domingo, 21 de septiembre de 2008

EL HAMBRE AUMENTA. 923 millones de personas pasan hambre en nuestro planeta, según la ONU

  • En el último año se sumaron a esta lista 75 millones.
  • El hambre crece en la década en que más alimentos se produjeron.
  • El precio de los alimentos se duplicó entre 2007 y 2008.
El aumento de los precios de los alimentos elevó el año pasado hasta 923 millones el número de personas que pasa hambre en el mundo, informó este jueves en Roma la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Información (FAO).

Según el informe de la FAO (PDF en inglés), el pasado año 75 millones de desnutridos se sumaron a los 848 millones estimados en esa fecha en el mundo.

Los elevados precios alimentarios, siempre de acuerdo con la misma fuente, invirtieron la tendencia positiva para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la mitad la proporción de personas hambrientas para 2015.

El siguiente es el informe de la oficina de prensa de la FAO (Ginebra):

El hambre aumenta
El alza de precios eleva en 75 millones de personas la cifra mundial de desnutridos

18 de septiembre de 2008, RomaEl alza de precios de los alimentos ha llevado a 75 millones de personas adicionales a una situación de hambre, con lo que la cifra de población desnutrida en el mundo en 2007 se eleva a 923 millones de personas, según informó hoy la FAO.

Los elevados precios alimentarios han invertido la tendencia positiva para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir a la mitad la proporción de personas hambrientas en el mundo para 2015, según las últimas cifras que acaba de hacer públicas la Organización de la ONU antes de la sesión de la Asamblea General que la próxima semana repasará la situación de los ODMs

Según la FAO, alcanzar la meta fijada en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996 de reducir a la mitad la cifra de hambrientos, es una posibilidad todavía más remota.

Las estimaciones de la FAO situaban la cifra de víctimas de desnutrición crónica en el mundo en 2003-05 en 848 millones, con un incremento de 6 millones sobre los 842 millones de 1990-92, cifra que sirvió de base para fijar las metas de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación.

El alza de precios de alimentos, combustible y fertilizantes no han hecho más que agravar el problema, según la Organización de la ONU. Los precios alimentarios subieron un 52 por ciento entre 2007 y 2008, y los de los fertilizantes casi se doblaron el pasado año.

Tendencia preocupante

“Los efectos devastadores del alza de precios de los alimentos en la cifra de víctimas del hambre agravan tendencias a largo plazo que son ya preocupantes”, señaló Hafez Ghanem, Director General Adjunto de la FAO para Desarrollo Económico y Social. “El hambre ha aumentado mientras el mundo se hacía cada vez más rico y producía más alimentos que nunca durante la última década”, añadió.

Para los compradores netos de alimentos -donde se incluyen casi todas las familias urbanas y una gran parte de las rurales-, el alza de precios ha tenido un impacto negativo a corto plazo sobre los ingresos y el bienestar familiar. Los más pobres –campesinos sin tierra y familias encabezadas por mujeres- han sido los más afectados.

Estas tendencias negativas en la lucha contra el hambre ponen en peligro los esfuerzos para alcanzar otros Objetivos de Desarrollo del Milenio, según Ghanem.

Además de los devastadores costes sociales del hambre, la evidencia empírica apunta a impactos negativos sobre la productividad laboral, salud y educación, lo que en última instancia lleva a un menor crecimiento económico en su conjunto.

“El hambre es una de las causas de la pobreza, no es tan solo una consecuencia”, señala Kostas Stamoulis, economista de la FAO. “El coste económico del hambre -añade- en términos de los recursos que se necesitan para combatir sus efectos y de los ingresos perdidos suma cientos de miles de millones de dólares anuales”.
El efecto debilitador del hambre sobre la productividad de las personas y sus ingresos conduce a un círculo vicioso, según Stamoulis: la extrema pobreza conduce al hambre, que a su vez hace perpetuarse la situación de pobreza…

Salir del círculo vicioso del hambre

“Reducir el número de personas hambrientas en 500 millones en los 7 años que quedan para 2015 requerirá un esfuerzo mundial resolutivo y de envergadura, acompañado de acciones concretas”, subrayó Ghanem.

Para romper el círculo vicioso del hambre y la pobreza, se requiere actuar de forma urgente en dos frentes, según la FAO: hacer que la población más vulnerable tenga acceso a alimentos, y ayudar a los pequeños productores a aumentar su producción y sus ingresos.

Este “enfoque de doble vía” de la FAO tiene como objetivo crear oportunidades para que las víctimas del hambre mejoren sus medios de subsistencia a través de la promoción del desarrollo agrícola y rural. También incluye políticas y programas, como las redes de apoyo social, que mejoran el acceso directo e inmediato a los alimentos.

En diciembre de 2007 la FAO lanzó su Iniciativa relativa al Aumento de los Precios de los Alimentos para ayudar a los países vulnerables a poner en práctica medidas urgentes para impulsar el suministro de alimentos y dar apoyo para mejorar el acceso a los mismos.

La Iniciativa incluye proyectos de emergencia -previstos o en ejecución- en al menos 78 países de todo el mundo. Entre las actividades más urgentes figuran la distribución de semillas, fertilizantes, piensos animales y otros insumos y aperos agrícolas a los pequeños campesinos.

“Se necesitan con urgencia inversiones con amplia base y a gran escala para hacer frente de forma sostenible a los problemas crecientes de inseguridad alimentaria, que afectan a los pobres y a los hambrientos”, según Ghanem. “No existe un solo país o institución que pueda resolver esta crisis por sí solo”, añadió.

Beneficio alto

Según la FAO, los países más golpeados por la actual crisis, muchos de ellos en Africa, necesitarán al menos 30 000 millones anuales de dólares EE.UU. para garantizar su seguridad alimentaria y reactivar sistemas agrícolas que han sido descuidados durante mucho tiempo.

Pero la reducción del hambre tiene grandes beneficios, y debería situarse como una de las prioridades del desarrollo, insistió Stamoulis.

“Disminuir la incidencia del hambre en el mundo mejorará mucho las posibilidades de alcanzar los ODMs relacionados con la reducción de la pobreza, educación, mortalidad infantil, salud materna y enfermedades”, explicó Stamoulis. “El gasto público en la reducción del hambre es una inversión con un beneficio muy elevado”, concluyó.

Fuente: FAO / 20minutos.es

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