NUEVA YORK — Representantes de 80 países se reunieron el miércoles en la ONU para promover el diálogo interreligioso al servicio de la paz, en una conferencia convocada a iniciativa de Arabia Saudita, un reino donde sin embargo sólo se tolera el Islam.
Veinte jefes de estado o de gobierno, muchos de los cuales en representación de países árabes, además de Israel, Estados Unidos y Gran Bretaña, se expresarán en esta conferencia de dos días -miércoles y jueves- ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En su discurso de apertura, el presidente de la Asamblea, el sacerdote católico nicaragüense Michel d'Escoto, partidario de la teología de la liberación y miembro del Consejo Ecuménico de las Iglesias, abrió el diálogo con una acusación contra las sociedades occidentales.
Denunciando "el fracaso moral de las sociedades que se autoproclamaron las más avanzadas", D'Escoto afirmó que "la solidaridad (debe) guiar toda actividad humana" y que "la moral y la ética deben tener un lugar central en nuestras vidas".
Pero D'Escoto no mencionó lo que muchos países occidentales consideran como ausencia de libertad religiosa y social en la mayoría de los estados islámicos.
Antes de iniciada, la reunión ya había generado polémica. Varias ONG llamaron a Arabia Saudita a practicar la tolerancia en su casa antes de abogar por ella en la ONU.
"No hay libertad religiosa en Arabia Saudita pero el reino pide al mundo que escuche su mensaje de tolerancia religiosa", declaró Sarah Leah Whitson, directora para Medio Oriente del organismo de derechos humanos Human Rights Watch, en la víspera de la conferencia.
"El diálogo debería referirse a las regiones donde la intolerancia religiosa es mayor, y esto incluye Arabia Saudita", agregó.
El encuentro responde a una iniciativa del rey Abdalá de Arabia Saudita, quien espera asegurar la continuidad de los esfuerzos de promoción del diálogo interreligioso tras la "Conferencia mundial sobre el diálogo" que se celebró en julio en Madrid, y hacer ratificar sus conclusiones por la ONU.
El rey Abdalá, a la cabeza de una monarquía ultraconservadora wahabí, doctrina rigurosa del Islam, había invitado en Madrid a un "diálogo constructivo para abrir una nueva página de reconciliación tras tantos conflictos" entre las religiones.
El miércoles llamó a seguir en este camino, "para que la humanidad pueda encontrar soluciones a los sufrimientos que soporta".
El soberano lamentó que "a lo largo de la historia los diferendos entre religiones y culturas hayan llevado al fanatismo y desatado guerras destructoras y el derramamiento de sangre sin ninguna justificación".
Denunció además el terrorismo y la criminalidad como "los enemigos de toda religión y de toda civilización".
El presidente israelí, Shimon Peres, saludó la iniciativa del rey Abdalá en una conferencia de prensa al margen de la reunión de la ONU.
"Lo que vimos hoy (miércoles) no es el fin de la historia sino el comienzo de una nueva historia", dijo Peres.
"El hecho de que esta sesión sea el resultado de una iniciativa de los sauditas no tiene precedentes", destacó el jefe de estado hebreo, cuyo país no tiene relaciones diplomáticas con el reino wahabí. "La iniciativa del rey da un nuevo tono a la política en Medio Oriente", agregó.
Por su lado la portavoz de la Casa Blanca Dana Perino dijo que el presidente estadounidense, George W. Bush, "cree que el rey de Arabia Saudita reconoce que tiene un largo camino por recorrer y piensa que está tratando de avanzar en el tema" de la tolerancia religiosa.
Bush, que acudirá al encuentro el jueves, ve en la conferencia una "oportunidad para reafirmar su compromiso con la libertad religiosa y la tolerancia", dijo Perino.
Arabia Saudita alberga las más sagradas mezquitas del Islam y no permite la práctica pública de otras religiones.
Fuente: AFP
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