Margot Kaessmann, la jefa de la iglesia protestante y luterana alemana, ha dimitido hoy de sus cargos después de ser detenida el pasado sábado en Hannover tras saltarse un semáforo en rojo cuando conducía en estado de embriaguez (ver abajo 'Margot Kaessmann triplicaba la tasa de alcohol permitida') "Cometí un grave error, que lamento, y dañé con ello mi puesto y la autoridad inherente a éste", ha dicho en una declaración pública en Hannover. Kaessmann, de 51 años, fue nombrada en octubre pasado para un mandato de seis años presidenta del Consejo de la Iglesia Evangélica de Alemania (EKD), iglesia mayoritaria en este país con 25 millones de feligreses.
"Por encima del puesto, para mí es importante preservar el respeto y la estima hacia mí misma, por lo que dimito de todos mis cargos eclesiásticos", ha manifestado. Su intervención, que se ha desarrollado en un tono sereno pero emotivo, ha sido seguida de los aplausos de los presentes.
La religiosa fue interceptada por la policía tras saltarse el semáforo en rojo y los agentes le hicieron soplar en un aparato de control de alcoholemia que reveló una tasa de 1,54 miligramos de alcohol en sangre, lo que triplica lo autorizado en Alemania.
Anoche, tras una reunión de urgencia, el Consejo de la Iglesia Evangélica expresó su apoyo a Kaessmann en un comunicado, fuera cual fuera su decisión.
El caso salió ayer a la luz en las páginas del diario sensacionalista alemán Bild (ver), tras lo cual la Fiscalía de Hannover dio a conocer los detalles sobre el nivel de alcoholemia de Kaessmann, que en el caso de una mujer de su complexión física -menuda- equivale a que se habría bebido más de una botella de vino o varias cervezas.
Nada más hacerse pública su infracción, la religiosa reconoció los hechos y mostró su arrepentimiento. "Estoy en estado de shock por haber cometido tan terrible error", señaló. "Soy consciente de lo peligroso e irresponsable que es beber y conducir, y estoy preparada para asumir las consecuencias legales de ello", añadió.
Kaessmann, divorciada y madre de cuatro hijas, responde al prototipo de mujer preparada y moderna, que desde su cargo ha incidido, no sólo en cuestiones de índole religiosa, sino política. Irritó a la clase política y se granjeó las simpatías de la mayoría de sus conciudadanos con su posición crítica respecto a la participación militar de Alemania en el conflicto de Afganistán.
Su dimisión era vista como ineludible, no por el hecho de haber tomado alcohol, lo que entra en la esfera de lo privado, sino por haber conducido ebria, lo que en Alemania es un delito que puede implicar la retirada del carné de conducir durante un año y una multa equivalente al sueldo de un mes.
Margot Kaessmann triplicaba la tasa de alcohol permitida
Margot Kaessmann, la jefa de la iglesia protestante y luterana alemana -con aproximadamente 25 millones de fieles-, fue detenida el pasado sábado en Hannover tras saltarse un semáforo en rojo cuando conducía su vehículo oficial en estado de embriaguez, según ha informado un portavoz de la fiscalía de Hannover, al norte de Alemania. La tasa de alcohol en sangre de la religiosa, de 51 años y la primera mujer en dirigir a los protestantes alemanes, triplicaba el máximo legal permitido.
"Estoy en estado de shock por haber cometido tan terrible error", ha dicho Kaessmann al diario alemán Bild. "Soy consciente de lo peligroso e irresponsable que es beber y conducir, y estoy preparada para asumir las consecuencias legales de ello", ha manifestado. La obispo de Hannover, madre de cuatro hijos y que ha superado con éxito un cáncer de mama, podría perder su carné de conducir durante un año y tener que pagar una multa equivalente al salario de un mes.
Los agentes de policía que pararon a Kaessmann hicieron soplar a la obispo en un aparato de control de alcoholemia que reveló una tasa de 1,3 miligramos de alcohol en sangre, equivalente en su caso a la ingestión de 0,7 litros de vino o 1,5 litros de cerveza.
No es la primera vez que la religiosa salta a los titulares de la prensa. Fue muy controvertida su elección como cabeza de la iglesia protestante alemana por ser divorciada. En enero pasado, en su sermón del día de Año Nuevo, irritó a buena parte de la clase política al pedir desde el púlpito la salida de las tropas alemanas de Afganistán. Considerada moderna y dialogante, también ha criticado la postura de la Iglesia católica sobre la homosexualidad, la ordenación de las mujeres y el celibato. Uno de los principales retos de su mandato es revitalizar la Iglesia protestante, que cada vez pierde más adeptos.
