerte, en la segunda parte de su libro "Jesús de Nazaret", que saldrá a la venta el próximo 10 de marzo.

En el libro, del que hoy el Vaticano adelantó algunos capítulos, el pontífice señala que, cuando en el Evangelio de Mateo se habla de que "todo el pueblo" pidió la crucifixión de Cristo, "no se expresa un hecho histórico".

"¿Cómo habría podido todo el pueblo (judío) estar presente en ese momento para pedir la muerte de Jesús?", se pregunta el papa, quien reconoce que esa errónea interpretación ha tenido "fatales" consecuencias, en referencia a las continuas acusaciones de deicidio a los judíos durante siglos, que propició su persecución.

Benedicto XVI agrega que la "realidad" histórica aparece más correcta en los evangelios de Juan y Marcos.

"Según Juan, fueron simplemente los judíos, pero esa expresión no indica para nada que se tratase del pueblo de Israel como tal y menos que tuviera un carácter racista. Juan era israelita, como Jesús y todos los suyos. En Juan esa expresión tiene un significado preciso y rigurosamente limitado, se refiere a la aristocracia del templo (de Jerusalén)", escribe el papa Ratzinger.

Añade que Marcos amplia el cerco de los acusadores a los "ochlos", la masa que apoyaba a Barrabás y que se había movilizado para lograr que fuera amnistiado con motivo de la inminente pascua.

"El verdadero grupo de los acusadores son los círculos contemporáneos del templo y la masa que apoyaba a Barrabás", precisa, de manera categórica.

Sobre la frase de Mateo "Y todo el pueblo respondió: Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos" (Jesús ante Pilato y frente a Barrabás), Benedicto XVI señala que el cristiano recordará que la sangre de Jesús "habla otro idioma diferente al de Abel".

"No pide venganza, ni castigo, sino reconciliación. No es derramada contra algunos, sino que se vierte para todos. No es maldición, sino redención y salvación", subraya el obispo de Roma.

El Concilio Vaticano II (1962-1965), que lanzó a la Iglesia hacia el siglo XXI, promulgó la declaración "Nostra Aetate", con la que los católicos retiraron las acusaciones de deicidio contra los judíos.

En el texto, el papa señala que Jesús no fue un "revolucionario político" y que su mensaje y su comportamiento no constituyeron un peligro para el dominio romano.

Benedicto XVI indica que sobre la fecha de la Última Cena los evangelios sinópticos (Marcos, Lucas y Mateo) están equivocados y lleva razón Juan, ya que en el momento del proceso a Jesús las autoridades no habían celebrado la pascua y debían mantenerse puras.

Afirma que la Última Cena no fue una cena pascual según el ritual judío y que Cristo fue crucificado no el día de la fiesta judía, sino en la vigilia.

Sobre la figura de Judas, Benedicto XVI escribe que Satanás entró en él y no logró liberarse y explica que, además de la traición, su segunda tragedia fue no lograr creer en el perdón.

"Su arrepentimiento se vuelve desesperación. Sólo se ve a sí mismo y sus tinieblas, no ve más la luz de Jesús. Su arrepentimiento es destructivo, no verdadero", afirma el papa.

En el libro también se refiere al Reino de Dios y asegura que sólo la verdad puede llevar a la liberación del ser humano y que las grandes dictaduras únicamente viven gracias a la mentira ideológica.

La segunda parte del libro "Jesús de Nazaret" será presentada el próximo 10 de marzo en el Vaticano y está dedicada a la pasión, muerte y resurrección de Cristo, los momentos más decisivos en la vida de Jesús.

El volumen está editado por la Libreria Editora Vaticana (LEV), que tiene todos los derechos de autor de Benedicto XVI, y saldrá a la venta en siete idiomas, entre ellos español y portugués.

Según el portavoz vaticano, Federico Lombardi, el papa está escribiendo ya la tercera parte del libro, dedicada a la infancia de Jesús y al comienzo de su predicación.

La primera parte de "Jesús de Nazaret", de 448 páginas, fue publicada en 2007 y en ella el Pontífice mostró a un Jesús "real, el histórico", y afirmó que Cristo es una figura "históricamente sensata y convincente".




Fuente: ElMundo.es
Fotografía: Benedicto XVI en el Muro de los Lamentos durante su visita a Israel.



+ Leer más...

lunes, 24 de enero de 2011

Benedicto XVI llama a unidad del cristianismo

Benedicto XVI dijo hoy que la división de los cristianos es una "ofensa" a Cristo y tras implorar la unidad aseguró que, para ser en el mundo actual "señal e instrumento" de unidad con Dios y los hombres, los cristianos deben basar sus vidas en la comunión fraterna, la eucaristía y el rezo.
El Pontífice hizo estas manifestaciones ante varios miles de fieles que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano al rezo del ángelus, en el que recordó que la Iglesia Católica celebra desde el pasado día 18 y hasta el 25 (festividad de la Conversión de san Pablo), la semana de rezos por la unidad de los cristianos.

Una vez más, el Obispo de Roma imploró la unidad de los cristianos -uno de los puntos cardinales de su pontificado- y afirmó que también hoy "para ser en el mundo instrumento de íntima unión con Dios y de unidad entre los hombres", los cristianos deben basar sus vida en cuatro puntos: escuchar la Palabra de Dios, la comunión fraternal, la Eucaristía y la plegaria.

Según el Papa, sólo así, permaneciendo unida a Cristo, la Iglesia puede cumplir eficazmente su misión.

"Cualquier división en la Iglesia es una ofensa a Cristo, el único en el que podemos encontrarnos unidos, debido a la fuerza inagotable de su gracia", afirmó Benedicto XVI.

El papa Ratzinger exhortó a los cristianos a la "plena y visible unidad", y recordó que el 25 de enero, fiesta de la Conversión de San Pablo, se trasladará a la basílica romana de San Pablo Extramuros para clausurar la semana de rezos para la unidad.

En estos días, el Papa ha expresado su "vivo pesar" por la imposibilidad de que los cristianos puedan compartir la mesa eucarística debido a la división, señal, según dijo el pasado miércoles durante la audiencia pública en el Vaticano, que la unidad "está aún lejana".

Benedicto XVI manifestó que los cristianos deben de dar un fuerte testimonio de unidad y de compartir ante el hombre actual, "muchas veces sin puntos claros y válidos de referencia".

Al igual que su antecesor, Juan Pablo II, el papa Ratzinger también considera que la separación de los cristianos es una "vergüenza", que quita credibilidad a los seguidores de Cristo a la hora de difundir el Evangelio.

Oriente y Occidente se separaron con el cisma de 1054, con las excomuniones del papa León IX y del patriarca Miguel Cerulario. Les separan razones teológicas, como el rechazo de los ortodoxos al primado de la Iglesia de Roma y la negativa de la infalibilidad del Papa.

Los ortodoxos no reconocen la validez de los sacramentos católicos, al contrario que la Iglesia católica que sí admite, desde el Concilio Vaticano II, los de la Iglesia ortodoxa.

