jueves, 22 de marzo de 2012

Líderes adventistas ofrecen condolencias por la muerte del papa copto Shenouda III

Los líderes del departamento de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista mundial ofrecieron condolencias a la Iglesia Ortodoxa Copta de Alejandría por el fallecimiento del Papa Shenouda III, Papa de Alejandría y de todo Egipto, de Nubia, de Etiopía y de la Pentápolis y Patriarca de todo el país evangelizado por San Marcos.

Shenouda falleció el sábado pasado a los 88 años, después de dirigir la denominación durante cuarenta años.

“El departamento de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa ofrece sus condolencias a los cristianos coptos de Egipto, y al pueblo de Egipto por el fallecimiento del Papa Shenouda III”, dijo John Graz, director del departamento para la Iglesia Adventista mundial.

“Los adventistas esperan que el nuevo líder de la Iglesia Cristiana Copta, la iglesia cristiana reconocida en Egipto, favorezca las buenas relaciones con toda la familia cristiana de Egipto en su diversidad, y que sea un instrumento de paz y de libertad religiosa”, dijo Graz.

Graz afirmó que Shenouda fue un “sólido líder”, y reconoció su amor por Egipto y su devoción por la unidad nacional. Graz destacó asimismo el valor del patriarca. Shenouda perdió el favor del presidente egipcio Anwar Sadat, quien en 1981 lo desterró a un monasterio del desierto. Cuatro años después, recuperó su cargo bajo Hosni Mubarak, el nuevo presidente egipcio en esa época.

Las relaciones entre Shenouda y la Iglesia Adventista en ocasiones fueron tensas. En 2003, el patriarca atacó públicamente a los adventistas por “perturbar la unidad”.

A pesar de ello, Graz celebró que Shenouda mantuviera relaciones positivas con los musulmanes. Desde la caída del gobierno de Mubarak, los cristianos y otras minorías religiosas han sufrido un incremento de ataques.





Fuente: ANN / Adventist News Network





+ Leer más...

martes, 13 de marzo de 2012

Crece el número de católicos en el mundo

Hay mil 196 millones de católicos en el mundo
El número de católicos bautizados en el mundo alcanzó la cifra de mil 196 millones, reportó el Anuario Estadístico de la Iglesia Católica, editado por El Vaticano y presentado formalmente hoy al Papa Benedicto XVI.

Según el documento de la Oficina Central de Estadística de la Iglesia, con los datos oficiales más recientes sobre el catolicismo mundial, la cifra de feligreses aumentó en 15 millones, 1.3 por ciento más de los mil 181 millones reportados en la edición anterior.

Aunque es considerada la última información oficial disponible, la misma consideró sólo hasta diciembre de 2010, ya que el Anuario Estadístico es editado con un año de desfase.

De acuerdo al reporte, los católicos corresponden aproximadamente al 17.5 por ciento de la población mundial, distribuidos en dos mil 966 circunscripciones eclesiásticas: diócesis, prelaturas y otras estructuras jurídicas que concentran orgánicamente a los feligreses.

La presencia de los fieles, con respecto a 2009, bajó en América meridional de 28.54 a 28.34 por ciento y, sobre todo, en Europa de 24.05 a 23.83 por ciento.

Al contrario ganaron posiciones en África, donde subió de 15.15 a 15.55 por ciento y en el sur asiático de 10.41 a 10.87 por ciento. En 2010 el número de obispos en el mundo ascendía a cinco mil 104, contra los cinco mil 65 a cinco del año anterior, con un aumento relativo de 0.77 por ciento.

La tendencia de crecimiento en el número de sacerdotes, que inició en 2000, prosiguió también en 2010, año en el cual se contaron 412 mil 236 curas, de los cuales 277 mil 009 miembros del clero diocesano y 135 mil 227 perteneciente a congregaciones religiosas.

En 2009 eran 410 mil 493, subdivididos en 275 mil 542 diocesanos y 135 mil 51 religiosos. En total esta categoría registró un aumento en mil 643 unidades.

Los crecimientos más significativos se verificaron en Asia, donde se contabilizaron mil 695 sacerdotes más al final del periodo; en África con 71 curas más, Oceanía con 52 y América con 40. El descenso correspondió a Europa, con 905 sacerdotes menos.

Por otra parte, la cantidad de monjas católicas en el mundo ha sido arrastrada por una dinámica "fuertemente decreciente", ya que pasaron de ser 729 mil 371 en 2009 a 721 mil 935 en 2010.

