sábado, 10 de noviembre de 2007

BENEDICTO XVI RECIBIO AL REY ABDULLAH DE ARABIA SAUDITA

Se trata del primer encuentro de la historia entre un monarca árabe y un sumo Pontífice. Durante la reunión, que duró media hora, analizaron el conflicto en israelíes y palestinos y una "solución justa para Oriente Medio".


El Papa Benedicto XVI y el Rey de Arabia Saudí, Abdullah Bin Abdulaziz Al Saud, trataron hoy en el Vaticano sobre la necesidad de encontrar una "solución justa" a los conflictos que atraviesan los países de Oriente Próximo y "en particular, entre israelíes y palestinos", según informó la sala de prensa del Vaticano a través de un comunicado.

Esta entrevista, que duró aproximadamente media hora y se desarrolló "en un clima cordial", se convirtió en el primer encuentro de la historia que mantienen un Pontífice y un soberano de este importante país musulmán. En ella, se trataron argumentos "de sumo interés para los interlocutores", según detalló la nota vaticana.

Ambos líderes aprovecharon esta ocasión para reafirmar su "compromiso en favor del diálogo intercultural e interreligioso, cuya finalidad es la convivencia fructuosa y pacífica entre personas y pueblos".

Asimismo insistieron en "el valor" que tiene "la colaboración entre cristianos, musulmanes y judíos para la promoción de la paz, de la justicia y de los valores espirituales y morales" y "especialmente para reforzar a las familias".

Por su parte, las autoridades vaticanas desearon prosperidad a todos los habitantes del país, mencionando al mismo tiempo la presencia positiva y laboriosa de los cristianos", concretó la nota vaticana.

Abdullah Bin Abdulaziz Al Saud también mantuvo un encuentro con el cardenal y secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, y con el arzobispo y secretario para las Relaciones con los Estados, Dominique Mamberti.

En su primera visita al Vaticano, el rey de Arabia Saudí regaló al Pontífice una espada de oro adornada con piedras preciosas, mientras que el Papa le obsequió con un grabado de 1550 y la medalla de oro de su Pontificado.

A principios de septiembre, el Papa Benedicto XVI ya había concedido una audiencia privada al ministro de Exteriores de Arabia Saudí, el príncipe Saud Al Faisal.

Abdullah Bin Abdulaziz Al Saud fue proclamado rey el 1 de agosto de 2005, tras el fallecimiento del Rey Fahd bin Abdulaziz. Además de soberano, es el Custodio de las Dos Mezquitas Sagradas, así como Presidente del Consejo de Ministros y Comandante de la Guardia Nacional desde el año 1963.

Fuente: G. Moreno para Europapress.com


Por primera vez en la historia, un rey saudita se reúne con el sumo pontífice de la iglesia Católica, en el Vaticano.

El rey de Arabia Saudita, Abdala bin Abdulaziz Al Saud, llegó el lunes a Italia para una visita de dos días, que también contempla reuniones con funcionarios del gobierno italiano.

Pero todos los ojos están puestos en el encuentro del martes entre el papa Benedicto XVI, y el custodio de los sitios más sagrados del Islam: La Meca y Medina.

El Vaticano mantiene lazos diplomáticos con estados musulmanes, pero no con Arabia Saudita.

Se espera que el histórico encuentro se centre en dos temas: los derechos de los cristianos en Arabia Saudita, y las relaciones entre el Cristianismo y el Islam.

Reciprocidad

La mayor parte del 1,2 millones de cristianos que viven en el reino Saudita son católicos, a quienes sólo se les permite el culto en privado.

El Vaticano ha enfatizado frecuentemente la necesidad de reciprocidad en su petición para construir más iglesias, anotando que los musulmanes son libres para ejercer su culto en muchos países cristianos.

En septiembre del año pasado, el pontífice provocó la ira de muchos musulmanes alrededor del mundo por sus comentarios asociando el Islam con la violencia.

Posteriormente el Papa se disculpó y ha hecho esfuerzos por tender puentes con otras religiones.

El mes pasado más de 100 clérigos musulmanes le enviaron una carta al Papa, solicitando más cooperación en momentos que aumentan las tensiones entre sus religiones.

Los clérigos afirmaron que el tiempo para un diálogo ecuménico educado quedó atrás, y que con el aumento de la violencia religiosa el futuro común de ambas religiones estaba en peligro.

Fuente: Frances Kennedy para BBC.com

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