Además, los ortodoxos culpan a Roma de proselitismo y de intentar expandirse en territorios hasta ahora bajo su control.

Antes del gran cisma se produjo otra escisión, la de los cristianos armenios, que vivieron en comunión con Roma hasta el año 491, cuando abrazaron las tesis del monofisismo, según la cual Cristo sólo tenía una naturaleza, la divina, y era hombre sólo en apariencia.

El Concilio de Calcedonia de 451 condenó el monofisismo y definió la doble naturaleza de Cristo, humana y divina, unidas sustancialmente en una sola persona divina.

Los armenios no lo reconocieron y así nació la Iglesia Armenia, a la que no se puede llamar ortodoxa porque es anterior al cisma de 1054.

Benedicto XVI considera la unidad de los cristianos uno de los ejes de su pontificado y ha dicho estar dispuesto a dar pasos efectivos para lograrla.




Fuente: ABC.es - EFE / Benedicto XVI dice que la división de los cristianos "ofende" a Cristo
Fotografía: Benedicto XVI y el Patriarca ecuménico Bartolomé I en su llamado a la unidad de los cristianos durante una misa en la Basílica de San Pedro en Roma, en el año 2008 / LosAndes.com.ar


+ Leer más...

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Gran Rabino de Israel insta a crear una ONU de guías espirituales



El Gran Rabino de Israel, Yona Metzger (foto), cree que la comunidad internacional debería crear un sínodo interconfesional para disipar las tensiones entre las religiones y con ello deslegitimar a todos los que dicen matar en nombre de Dios.

"La desconexión entre los líderes religiosos es tan grande que deberíamos escuchar y conocer las opiniones de cada uno, aunque sólo sea para que no pensemos que el otro tiene cuernos", dice Metzger en una entrevista, en la que aseguró que el "No matarás" sólo tiene una interpretación y es común a todas las confesiones.

Plantea que su "sueño" sería un organismo "como el de la ONU" o "dentro de la ONU", que reúna a representantes religiosos y guías espirituales de todos los países y religiones para que dialoguen y, en caso de crisis, contribuyan a disipar las tensiones.

De 57 años y padre de seis hijos, Metzger es conocido por su tolerancia, que le llevó hace varios años a crear una comisión interconfesional que reúne periódicamente a todos los guías espirituales de la zona, israelíes y palestinos.

"Gran parte del derramamiento de sangre en el mundo", explica, "se origina por un cortocircuito entre los líderes religiosos", porque "se escuchan rumores" y "se publican falsedades".

"Pero no hay duda -afirma- de que la religión y el derramamiento de sangre son polos opuestos", y que la violencia sólo procede de "extremistas que explican la religión diciendo que su Dios les ha ordenado matar a los que no son como ellos".

Ex capitán del Ejército y ex rabino de la ciudad de Tel Aviv, donde consiguió ganarse el favor de la población secular, Metzger ocupa la jefatura del rabinato askenazí desde 2003.

Por ley, existe también un rabino jefe sefardí, situación que cambiará en 2014 cuando se unifiquen los dos rabinatos.

Consultado sobre el conflicto palestino-israelí, el Gran Rabino de Israel alienta a todas las partes a "negociar" porque "es importante hablar, escuchar al otro qué es lo que quiere (para) saber qué es lo que podemos dar".

Sin entrar en detalles -dice que "no es responsable hablar de lo que no se conoce"-, adopta como condiciones para un acuerdo de paz que incluya la retirada israelí de Cisjordania, que ésta sirva para evitar el derramamiento de sangre, garantice la seguridad de Israel y fomente la paz.

Sobre la situación actual de los judíos en el mundo no oculta su preocupación por el fenómeno de la asimilación y los matrimonios mixtos, que en algunos países occidentales supera el 70 por ciento.

"Precisamente es esta situación en la que los judíos disfrutan de igualdad y no sufren persecuciones la que (...) impulsa los matrimonios mixtos y el que grandes porciones de nuestro pueblo se vayan desconectando de nosotros", sostiene.

La estricta ley ortodoxa considera judíos sólo a los hijos de mujer judía, y debido a que esta religión ve con recelo la incorporación de nuevos miembros, es constante la pérdida de caudal demográfico.

"Nuestra religión es realmente una religión difícil. Pero el ser judío no pasa por la dificultad sino por la creencia en un camino", declara Meztger al explicar las difíciles condiciones para la conversión, que suponen entre seis y doce meses de estudio.

"Las leyes no las inventamos nosotros, nos las entregó Dios en el Monte Sinaí (…) Es lo mismo que un club que pone condiciones a la entrada de nuevos miembros", admite.

Preguntado por la polémica prohibición de algunos rabinos a que los judíos vendan casas a árabes, Metzger pide "cautela" porque si bien es cierto que en principio denotan racismo, también es cierto que detrás arrastran "un serio problema".

"Hay que ser muy sensibles con esto (...) Estoy en contra de estas declaraciones que causan tanto daño internacional a Israel, pero (...) nos guste o no, hay aquí un problema con ramificaciones para la seguridad de Israel", afirma, al acusar "a Irán" de financiar "la compra sobrevalorada de viviendas judías en Galilea".

En alusión a otra reciente y conflictiva declaración, la del mentor espiritual del partido ultra-ortodoxo Shas, Ovadía Yosef, sobre que los pueblos gentiles deberán servir a los judíos, Metzger dice "poner su mano en el fuego de que no fue esa su intención".

"Al rabino Yosef hay que saber entenderle. Los medios extraen de sus sermones una frase aislada que suena terrible, pero que en el lenguaje religioso de la Torá suena completamente de otra manera", asegura sobre quien también ocupó el Gran Rabinato hace dos décadas.

Aunque no da ninguna explicación, condesciende con que la interpretación que hicieron los medios de sus palabras suena "terrible", si bien insiste en que en el complejo lenguaje rabínico "hay que saber qué dijo antes y después" para interpretar las ideas del nonagenario Yosef.



Fuente: Aurora-israel.co

+ Leer más...

viernes, 10 de diciembre de 2010

El Vaticano y el Concilio Mundial de Iglesias tras la unidad religiosa

► Benedicto XVI y el secretario general del CMI reafirman los objetivos comunes para la unidad visible de la iglesia
El secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), pastor Dr. Olav Fykse Tveit, se reunió en audiencia privada con el Papa Benedicto XVI el sábado en el Vaticano. Los dos dirigentes de iglesia abordaron una serie de cuestiones, entre las que cabe destacar la unidad visible de la iglesia y la situación de los cristianos en Oriente Medio.

“Mantuvimos una conversación muy franca y amistosa”, dijo Tveit tras la audiencia. “El Papa destacó, con mucha amabilidad y contundencia, la importancia de la labor del CMI y el ministerio que estoy llamado a desempeñar como secretario general”.