La caída, en el periodo referido, involucró a tres continentes: Europa con 2.9 por ciento menos de religiosas, Oceanía con 2.6 y América con 1.6 por ciento. Esta categoría aumentó en torno a 2.0 por ciento en África y Asia.





Fuente: Noticieros Televisa México - Notimex / Hay mil 196 millones de católicos en el mundo
Fotografía: Pope Benedict XVI is driven through the crowd in St Peter's Square, Vatican City. Photograph: Danilo Schiavella - EPA / Guardian.co.uk





+ Leer más...

miércoles, 15 de febrero de 2012

Cómo fue que la Biblia se convirtió en el bestseller de 2011

A pesar de llevar cientos de años disponible, los noruegos hicieron largas colas en las librerías durante 2011 por conseguir un ejemplar del llamado libro de los libros: la Biblia.
Cual nueva campaña de Apple o película de Harry Potter, el lanzamiento cultural más esperado del 2011 en Noruega provocó colas en las librerías, embargos en los medios, y ventas millonarias.

Ni el iPad ni Daniel Radcliffe han despertado tanta fascinación, ni ahora ni a lo largo de la historia, como la Biblia.

La última versión en noruego de las sagradas escrituras fue el libro más leído en el país escandinavo en 2011, vendiendo más de 80.000 copias y manteniéndose en lo más alto de las listas de ventas casi todas las semanas desde su publicación, en octubre, hasta final de año.

En la nueva edición, la última traducción de la Biblia al noruego en los últimos 30 años, varios autores y académicos se encargaron de adaptar la forma bíblica a los nuevos tiempos. Famosos autores como Karl Ove Knausgard y Jon Fosse contribuyeron en un intento de hacer el libro más fácil de leer para la audiencia.


El valor de una buena campaña de márketing

Según los editores, se calculó que en principio unas 25.000 copias serían suficientes, pero en tan solo dos meses se vendieron casi 80.000 ejemplares.

"Normalmente solemos vender unas 60.000 copias cada año, pero en 2011 fueron casi 80.000", dijo a BBC Mundo Dag Smeno, de la Sociedad Noruega de la Biblia y encargado del lanzamiento de la nueva edición. "Solo tuvimos presupuesto para poner a la venta 25.000 en un principio, así que nos quedamos cortos", añadió.

"No teníamos mucho dinero para marketing pero decidimos usarlo bien. Conseguimos que los medios a los que entregamos copias no desvelaran nada del libro hasta su lanzamiento, y así creamos expectativa", dijo Smeno, quien está de acuerdo en que no deja de resultar paradójico que el embargo funcionara con un libro que lleva disponible miles de años.

"Varias de las razones de la buena acogida fueron la enorme publicidad que tuvo, la popularidad de los autores de ficción envueltos en el proyecto y que han participado en la promoción, y la organización de eventos estilo Harry Potter, que provocaron que los jóvenes hiciesen cola en las librerías", señaló a BBC Mundo vía correo electrónico Ingunn Økland, columnista del diario noruego Aftenposten.


Palabras, palabras, palabras

La anterior edición en noruego de la Biblia fue publicada en 1978. "Creemos que cada generación debe tener su propia traducción. Hay que renovarla cada 25 años más o menos, porque el lenguaje cambia, y la sociedad también", explica Smeno.

"Nos gastamos unos 3 millones de libras en el proyecto, que duró 12 años y que involucró a unos 60 traductores expertos y a unos 15 novelistas y poetas noruegos. Los traductores hicieron el trabajo de cálculo digamos, y los poetas se sentaron con ellos a jugar con las palabras", añade.

Muchos consideran que otra de las razones del éxito fue el esfuerzo puesto en el lenguaje. "Una de las diferencias de esta edición es que el lenguaje está más cuidado desde el punto de vista literario", dijo a BBC Mundo Gabriel Moro, editor jefe de la revista literaria noruega Bokvennen.

"Nuestra anterior edición fue más idiomática, no tanto palabra por palabra sino tratando de traducir el sentido general. Esta fue más literal, pero intentamos elegir mejor las palabras, por eso está escrita en un noruego tan actual", asegura Smeno.

La nueva edición es más fácil de leer y está dividida en tres tomos escritos en una sola columna (la versión original es en dos), sin comentarios ni anotaciones.

