- Reino Unido debate un proyecto de ley para autorizar explícitamente estos experimentos
- Los autores del trabajo obtuvieron un permiso específico de las autoridades británicas
MADRID.- Por primera vez en Europa, científicos de la Universidad de Newcastle han creado embriones híbridos a partir de los óvulos de una vaca y con el material genético de células de la piel de humanos. Este equipo persigue el desarrollo de nuevas terapias para enfermedades que en la actualidad no tienen cura como el Parkinson. La ventaja de la técnica es la facilidad para conseguir óvulos de animales en los que se insertaría el ADN humano para posteriormente desarrollar tratamientos.
Según un comunicado ofrecido por la Universidad de Newcastle, el doctor Lyle Armstrong presentó en una conferencia celebrada en Israel el pasado 25 de marzo los datos preliminares de este trabajo. Aunque, como han explicado hoy por televisión, todavía requieren pasar por un sistema de revisión propio de estas investigaciones, los científicos han conseguido crear embriones humanos a partir de células almacenadas y óvulos de vaca. Los embriones obtenidos sobrevivieron hasta tres días y contenían 32 células, según informa la página web de la BBC, y son parte de un estudio en el que se quiere lograr embriones de seis días para después extraerles células madre y estudiar con ellas una amplia variedad de enfermedades.
Los embriones híbridos, mezcla de humanos y animales, son únicamente parte de una investigación y en ningún caso está permitido su desarrollo más allá del día 14. El objetivo de estos investigadores es obtener un mayor número de líneas celulares a partir de esos embriones para desarrollar tejidos y estudiar enfermedades específicas como el Alzheimer, Parkinson o la diabetes.
La técnica por la que se pueden conseguir embriones híbridos es la misma con la que se han obtenido embriones clonados humanos: la transferencia nuclear, más conocida como clonación terapéutica. En este caso en lugar de utilizar óvulos humanos, los investigadores tomaron óvulos de vacas, y material genético de células humanas de la piel.
En la actualidad, otros grupos que están realizando trabajos de clonación terapéutica tienen el inconveniente de la escasez de óvulos para desarrollar estos experimentos. Sin embargo, con los embriones híbridos este problema desaparece porque los óvulos se obtienen de animales.
No es la primera vez que científicos crean embriones híbridos. En 1998, un grupo de investigadores, dirigido por Michael West, de Advanced Cell Technology de Massachusetts (Estados Unidos) ya presentó el primer embrión procedente también de un óvulo de vaca y células humanas. También en 2003, científicos chinos declararon haber logrado resultados similares con óvulos procedentes de conejos.
Sin embargo, nunca se llegó a conocer más sobre estas investigaciones, quizás en parte por la política estadounidense, muy restrictiva a la hora de dirigir fondos públicos a la investigación con embriones humanos, y la dificultad de emplear la técnica de la transferencia nuclear con éxito.
Una ley en proceso
El anuncio de los científicos de la Universidad de Newcastle se produce, precisamente, cuando Reino Unido se encuentra en un intenso debate en torno a su nueva ley de embriones, una revisión de la norma de 1990. De aprobarse, este proyecto de ley autorizará explícitamente la creación de embriones híbridos como los creados por la Universidad de Newcastle.
Hasta ahora, la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología (HFEA) ha sido la encargada de lidiar con este espinoso tema. Pero ni siquiera este organismo le resultó fácil la decisión. Los investigadores de Newcastle, junto con otro equipo británico del King's College, habían solicitado realizar este tipo de investigación ya en 2006.
Tras mucho debate (y teniendo en cuenta que una ley reproductiva con más de tres lustros no recogía ni por asomo esta técnica tan reciente), los expertos de la HFEA decidieron hacer una consulta pública sobre el tema. Sólo después de que diferentes expertos diesen una opinión favorable, la agencia aprobó la medida.
El pasado 17 de enero, finalmente, anunciaba que había autorizado los dos proyectos solicitados. "Me alegro de que la HFEA finalmente se haya dado cuenta, después de un año y medio, de la importancia que el trabajo de nuestro grupo y del de New Castle", dijo entonces Stephen Minger, científico del King's.
"Ahora que tenemos la licencia, podemos empezar el trabajo tan pronto como sea posible", dijo, por su parte, Lyle Armstrong, de la Universidad de Newcastle. Sus primeros resultados han surgido apenas dos meses después.
Infografía: adaptado del de Gracia Pablos para EL MUNDO.es
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