El Papa Benedicto también “manifestó interés en saber cómo elaboramos y planificamos el trabajo que llevaremos a cabo en el futuro. Él mismo ha participado en nuestra Comisión de Fe y Constitución, por lo que conoce muy bien una dimensión muy importante de nuestro trabajo”.

A principios de los años setenta el arzobispo Joseph Ratzinger -el futuro Papa Benedicto XVI- formó parte, como teólogo, de la Comisión de Fe y Constitución del CMI.

Tveit indicó que el Papa estaba muy interesado en saber cómo el CMI trabajará “nuestras cuestiones teológicas y también en cómo fortaleceremos el trabajo en aras de la unidad visible entre las iglesias”.

Según Tveit, el Papa Benedicto afirmó que una manera de fortalecer la unidad visible de los cristianos es permitiendo que la Biblia sea un elemento central de la reflexión y el discurso teológicos.

Esta fue la primera reunión entre los dos dirigentes desde que Tveit asumió el cargo de secretario general del CMI el pasado mes de enero. Para Tveit ésta fue su segunda visita al Vaticano este año.

La Iglesia Católica Romana participa en varias actividades del CMI, especialmente en el marco de la Comisión de Fe y Constitución, la Comisión de Misión Mundial y Evangelización y el Grupo Mixto de Trabajo con la Iglesia Católica Romana. Representantes católicos también contribuyen a la planificación de la Décima Asamblea del CMI que tendrá lugar en Busan, Corea, en 2013.

El CMI tiene 349 iglesias miembros que representan a más de 550 millones de cristianos de todas partes del mundo pertenecientes, principalmente, a las denominaciones ortodoxa, anglicana y protestante, así como también a algunas iglesias pentecostales y evangélicas. La Iglesia Católica Romana es una sola iglesia que cuenta con más de mil millones de miembros.

El Consejo Mundial de Iglesias y la Iglesia Católica Romana mantienen un estrecho contacto a varios niveles y han trabajado para dar conjuntamente una dirección al movimiento ecuménico moderno, a pesar de que la Iglesia Católica no es miembro del CMI.

Desde el punto de vista de Tveit, que la Iglesia Católica sea miembro del CMI no constituye un asunto urgente.

Tveit dijo que durante su conversación ambos hicieron hincapié en que el CMI y la Iglesia Católica Romana colaboran a muchos niveles. Asimismo, Tveit dijo que había preguntado al Papa Benedicto “¿cómo podemos fortalecer la sólida cooperación que ya tenemos?”.

Para Tveit, la relación “va mucho más allá del vínculo entre Roma y Ginebra”.

"Existe una estrecha cooperación en las comisiones, pero se trata también de una cooperación que tiene lugar en el día a día”, explicó. “El CMI es una comunidad de iglesias de todo el mundo y, cuando viajo y me reúno con las iglesias miembros, a menudo me describen cómo colaboran con la Iglesia Católica Romana a nivel local y nacional”.

“Así es como colaboramos, en cuanto iglesias, en muchos contextos de todas las partes del mundo”, añadió Tveit.

Un contexto específico que los dos dirigentes abordaron fue la situación en Sudán, adonde Tveit tiene previsto realizar un viaje próximamente, en vista del referéndum sobre las relaciones entre el norte y el sur del país. El secretario general del CMI espera que esta situación no exacerbe el conflicto entre musulmanes y cristianos. “Ahí, la Iglesia Católica Romana es un actor muy importante. En Jartum la presencia de la iglesia es muy fuerte y visible”.

Los dos líderes también se preguntaron cómo pueden apoyar al cristianismo en Oriente Medio.

"Observamos que el número de cristianos está disminuyendo, en particular en Irak, donde huyen del país y del actual conflicto”, dijo Tveit.

“Pero también hablamos sobre la situación en Israel y Palestina, donde es necesario que las iglesias den un testimonio común”, prosiguió el secretario general del CMI.

“Mencioné la gran importancia que tiene allí la Iglesia Católica Romana y también de qué manera contribuye a la voz ecuménica en Jerusalén”, indicó Tveit.

Tveit también dijo que ambos comparten la preocupación de saber que “la situación de las iglesias en Oriente Medio está relacionada con el contexto político y las realidades políticas no solo de Palestina e Israel, sino de otras partes de Oriente Medio”.

Ambos reconocieron la necesidad de fomentar la confianza entre los grupos en conflicto en la región y de mantener el compromiso con el diálogo. Tveit cree que los gobiernos de la región “saben lo que deben hacer; solo necesitan el valor y el apoyo para hacerlo”.

Los materiales de la Semana de oración por la unidad de los cristianos del próximo mes de enero han sido recopilados por dirigentes cristianos de Jerusalén gracias a un esfuerzo conjunto del CMI y del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos de la Iglesia Católica Romana.

“Se trata de una importante iniciativa ecuménica que aspira a fortalecer la visibilidad de la iglesias en la Tierra Santa”, observó Tveit en relación con el tema de la próxima Semana de oración. “Espero que a los cristianos de todo el mundo nos permita ver que los cristianos de la Tierra Santa no están allí únicamente para ocuparse de los museos, sino que son piedras vivas, testimonios vivos del mensaje de Cristo en un contexto muy difícil, pero que resulta ser el lugar mismo donde Cristo vivió, murió y resucitó”.

Antes de su audiencia privada con el Papa Benedicto, Tveit se reunió con el cardinal
Kurt Koch, de nacionalidad suiza, que recientemente ha sido nombrado presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

Ambos hablaron de la posibilidad de que el Papa Benedicto vaya a Ginebra próximamente para visitar al CMI, así como a otras instituciones que se encuentran en la región ginebrina.

Durante su viaje a Roma, Tveit también visitó la sede del Movimiento de los Focolares, así como la Comunidad de San Egidio. En la Basílica de Santa María en Trastevere, visitó un comedor popular y una residencia de ancianos. Asimismo, Tveit pronunció unas palabras en el culto de la Federación de Iglesias Protestantes de Italia celebrado en Roma. Su viaje concluyó el 5 de diciembre.*


► Iglesia católica y Consejo Ecuménico de las Iglesias establecen cita anual

ROMA, jueves 9 de diciembre de 2010 (ZENIT.org).- El Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el Consejo Ecuménico de las Iglesias (KEK) han establecido celebrar un encuentro anual entre sus representantes.

Se trata del “fruto más maduro de la reciente visita a Roma del secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias de Ginebra”, el pastor luterano Noruego Olav Fykse Tveit, según la edición de este miércoles de L'Osservatore Romano.

La nueva cita anual tiene como objetivo “definir una metodología de testimonio y de anuncio común del Evangelio, para hablar al mundo con una única voz, sobre todo sobre temas éticos y teológicos”, explica el periódico vaticano.

Estos nuevos encuentros se celebrarán cada año en un ámbito más cercano que el grupo mixto de trabajo conjunto de la Iglesia católica y el Consejo Ecuménico de las Iglesias, actualmente el instrumento principal de sus relaciones. Esa entidad consultiva fue creada en 1965 y la forman 36 miembros, 18 de cada parte.

