El guión gira en torno a la siguiente premisa: se supone que el propio Papa y la cohorte de clérigos que le rodean en el Vaticano han organizado un viaje a Auschwitz para los miembros del movimiento libanés Hizbulá. ¿Objetivo? Que aprendan como asesinar a judíos a gran escala.
El lector dirá que la trama resulta demasiado rocambolesca incluso para las mentes más prolíficas de Hollywood. Pero no estamos hablando de ningún desvarío propio del celuloide sino de uno de los textos que han utilizado hasta este sábado los soldados de Israel para completar su formación ideológica.
El panfleto, titulado 'Los dos lados de la frontera', recoge la hipotética confesión de un ex miembro del grupo armado shía que dice haberse convertido al judaísmo y que asevera que el propio líder de ese partido, Hassan Nasrallah, participó en la ruta por el campo de concentración. "Sabíamos que el Vaticano se identifica con la lucha de Hizbulá", precisa el personaje, al que se identifica como Avi.
Según refiere el diario Haaretz, el medio de comunicación israelí que ha denunciado el singular material al que recurre el ejército de Tel Aviv para aleccionar a sus militares, el libreto añade que Nasrallah y el tal Avi participaron en un detallado recorrido por Auschwitz tras el cual no pudieron sino explicar a los guías que les había proporcionado el Vaticano: "Cualquier árabe, dentro de si mismo, es una especie de fan de los Nazis". 'Los dos lados de la frontera' también acusa a políticos y periodistas europeos de aceptar sobornos para promover opiniones contrarias a Israel.
"El libro de reparte de forma regular. Se presenta como una historia real. Toda una compañía de soldados adultos me dijeron: lee esto y sabrás quienes son los árabes", explicó un uniformado al matutino israelí.
Por supuesto nada más filtrarse a los medios el asunto, el ejército ha anunciado que retiraba de la circulación el polémico texto, apadrinado por una asociación fundamentalista de judíos norteamericanos y el no menos extremista Shmuel Eliyahu, rabino de la ciudad de Safed, en el norte de Israel.
Se supone que el historial de este último personaje en cuestión debería haber alertado ya a los responsables a cargo del material lectivo que se distribuye entre los soldados toda vez que el citado Eliyahu es uno de los clérigos más radicales del país. La prensa local le atribuyó en el 2007 unos significativos comentarios en los que aportaba su propia solución para acabar con el lanzamiento de cohetes Kassam desde Gaza: "Si no paran tenemos que matar a 100, si continúan mataremos a 1.000, a 10.000 o a un millón". Para "vengarse" por el atentado contra un centro de educación de Jerusalén –que dejó 8 víctimas mortales- promovió también una respuesta en el mismo estilo. "Un estado que realmente respete a sus ciudadanos habría colgado a los 10 hijos del terrorista en un árbol de 25 metros para que otros lo vieran y sintieran miedo", escribió el clérigo.
El asunto dista mucho de ser un incidente aislado y se suma a las muchas denuncias que ha recogido la prensa israelí sobre la creciente influencia de los sectores más fundamentalistas en el seno de las fuerzas armadas de ese país.
Cabe recordar que en enero los rabinos afectos a la institución distribuyeron otro panfleto de tono similar en el que instaban a los soldados a considerar la guerra de Gaza como una suerte de lucha religiosa destinada a "desembarazarse de los gentiles" (una expresión fundamentalista judía que alude a los miembros de las demás religiones) mientras que se extendió entre los uniformados la moda de portar camisetas con dibujos como el que mostraba a una embarazada palestina bajo la mirilla de un fusil y un lema que rezaba: un disparo dos muertos (fotografía).
Por otra parte, las teorías sobre conspiraciones imposibles tampoco son algo inusual en esta región donde los 'Protocolos de los Sabios de Sión', un libelo anti-judío que data de la Rusia zarista y que achaca todos los males del universo a esa comunidad, sigue gozando de una cierta aceptación entre el público árabe que se ha reflejado en la multiplicación de las traducciones de dicha obra y hasta en la serie que les dedicó la televisión egipcia en el 2002.
