viernes, 26 de febrero de 2010

Dimite la jefa de la iglesia protestante alemana tras ser sorprendida conduciendo ebria

Margot Kaessmann, la jefa de la iglesia protestante y luterana alemana, ha dimitido hoy de sus cargos después de ser detenida el pasado sábado en Hannover tras saltarse un semáforo en rojo cuando conducía en estado de embriaguez (ver abajo 'Margot Kaessmann triplicaba la tasa de alcohol permitida') "Cometí un grave error, que lamento, y dañé con ello mi puesto y la autoridad inherente a éste", ha dicho en una declaración pública en Hannover. Kaessmann, de 51 años, fue nombrada en octubre pasado para un mandato de seis años presidenta del Consejo de la Iglesia Evangélica de Alemania (EKD), iglesia mayoritaria en este país con 25 millones de feligreses.

"Por encima del puesto, para mí es importante preservar el respeto y la estima hacia mí misma, por lo que dimito de todos mis cargos eclesiásticos", ha manifestado. Su intervención, que se ha desarrollado en un tono sereno pero emotivo, ha sido seguida de los aplausos de los presentes.

La religiosa fue interceptada por la policía tras saltarse el semáforo en rojo y los agentes le hicieron soplar en un aparato de control de alcoholemia que reveló una tasa de 1,54 miligramos de alcohol en sangre, lo que triplica lo autorizado en Alemania.

Anoche, tras una reunión de urgencia, el Consejo de la Iglesia Evangélica expresó su apoyo a Kaessmann en un comunicado, fuera cual fuera su decisión.

El caso salió ayer a la luz en las páginas del diario sensacionalista alemán Bild (ver), tras lo cual la Fiscalía de Hannover dio a conocer los detalles sobre el nivel de alcoholemia de Kaessmann, que en el caso de una mujer de su complexión física -menuda- equivale a que se habría bebido más de una botella de vino o varias cervezas.

Nada más hacerse pública su infracción, la religiosa reconoció los hechos y mostró su arrepentimiento. "Estoy en estado de shock por haber cometido tan terrible error", señaló. "Soy consciente de lo peligroso e irresponsable que es beber y conducir, y estoy preparada para asumir las consecuencias legales de ello", añadió.

Kaessmann, divorciada y madre de cuatro hijas, responde al prototipo de mujer preparada y moderna, que desde su cargo ha incidido, no sólo en cuestiones de índole religiosa, sino política. Irritó a la clase política y se granjeó las simpatías de la mayoría de sus conciudadanos con su posición crítica respecto a la participación militar de Alemania en el conflicto de Afganistán.

Su dimisión era vista como ineludible, no por el hecho de haber tomado alcohol, lo que entra en la esfera de lo privado, sino por haber conducido ebria, lo que en Alemania es un delito que puede implicar la retirada del carné de conducir durante un año y una multa equivalente al sueldo de un mes.


Margot Kaessmann triplicaba la tasa de alcohol permitida

Margot Kaessmann, la jefa de la iglesia protestante y luterana alemana -con aproximadamente 25 millones de fieles-, fue detenida el pasado sábado en Hannover tras saltarse un semáforo en rojo cuando conducía su vehículo oficial en estado de embriaguez, según ha informado un portavoz de la fiscalía de Hannover, al norte de Alemania. La tasa de alcohol en sangre de la religiosa, de 51 años y la primera mujer en dirigir a los protestantes alemanes, triplicaba el máximo legal permitido.

"Estoy en estado de shock por haber cometido tan terrible error", ha dicho Kaessmann al diario alemán Bild. "Soy consciente de lo peligroso e irresponsable que es beber y conducir, y estoy preparada para asumir las consecuencias legales de ello", ha manifestado. La obispo de Hannover, madre de cuatro hijos y que ha superado con éxito un cáncer de mama, podría perder su carné de conducir durante un año y tener que pagar una multa equivalente al salario de un mes.

Los agentes de policía que pararon a Kaessmann hicieron soplar a la obispo en un aparato de control de alcoholemia que reveló una tasa de 1,3 miligramos de alcohol en sangre, equivalente en su caso a la ingestión de 0,7 litros de vino o 1,5 litros de cerveza.

No es la primera vez que la religiosa salta a los titulares de la prensa. Fue muy controvertida su elección como cabeza de la iglesia protestante alemana por ser divorciada. En enero pasado, en su sermón del día de Año Nuevo, irritó a buena parte de la clase política al pedir desde el púlpito la salida de las tropas alemanas de Afganistán. Considerada moderna y dialogante, también ha criticado la postura de la Iglesia católica sobre la homosexualidad, la ordenación de las mujeres y el celibato. Uno de los principales retos de su mandato es revitalizar la Iglesia protestante, que cada vez pierde más adeptos.