La decisión de establecer estos encuentros anuales se tomó en concreto durante la visita de Tveit al presidente del dicasterio para la unidad de los cristianos, el cardenal Kurt Koch.

Y fue posible gracias a las “relaciones positivas” que existen actualmente entre la Iglesia católica y el Consejo Ecuménico de las Iglesias, explicó el oficial del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos que acompañó al reverendo Tveit en todas las etapas de su estancia en Roma, el sacerdote Gosbert Byamungu.

Según Byamungu, esas relaciones “ayudan todo movimiento” y cuando, “como en nuestro caso, hay amistad y confianza, podemos empezar a hablar de los problemas más candentes y difíciles, que hasta ahora se han evitado”.

Durante su visita a Roma, el secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias fue recibido en el Vaticano, donde mantuvo un encuentro con Benedicto XVI y con representantes de la secretaría de Estado y del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

Estuvo acompañado por el vicesecretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias, Georges Lemopoulos, y por John Gibaut, director de la Comisión Fe y Constitución, de la que Joseph Ratzinger fue miembro entre los años 1968 y 1975.

La audiencia con el Papa duró aproximadamente un cuarto de hora, durante el cual Benedicto XVI alentó a Tveit en su misión y le aseguró el apoyo de la Iglesia católica.

Según un comunicado publicado en la web del Consejo Ecuménico de las Iglesias, en el encuentro, Benedicto XVI y el pastor Tveit abordaron varios temas, entre ellos la unidad visible de la Iglesia.

El Papa expresó interés en “cómo estamos desarrollando y planificando nuestro trabajo futuro”, explicó Tveit.

Además, Benedicto XVI exhortó a “poner la Biblia en el centro de los coloquios y de las reflexiones teológicas, para reforzar la unidad visible de los cristianos”.

El Papa y el secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias también trataron la situación de los cristianos en Oriente Medio y cómo apoyarlos.

Constataron el descenso del número de cristianos, en particular en Irak, y hablaron de la situación en Israel y en los territorios palestinos, donde según Tveit “las Iglesias deben dar testimonio en unidad”.

El secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias explicó que el Papa y él compartieron la idea de que en Oriente Medio “la situación de las Iglesias en Oriente Medio está ligada al contexto político y a la realidad política”.

Durante el encuentro, hablaron sobre la situación de Sudán, país que acogerá un referéndum el 9 de enero de 2011 sobre la independencia del sur, y que Tveit visitará próximamente.

El pastor luterano destacó que “en ese contexto, la Iglesia católica romana es un actor extremadamente importante y en Jartum la Iglesia tiene una presencia muy visible y fuerte”.

El mismo sábado, el secretario general del Consejo Ecuménico de las Iglesias visitó la necrópolis vaticana y la Basílica de san Pedro, así como la mesa de los pobres de San Egidio y participó en misa en Santa María en Trastévere.

El domingo, Tveit pronunció una homilía con motivo de una celebración en una iglesia metodista de Roma, mantuvo un encuentro con representantes de las congregaciones protestantes romanas y fue recibido por la presidente del movimiento de los Focolares, Maria Voce, en la sede del Centro Mundo mejor, en Rocca di Papa.**




* Fuente: Oikoumene.org / El Papa Benedicto y el secretario general del CMI reafirman los objetivos comunes para la unidad visible de la iglesia
**Fuente: Catholic.net - Zenith.org / Encuentro anual entre el Vaticano y Consejo Ecuménico de las Iglesias


+ Leer más...

jueves, 23 de septiembre de 2010

Benedicto XVI por primera vez saluda a una sacerdote y visita la abadía de Westminster

La visita del Papa a Reino Unido dejó hoy otro momento singular. Benedicto XVI fue el primer papa en visitar la abadía de Westminster, en la celebración de un servicio religioso que compartió con el arzobispo de Canterbury.Al llegar, dio la mano por primera vez a una sacerdotisa anglicana, Jane Hedges, gran partidaria de que en el futuro las mujeres pueden ser elegidas obispos de la Iglesia anglicana.

En su discurso ante las autoridades políticas y representantes de la sociedad civil, Benedicto XVI se deshizo en elogios hacia la democracia británica. Reino Unido ya no es "un país del Tercer Mundo", como dijo el cardenal alemán Kasper en unas desafortunadas declaraciones que le dejaron sin asiento en el avión que trajo al Papa a Gran Bretaña hace dos días.

El escenario elegido resaltaba la idea de reconciliación histórica entre el Estado británico y la Santa Sede. Westminster Hall, en el Parlamento, es el lugar donde en 1535 fue juzgado y condenado a muerte Tomás Moro por traición a Enrique VIII.

Santo Tomás Moro canonizado en 1935 es un símbolo católico del creyente que desafía al Estado por ser fiel a su conciencia. El Papa podría haber encontrado algunos ejemplos actuales para comparar su actitud con las discrepancias que la Iglesia mantiene con las leyes británicas.

Sin embargo, hoy Ratzinger jugó el papel del invitado respetuoso. Elogió a Reino Unido como "una democracia pluralista que da un gran valor a la libertad de expresión, la libertad de afiliación política y el respeto por la ley". Los invitados debieron de quedar complacidos.

El Papa planteó la cuestión en un tono más positivo que el día anterior, quizá porque el enemigo no eran los sectores laicos, sino el propio Estado británico. El pontífice comentó que el posible conflicto entre conciencia y respeto por la ley es un desafío para la democracia, no un obstáculo infranqueable.*


Una pastora anglicana recibió al Papa en la abadía de Westminster

El papa Benedicto XVI fue recibido el pasado viernes en la abadía de Westminster por Jane Hedges, pastora y ferviente defensora de la ordenación de mujeres, algo que el Vaticano considera un “crimen grave”.

Es muy posiblemente la primera vez (y no se sabe si la última) que un papa estrecha la mano a una mujer ordenada, “crimen grave” para la doctrina del catolicismo. No podía ser de otra manera. Como manda el protocolo, en tanto que canóniga anglicana de la abadía de Westminster, la pastora Hedges es la encargada de recibir a cualquier persona que entre en la famosa abadía londinense.

A su llegada al lugar, el Papa le dio un apretón de manos, y según dijo la BBC, esta sería la primera vez que el jefe de la Iglesia Católica -que considera doctrinalmente la ordenación de las mujeres como un “crimen grave” - estrecha la mano de una pastora.

Jane Hedges es una figura de la lucha para la ordenación de mujeres obispos en la Iglesia anglicana. Las primeras mujeres fueron ordenadas en 1994, lo que provocó el éxodo de unos 400 miembros tradicionalistas.

ENCENDIDO DEBATE

La posible ordenación de mujeres como obispos crea todavía más polémica y es objeto de un encendido debate desde hace años en la rama británica de la Iglesia. Un sínodo aprobó la medida en julio pero debe ser confirmada en otra reunión prevista en 2012.