Fuente: Crónicas desde Oriente Próximo / ElMundo.es
Autor: Javier Espinosa desde Beirut
El lector dirá que la trama resulta demasiado rocambolesca incluso para las mentes más prolíficas de Hollywood. Pero no estamos hablando de ningún desvarío propio del celuloide sino de uno de los textos que han utilizado hasta este sábado los soldados de Israel para completar su formación ideológica.
El panfleto, titulado 'Los dos lados de la frontera', recoge la hipotética confesión de un ex miembro del grupo armado shía que dice haberse convertido al judaísmo y que asevera que el propio líder de ese partido, Hassan Nasrallah, participó en la ruta por el campo de concentración. "Sabíamos que el Vaticano se identifica con la lucha de Hizbulá", precisa el personaje, al que se identifica como Avi.
Según refiere el diario Haaretz, el medio de comunicación israelí que ha denunciado el singular material al que recurre el ejército de Tel Aviv para aleccionar a sus militares, el libreto añade que Nasrallah y el tal Avi participaron en un detallado recorrido por Auschwitz tras el cual no pudieron sino explicar a los guías que les había proporcionado el Vaticano: "Cualquier árabe, dentro de si mismo, es una especie de fan de los Nazis". 'Los dos lados de la frontera' también acusa a políticos y periodistas europeos de aceptar sobornos para promover opiniones contrarias a Israel.
"El libro de reparte de forma regular. Se presenta como una historia real. Toda una compañía de soldados adultos me dijeron: lee esto y sabrás quienes son los árabes", explicó un uniformado al matutino israelí.
Por supuesto nada más filtrarse a los medios el asunto, el ejército ha anunciado que retiraba de la circulación el polémico texto, apadrinado por una asociación fundamentalista de judíos norteamericanos y el no menos extremista Shmuel Eliyahu, rabino de la ciudad de Safed, en el norte de Israel.
Se supone que el historial de este último personaje en cuestión debería haber alertado ya a los responsables a cargo del material lectivo que se distribuye entre los soldados toda vez que el citado Eliyahu es uno de los clérigos más radicales del país. La prensa local le atribuyó en el 2007 unos significativos comentarios en los que aportaba su propia solución para acabar con el lanzamiento de cohetes Kassam desde Gaza: "Si no paran tenemos que matar a 100, si continúan mataremos a 1.000, a 10.000 o a un millón". Para "vengarse" por el atentado contra un centro de educación de Jerusalén –que dejó 8 víctimas mortales- promovió también una respuesta en el mismo estilo. "Un estado que realmente respete a sus ciudadanos habría colgado a los 10 hijos del terrorista en un árbol de 25 metros para que otros lo vieran y sintieran miedo", escribió el clérigo.
El asunto dista mucho de ser un incidente aislado y se suma a las muchas denuncias que ha recogido la prensa israelí sobre la creciente influencia de los sectores más fundamentalistas en el seno de las fuerzas armadas de ese país.
Cabe recordar que en enero los rabinos afectos a la institución distribuyeron otro panfleto de tono similar en el que instaban a los soldados a considerar la guerra de Gaza como una suerte de lucha religiosa destinada a "desembarazarse de los gentiles" (una expresión fundamentalista judía que alude a los miembros de las demás religiones) mientras que se extendió entre los uniformados la moda de portar camisetas con dibujos como el que mostraba a una embarazada palestina bajo la mirilla de un fusil y un lema que rezaba: un disparo dos muertos (fotografía).
Por otra parte, las teorías sobre conspiraciones imposibles tampoco son algo inusual en esta región donde los 'Protocolos de los Sabios de Sión', un libelo anti-judío que data de la Rusia zarista y que achaca todos los males del universo a esa comunidad, sigue gozando de una cierta aceptación entre el público árabe que se ha reflejado en la multiplicación de las traducciones de dicha obra y hasta en la serie que les dedicó la televisión egipcia en el 2002.
Fuente: Crónicas desde Oriente Próximo / ElMundo.es
Autor: Javier Espinosa desde Beirut
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