"Aunque no todos son religiosos, muchos autores en Noruega se inspiran en la Biblia, y eso les habrá llevado a querer involucrarse en un proyecto de este estilo. Aún así sé que hubo muchas discusiones en torno al lenguaje utilizado y algunos escritores dejaron el proyecto antes de que concluyese", añade Moro.


La religión y la tragedia de Utøya

Se calcula que casi un 80% de los casi 5 millones de habitantes de Noruega son cristianos, pertenecientes a la iglesia de Noruega, de fe luterana. De acuerdo a una encuesta de la firma Gallup, tan solo el 20% de los noruegos considera la religión como algo importante en sus vidas, lo que convierte al país escandinavo en uno de los más laicos del mundo.

"En Noruega el estado todavía tiene una religión, pero al mismo tiempo muy poca gente cree en los dogmas. Esto puede parecer paradójico pero de alguna forma tiene sentido: al ser la iglesia controlada por el poder político, durante los años ha ido haciéndose cada vez más moderna y liberal, por lo que consigue llegar muy bien la gente. Un 80% de los noruegos son miembros", señaló Ingunn Økland.

"Creo que en los últimos años ha habido un renovado interés en la biblia. En las ultimas décadas han llegado inmigrantes de muy distintas religiones, y al ser ellos muy abiertos en cuanto a su religión, muchos noruegos los han copiado y han querido revisar sus propios libros sagrados" afirma Smeno.

Algunos expertos han querido ver conexiones entre el furor bíblico y la masacre ocurrida en Oslo en julio de 2011, en la que el extremista Anders Breivik asesinó a 69 personas.

"Creo que los acontecimientos de Utøya han tenido parte de culpa. La gente está en la búsqueda de valores, creo que puede necesitar respuestas a todas las cosas malignas que hemos visto este año" señala Dag Smemo, aunque no todos están de acuerdo.

Para Økland "es difícil conectar los eventos de Utøya con el éxito de la Biblia, pero lo que sí es verdad es que la iglesia fue la organizadora de muchos eventos tras la tragedia. Miles de rosas fueron colocadas frente a la Domkirken (la iglesia principal de Oslo) en las semanas que siguieron a la tragedia, e incluso el Partido de los Trabajadores (actualmente en el poder y principal objetivo de Anders Breivik) eligió usar la iglesia en muchas de sus ceremonias, a pesar de tu tradición laica. Así que aunque la Biblia en sí no salió reforzada por los ataques, la iglesia en su conjunto si que lo hizo".

En un año especialmente difícil para uno de los países más pacíficos del mundo, sea por culpa del marketing o por la necesidad de refugiarse en la fe, los noruegos encontraron motivos suficientes para volcarse en su libro más sagrado.




Fuente: BBC Mundo
Autor: Alvaro A. Ricciardelli





+ Leer más...

jueves, 19 de enero de 2012

‘Cerditos’ en la UE: ¿Son los países católicos manirrotos? Por Juan G. Bedoya

¿Son manirrotos los católicos, e incapaces sus políticos de sostener una economía capitalista creíble? ¿Por qué la crisis se ceba más en los países católicos del sur de Europa que en los del norte, de tradición protestante? ¿Son anticatólicos los mercados? Como en la canción de Bob Dylan, la respuesta (y la pregunta) está en el viento. No es un debate nuevo, pero arrecia en los tres últimos años.

De rodillas, andrajosos, humillados, cinco sujetos aparentemente sobrealimentados piden limosna en actitud perpleja. Detrás, un muro. Enfrente, la nada. Un letrero dice que son miembros de la Unión Europea. Cada uno luce en la pechera la marca de su país: Italia, Portugal, Irlanda, España y Grecia, de izquierda a derecha. El dibujante Jim Morin sublimó así el viejo debate sobre la inferioridad económica de los países católicos. Su ya famosa caricatura se publicó en The New York Times para ilustrar un informe sobre los PIGS europeos, literalmente cerdos en inglés.

PIGS es el acrónimo despectivo con el que financieros anglosajones se refieren a los países del sur de la UE: Portugal, Italia, Grecia y España (Spain en inglés), para subrayar sus problemas específicos: déficit incontrolado, contracción económica, desempleo galopante, endeudamiento, burbuja inmobiliaria, derrumbe de sus emisiones de deuda y, sobre todo, mentira y falseamiento de las cuentas. Tras la crisis de 2008, se reemplazó Italia por Irlanda, pero ahora añaden a las dos, con el acrónimo PIIGS. Algunos de esos países fueron presentados como ejemplares por sus gobernantes, en el caso de España como una economía de “champions”, a punto de superar a Francia e, incluso, a Alemania (palabras de Zapatero hace tres años).

