Benedicto XVI echó a un obispo irlandés que fue secretario personal de Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II. Fue por proteger a sacerdotes acusados de pedofilia.
El célebre monseñor John Magee, que fue secretario personal de los Papas Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II, es el protagonista de un nuevo gran escándalo de abusos sexuales en la Iglesia irlandesa, que se ha hundido en el desprestigio desde que fueron destapados numerosos casos de pedofilia en la isla céltica, católica y republicana en las últimas décadas. La conferencia episcopal de Irlanda anunció el sábado que el Papa ordenó de inmediato sustituirlo como obispo de Cloyne, una de las diócesis meridionales, y nombrar en su lugar como administrador apostólico al arzobispo de Cashel, monseñor Dermot Clifford.
Clifford dijo ayer: "daré toda las contribuciones necesarias a la Comisión de Investigación". Lo mismo dijo monseñor Magee. "Me he empeñado en colaborar de todos modos con el trabajo de la comisión investigadora", dijo al anunciar su dimisión a los fieles reunidos en una misa celebrada en la catedral de San Colman.
"Soy consciente de que debo dedicar mucho tiempo y energías a este objetivo, por lo que sería complicado además llevar adelante la normal administración de la diócesis".
El cardenal primado de Irlanda, Sean Brady, dijo ayer que "la decisión del Santo Padre es una indicación de cuánto es importante para la Iglesia la tutela de los menores y el cuidado de las víctimas".
Embestida por escándalos de pedofilia de numerosos sacerdotes que le han costado la pérdida de confianza de muchos fieles en uno de los países más católicos del mundo, la Iglesia de Irlanda se ha vuelto particularmente sensible al tema de los abusos sexuales.
El 19 de diciembre fue publicado el "informe Cloyne" preparado por un organismo de la Iglesia irlandesa que se ocupa de la salvaguardia de los menores y que actúa en forma independiente de las jerarquías eclesiásticas.
"Se sabía de las dificultades que padecía tras algunas denuncias de abusos sexuales de curas de su diócesis. En el Vaticano era notorio que no tenía ya el control de su propia diócesis", dijo el teólogo Gianni Gennari, editorialista del matutino Avvenire de Milán, propiedad de los obispos italianos.
Magee es al parecer acusado de haber trasladado a dos sacerdotes pedófilos de su diócesis en lugar de acusarlos formalmente, siguiendo la política del avestruz que tantas veces utilizó la Iglesia en el mundo para tapar el escándalo.
El "informe Cloyne" criticó duramente el comportamiento del obispo, afirmando que las prácticas de protección a los menores en la diócesis de monseñor Magee eran "inadecuadas y en ciertos aspectos dañinas". Por esta razón, varios niños habían sido "puestos en una situación de riesgo".
El 7 de enero intervino una comisión de la arquidiócesis de Dublin y una semana más tarde el cardenal primado Sean Bradley dijo que monseñor Magee había prometido "cambios y progresos" a los fieles indignados que reclamaban la renuncia del obispo y la intervención del gobierno de Irlanda.
El 4 de febrero monseñor Magee se dirigió directamente al Vaticano anunciando su voluntad de renunciar.
La fama del obispo irlandés en el Vaticano, en los tiempos en que era conocido por todos como el "padre Magee", desbordó en los medios de comunicación de todo el mundo tras la muerte imprevista de Juan Pablo I, en setiembre de 1978. El Papa Albino Luciani falleció de un infarto y la versión oficial fue que su secretario, el padre irlandés John Magee, lo había encontrado muerto en su lecho y que había avisado de inmediato al secretario de Estado, cardenal Jean Villot.
Como de inmediato se difundió el rumor de que Juan Pablo I había sido, en realidad, asesinado con un café envenenado, el Vaticano se vio obligado a revelar que había sido una vieja monja la que vio primero al Papa muerto cuando le llevó su habitual café a las 5,30 de la mañana. Ella corrió a avisar a Magee quién a su vez llamó a Villot.
El padre Magee había entrado en los aposentos pontificios como secretario de Pablo VI y continuó en el cargo tras la muerte del Papa Luciani como secretario personal de Juan Pablo II en octubre de 1978.
En 1982 el pontífice polaco lo promovió a Maestro de Ceremonias Pontificio y cinco años después lo premió consagrándolo obispo de Cloyne, en su patria irlandesa.