Jane Hedges se reunió con la reina Isabel II, Gobernadora Suprema de la Iglesia Anglicana, con el ex primer ministro laborista Gordon Brown y con numerosos diputados para promover su mensaje a favor del ministerio femenino.

La líder religiosa subraya que la mitad de los anglicanos practicantes son mujeres. Un episcopado en el que tuvieran su lugar “sería representativo del conjunto de la humanidad, como es ahora con el sacerdocio”.**




* Fuente: Publico.es
**Fuente: ProtestanteDigital.com
Fotografía: Pope Benedict XVI shakes hands with Rev Dr Jane Hedges, canon steward of Westminster Abbey. It was the first time that he has publicly shaken hands with a clergywoman / BBC - Telegraph.co.uk

+ Leer más...

miércoles, 14 de abril de 2010

Ratzinger, en la hoguera. Por Juan G. Bedoya

El papa Benedicto XVI cumple cinco años en el cargo acorralado por los escándalos de pederastia y con acusaciones de inmovilismo y retroceso frente al Concilio Vaticano II. Roma ha cancelado el ecumenismo, con ofensas a judíos, musulmanes, protestantes o anglicanosLos cardenales eligieron Papa en 2005 a un intelectual de postín y esperaban que rindiese como un gran ejecutivo. No ha resultado. A punto de cumplirse los cinco años de mandato como sumo pontífice el próximo día 19, Benedicto XVI, de civil Joseph Alois Ratzinger, es un anciano de 83 años atado a su pasado de teólogo e inquisidor de doctrinas. ¿Qué ha hecho en este lustro? ¿Qué se propone? Sus admiradores cuentan que es un gran trabajador y que ahora mismo está empeñado en culminar antes del verano su ingente biografía de Jesús de Nazaret, cuyo primer tomo fue un éxito de ventas hace dos años. Los detractores lo acusan de atacar a las reformas del Concilio Vaticano II y de despreocupación o impotencia ante los problemas que afronta el catolicismo.

Ratzinger "es criticado por no hacer nada... y por hacer demasiado", opina su biógrafo, el periodista católico italiano Vittorio Messori. Como él, la jerarquía de la Iglesia vela armas para enfrentarse al examen del primer lustro de este pontificado. Lo hace a la defensiva. La efemérides no ha podido llegar en peor momento, con una riada de noticias sobre curas -y hasta obispos- pederastas actuando con impunidad durante décadas ante la pasividad o el silencio cómplice del Vaticano.

Benedicto XVI está en medio de ese quemadero. También ha patinado en otros campos de la gestión. Ha provocado agrias polémicas con musulmanes, judíos o anglicanos; escandalizó cuando quiso acabar con el cisma del ultraconservador arzobispo Marcel Lefebvre, y se enfrentó a la comunidad científica condenando en África el uso del preservativo como método de combate del sida. También sigue enfrentado a la ciencia, negando toda la investigación con células madre.

Ratzinger sabía a lo que se enfrentaba cuando se postuló hace cinco años como sucesor del polaco Juan Pablo II, de civil Karol Wojtyla. Su discurso electoral fue clamoroso, aquel 24 de marzo de 2005, con Juan Pablo II ya moribundo, a punto de superar los 27 años en el cargo. Era el Viernes Santo de ese año y Ratzinger sustituía al enfermo pontífice en el tradicional Via Crucis ante el imponente Coliseo romano. No era una casualidad. En cada rezo de las estaciones del fundador cristiano hacia el monte Calvario, el hoy Papa aprovechó para intercalar comentarios de programa de gobierno. Fue en la novena estación -tercera caída de Jesús bajo el peso de la cruz- cuando clamó: "¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar entregados al Redentor! ¡Cuánta soberbia! La traición de los discípulos es el mayor dolor de Jesús. No nos queda más que gritarle: Kyrie, eleison. Señor, sálvanos".

Era un discurso alarmante, elaborado para encoger el corazón de la mayoría de los cardenales, acostumbrados muchos de ellos a una vida regalada en el mejor de los mundos, sobre todo durante sus frecuentes estancias en Roma. Dos semanas más tarde, reunidos en cónclave, los 114 purpurados -con el pomposo título de Príncipes de la Iglesia, aunque cardenal viene de cardo, en italiano bisagra o punto de apoyo- no se demoraron en decidir qué Papa querrían. Era el alemán Ratzinger y se llamaría Benedicto XVI.

La elección causó no poca sorpresa. Hoy se sabe que se inclinaron por Ratzinger por considerarlo el único capaz -por conocimiento y por autoridad- de arreglar los problemas acumulados durante el interminable ocaso del polaco Wojtyla, del que el teólogo alemán había sido sumo ideólogo. La información es poder, y nadie sabía tanto sobre las crisis -y los pecados- del cristianismo romano como el presidente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio de la Inquisición que Ratzinger había dirigido desde 1981 con mano de hierro. En el momento de su elección tenía 78 años, tres años más de la edad de jubilación de los obispos. Su salud era quebradiza. Hoy, en el balance de gestión, cinco años más tarde, se olvidan esas circunstancias personales.

Ratzinger ha sido siempre un hombre de ideas fijas, pese a su propia opinión. "A mí ya me han diseccionado varias veces: el profesor de la primera etapa y el de la etapa intermedia, el primer cardenal y el de después. Ahora se añade otro segmento más. Como es natural, las circunstancias, las situaciones y las personas influyen, porque asumen distintas responsabilidades. Digamos que mi personalidad y mi visión fundamental han madurado, pero todo lo que es esencial ha permanecido idéntico", dijo de sí mismo en 2006 cuando su biógrafo le hizo notar una supuesta diferencia entre el panzer kardinal (tanque de combate) que dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe y el tímido Benedicto XVI al timón de la nave del apóstol Pedro.

Alguna prensa alemana había recibido la elección de Ratzinger con el título equívoco de panzer kardinal. Era una alusión a su intransigencia por la inmisericorde condena de 130 teólogos y religiosos cuando fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Tampoco olvidaron en Alemania que el nuevo pontífice, además de teólogo y profesor universitario, militó en las Juventudes Hitlerianas y que fue soldado de la Wehrmacht al final de II Guerra Mundial.

Al margen de tan tormentoso -y brillante- pasado, Benedicto XVI no ocultó nunca que le aguardaba una tarea inmensa si quería acabar con la "suciedad" y la "soberbia" que anidaba en su Iglesia cuando se propuso como candidato papal. Lo intuyó a las 18.04 del 19 de abril de 2005, nada más anunciarse su elección, y lo dijo en su primera bendición urbi et orbi ("a la ciudad de Roma y al mundo").