El calificativo PIGS ha sido usado incluso por el Financial Times, referido a los prejuicios habituales de un determinado pensamiento económico sobre países de la periferia europea, oponiendo su situación a los emergentes BRIC (Brasil, Rusia, India, y China). El periódico jugaba con las palabras brick (ladrillo) y pig (cerdo), con una sutil referencia a la frase hecha que designa en ese idioma la idea de algo inverosímil: flying pig (cerdo que vuela).

Otros teóricos han utilizado la expresión economía porcina. “Es un apodo peyorativo, aunque refleja la realidad. Hace ocho años, los cerdos llegaron realmente a volar. Sus economías se dispararon después de unirse a la eurozona. Ahora, los cerdos están cayendo de nuevo a tierra”, escribió Financial Times en septiembre de 2008. Los mismos calificativos han usado The Times, Newsweek y The Economist.

Pese a que las economías de los países donde más han arreciado esas críticas (Reino Unido y EE UU) también atraviesan por dificultades, los desprecios no han desaparecido. Todo empezó con las tesis del sociólogo Max Weber sobre la inferioridad del cristianismo romano respecto al protestantismo para construir economías capitalistas solventes.

Los cinco pordioseros del dibujante Jim Morin tienen esa característica religiosa. Son católicos romanos, salvo Grecia, que es ortodoxa, una religión prima hermana del catolicismo. Si hubiera un barómetro para medir el maridaje entre el Estado y la religión, Grecia se llevaría la palma confesional, por delante de Italia y España. La última demostración fue la jura del cargo del nuevo primer ministro heleno, humillado ante el nutrido grupo de prelados encabezados por el arzobispo de Atenas y primado de Grecia, Jerónimos II.

En España, los presidentes de Gobierno y sus ministros, incluso los tachados por el Vaticano de “laicistas furibundos” (como Rodríguez Zapatero), juran su cargo ante un crucifijo y la Biblia abierta por el Pentateuco, el llamado Libro de los Números.

Veamos las tesis del sociólogo alemán Max Weber (Erfurt, 1864-Múnich, 1920). Las expone en un libro que se hizo pronto famoso, La ética protestante del capitalismo, publicado en 1905. Dice: “El mundo protestante es más exitoso económicamente que el católico gracias al influjo de la religión protestante en cada uno de sus individuos: amor al trabajo, honradez, ahorro y apego permitido a lo material”.

Los protestantes llaman perezosos a los católicos. Replican los católicos que los protestantes son materialistas. Weber lo explica así: “El católico es conformista y prefiere la seguridad, mientras que el protestante se atreve con el riesgo. La Iglesia católica castiga al hereje, pero es indulgente con el pecador. El protestante pone el énfasis no en la confesión, sino en la conducta. Cualquier fabricante sabe que es la falta de conciencia de los trabajadores de países como Italia uno de los obstáculos de su evolución capitalista y de todo progreso”.

Los tópicazos del sociólogo de la religión se refiere aquí a un tema de rabiosa actualidad en la UE: la menor laboriosidad y productividad de los países del sur, y el escandaloso absentismo laboral. Según Weber, el protestante no considera el trabajo un castigo. Los católicos, en cambio, creen que el trabajo es el máximo castigo de Dios por el pecado original, y culpan a una mujer, Eva, de haber provocado la expulsión del Paraíso, donde no era necesario trabajar. Del protestantismo, perseguido con saña en España hasta 1966, escribió Menéndez Pelayo, desde su atalaya de católico a machamartillo: “El protestantismo no es más que la religión de los curas que se casan”.

Ahora, la protestante Angela Merkel se presenta capaz de arreglar las cuentas y las deudas de los Estados del sur, como se ayuda a un primo borrachín. Pero exige atenerse al cuento de los tres cerditos merendados por el lobo. No ayudará, a menos que los PIGS estén dispuestos a construir en cemento armado sus casas, en vez de con paja reseca, y a aplicarse el cuento de la austeridad, el rigor y los sacrificios.

