jueves, 28 de enero de 2010

Benedicto XVI insistió con la unidad de las iglesias cristianas

En una ceremonia celebrada esta tarde en la basílica de San Pablo Extramuros, con la que se concluyó la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Pontífice pidió a todas las iglesias cristianas (católica, protestante y ortodoxas) a unir fuerzas para una nueva evangelización.
Ciudad del Vaticano.- En un mundo "indiferente" y hasta "hostil" a la fe se necesita de la unidad de los cristianos para hacer creíble el mensaje del Evangelio, exhortó hoy el Papa Benedicto XVI.

En una ceremonia celebrada esta tarde en la basílica de San Pablo Extramuros, con la que se concluyó la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el Pontífice pidió a todas las iglesias cristianas (católica, protestante y ortodoxas) a unir fuerzas para una nueva evangelización.

Urgió dar "un testimonio común" ante "los retos cada vez más complejos de nuestro tiempo, como la secularización y la indiferencia, el relativismo y el hedonismo, los delicados temas éticos sobre el principio y fin de la vida, los limites de la ciencia y la tecnología, el diálogo interreligioso".

"No faltan cuestiones que nos separan a los unos de los otros y que esperamos puedan ser superadas a través de la oración y el diálogo", dijo.

"Pero hay un contenido central del mensaje de Cristo que podemos anunciar juntos: la paternidad de Dios, la victoria de Cristo sobre el pecado y sobre la muerte con su Cruz y la resurrección, la confianza en la acción transformadora del Espíritu", añadió.

Según Benedicto XVI, el compromiso por la unidad de los cristianos "no es sólo tarea de algunos, ni una actividad accesoria de la vida de la Iglesia".

"Cada uno está llamado a dar su aportación para cumplir con aquellos pasos que lleven a la plena comunión entre todos los discípulos de Cristo", insistió.

Señaló que otros campos en los que los cristianos deben comprometerse es en la salvaguarda de lo creado y la promoción del bien común y de la paz.

También en la defensa de la centralidad de la persona humana, el compromiso para derrotar "las miserias de nuestro tiempo", como el hambre, la indigencia, el analfabetismo o la creciente diferencia entre ricos y pobres.

El Papa arribó a la basílica de San Pablo Extramuros en torno a las 17:30 horas locales (16:30 GMT), donde fue recibido por los cardenales Agostino Villani, vicario de Roma y Walter Kasper, presidente del Pontificio Consejo para el Ecumenismo.

Entre los presentes estaban representantes de otras iglesias y comunidades eclesiásticas, como pastores protestantes, el obispo metropolitano Veneziz (que representa en Italia al patriarca ecuménico Bartolomeo) y los representantes de los patriarcas ruso y rumano.


Fuente: Milenio.com / "Exhorta el Papa a las confesiones cristianas a la unidad"
Fotografía: El Rev. Dr. Samuel Kobia, el Cardenal Walter Kasper y el Papa Benedicto XVI (de izquierda a derecha) (creditos: L'Osservatore Romano / Consejo Mundial de Iglesias)

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lunes, 25 de enero de 2010

Benedicto XVI visita la sinagoga de Roma en medio de la polémica

Importantes ausencias en su visita
"¡Esperemos que la plaga del antisemitismo se haya acabado para siempre!". Eso ha asegurado Benedicto XVI durante la visita que esta tarde ha realizado a la sinagoga de Roma, en la que no ha dudado en abordar la espinosa cuestión del papel que jugó el Vaticano y en defender la polémica actuación del Papa Pío XII ante el Holocausto.

"¿Cómo no recordar a los judíos romanos que fueron sacados de sus casas, ante estos muros, y asesinados con tremenda brutalidad en Auschwitz? ¿Cómo olvidar sus caras, su nombres, sus lágrimas, la desesperación de esos hombres, mujeres y niños? El exterminio del pueblo de Moisés, al principio anunciado y después sistemáticamente programado y puesto en práctica en Europa bajo el régimen nazi, llegó ese día hasta Roma", ha señalado el pontífice.