Tampoco pudo ignorar que iba a estar solo en la tarea, salvo que realizase radicales cambios en la Curia (gobierno) del Vaticano. Pero no lo hizo. Es un primer retroceso, principio de todos los demás. En la llamada eufemísticamente Ciudad Santa, el poder sigue en manos de los de siempre, con algunos cambios por razones de edad. Es el caso del astuto cardenal Angelo Sodano, número dos de Juan Pablo II y uno de los protectores del fundador de los Legionarios de Cristo y notorio pederasta, el sacerdote mexicano Marcial Maciel. Ha sido sustituido por otro italiano, Tarcisio Bertone, igual de inmovilista, también amigo de lavar en casa la ropa sucia. Tampoco el cambio en la portavocía eclesiástica -el periodista español Joaquín Navarro Vals, miembro del Opus Dei, antes; el jesuita Federico Lombardi, ahora- ha ganado para el pontífice una solidaridad especial. En el Vaticano siguen mandando los ancianos aupados por Wojtyla, en su mayoría "prelados paternalistas desesperadamente aferrados al sillón y que bloquean desde hace años el funcionamiento de la Santa Sede con mediocres disputas internas y personalismos enredadores". Son palabras del canonista y editorialista-analista del diario italiano La Stampa, Filippo di Giacomo.

¿Por qué, en un cónclave formado -salvo una excepción- por cardenales nombrados por Juan Pablo II, los 114 electores escogieron al único que llevaba aún la púrpura concedida por Pablo VI, un Papa del Concilio Vaticano II? Con Juan Pablo II predominó un "wojtylianismo público", de masas y medios de comunicación. En cambio, Ratzinger está centrado en la palabra desnuda: homilías, ángelus, catequesis, discursos y, hasta ahora, tres encíclicas. Su idea era acostumbrar a los católicos a fijarse en lo esencial, no en la persona del Papa, el eterno papanatismo. ¿Por qué ese cambio? Es un misterio; por decirlo desde el punto de vista de la fe: una decisión del Espíritu Santo.

Suele decirse que las promesas electorales están para incumplirse. Ratzinger no las hizo.

El único documento que puede tenerse como tal es la homilía en la misa para elegir nuevo Papa el día del comienzo del cónclave, donde dibujó un panorama teórico sobre los cristianos veletas -que se han dejado llevar por corrientes ideológicas opuestas: del marxismo al liberalismo hasta el libertinaje, del colectivismo al individualismo, del ateísmo a un vago misticismo-. También fijó allí su idea de que el mundo está dominado por la "dictadura del relativismo que no reconoce nada que sea definitivo y que deja como última medida sólo al propio yo y a sus deseos". No dijo cómo luchar contra esa tendencia.

Ideas o palabras al margen, el balance es desolador. En cinco años ha provocado varias veces la indignación de los judíos -13 millones-; por ejemplo, cuando readmitió en la "comunión eclesial" a los seguidores del arzobispo Marcel Lefebvre -la llamada Hermandad Sacerdotal de San Pío X-, entre ellos a Richard Williamson, que niega el Holocausto y al Vaticano II.

"Al levantar la excomunión de los integristas, sin exigirles la aceptación del Concilio Vaticano II, no son ellos quienes se incorporan al cristianismo conciliar. Es más bien el Papa quien se convierte al integrismo y lleva a la Iglesia en esa dirección", sostiene el teólogo Juan José Tamayo. La canciller alemana Angela Merkel exigió entonces al Papa, su compatriota, que pidiera disculpas a los judíos.

El Papa también ha reintroducido en la liturgia una oración por la conversión de los judíos, de carácter preconciliar, y suele irritar a esa comunidad religiosa cuando insiste en elevar a los altares (es decir, en colocar como ejemplo de santidad para todo el mundo) al papa Pío XII, acusado de callar ante los crímenes de los nazis y ante el terrible Holocausto.

Ofendió también Benedicto XVI a los musulmanes -1.300 millones- cuando, en un discurso en la Universidad de Ratisbona (Alemania) en septiembre de 2006, dijo que Mahoma impuso la fe con la espada y proclamó la guerra santa, vinculando al dios del islam con la violencia y la irracionalidad. Tampoco los protestantes -650 millones- y los cristianos ortodoxos -250 millones- tienen motivo de contento con este Papa. En un documento oficial de julio de 2007, el Vaticano identifica la Iglesia de Cristo con la Iglesia católica, a la que considera la única verdadera, y califica en consecuencia a las Iglesias ortodoxas como Iglesia imperfecta y niega que las Iglesias de la reforma sean Iglesia.

El proceso ecuménico (de encuentro entre religiones, en la idea del teólogo Hans Küng de que no habrá paz entre las naciones sin paz entre las religiones) también sufrió un duro revés cuando el Papa les dijo a las comunidades indígenas latinoamericanas -el 10% de la población en ese continente-, durante su viaje a Aparecida (Brasil) en 2007, que una supuesta vuelta a las religiones precolombinas no era un progreso, sino un retroceso. Lo dijo Benedicto XVI en su discurso inaugural de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, y en el mismo viaje acusó a los nuevos líderes políticos latinoamericanos de estar sometidos a ideologías superadas y de no actuar en concordancia con la visión cristiana del ser humano y de la sociedad.

También atacó allí a los teólogos de la liberación por politización, falso mesianismo, ideas erróneas y dependencia del marxismo, como había hecho, excomulgándolos, cuando estaba al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Aún más criticada ha sido su visión de la planetaria lucha contra el sida, llevada a cabo por las autoridades sanitarias y gran parte de los Gobiernos. Durante un viaje a Camerún y Angola, el Papa execró contra el uso de los preservativos porque, dijo, "no sólo no solucionan el problema del sida, sino que lo agravan todavía más". El Parlamento belga pidió entonces, por mayoría, a su Gobierno que condenase esas declaraciones y expresase una protesta formal al Vaticano, de Estado a Estado. Una iniciativa parecida en España, a instancias de Izquierda Unida, no prosperó en el Congreso de los Diputados.

Todas esas derivas anticonciliares se resumen en una más aparatosa y visible: los cambios en la liturgia, autorizados con regocijo por Ratzinger. No sólo se vuelve a la misa en latín y con el celebrante de espaldas al pueblo creyente, sino que se han aceptado algunas de las ideas del arzobispo Lefebvre, el gran fustigador del Vaticano II. Ratzinger había sido perito en ese concilio, como asesor del episcopado alemán, pero siempre se mostró contrario a su desarrollo "con el entusiasmo de zelotes", acusó una vez a sus colegas, en referencia a una de las sectas más radicales en la época de Jesús, en la Galilea sojuzgada por Roma.

¿Por qué esa deriva antiecuménica o anticonciliar? El papa Ratzinger piensa que el Concilio Vaticano II le ha sentado muy mal a su Iglesia, y que sólo rectificándolo volverán tiempos de esplendor, prestigio e influencia. Los hechos son testarudos, en la dirección contraria. Cada día hay menos vocaciones sacerdotales y más parroquias sin cura. La juventud sigue alejada, salvo los cientos de miles de muchachos que jalean al pontífice desde los movimientos más conservadores; la mujer permanece marginada del santuario, y pocos católicos hacen caso a las doctrinas de sus prelados en materia de sexo u otros comportamientos sociales.