Todo son dudas. Las medidas de austeridad impuestas a los italianos por el Gobierno del tecnócrata Mario Monti (bien arropado por ministros católicos, como Andrea Riccardi, hagiógrafo de Juan Pablo II y fundador de la Comunidad de sant’Egidio, uno de los nuevos movimientos del catolicismo romano), excluyen de todo sacrificio a la Iglesia católica. El plan de ajuste asciende a 30.000 millones de euros, de los que buena parte proceden de un nuevo impuesto inmobiliario. Si la Iglesia católica italiana lo tuviera que pagar, Monti tendría 2.500 millones más. Lo han evitado ministros considerados más súbditos del Vaticano que de Italia.

Han hecho lo mismo los nuevos gobernantes de Grecia. En España, ni siquiera se plantea lo contrario, pese a ser la Iglesia católica el segundo propietario inmobiliario después del Estado. En los tres países en crisis, las jerarquías católicas viven en un clamoroso paraíso fiscal.

Todo empieza en la educación sentimental. Los catecismos que aprendieron los españoles durante el nacionalcatolicismo franquista (el Astete, el Ripalda y el Catecismo Patriótico Español, sobre todo) enseñaban que el liberalismo era pecado, pero también el capitalismo, el socialismo, el modernismo, el darwinismo, el sindicalismo, el laicismo, el secularismo, y así hasta 14 ismos. “A todos los fieles, en especial a los que mandan, ordenamos con la autoridad del mismo Dios que trabajen con empeño en desterrar de la Santa Iglesia estos errores”, ordenó el Concilio Vaticano I.

“¿Es lícito a un católico llamarse liberal?”, preguntaba el cura en la catequesis siguiendo el texto de Nuevo Ripalda para la nueva España. Respuesta: “No, señor, por el escándalo que causa tomar el nombre de un error condenado por la Iglesia”. Pero había matices. El catequista ensotanado pregunta si “alguna vez no será pecado leer la prensa liberal”. “Sí, señor, si se leyeren las reseñas taurinas o el alza o baja de la Bolsa”.

Michael Burleich, historiador de Oxford, opina: “Para los protestantes liberales, los católicos personificaban el atraso económico y el oscurantismo cultural, mientras que el protestantismo era sinónimo de cultura, una identificación efectuada en parte para revigorizar el protestantismo entre una burguesía que ya no iba a la iglesia. Las personas modernas hacían sus propias elecciones racionales; los sacerdotes ejercían un dominio antinatural sobre las ancianas, los niños y las gentes del campo, que constituían la mayoría católica”.

Es como si Burleich hubiera escuchado al aristócrata Cayetano Martínez de Irujo, conde de Salvatierra y gestor de la Casa de Alba, que acaba de proclamar que “los jornaleros andaluces tienen pocas ganas de trabajar”. La misma idea ha expresado, con palabras más gruesas, el líder de los democristianos catalanes, Duran Lleida. Burleich añade, citando a Weber: “La resolución y la sobriedad características de los protestantes contrasta con una chusma indolente y beoda de campesinos controlados por los curas, que solo salen de su inercia para quedarse embobados con las trapacerías de las reliquias”.

Recientes investigaciones de Ludger Wössmann y Sascha Becker, profesores de Economía de la Educación en la Universidad de Múnich, señalan que las regiones alemanas protestantes eran (son) de promedio más ricas y desarrolladas que las católicas, y también tenían (tienen) mayor nivel de escolarización de mujeres.

En España, el atraso económico se concentra, con tasas de paro por encima del 30%, en las regiones más católicas, si sirve para medir la religiosidad el porcentaje de contribuyentes que coloca la equis en su declaración de la renta pidiendo que Hacienda desvíe el 0,7% de su cuota fiscal para pagar los salarios de obispos y sacerdotes. Andalucía y Castilla-La Mancha duplican el porcentaje de País Vasco y Cataluña. Además, la historia del mal llamado impuesto religioso es una demostración de cómo en el mundo católico la verdad puede convertirse en mentira con desparpajo. Sostienen los obispos que son sus fieles los que pagan ese impuesto. Pero el católico español, al contrario que en Alemania, no añade ni un euro en el IRPF para su confesión. Es Hacienda quien lo deduce de los ingresos totales del Estado, de manera que el sostenimiento del clero católico corre también por cuenta de ateos, protestantes, judíos, musulmanes y todos los etcéteras que quieran añadirse.