* Fuente: ElPais.com
**Fuente: ElPais.com

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domingo, 21 de febrero de 2010

Vaticano propone redactar un "catecismo ecuménico"

El Presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos de la Iglesia de Roma, el cardenal Kasper propuso la redacción de un "catecismo ecuménico", en colaboración con varias confesiones protestantes, que recogería la parte de la fe que es común a estas confesiones y a la iglesia católica. Esta idea forma parte, según el cardenal, de un "ecumenismo básico, que identifique, refuerce y profundice en el fundamento común" y permitirá que los logros del ecumenismo lleguen hasta los fieles.

Durante tres días se celebró en el Vaticano un encuentro ecuménico internacional con el título "Cosechando los frutos", que reunió a más de treinta prestigiosos teólogos católicos, luteranos, metodistas y reformados para tratar el tema del futuro del movimiento ecuménico. En un discurso como parte de esta reunión ecuménica, el Cardenal Walter Kasper, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos desde hace casi nueve años, realizó unas sorprendentes declaraciones.

El Cardenal señaló, en referencia al encuentro, que los participantes habían afirmado su "fundamento común en Jesucristo y en la Santísima Trinidad, tal como se expresa en nuestro credo común y en la doctrina de los primeros Concilios ecuménicos" y que era "esencial mantener viva la memoria de nuestros logros" relativos al movimiento ecuménico. También manifestó su preocupación por la posibilidad de que el diálogo ecuménico se esté convirtiendo en un diálogo de "especialistas, alejado del pueblo" y propuso transformarlo en un "ecumenismo básico, que identifique, refuerce y profundice en el fundamento común".

EVITAR LAS DIFERENCIAS

Monseñor Kasper señaló las áreas en las que existen aún grandes diferencias entre los participantes del diálogo ecuménico, como la naturaleza de la Iglesia, el ministerio sacerdotal, la sucesión apostólica, el primado papal, la homosexualidad, el papel de la mujer en la Iglesia, etc. Indicó también que el Vaticano tiene que esforzarse por explicar mejor a otras confesiones la postura católica de que "la Iglesia Católica es la Iglesia de Cristo y que la Iglesia Católica es la verdadera Iglesia", a la vez que "existen muchos elementos importantes de la Iglesia de Cristo fuera de las fronteras visibles de la Iglesia Católica".

Del mismo modo, si bien existen "carencias en las otras iglesias", "en otro nivel también hay carencias o, mejor dicho, heridas procedentes de la división y heridas procedentes del pecado en la Iglesia Católica".

En este contexto, el Cardenal Kasper propuso una idea arriesgada y totalmente novedosa: la idea de un "catecismo ecuménico", como fruto de los cuarenta años de diálogo ecuménico. Parece ser que la idea había surgido previamente, en una reunión del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, que preside el Cardenal. Este catecismo se redactaría en colaboración con los miembros de otras confesiones cristianas, pero el Cardenal confesó que aún no tienen "ninguna idea sobre cómo se estructuraría y escribiría un catecismo así".

Como indicó en una entrevista para la Radio Vaticana, el monseñor Kasper desea evitar que los documentos producidos por el diálogo ecuménico "cojan polvo en los estantes". La elaboración de un resumen, según el cardenal, puede permitir que dichos logros se "reciban en los cuerpos vivos de nuestras iglesias", "facilitando así el proceso de recepción".


Fuente: ProtestanteDigital.com

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viernes, 5 de febrero de 2010

Secretario general del Consejo Mundial de Iglesias confía en progresos hacia unidad cristiana

En el servicio ecuménico de Vísperas presidido hoy por el Papa Benedicto XVI, el secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Rev. Dr. Samuel Kobia, destacó la importancia de "una iglesia única y unida en su testimonio" ante un mundo caracterizado por la violencia y la desunión. El servicio celebrado en Roma concluyó la centésima edición de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.

Por la mañana, Kobia y los miembros del Grupo Mixto de Trabajo entre la Iglesia Católica Romana y el CMI fueron recibidos en audiencia privada por el Papa.

En la oportunidad, Benedicto dio gracias a Dios "por los frutos del movimiento ecuménico, en el que se puede discernir la presencia del Espíritu Santo que impulsa el crecimiento de todos los seguidores de Cristo en la fe, la esperanza y el amor". El Papa elogió también "la fructuosa relación ecuménica" entre la Iglesia Católica Romana y el CMI. Por su parte, Kobia reafirmó la importancia de la oración como "fundamento espiritual de todos los esfuerzos que dieron lugar al movimiento ecuménico y a los logros del pasado", así como la necesidad de proseguir en el empeño ecuménico "con un espíritu de oración".