Ratzinger no ha dudado en condenar la indiferencia que muchos mostraron ante el Holocausto. "Pero muchos, incluidos muchos católicos italianos, reaccionaron con valentía con frecuencia arriesgando sus propias vidas para asistir a los fugitivos judíos", destacaba. "También la Sede Apostólica llevó a cabo una acción de socorro, con frecuencia escondida y discreta", destacaba.

Pero no todos comparten esa opinión. El propio Riccardo Pacifici, presidente de la comunidad hebrea de Roma, no ha dejado pasar la oportunidad de señalar ante Benedicto XVI el dudoso papel jugado por Pío XII durante la II Guerra Mundial durante el discurso con el que dio la bienvenida a Benedicto XVI a la sinagoga de Roma y en el que no pudo evitar que se le saltaran las lágrimas al recordar a sus padres muertos en Auschwitz.

"Mis tíos, sin embargo, se salvaron gracias a que encontraron refugio en un convento de monjas en Florencia. No fue un caso aislado. Numerosos religiosos pusieron en peligro sus propias vidas sin pedir nada a cambio. Por eso el silencio de Pio XII duele aún más", sentenciaba.

Además, algunas ausencias también hablan por si mismas. Entre las más sonadas, la de Piero Terracina, un judío de 82 años que sobrevivió al Holocausto y que ha querido mostrar su disenso con Benedicto XVI no acudiendo a la sinagoga de Roma. O la de Giuseppe Laras, presidente de la asamblea rabínica italiana, quien hace ya días que anunció que tampoco participará en la cita.

"¿Dé qué puedo hablar con Ratzinger? ¿De que haya desempolvado la vieja oración en la que se pide por la conversión de los judíos? ¿De que haya aceptado el regreso a la Iglesia de los lefebvrianos, quienes niegan la Shoah? ¿Sobre la beatificación de Pío XII, que excomulgó a comunistas pero ignoró las persecuciones nazis contra los judíos?", asegura Laras, enumerando algunas de las decisiones de Benedicto XVI que han enfurecido a la comunidad judía.

La de Roma es la tercera sinagoga que Joseph Ratzinger visita desde que hace casi cinco años fuera elegido Papa (la primera fue la de Colonia en agosto de 2005 y la segunda la de Nueva York en 2008). No está mal, sobre todo teniendo en cuenta que hace sólo 24 años, e 13 de abril de 198, Juan Pablo II se convirtió en el primer pontífice de la historia en adentrarse en un templo hebreo.


- Nota relacionada: Visita del Papa a la sinagoga, buena sorpresa para el embajador israelí


Fuente: ElMundo.es
Autor: Irene Hdez. Velasco (Corresponsal en Roma)

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jueves, 21 de enero de 2010

Pat Robertson criticado por ver al vudú como raíz de la tragedia de Haití

Hemos escuchado y visto las trágicas noticias de los recientes acontecimientos ocurridos al oeste de Haití. Se estima que hay 300 mil niños y niñas huérfanos y más de 200 mil personas que han perdido la vida. Ante este triste panorama, son preocupantes las aseveraciones de algunos predicadores evangélicos, entre ellos Pat Robertson, quien no se reservó su opinión al señalar que este terremoto fue consecuencia de “pactos con el diablo y maldiciones ancestrales de los haitianos”.

No nos deberían extrañar las declaraciones de este líder religioso, quien al mejor estilo de los medios de comunicación amarillistas, en el 2005 promovía el asesinato del presidente venezolano Chávez; violentando así todos los principios bíblicos fundamentales que Jesús enseñó sobre el amor al prójimo (Mateo 19), o las exhortaciones que hacen las Escritura de orar ante todo “por las autoridades…” (1 Timoteo 2).

Ahora su nuevo discurso no solamente falta el respeto a la iglesia cristiana haitiana, sino a todo este pueblo que más que una acusación, necesita apoyo. Este líder está olvidando los acontecimientos históricos y lamentables sufridos por este pueblo vulnerable más allá de los actuales desastres naturales.

En sus inicios Haití llegó a brillar como una joya en medio del Caribe por su increíble prosperidad. Inclusive, fue el primer país productor de azúcar y el primero en darle una bofetada al sistema colonial al abolir la esclavitud. Pero no tardaron otras naciones y líderes inescrupulosos en despojar a este país valiéndose de sanciones, deudas externas, altos impuestos, regímenes militares oportunistas y autocráticos, entre otros. Por lo que no es justo condenar o señalar a Haití cuando el verdadero pecado fue el subyugamiento y la denigración de la cual ha sido objeto.