Italia confirma también las conclusiones de Wössmann y Becker, con un añadido: allí está demostrado que el norte, más rico pero menos religioso, es menos corrupto que el sur, donde la tradición católica está más arraigada y hay más pobreza.

Es difícil encontrar un historiador de las religiones que no se ocupe de las tesis de Weber. El último en hacerlo es Diarmaid MacCulloch, catedrático de Historia de la Iglesia en la Universidad de Oxford. Acaba de publicar una imponente Historia de la Cristiandad (Debate, 2.300 páginas) y, pese a señalar los intentos renovadores de Roma, considera razonables los argumentos del sociólogo alemán. “Los colectivos son más proclives que los individuos a pasar por alto algo que sucede delante de sus narices”, ironiza.

En cambio, la filósofa y escritora Reyes Calderón, decana de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Navarra, desveló hace apenas un mes que está ultimando una investigación en la que desmonta con contundencia la idea de que las sociedades católicas sean más corruptas y atrasadas que las de tradición protestante. De momento, sostiene: “El problema es que tanto la metodología de la investigación como las bases de los estudios eran incorrectas. Valoraban, por ejemplo, que como en el catolicismo puedes robar y después confesarte para quedar libre de culpa, se tendía más al hurto. No valoraron que la religión católica obliga a devolver lo robado para ser absuelto. La muestra era muy sesgada”.






Fuente: ElPais.com
Autor: Juan G. Bedoya (1945 -) periodista, docente y político español. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra y ha trabajado, entre otros medios, en Alerta (Santander), El Correo Español (Bilbao), Televisión Española y ahora responsable de la sección de Religión de El País.La Comisión Europea ha otorgado en España el ‘Premio Europeo de Periodismo 2009. También ha sido director de Hoja del Lunes de Santander (1975-1980). Director del Curso La cuestión regional de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Profesor de Literatura en la Escuela Politécnica (1973-1974). Presidente de la Junta de Fundadores de Cantábrico de Prensa S.A. Editor del periódico ALERTA Cantabria (1985-1993).


Adjunto al articulo original: San Isidro, las mujeres y los puentes de Rajoy

Uno de los frenos del desarrollo en los países católicos es la tradicional aversión de los jerarcas romanos por la mujer. Ese talibanismo pervivió en la Europa de los PIGS hasta bien entrado el siglo XX, pomposamente llamado el siglo de las mujeres. Carlos Marx, muchos años antes, había advertido de que “el progreso social se mide por la posición que ocupa la mujer en una determinada sociedad”. En España, durante el franquismo, donde mandaban mucho los obispos, las mujeres no podían abrir cuentas en un banco ni obtener el pasaporte sin licencia del marido.

“De los innumerables pecados cometidos a lo largo de su historia, de ningún otro deberían de arrepentirse tanto las iglesias como del pecado cometido contra la mujer, opina la teóloga Uta Ranke-Heinemann, compañera de estudios del actual Papa en la Universidad de Múnich.

Todo empezó cuando los primeros sabios cristianos tomaron a Aristóteles como pensador de cabecera. El griego fue quien primero teorizó sobre la inferioridad de la mujer. Esta debe su existencia a un descarrilamiento en su proceso de formación; es “un varón fallido”. San Agustín reforzó ese desprecio y Tomás de Aquino lo hizo teología de altura.

Respecto a la aversión por el trabajo (baja productividad, absentismo, etcétera), el símbolo podría ser san Isidro Labrador, patrón católico de Madrid. La Iglesia romana lo tiene en los altares como un hombre muy piadoso (tanto, que abandonó a su mujer para no disiparse), pero con fama de holgazán entre los vecinos. Su patrón, Juan de Vargas, quiso comprobarlo por sí mismo. Un día se escondió tras unos matorrales, a medio camino entre la iglesia y el campo. Al salir del templo, recriminó a Isidro el absentismo. Pero cuando llegaron los dos a la finca, los bueyes estaban arando ellos solos la parte que le correspondía al futuro santo y patrón. ¡Ángeles del cielo!

Otro cantar es la fama festivalera de los países del sur. El presidente Mariano Rajoy ha prometido que reducirá los puentes festivos para mejorar la productividad, pasando al lunes algunas fiestas de guardar. Lo tiene difícil. Ya lo intentó Felipe González en 1984 con la fiesta de la Inmaculada (8 de diciembre), para que no coincidiese con la de la Constitución (dos días antes). Los obispos casi se echan al monte.






+ Leer más...