Kobia se reunió también con representantes de las iglesias miembros del CMI y de la Federación de Iglesias Protestantes de Italia. La conversación se centró en el tema de la espiritualidad en una era de secularización, así como en la actual situación ecuménica en Italia, donde las iglesias protestantes están decididas a mantener un diálogo abierto y sincero. "Estoy muy interesado en sus opiniones, ya que sus iglesias son los ojos y oídos del CMI en Italia", dijo Kobia a sus anfitriones.

En una entrevista publicada hoy en el diario vaticano L'Osservatore Romano, Kobia expresó su visión de que el movimiento ecuménico alcanzará, para mediados del siglo XXI, "un nivel de unidad tal que los cristianos de todo el mundo, independientemente de sus afiliaciones confesionales, puedan orar y celebrar el culto juntos y sentirse bienvenidos a compartir la Mesa del Señor en cualquier iglesia". Este ejemplo de unidad, continuó, podrá "ayudar a la humanidad a superar todas las divisiones", de forma que todos los pueblos del mundo "puedan vivir juntos en paz y armonía, independientemente de sus antecedentes culturales y sus identidades".


- Más información sobre la Semana de oración por la unidad de los cristianos
- Crónica: Orar juntos por la unidad de los cristianos durante un siglo de cambios
- Comunicado (en inglés) del Grupo Mixto de Trabajo entre la Iglesia Católica Romana y el CMI, Roma, 20-27 de enero de 2008
- Grupo Mixto de Trabajo


Fuente: Consejo Mundial de Iglesias (CMI) / oikoumene.org

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martes, 2 de febrero de 2010

El "Avatar" de la Encarnación. Por José de Segovia

Avatar lleva ya cuatro semanas siendo la película más vista en todo el mundo. El regreso de James Cameron, tras el éxito de Titanic en 1997, muestra algo más que fantasía y dominio tecnológico. La historia del planeta Pandora – sobre el que ya se anuncia una trilogía –, más que abrir una caja de la que salen todo tipo de males, nos muestra la inocencia de un Edén, donde el mal aparece con el ser humano. Sólo un hombre será capaz de salvarlo, pero para eso tendrá que encarnarse en una de las criaturas que habitan este mundo...

Para entender el fenómeno Avatar, hay que ir más allá de la impresión de volver a ver los cines llenos de gente con gafas, para lograr el efecto de tres dimensiones. Este no es un simple regreso a los orígenes de un espectáculo de atracción de feria. Es cierto que el sistema se conoce desde 1922 – que se proyectó en Los Ángeles The Power Of Love –, pero su uso de las imágenes digitales integradas a una acción real, sea en una, dos o tres dimensiones (ya que la película se exhibe en todos los formatos), nos revela una historia que va más allá de los tópicos del western o la ciencia-ficción, que la película evidentemente evoca…

Nos encontramos con ecos de la Gran Historia, que el mundo post-moderno no puede olvidar. Es cierto que este es un relato con ecos de una mística pagana entre el orientalismo y la New Age – que los cristianos ciertamente rechazan –, pero esta historia nos muestra las inquietudes espirituales de una generación hambrienta de redención. Como el protagonista, ansiamos la liberación de un cuerpo que nos limita, pero esto sólo será posible por el asombro de la Encarnación…

LA DESTRUCCIÓN DEL EDÉN

Jake Sully es un ex-marine parapléjico que vive en la era espacial. Su hermano Tommy le convence para ir a una misión en un planeta legendario y peligroso llamado Pandora. Su trabajo es conducir el avatar – una mezcla de su ADN con el de la especie indígena que habita este mundo, los primitivos na'vi –, por un enlace del sistema nervioso. Esta raza tiene su propia cultura, relacionada con la historia del planeta y sus creencias religiosas. Sus habitantes están conectados con la naturaleza, unos con otros y finalmente con el ser que los ha creado.

En su inmersión en la cultura na'vi, Jake comienza a establecer relación con este pueblo y la hermosa Naytiri, encargada de su formación. El amor que ahora siente por estos habitantes azulados de la jungla, entra enseguida en conflicto con los intereses de la compañía encargada de la investigación. Ya que la misión no tiene una función meramente científica. Lo que busca es explotar la zona por su riqueza mineral. La importancia que tiene la naturaleza en esta historia, sugiere entonces para muchos, una parábola ecológica.