Las palabras de Robertson no son novedosas, representan una línea de pensamiento que recurre a fórmulas y al temor para promover sus doctrinas. Pareciera que asocian todo lo nefasto con pecado, mientras que la prosperidad es señal de “buena armonía con Dios”; quimera que recuerda los errados y heréticos argumentos que hacían los seudo amigos de Job para justificar teológicamente las desgracias que estaba atravesando este hombre, cuando en verdad Job sufría siendo íntegro. Quizás por eso la Biblia muy realistamente enseña que en esta vida tanto los justos como los injustos sufren, pero no por ello Dios detiene sus bendiciones sobre unos u otros (Mateo 5:45-47).

Nos jactamos de no tener “dioses falsos”, pero nuestra miopía no nos ayuda a ver que los verdaderos idólatras, en ocasiones somos nosotros los de la sociedad occidental, quienes no titubeamos en postramos y rendirle culto al hedonismo y al materialismo. Antes de tirar la primera piedra, deberíamos pedir perdón reconociendo que en esencia recién ahora estamos volcando nuestro mirar a esta nación que lleva siglos clamando por ayuda. ¿Cuántos misioneros pudimos enviar antes de esta catástrofe? ¿Cuantas acciones hubiésemos logrado en beneficio de la vida de aquellos niños, niñas que piden no solamente pan, sino abrigo, protección y alimento espiritual?

NOTAS RELACIONADAS

Robertson, ex candidato a la Presidencia de Estados Unidos, dijo que los haitianos buscaron su libertad y Satanás aceptó y expulsó a los franceses. Esto fue en ante la audiencia de la cadena cristiana CBN. Dijo exactamente que “thousands died because haitian slaves swore a pact with the devil for their freedom” (miles de muertos, porque los esclavos de Haití hicieron un pacto con el diablo para obtener su libertad).

Afirmó que todos los desastres naturales que azotaron Haití desde 1804, se debe a sus habitantes, quienes buscaron la independencia de Francia. "Es historia verdadera. Y el diablo dijo, "OK, es un trato". Y desde entonces han sido malditos por una cosa tras otra".
"Algo pasó hace mucho tiempo en Haití y la gente no quiere hablar de eso", agregó.

REACCIONES

(NoticiaCristiana.com). Las reacciones no se hicieron esperar tras las polémicas declaraciones que hizo el tele evangelista.

Raymond Joseph, embajador de Haití en Estados Unidos, contradijo estas declaraciones en una entrevista televisiva afirmando que la independencia de Haití llevó a la libertad a través de América Latina. Agregó que “de no haber sido por la independencia de Haití, Estados Unidos no hubiera podido comprar Louisianna por 15 millones de dólares. Son tres centavos por acre. Son 13 estados al oeste del Mississippi que la revuelta de esclavos haitianos le dio a América”, enfatizó Joseph.

Pero el embajador haitiano en EE UU no fue el único que reaccionó sino Valerie Jarrett, la asesora y confidente de Barack Obama quien dijo: “Me quedo sin palabras ante esa declaración. Nuestro corazón está con la gente de Haití… Ésa no es la actitud que expresa el espíritu del Presidente o los estadounidenses”, dijo Jarret en el programa Good Morning America de la cadena ABC.

Sin embargo Chris Roslan, vocero de Robertson, defendió a su reverendo y dijo que el comentario se basó en los ritos del vudú efectuados antes de una rebelión de esclavos ante los amos coloniales franceses en 1791 y Robertson, nunca dijo que el terremoto fue obra de la ira divina, pero la justificación llegó muy tarde porque el secretario de prensa de la Casa Blanca, dijo: “En tiempos de grandes crisis siempre hay gente que dice cosas realmente estúpidas”.