La decisión de acoger a sacerdotes anglicanos, incluso si están casados, no hace más que agravar el veto al celibato opcional entre el clero católico, origen de quebradores de cabeza para el Papa. Pero esas son ahora historias de sexo, un terreno en el que la jerarquía del catolicismo pierde casi siempre la compostura.



Fuente: ElPais.com
Autor: Juan G. Bedoya, (1945 -) periodista, docente y político español. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra y ha trabajado, entre otros medios, en Alerta (Santander), El Correo Español (Bilbao), Televisión Española y ahora responsable de la sección de Religión de El País.La Comisión Europea ha otorgado en España el ‘Premio Europeo de Periodismo 2009.
También ha sido director de Hoja del Lunes de Santander (1975-1980). Director del Curso La cuestión regional de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Profesor de Literatura en la Escuela Politécnica (1973-1974). Presidente de la Junta de Fundadores de Cantábrico de Prensa S.A. Editor del periódico ALERTA Cantabria (1985-1993).

+ Leer más...

domingo, 21 de febrero de 2010

Vaticano propone redactar un "catecismo ecuménico"

El Presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos de la Iglesia de Roma, el cardenal Kasper propuso la redacción de un "catecismo ecuménico", en colaboración con varias confesiones protestantes, que recogería la parte de la fe que es común a estas confesiones y a la iglesia católica. Esta idea forma parte, según el cardenal, de un "ecumenismo básico, que identifique, refuerce y profundice en el fundamento común" y permitirá que los logros del ecumenismo lleguen hasta los fieles.

Durante tres días se celebró en el Vaticano un encuentro ecuménico internacional con el título "Cosechando los frutos", que reunió a más de treinta prestigiosos teólogos católicos, luteranos, metodistas y reformados para tratar el tema del futuro del movimiento ecuménico. En un discurso como parte de esta reunión ecuménica, el Cardenal Walter Kasper, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos desde hace casi nueve años, realizó unas sorprendentes declaraciones.

El Cardenal señaló, en referencia al encuentro, que los participantes habían afirmado su "fundamento común en Jesucristo y en la Santísima Trinidad, tal como se expresa en nuestro credo común y en la doctrina de los primeros Concilios ecuménicos" y que era "esencial mantener viva la memoria de nuestros logros" relativos al movimiento ecuménico. También manifestó su preocupación por la posibilidad de que el diálogo ecuménico se esté convirtiendo en un diálogo de "especialistas, alejado del pueblo" y propuso transformarlo en un "ecumenismo básico, que identifique, refuerce y profundice en el fundamento común".

EVITAR LAS DIFERENCIAS

Monseñor Kasper señaló las áreas en las que existen aún grandes diferencias entre los participantes del diálogo ecuménico, como la naturaleza de la Iglesia, el ministerio sacerdotal, la sucesión apostólica, el primado papal, la homosexualidad, el papel de la mujer en la Iglesia, etc. Indicó también que el Vaticano tiene que esforzarse por explicar mejor a otras confesiones la postura católica de que "la Iglesia Católica es la Iglesia de Cristo y que la Iglesia Católica es la verdadera Iglesia", a la vez que "existen muchos elementos importantes de la Iglesia de Cristo fuera de las fronteras visibles de la Iglesia Católica".

Del mismo modo, si bien existen "carencias en las otras iglesias", "en otro nivel también hay carencias o, mejor dicho, heridas procedentes de la división y heridas procedentes del pecado en la Iglesia Católica".

En este contexto, el Cardenal Kasper propuso una idea arriesgada y totalmente novedosa: la idea de un "catecismo ecuménico", como fruto de los cuarenta años de diálogo ecuménico. Parece ser que la idea había surgido previamente, en una reunión del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, que preside el Cardenal. Este catecismo se redactaría en colaboración con los miembros de otras confesiones cristianas, pero el Cardenal confesó que aún no tienen "ninguna idea sobre cómo se estructuraría y escribiría un catecismo así".

Como indicó en una entrevista para la Radio Vaticana, el monseñor Kasper desea evitar que los documentos producidos por el diálogo ecuménico "cojan polvo en los estantes". La elaboración de un resumen, según el cardenal, puede permitir que dichos logros se "reciban en los cuerpos vivos de nuestras iglesias", "facilitando así el proceso de recepción".


Fuente: ProtestanteDigital.com

+ Leer más...

viernes, 5 de febrero de 2010

Secretario general del Consejo Mundial de Iglesias confía en progresos hacia unidad cristiana

En el servicio ecuménico de Vísperas presidido hoy por el Papa Benedicto XVI, el secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Rev. Dr. Samuel Kobia, destacó la importancia de "una iglesia única y unida en su testimonio" ante un mundo caracterizado por la violencia y la desunión. El servicio celebrado en Roma concluyó la centésima edición de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.

Por la mañana, Kobia y los miembros del Grupo Mixto de Trabajo entre la Iglesia Católica Romana y el CMI fueron recibidos en audiencia privada por el Papa.

En la oportunidad, Benedicto dio gracias a Dios "por los frutos del movimiento ecuménico, en el que se puede discernir la presencia del Espíritu Santo que impulsa el crecimiento de todos los seguidores de Cristo en la fe, la esperanza y el amor". El Papa elogió también "la fructuosa relación ecuménica" entre la Iglesia Católica Romana y el CMI. Por su parte, Kobia reafirmó la importancia de la oración como "fundamento espiritual de todos los esfuerzos que dieron lugar al movimiento ecuménico y a los logros del pasado", así como la necesidad de proseguir en el empeño ecuménico "con un espíritu de oración".

Kobia se reunió también con representantes de las iglesias miembros del CMI y de la Federación de Iglesias Protestantes de Italia. La conversación se centró en el tema de la espiritualidad en una era de secularización, así como en la actual situación ecuménica en Italia, donde las iglesias protestantes están decididas a mantener un diálogo abierto y sincero. "Estoy muy interesado en sus opiniones, ya que sus iglesias son los ojos y oídos del CMI en Italia", dijo Kobia a sus anfitriones.

En una entrevista publicada hoy en el diario vaticano L'Osservatore Romano, Kobia expresó su visión de que el movimiento ecuménico alcanzará, para mediados del siglo XXI, "un nivel de unidad tal que los cristianos de todo el mundo, independientemente de sus afiliaciones confesionales, puedan orar y celebrar el culto juntos y sentirse bienvenidos a compartir la Mesa del Señor en cualquier iglesia". Este ejemplo de unidad, continuó, podrá "ayudar a la humanidad a superar todas las divisiones", de forma que todos los pueblos del mundo "puedan vivir juntos en paz y armonía, independientemente de sus antecedentes culturales y sus identidades".


