domingo, 10 de febrero de 2008

"EL INFIERNO EXISTE" SEGUN BENEDICTO XVI, CONTRADICIENDO A JUAN PABLO II.

  • El Papa asegura que el castigo eterno ocurre en un lugar que no está vacío, contradiciendo a Juan Pablo II

El papa Benedicto XVI ha asegurado que el infierno existe y no está vacío. No es anuncio nuevo, en 2007 ya mencionó la existencia del infierno como lugar, algo que su antedecesor, Juan Pablo II, había rechazado. El Papa, durante un encuentro mantenido con párrocos romanos con motivo del inicio de la Cuaresma, ha mandado un mensaje a los fieles: la salvación no es inmediata ni llegará para todos, por eso ha querido destacar la posibilidad real de ir al infierno, según informa el diario italiano La Repubblica.

Uno de los primeros defensores de esta hipótesis, que el infierno estuviese vacío, fue el teólogo suizo Urs Von Baltasar (Fe de errores. Aunque en la noticia se decía que el teólogo suizo Urs Von Baltasar estaba vivo este párroco falleció el 26 de junio de 1988.), buen amigo de Benedicto XVI. Y el Papa lo ha reiterado de manera categórica en su encuentro con los párrocos, "el infierno existe".

"El infierno, del que se habla poco en este tiempo, existe y es eterno", dijo el Pontífice romano el pasado abril de 2007. Una idea que es contraria a lo que defendió el anterior Papa, el polaco Juan Pablo II, durante su pontificado. Juan Pablo II corrigió el concepto tradicional del infierno, fue en verano de 1999, cuando hubo cuatro audiencias para hablar sobre el cielo , el purgatorio, el infierno y el diablo. "El cielo", dijo entonces, no es "un lugar físico entre las nubes". El infierno tampoco es "un lugar", sino "la situación de quien se aparta de Dios". El Purgatorio es un estado provisional de "purificación" que nada tiene que ver con ubicaciones terrenales. Y Satanás "está vencido: Jesús nos ha liberado de su temor".

Retomar viejas discusiones

Otro sacerdote le ha preguntado sobre la necesidad de la Iglesia de retomar discusiones sobe el pecado, el infierno o la vida después de la muerte. El Papa ha querido dejar claro sobre estos temas que la salvación no está garantizada. ''No todos nos presentaremos iguales al banquete del Paraíso'' por eso, ha dicho, serán muchos los que tengan que purificarse "para afrontar el Juicio Final".

El Papa ha pedido a los fieles no sólo ayuno de comida sino también de palabra y de escuchar y ver medios de comunicación. "Se necesita un ayuno de imágenes y palabras. Tenemos la necesidad de un poco de silencio".

Benedicto XVI ha explicado que necesitaría "un semestre de teología" para responder a todas las preguntas que tenían los párrocos.

Fuente: ElPais.com


  • Contradice las palabras de Juan Pablo II en 1999. Ratzinger asegura que "la casa de satanás existe y es eterna".

El papa Benedicto XVI ha afirmado que hay que recuperar el sentido del infierno para poder así luchar contra el pluralismo moral y la modernidad que invade este mundo.

"El infierno, del que se habla poco en este tiempo, existe y es eterno", ha dicho el Pontífice romano. "Nuestro verdadero enemigo es unirse al pecado que puede llevarnos a la quiebra de nuestra existencia". Antes había dibujado la figura de un Dios "de justicia", y por tanto, castigador.

El Pontífice hizo estas manifestaciones durante un encuentro que mantuvo en el Vaticano con párrocos y el clero de la diócesis de Roma.

Un intento de recuperar el protagonismo perdido

En su llamada a la intolerancia con el relativismo y la laicidad, Benedicto XVI ha decidido reponer las armas del catolicismo clásico y ha asegurado que "para hacer frente a la crisis la fuerza de la Iglesia no está en el diálogo ni en la tolerancia, sino en la vuelta a los orígenes".

Se trata de recuperar el protagonismo perdido y para ello Benedicto asegura que "la proclamación de que el infierno existe y es eterno es la continuación de esa estrategia", contraponiéndose así a las directrices de su antecesor, el polaco Juan Pablo II, el cual elimino tales conceptos y desmontó la credulidad popular sobre el cielo, el purgatorio, el infierno e, incluso, el diablo.

Apuesta por volver al pasado

La decisión de Benedicto XVI de volver a poner sobre la mesa, sin matices, la idea del infierno eterno choca con ese pasado reciente. No es su primera vuelta al pasado.

También ha autorizado las misas en latín con el oficiante de espaldas a los feligreses, por citar un sólo ejemplo. Lo curioso es que hace menos de un año, el 6 de octubre de 2006, este papa mantenía el timón de Juan Pablo II haciendo público el documento de los expertos sobre la inexistencia del limbo, otra de las piezas señeras del Más Allá católico.

¿Qué es el infierno?

Etimológicamente la palabra "infierno" viene del latín "infernus", que se relaciona con "inferior" en el sentido de un lugar tradicionalmente ubicado bajo la tierra o dentro de ella; y en lo referente a la fe, según la traducción de la Enciclopedia Católica, es un lugar "oscuro, escondido y alejado de Dios".

La representación más conocida del infierno es la que Dante Alighieri imaginó en "La Divina comedia", con nueve círculos con distintos castigos en función de la gravedad del pecado cometido, muy en la línea de la visión Helénica del Hades, un infierno escondido tras la laguna Estigia.

Pero la idea de este lugar no es exclusiva de la religión cristiana, sino que otras creencias la han desarrollado: sin ir más lejos, los otros dos grandes cultos monoteístas tienen su propio Averno, el "sheol" en los inicios del judaísmo, más vinculado a la "oscuridad tras la muerte" que a un castigo por las malas acciones, mientras que en el Corán existen múltiples referencias.

Las grandes religiones y las culturas históricas

En la antigüedad también se temió al infierno: así los egipcios describían en el "Libro de los muertos" algunos rituales para salvar al difunto; existen también representaciones del juicio a los muertos en presencia de Anubis, que escoltaba las almas y las protegía de Osiris.

En las culturas precolombinas también existió el infierno: para los mayas Ah Puch era el dios de la muerte, su regente, con cabeza de calavera y el cuerpo en descomposición, muy en la línea del dios azteca de la muerte, Mictian.

Fuente: 20minutos.es

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