Fuente: ALC / Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación / "Un peligro mayor: Pat Robertson culpa a la religiosidad de Haití por el terremoto"
Autor: Alexander Cabezas

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lunes, 11 de enero de 2010

Declaración de Manhattan: protestantes, ortodoxos y católicos, unidos enfrentan a Obama

La llamada "Declaración de Manhattan: Un llamado de la conciencia cristiana" ha sido suscrita por líderes católicos, protestantes y ortodoxos, unidos para defender la vida y la familia. Con la Casa Blanca en el punto de mira. En Europa la hubieran estigmatizado como "injerencia" política de la Iglesia. En EEUU, donde no se plantea la posibilidad de un concordato, no escandaliza en absoluto.

En este extremo del Atlántico la noticia ha pasado casi desapercibida: aquella referente a un fuerte llamado público a defender la vida, el matrimonio, la libertad religiosa, y la objeción de conciencia, lanzado conjuntamente –cosa rara– por exponentes de primerísimo plano de la Iglesia católica, de las Iglesias ortodoxas, de la Comunión anglicana y de las comunidades evangélicas de los Estados Unidos.

Entre los líderes religiosos que han presentado el llamamiento en público, el viernes 20 de noviembre en el National Press Club de Washington (en la foto) estaban el arzobispo de Filadelfia, el cardenal Justin Rigali, el arzobispo de Washington, Donald W. Wuerl, y el obispo de Denver, Charles J. Chaput. Y entre los 152 primeros (ver lista completa) que suscriben el llamado están otros 11 arzobispos y obispos católicos de los Estados Unidos: el cardenal Adam Maida, de Detroit, Timothy Dolan, de New York, John J. Myers, de Newark, John Nienstedt, de Saint Paul y Minneapolis, Joseph F. Naumann, de Kansas City, Joseph E. Kurtz, de Louisville, Thomas J. Olmsted, de Phoenix, Michael J. Sheridan, de Colorado Springs, Salvatore J. Cordileone, de Oakland, Richard J. Malone, de Portland, David A. Zubik, de Pittsburg.

El llamado, de 4.700 palabras, lleva por título: "Manhattan Declaration: A Call of Christian Conscience [Declaración de Manhattan. Un llamado de la conciencia cristiana]" y ha tomado nombre de la zona de New York en donde se discutió y decidió su publicación el pasado mes de setiembre.La redacción final del texto fue confiada al católico Robert P. George, profesor de derecho en la Universidad de Princeton, a los evangélicos Chuck Colson y Timothy George, este último profesor de la Beeson Divinity School, en la Universidad de Samford, en Birmigham, Alabama.

Entre los otros firmantes figuran el metropolitano Jonah Paffhausen, primado de la Iglesia ortodoxa en Estados Unidos, el arcipreste Chad Hatfield, del seminario teológico ortodoxo de San Vladimiro, el reverendo William Owens, presidente de la Coalition of African-American Pastors, y dos notorios personajes de la Comunión anglicana: Robert Wm. Duncan, primado de la Anglican Church in North America, y Peter J. Akinola, primado de la Anglican Church en Nigeria.Entre los católicos, obispos aparte, han suscrito el llamado el jesuita Joseph D. Fessio, discípulo de Joseph Ratzinger y fundador de la editorial Ignatius Press, William Donohue, presidente de la Catholic League, Jody Bottum, director de la revista «First Things», George Weigel, miembro del Ethics and Public Policy Center.

La "Declaración de Manhattan" no cae en el aire sino en un momento crítico para la sociedad y la política de los Estados Unidos: precisamente mientras la administración de Barack Obama está muy afanada en hacer pasar un plan de reforma de la atención de salud en los Estados Unidos. Defendiendo la vida humana desde la concepción y el derecho a la objeción de conciencia, el llamado contesta dos puntos puestos en peligro por el proyecto de reforma actualmente en discusión en el Senado.

En el Congreso el peligro ha sido destapado gracias a una apremiante acción de lobby conducida a plena luz del día por el episcopado católico. Después que el voto final había garantizado tanto el derecho a la objeción de conciencia así como el bloqueo de cualquier financiamiento público al aborto, la conferencia episcopal había reivindicado este resultado como un "triunfo". Pero ahora en el Senado la batalla ha vuelto a comenzar desde el inicio, sobre un texto base que de nuevo la Iglesia juzga inaceptable. La conferencia episcopal ya ha dirigido a los senadores una carta indicando las modificaciones que quisiera que fueran aportadas a todos los puntos controversiales.