- Más información sobre la Semana de oración por la unidad de los cristianos
- Crónica: Orar juntos por la unidad de los cristianos durante un siglo de cambios
- Comunicado (en inglés) del Grupo Mixto de Trabajo entre la Iglesia Católica Romana y el CMI, Roma, 20-27 de enero de 2008
- Grupo Mixto de Trabajo


Fuente: Consejo Mundial de Iglesias (CMI) / oikoumene.org

+ Leer más...

jueves, 28 de enero de 2010

Benedicto XVI insistió con la unidad de las iglesias cristianas

En una ceremonia celebrada esta tarde en la basílica de San Pablo Extramuros, con la que se concluyó la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Pontífice pidió a todas las iglesias cristianas (católica, protestante y ortodoxas) a unir fuerzas para una nueva evangelización.
Ciudad del Vaticano.- En un mundo "indiferente" y hasta "hostil" a la fe se necesita de la unidad de los cristianos para hacer creíble el mensaje del Evangelio, exhortó hoy el Papa Benedicto XVI.

En una ceremonia celebrada esta tarde en la basílica de San Pablo Extramuros, con la que se concluyó la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Pontífice pidió a todas las iglesias cristianas (católica, protestante y ortodoxas) a unir fuerzas para una nueva evangelización.

Urgió dar "un testimonio común" ante "los retos cada vez más complejos de nuestro tiempo, como la secularización y la indiferencia, el relativismo y el hedonismo, los delicados temas éticos sobre el principio y fin de la vida, los limites de la ciencia y la tecnología, el diálogo interreligioso".

"No faltan cuestiones que nos separan a los unos de los otros y que esperamos puedan ser superadas a través de la oración y el diálogo", dijo.

"Pero hay un contenido central del mensaje de Cristo que podemos anunciar juntos: la paternidad de Dios, la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte con su Cruz y la resurrección, la confianza en la acción transformadora del Espíritu", añadió.

Según Benedicto XVI, el compromiso por la unidad de los cristianos "no es sólo tarea de algunos, ni una actividad accesoria de la vida de la Iglesia".

"Cada uno está llamado a dar su aportación para cumplir con aquellos pasos que lleven a la plena comunión entre todos los discípulos de Cristo", insistió.

Señaló que otros campos en los que los cristianos deben comprometerse es en la salvaguarda de lo creado y la promoción del bien común y de la paz.

También en la defensa de la centralidad de la persona humana, el compromiso para derrotar "las miserias de nuestro tiempo", como el hambre, la indigencia, el analfabetismo o la creciente diferencia entre ricos y pobres.

El Papa arribó a la basílica de San Pablo Extramuros en torno a las 17:30 horas locales (16:30 GMT), donde fue recibido por los cardenales Agostino Villani, vicario de Roma y Walter Kasper, presidente del Pontificio Consejo para el Ecumenismo.

Entre los presentes estaban representantes de otras iglesias y comunidades eclesiásticas, como pastores protestantes, el obispo metropolitano Veneziz (que representa en Italia al patriarca ecuménico Bartolomeo) y los representantes de los patriarcas ruso y rumano.


Fuente: Milenio.com / "Exhorta el Papa a las confesiones cristianas a la unidad"
Fotografía: El Rev. Dr. Samuel Kobia, el Cardenal Walter Kasper y el Papa Benedicto XVI (de izquierda a derecha) (creditos: L'Osservatore Romano / Consejo Mundial de Iglesias)

+ Leer más...

lunes, 25 de enero de 2010

Benedicto XVI visita la sinagoga de Roma en medio de la polémica

Importantes ausencias en su visita
"¡Esperemos que la plaga del antisemitismo se haya acabado para siempre!". Eso ha asegurado Benedicto XVI durante la visita que esta tarde ha realizado a la sinagoga de Roma, en la que no ha dudado en abordar la espinosa cuestión del papel que jugó el Vaticano y en defender la polémica actuación del Papa Pío XII ante el Holocausto.

"¿Cómo no recordar a los judíos romanos que fueron sacados de sus casas, ante estos muros, y asesinados con tremenda brutalidad en Auschwitz? ¿Cómo olvidar sus caras, su nombres, sus lágrimas, la desesperación de esos hombres, mujeres y niños? El exterminio del pueblo de Moisés, al principio anunciado y después sistemáticamente programado y puesto en práctica en Europa bajo el régimen nazi, llegó ese día hasta Roma", ha señalado el pontífice.

Ratzinger no ha dudado en condenar la indiferencia que muchos mostraron ante el Holocausto. "Pero muchos, incluidos muchos católicos italianos, reaccionaron con valentía con frecuencia arriesgando sus propias vidas para asistir a los fugitivos judíos", destacaba. "También la Sede Apostólica llevó a cabo una acción de socorro, con frecuencia escondida y discreta", destacaba.

Pero no todos comparten esa opinión. El propio Riccardo Pacifici, presidente de la comunidad hebrea de Roma, no ha dejado pasar la oportunidad de señalar ante Benedicto XVI el dudoso papel jugado por Pío XII durante la II Guerra Mundial durante el discurso con el que dio la bienvenida a Benedicto XVI a la sinagoga de Roma y en el que no pudo evitar que se le saltaran las lágrimas al recordar a sus padres muertos en Auschwitz.

"Mis tíos, sin embargo, se salvaron gracias a que encontraron refugio en un convento de monjas en Florencia. No fue un caso aislado. Numerosos religiosos pusieron en peligro sus propias vidas sin pedir nada a cambio. Por eso el silencio de Pio XII duele aún más", sentenciaba.

Además, algunas ausencias también hablan por si mismas. Entre las más sonadas, la de Piero Terracina, un judío de 82 años que sobrevivió al Holocausto y que ha querido mostrar su disenso con Benedicto XVI no acudiendo a la sinagoga de Roma. O la de Giuseppe Laras, presidente de la asamblea rabínica italiana, quien hace ya días que anunció que tampoco participará en la cita.

"¿Dé qué puedo hablar con Ratzinger? ¿De que haya desempolvado la vieja oración en la que se pide por la conversión de los judíos? ¿De que haya aceptado el regreso a la Iglesia de los lefebvrianos, quienes niegan la Shoah? ¿Sobre la beatificación de Pío XII, que excomulgó a comunistas pero ignoró las persecuciones nazis contra los judíos?", asegura Laras, enumerando algunas de las decisiones de Benedicto XVI que han enfurecido a la comunidad judía.

La de Roma es la tercera sinagoga que Joseph Ratzinger visita desde que hace casi cinco años fuera elegido Papa (la primera fue la de Colonia en agosto de 2005 y la segunda la de Nueva York en 2008). No está mal, sobre todo teniendo en cuenta que hace sólo 24 años, e 13 de abril de 198, Juan Pablo II se convirtió en el primer pontífice de la historia en adentrarse en un templo hebreo.


- Nota relacionada: Visita del Papa a la sinagoga, buena sorpresa para el embajador israelí


Fuente: ElMundo.es
Autor: Irene Hdez. Velasco (Corresponsal en Roma)

+ Leer más...