Fuente: Clarin.com
Fotografía: John Magee, como maestro de ceremonias, asiste a Juan Pablo II en una primera comunión.
El célebre monseñor John Magee, que fue secretario personal de los Papas Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II, es el protagonista de un nuevo gran escándalo de abusos sexuales en la Iglesia irlandesa, que se ha hundido en el desprestigio desde que fueron destapados numerosos casos de pedofilia en la isla céltica, católica y republicana en las últimas décadas. La conferencia episcopal de Irlanda anunció el sábado que el Papa ordenó de inmediato sustituirlo como obispo de Cloyne, una de las diócesis meridionales, y nombrar en su lugar como administrador apostólico al arzobispo de Cashel, monseñor Dermot Clifford.
Clifford dijo ayer: "daré toda las contribuciones necesarias a la Comisión de Investigación". Lo mismo dijo monseñor Magee. "Me he empeñado en colaborar de todos modos con el trabajo de la comisión investigadora", dijo al anunciar su dimisión a los fieles reunidos en una misa celebrada en la catedral de San Colman.
"Soy consciente de que debo dedicar mucho tiempo y energías a este objetivo, por lo que sería complicado además llevar adelante la normal administración de la diócesis".
El cardenal primado de Irlanda, Sean Brady, dijo ayer que "la decisión del Santo Padre es una indicación de cuánto es importante para la Iglesia la tutela de los menores y el cuidado de las víctimas".
Embestida por escándalos de pedofilia de numerosos sacerdotes que le han costado la pérdida de confianza de muchos fieles en uno de los países más católicos del mundo, la Iglesia de Irlanda se ha vuelto particularmente sensible al tema de los abusos sexuales.
El 19 de diciembre fue publicado el "informe Cloyne" preparado por un organismo de la Iglesia irlandesa que se ocupa de la salvaguardia de los menores y que actúa en forma independiente de las jerarquías eclesiásticas.
"Se sabía de las dificultades que padecía tras algunas denuncias de abusos sexuales de curas de su diócesis. En el Vaticano era notorio que no tenía ya el control de su propia diócesis", dijo el teólogo Gianni Gennari, editorialista del matutino Avvenire de Milán, propiedad de los obispos italianos.
Magee es al parecer acusado de haber trasladado a dos sacerdotes pedófilos de su diócesis en lugar de acusarlos formalmente, siguiendo la política del avestruz que tantas veces utilizó la Iglesia en el mundo para tapar el escándalo.
El "informe Cloyne" criticó duramente el comportamiento del obispo, afirmando que las prácticas de protección a los menores en la diócesis de monseñor Magee eran "inadecuadas y en ciertos aspectos dañinas". Por esta razón, varios niños habían sido "puestos en una situación de riesgo".
El 7 de enero intervino una comisión de la arquidiócesis de Dublin y una semana más tarde el cardenal primado Sean Bradley dijo que monseñor Magee había prometido "cambios y progresos" a los fieles indignados que reclamaban la renuncia del obispo y la intervención del gobierno de Irlanda.
El 4 de febrero monseñor Magee se dirigió directamente al Vaticano anunciando su voluntad de renunciar.
La fama del obispo irlandés en el Vaticano, en los tiempos en que era conocido por todos como el "padre Magee", desbordó en los medios de comunicación de todo el mundo tras la muerte imprevista de Juan Pablo I, en setiembre de 1978. El Papa Albino Luciani falleció de un infarto y la versión oficial fue que su secretario, el padre irlandés John Magee, lo había encontrado muerto en su lecho y que había avisado de inmediato al secretario de Estado, cardenal Jean Villot.
Como de inmediato se difundió el rumor de que Juan Pablo I había sido, en realidad, asesinado con un café envenenado, el Vaticano se vio obligado a revelar que había sido una vieja monja la que vio primero al Papa muerto cuando le llevó su habitual café a las 5,30 de la mañana. Ella corrió a avisar a Magee quién a su vez llamó a Villot.
El padre Magee había entrado en los aposentos pontificios como secretario de Pablo VI y continuó en el cargo tras la muerte del Papa Luciani como secretario personal de Juan Pablo II en octubre de 1978.
En 1982 el pontífice polaco lo promovió a Maestro de Ceremonias Pontificio y cinco años después lo premió consagrándolo obispo de Cloyne, en su patria irlandesa.
Fuente: Clarin.com
Fotografía: John Magee, como maestro de ceremonias, asiste a Juan Pablo II en una primera comunión.
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