Pero ahora además está la ecuménica 'Declaración de Manhattan", cuyo último capítulo, titulada "Leyes injustas", termina con este anuncio solemne: "No nos dejaremos reducir al silencio o a la aceptación sumisa o a la violación de nuestras conciencias por ningún poder en la tierra, sea este cultural o político, sin importar las consecuencias que esto pueda tener para nosotros". E inmediatamente después: "Daremos al César lo que es del César, en todo y con generosidad. Pero bajo ninguna circunstancia le daremos al César lo que es de Dios".

En un pasaje inicial, el llamado también dice esto: "Mientras la opinión pública se ha movido en una dirección pro vida, fuerzas poderosas y decididas están trabajando para expandir el aborto, la investigación que destruye embriones, el suicidio asistido y la eutanasia".

Y es verdad. Según las más recientes encuestas, la opinión pública en los Estados Unidos está virando sensiblemente hacia una mayor defensa de al vida del concebido. De 1995 al 2008 todos los sondeos habían registrado una prevalencia de los abortistas respecto a los pro vida, con diferencia neta: los primeros con el 49 por ciento, los segundos con el 42. En cambio, hoy, las posiciones se han invertido. Los abortistas han bajado al 46 por ciento, y los pro vida han subido al 47 por ciento, superándolos. Por lo tanto, los líderes religiosos que apremian a Obama en los terrenos minados del aborto, del matrimonio entre homosexuales, de la eutanasia, saben que tienen con ellos una amplia y creciente parte de la sociedad estadounidense.

El lanzamiento de la "Declaración de Manhatan" ha tenido un fuerte eco en los medios de los Estado Unidos, sin que ninguno protestase contra esta "ingerencia" política de las Iglesias. Pero los Estados Unidos están hechos así. En esa nación existe desde siempre una rigurosa separación entre las religiones y el Estado. Los concordatos no existen y ni siquiera son concebibles. Pero precisamente por esto se reconoce a las Iglesias la libertad de hablar y de actuar en campo público.

En Europa el paisaje es muy diferente. Aquí la "laicidad" está pensada y aplicada en conflicto, latente o explícito, con las Iglesias. Esto también es, quizá, un motivo del silencio que en Europa, en Italia, en Roma, ha cubierto la "Declaración de Manhattan". Es considerada un fenómeno típicamente estadounidense, extraño a los cánones de juicio europeo.

Una diferencia análoga de aproximación existe en la comunión eucarística negada a los políticos católicos pro-aborto. En los Estados Unidos la controversia es muy viva, mientras a este lado del Atlántico no. Esta sensibilidad diferente divide también a la jerarquía de la Iglesia católica: en Europa y en Roma la cuestión es prácticamente ignorada, dejada a la conciencia de los individuos.

Sin embargo, se debe notar que sobre este punto algo está cambiando en el Viejo Continente. Y no sólo porque hay un Papa como Benedicto XVI que declaradamente prefiere el modelo americano de relaciones entre las Iglesias y el Estado (?). Una señal vino hace pocos días desde España, donde la Iglesia católica está en litigio con un gobierno ideológicamente hostil, el de José Luis Rodríguez Zapatero, y donde se prepara una ley que liberaliza el aborto más de cuanto ya lo es. Según cuanto ha referido "L´Osservatore Romano", el secretario general de la conferencia episcopal española, el obispo Juan Antonio Martínez Camino, no ha dudado en advertir a los políticos católicos que, si votan por el sí a dicha ley, no podrán ser admitidos a la comunión eucarística, porque se pondrían en una situación objetiva de "pecado público". No sólo. Monseñor Martínez Camino ha agregado que quien sostiene que es moralmente legítimo asesinar a un niño por nacer se pone en contradicción con la fe católica y por lo tanto corre el riesgo de caer en la herejía y en la excomunión "latae sententiae", es decir, automática. Es la primera vez que en Europa se oyen palabras tan "americanas" de parte de un dirigente de una conferencia episcopal.


Fuente: Status Comunicaciones / Protestantes, ortodoxos y católicos, unidos por la vida y la familia en EEUU frente a Obama.

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