¿Y si el Vaticano no existiese? Es el título de un informe del mensual "El Ciervo". Su publicación coincide con el viaje del Papa a Tierra Santa. Él es sucesor de Pedro y jefe de estado. La revista analiza cómo sería el catolicismo sin estado ni curia. Lo hace desde su perspectiva intelectual y con amor fiel al Evangelio de Jesús. Del Jesús que nació, vivió, murió –y resucitó, recalca Benedicto XVI- en la denominada Tierra Santa. Jesús nunca estuvo en Roma. Ni en el Vaticano.
La Iglesia, la Iglesia católica, ha estado prácticamente dos mil años con obispos, incluido el de Roma, que es el Papa o Santo Padre, pero sin Vaticano. Tras la pérdida de los estados pontificios, el Vaticano es fruto de los pactos de Letrán (1929) entre Pío XI y Benito Mussolini, de tristísima memoria. El concilio Vaticano II, Juan XXIII, Pablo VI y el fugaz Juan Pablo I intentaron aligerar la estructura vaticana y la curia romana. Incluso Juan Pablo II pidió un debate para revisar el papado. Es un debate pendiente.
Un participante en el informe, Alfredo Tamayo Ayestaran, doctor en filosofía y teología, concluye: "Si el primado romano dejara de ser un jefe de estado con todo el lastre secular que implica y se acercara al modelo de los primeros siglos, la Iglesia católica daría un paso decisivo para ser de veras Iglesia de Cristo sin necesidad de que un nuevo Garibaldi lo imponga".
Interesante es la aportación del jesuita José Ignacio González Faus. Explica: "El Vaticano como Estado. Yo no soy enemigo de que exista. Pienso que sería peor si una figura como el Papa fuera ciudadano de otro estado poderoso. Su falta de liberad sería clara (…) Pero una cosa es el Estado Vaticano y otra cosa que el jefe de ese estado sea el sucesor de Pedro. Esto me parece profundamente antievangélico, antipetrino e infiel al espíritu de Jesús".
El escritor Joaquim Gomis es partidario de que "el Papa deje de ser un jefe de estado, aunque se trate de un miniestado como el Vaticano; para que quede mucho más claro que el sucesor de Pedro es simplemente un servicio espiritual, sin ninguna implicación política". Y Charo Mármol, directora de "Alandar" se pregunta y responde: "¿Qué pasaría si el Vaticano no existiera? Seguramente seríamos más creíbles cuando hablamos del mensaje de Cristo".
Fuente: LaVanguardia.es
Autor: Oriol Domingo, periodista español. Formo parte del Grup Democràtic de Periodistes. Obtuvo el segundo premio de “Serra d’Or”. Premio IRES (Institut de Reinserció Social). Tambien el Premio de periodismo "Ciutat de Barcelona". Escribe el blog religioso 'In saecula saeculorum' en La Vanguardia.
La Iglesia, la Iglesia católica, ha estado prácticamente dos mil años con obispos, incluido el de Roma, que es el Papa o Santo Padre, pero sin Vaticano. Tras la pérdida de los estados pontificios, el Vaticano es fruto de los pactos de Letrán (1929) entre Pío XI y Benito Mussolini, de tristísima memoria. El concilio Vaticano II, Juan XXIII, Pablo VI y el fugaz Juan Pablo I intentaron aligerar la estructura vaticana y la curia romana. Incluso Juan Pablo II pidió un debate para revisar el papado. Es un debate pendiente.
Un participante en el informe, Alfredo Tamayo Ayestaran, doctor en filosofía y teología, concluye: "Si el primado romano dejara de ser un jefe de estado con todo el lastre secular que implica y se acercara al modelo de los primeros siglos, la Iglesia católica daría un paso decisivo para ser de veras Iglesia de Cristo sin necesidad de que un nuevo Garibaldi lo imponga".
Interesante es la aportación del jesuita José Ignacio González Faus. Explica: "El Vaticano como Estado. Yo no soy enemigo de que exista. Pienso que sería peor si una figura como el Papa fuera ciudadano de otro estado poderoso. Su falta de liberad sería clara (…) Pero una cosa es el Estado Vaticano y otra cosa que el jefe de ese estado sea el sucesor de Pedro. Esto me parece profundamente antievangélico, antipetrino e infiel al espíritu de Jesús".
El escritor Joaquim Gomis es partidario de que "el Papa deje de ser un jefe de estado, aunque se trate de un miniestado como el Vaticano; para que quede mucho más claro que el sucesor de Pedro es simplemente un servicio espiritual, sin ninguna implicación política". Y Charo Mármol, directora de "Alandar" se pregunta y responde: "¿Qué pasaría si el Vaticano no existiera? Seguramente seríamos más creíbles cuando hablamos del mensaje de Cristo".
Fuente: LaVanguardia.es
Autor: Oriol Domingo, periodista español. Formo parte del Grup Democràtic de Periodistes. Obtuvo el segundo premio de “Serra d’Or”. Premio IRES (Institut de Reinserció Social). Tambien el Premio de periodismo "Ciutat de Barcelona". Escribe el blog religioso 'In saecula saeculorum' en La Vanguardia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario