lunes, 21 de febrero de 2011

Desislamización. Por Lluís Bassets

Todas las revoluciones marcan un cambio de tendencias. Tardaremos en captar con precisión los componentes ideológicos que explican la actual oleada revolucionaria, entre otras razones porque todavía estamos en una fase incipiente. Pero la pregunta central y urgente, de cara al rumbo que tomen los dos primeros países que se han desembarazado de sus respectivos dictadores, es el papel que jugará el islam político.

Parece evidente que en ninguno de los dos países el islamismo organizado ha jugado un papel relevante en el origen y ni siquiera en la organización de la revuelta. En el caso egipcio, donde se halla la organización matriz y más fuerte de todo el islam sunní, los Hermanos Musulmanes, son muchos los que han deducido de su bajo perfil un paralelismo con partidos comunistas clandestinos, como el español, capaces de aglutinar e incluso monopolizar la oposición pero incapaces luego de obtener mayorías. Otras voces, más suspicaces, temen que la actual prudencia de la cofradía sea una táctica previa a un asalto perfectamente diseñado para tomar el poder y crear una república islámica. Esta teoría tiene sus adeptos israelíes, estadounidenses y saudíes, y el propio Mubarak la ha exhibido hasta el último minuto para aferrarse al poder.

La percepción más común es que esta revolución árabe, no tan sólo en Egipto, está en manos de una generación nueva, muy numerosa y diferenciada de las anteriores, sobre todo gracias a la irrupción masiva de la cultura globalizada de las redes sociales a través de teléfonos móviles. Hay abundancia de mujeres descubiertas y de jóvenes con vestimenta occidentalizada. El conflicto árabe israelí no tiene relevancia alguna en la protesta. Tampoco las mezquitas han sido un especial punto organizativo ni han irrumpido líderes religiosos. Hay que tener en cuenta que el sunismo, a diferencia del chiismo, es una religión sin clérigos; un punto de diferencia importante respecto al derrocamiento del Sha en 1979, el otro paralelismo exhibido como espantajo por quienes querían evitar el derrocamiento.

Hay unas incipientes e interesantes pistas demoscópicas, producidas por el Washington Institute for Near East Policy esta misma semana. Según una encuesta realizada en El Cairo y Alexandria a usuarios de móviles, entre el 5 y el 8 de febrero, sólo un 15 por ciento de los preguntados aprueban a los Hermanos Musulmanes, un 12 por ciento son partidarios de aplicar la sharia y un 7 por ciento justifican el levantamiento porque el régimen no es suficientemente islámico. Una mayoría del 37 por ciento frente al 27 quieren que se mantenga el Tratado de Paz con Israel y una proporción similar se pronuncia a favor de unas buenas relaciones con Washington. Sólo un 8 por ciento se han unido a la protesta porque consideran al régimen demasiado proamericano.

Venimos de dos décadas de intensa reislamización, lo que ha significado una regresión en los procesos de laicización de las sociedades y la aparición de un Islam globalizado muy impregnado de la identidad más tradicional. La actual oleada revolucionaria, en cambio, emite señales de una desislamización incipiente. Olivier Roy, uno de los mejores conocedores de la evolución del Islam político, ha explicado en este mismo periódico que estas señales se deben a la aparición de una nueva generación postislamista y a la evolución de muchos islamistas hacia la democracia, en la estela de la experiencia turca.

Una novedad de esta revuelta es la sintonía entre la ciudadanía de todos los países árabes, en una especie de panarabismo aglutinado por la abominación de las dictaduras, no por el antiimperialismo ni el antisionismo. De confirmarse la tendencia, ésta sería la señal mayor de la superación del islamismo político por una solidaridad árabe con recorrido hacia la sociedad laica y plural.




Fuente: ElPaís.com / Del alfiler al elefante
Autor: Lluís Bassets es periodista. Director adjunto de EL PAÍS / España. Se ocupa de las páginas, artículos de Opinión y también publica el blog "Del alfiler al elefante".



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viernes, 18 de febrero de 2011

Iglesia Católica autoriza aplicación de iPhone para registrar tus pecados

Aplicación de iPhone te permite llevar un recuento de tus pecados y evaluar el estado de tu conciencia; la tecno-absolución de tus malos actos comienza desde la comodidad de tu dispositivo móvil

Al parecer la iglesia católica también quiere surfear la ola de tecnologías digitales que estan moldeando las prácticas cotidianas de la sociedad contemporánea. Y como prueba de ello autoridades católicas del Reino Unido y Estados Unidos han aprobado el uso de una aplicación para iPhone, que ya esta a la venta en iTunes, y que te permite llevar un recuento de los actos que deseas confesar para su posterior absolución. "Deseamos invitar a los católicos a involucrarse con su fe a través de las tecnologías digitales" afirma Patrick Leinen, quien fue el encargado de desarrollar esta aplicación.

Pero además de ofrecerte la posibilidad de llevar un recuento detallado de tus pecados, esta aplicación te permitirá realizar un análisis objetivo de conciencia de acuerdo a variables personales como género, edad, y ubicación geográfica. Este es un paso más del Vaticano por abrazar la era digital, luego del lanzamiento en 2007 de su canal de YouTube y de una aplicación de Facebook al año siguiente. Sin embargo, la iglesia católica también ha advertido que el uso de tecnologías debe ser un complemento y no un sustituto a las prácticas sacramentales. "Es importante recordar siempre que el contacto virtual no puede ni debe reemplazar el contacto directo humano en ningún nivel de nuestras vidas".



Fuente: Pijamasurf.com / BBC "Catholic church gives blessing to iPhone app"



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