Otros van aún más allá, y hacen incluso una lectura política de su uso de la “guerra contra el terror” para lograr más recursos naturales – aunque la utilización de la violencia para predicar la no-violencia, está ya en otras películas de Cameron como Terminator 2: El juicio final, Aliens: el regreso o The Abyss –. El director parece sin embargo pensar en algo más general del ser humano – a la luz de sus declaraciones, cuando estrenó la película en Londres –, como es el poder de la codicia y el deseo, que hace que “tengamos la tendencia de apropiarnos de lo que queramos”.

¿LA MADRE NATURALEZA?

El deseo del hombre por este Edén perdido, nos lleva al aspecto indudablemente espiritual de esta historia. Avatar es una palabra en sánscrito que significo bajada o descenso. En la religión hindú sirve para designar las encarnaciones de Vishnu, el dios de la preservación y la bondad. Los na'vi adoran el mundo natural. Creen que todo el planeta está conectado y con vida por una energía. Su mística nos recuerda el culto a la Madre Naturaleza, que se presenta como una divinidad femenina invisible, reverenciada por rituales y oraciones.

No hay duda que nuestra vida es incomprensible sin esa realidad espiritual invisible. La Naturaleza sin embargo, no adquiere su valor por su carácter sagrado, sino porque como Creación refleja una majestad y esplendor, que se puede percibir incluso sin gafas en tres dimensiones. El mundo revela una deidad, cuyo testimonio está ahí, aunque como en Avatar, muchos no vean más que una realidad biológica.
Vivimos en un mundo, como en la película, orgulloso de su ciencia y tecnología, pero incapaz de dominar su avaricia y egoísmo. Aunque anhelamos como el protagonista, la inocencia perdida. La Biblia nos enseña que la destrucción del planeta no es la raíz del problema, sino el síntoma de un mal mayor, que produce esa esclavitud de corrupción (Romanos 8:19). A causa de ella el mundo gime (v. 22), aquí y en Haití. Ya que la Naturaleza no es Dios, sino creación (vv. 19-20). La pregunta entonces es: ¿dónde está el Creador, mientras su creación sufre?

UNO DE NOSOTROS

Avatar nos enfrenta al misterio de la Encarnación. El cristianismo nos presenta la esperanza de un Dios encarnado, que conoce la realidad humana, porque la ha vivido en su propia carne. Ha experimentado nuestra dependencia y sufrimiento; sentido dolor y rechazo; padecido el odio y rechazo de sus enemigos; la debilidad y la muerte. Y al hacerse uno de nosotros, se identifica con nuestra situación, pudiéndose ahora compadecer de todas nuestras debilidades (Hebreos 4:15).

Como Jake, Dios hace de su encarnación una realidad permanente, siendo ahora el Hombre exaltado en los cielos. Lo que celebramos en la Navidad, no es una mera visita a nuestro planeta, sino la Encarnación de Dios en Cristo. Puesto que Cristo resucitado y ascendido a los cielos, es todavía un hombre. En la visión gloriosa de Juan, el Cordero está sentado en el trono (Apocalipsis 7:17). Ha sido exaltado, pero sigue siendo humano, la amalgama transfigurada del polvo de la tierra y el aliento de Dios (Genesis 2:7). Cristo se convierte así en nuestra esperanza de gloria.

LA REDENCIÓN DEL CUERPO
El paso de Jake de un cuerpo débil y paralizado, a la libertad y fuerza de su avatar, nos habla de nuestro anhelo por la redención del cuerpo (Romanos 8:23). Esta libertad gloriosa (v. 21) es sólo posible por la adopción de Aquel que ha dado su vida por nosotros, venciendo a la muerte misma, para que un día seamos como Él, y le veamos tal y como Él es (1 Juan 3:2). Recibiremos entonces un cuerpo resucitado. El cuerpo sembrado en debilidad, resucitará en poder (1 Corintios 15:43).
Como Jake nace de nuevo, al ser transferida su conciencia a su avatar, el cristiano recibe una nueva vida del Espíritu de Dios, que le libera de la contradicción entre la carne y el espíritu. Ahora vive una lucha en su interior, como este mundo gime todavía en dolores de parto, pero espera el día de su liberación. Entonces ya no habrá muerte, ni dolor. Porque el Verbo que se hizo carne (Juan 1:14), habitará para siempre en medio de su creación (Apocalipsis 21:3-4). Vivirá entre nosotros y quitará toda lágrima de nuestros ojos…



Fuente: ProtestanteDigital.com
Autor: José de Segovia es periodista, teólogo y pastor evangélico en Madrid, España. Responsable de la columna mARTES de Protestante Digital.

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