* Fuente: ElPais.com
**Fuente: ElPais.com
"Por encima del puesto, para mí es importante preservar el respeto y la estima hacia mí misma, por lo que dimito de todos mis cargos eclesiásticos", ha manifestado. Su intervención, que se ha desarrollado en un tono sereno pero emotivo, ha sido seguida de los aplausos de los presentes.
La religiosa fue interceptada por la policía tras saltarse el semáforo en rojo y los agentes le hicieron soplar en un aparato de control de alcoholemia que reveló una tasa de 1,54 miligramos de alcohol en sangre, lo que triplica lo autorizado en Alemania.
Anoche, tras una reunión de urgencia, el Consejo de la Iglesia Evangélica expresó su apoyo a Kaessmann en un comunicado, fuera cual fuera su decisión.
El caso salió ayer a la luz en las páginas del diario sensacionalista alemán Bild (ver), tras lo cual la Fiscalía de Hannover dio a conocer los detalles sobre el nivel de alcoholemia de Kaessmann, que en el caso de una mujer de su complexión física -menuda- equivale a que se habría bebido más de una botella de vino o varias cervezas.
Nada más hacerse pública su infracción, la religiosa reconoció los hechos y mostró su arrepentimiento. "Estoy en estado de shock por haber cometido tan terrible error", señaló. "Soy consciente de lo peligroso e irresponsable que es beber y conducir, y estoy preparada para asumir las consecuencias legales de ello", añadió.
Kaessmann, divorciada y madre de cuatro hijas, responde al prototipo de mujer preparada y moderna, que desde su cargo ha incidido, no sólo en cuestiones de índole religiosa, sino política. Irritó a la clase política y se granjeó las simpatías de la mayoría de sus conciudadanos con su posición crítica respecto a la participación militar de Alemania en el conflicto de Afganistán.
Su dimisión era vista como ineludible, no por el hecho de haber tomado alcohol, lo que entra en la esfera de lo privado, sino por haber conducido ebria, lo que en Alemania es un delito que puede implicar la retirada del carné de conducir durante un año y una multa equivalente al sueldo de un mes.
Margot Kaessmann triplicaba la tasa de alcohol permitida
Margot Kaessmann, la jefa de la iglesia protestante y luterana alemana -con aproximadamente 25 millones de fieles-, fue detenida el pasado sábado en Hannover tras saltarse un semáforo en rojo cuando conducía su vehículo oficial en estado de embriaguez, según ha informado un portavoz de la fiscalía de Hannover, al norte de Alemania. La tasa de alcohol en sangre de la religiosa, de 51 años y la primera mujer en dirigir a los protestantes alemanes, triplicaba el máximo legal permitido.
"Estoy en estado de shock por haber cometido tan terrible error", ha dicho Kaessmann al diario alemán Bild. "Soy consciente de lo peligroso e irresponsable que es beber y conducir, y estoy preparada para asumir las consecuencias legales de ello", ha manifestado. La obispo de Hannover, madre de cuatro hijos y que ha superado con éxito un cáncer de mama, podría perder su carné de conducir durante un año y tener que pagar una multa equivalente al salario de un mes.
Los agentes de policía que pararon a Kaessmann hicieron soplar a la obispo en un aparato de control de alcoholemia que reveló una tasa de 1,3 miligramos de alcohol en sangre, equivalente en su caso a la ingestión de 0,7 litros de vino o 1,5 litros de cerveza.
No es la primera vez que la religiosa salta a los titulares de la prensa. Fue muy controvertida su elección como cabeza de la iglesia protestante alemana por ser divorciada. En enero pasado, en su sermón del día de Año Nuevo, irritó a buena parte de la clase política al pedir desde el púlpito la salida de las tropas alemanas de Afganistán. Considerada moderna y dialogante, también ha criticado la postura de la Iglesia católica sobre la homosexualidad, la ordenación de las mujeres y el celibato. Uno de los principales retos de su mandato es revitalizar la Iglesia protestante, que cada vez pierde más adeptos.
* Fuente: ElPais.com
**Fuente: ElPais.com
por ser mujer a cargo y cabeza de una iglesia, obvio q es mas llamativa su "falta" pero q rapido somos en juzgar a los demas ehhh
ResponderEliminara lo que va cayendo el protestantismo... esta es la apostacía del protestantismo, señal de como van a terminar siendo absorvidos por los católicos. Ya que no les queda mas nada.
ResponderEliminarSi Lutero se levantara hoy, se suicida o se hace ateo.
ResponderEliminarProverbios 29:18 Sin profecía el pueblo será disipado: Mas el que guarda la ley, bienaventurado él.
ResponderEliminareson son algunos de los resultados de falta del espiritu de profecia:
no tener la reforma prosalud y los comentarios de elena de white sobre el uso del alcohol y al desconocer que su cuerpo es templo del espiritu santo