sábado, 30 de junio de 2007

¿HAY REALMENTE 15 MILLONES DE ADVENTISTAS?

Los registros de la Iglesia Adventista de Camelback, en Phoenix, Arizona, Estados Unidos, hablan de 1.000 miembros. Pero un sábado promedio, a la iglesia asisten entre 350 y 400 feligreses.


Charles White, el pastor principal, admite que el listado de miembros no ha sido actualizado en 15 años. "Hay muchos que figuran que ya no asisten", dice.

Los directivos de la Iglesia Adventista dicen que es común que sólo entre el 30 y el 50 por ciento de los miembros asista con regularidad a la iglesia.

En octubre pasado, el Departamento de Archivos y Estadísticas (AST) informó que había casi 14,4 millones de miembros bautizados. Se estima que en la actualidad esa cifra ronda los 15 millones.

"Por muchos años, nuestra auditoria ha sido muy relajada", dice Matthew Bediako, secretario de la Iglesia Adventista mundial.

G.T. Ng, secretario asociado de la Iglesia Adventista mundial, cree que la iglesia tiene una obligación moral de informar con exactitud el número de miembros. "Si los datos son incorrectos, ¿a quién estamos engañando? ¿A nosotros mismos?

En 2000, se comenzó un proceso de auditoría de los miembros de las 13 regiones mundiales, un proceso "doloroso y dificultoso", recuerda Haloviak. Ng recuerda que la iglesia les pidió a los secretarios regionales: "Por favor, no queremos más mentiras; dennos cifras honestas y realistas".

Hendrik Sumendap, secretario de la iglesia en la región de Asia-Pacífico Sur, dice que la auditoria de la región produjo una pérdida de 300.000 personas.

En 2002, Haloviak dice que los resultados comenzaron a aparecer en los informes estadísticos, lo que redujo la tasa de crecimiento de 5,42 en 2001 a 3,32 en 2006. Los informes de 2007, sin embargo, hablan de una tasa de 4,98 por ciento.

Siete años después, Haloviak dice que algunas regiones aún no han cooperado. "Si uno mira sus estadísticas, es más que obvio que sus cifras son irreales", dice Haloviak.

Además de las auditorías comenzadas en 2000, los secretarios regionales deben enviar un informe trimestral de actualización de miembros a la sede central de la iglesia. Estos informes toman en cuenta los bautismos, los traslados, los fallecimientos, los miembros desaparecidos y las pérdidas de feligreses.

Kathleen Jones, encargada de las estadísticas, dice que las cifras no siempre son exactas.

"A veces las sumas están mal hechas", dice Jones. En otros casos, algunas asociaciones no informan nada durante el trimestre, a veces debido a falta de personal. Jones dice que le gustaría que la iglesia ofreciera más incentives para lograr una mayor cooperación.

Ng cree que las iglesias deberían "limpiar los libros" una vez al año, como lo recomienda el Manual de Iglesia. Pero la decisión de remoción de un miembro puede ser muy difícil, admite Ng. "El propósito de esta auditoría es redimir, no alienar a las personas".

Harold Wollan, secretario de la Iglesia Adventista en la región Transeuropea, coincide: "No queremos que se borren miembros sólo porque no aparecen el sábado por la mañana".

Es por eso que no hay que remover a todos los miembros desaparecidos del registro a fin de acelerar este proceso, dice Ng. "No existen atajos para una auditoría correcta", dice.

En Norteamérica, 53 de las 58 asociaciones de la región utilizan un programa informático implementado en 2003 para mantener registros exactos. Esto ha reemplazado los registros manuales.

En último término, la tarea de contar con registros exactos depende de las iglesias locales.

White, el pastor de la iglesia de Phoenix, dice que la inexactitud de los registros es inevitable. Sin un pastor asociado o una comisión, el llevar cuenta de cada miembro está más allá de sus posibilidades. White coincide, sin embargo, en que mantener los registros actualizados es algo importante, aunque no lo considera una prioridad. "Prefiero ocuparme de que los miembros activos se involucren en el ministerio y en los grupos pequeños", dice.

Ng dice que algunas veces, sin embargo, los registros inexactos son algo deliberado. "Sé de ocasiones en que la administración local le dijo a una iglesia: 'No se atrevan a realizar una auditoría de miembros'". Ng dice que entiende la motivación: cuando hay un descenso de la membresía se puede mirar mal al pastor. Y como la representación se basa en la feligresía, ningún pastor u obrero desea perjudicar sus posibilidades de ser elegido.

Pero Ng y otros directivos han observado que cuando los líderes realizan una mirada honesta a su membresía, ayudan a garantizar la credibilidad de la iglesia.

Barry Oliver, un secretario regional que trabaja en la región del Pacífico Sur, dice que estas auditorías producen un cambio dramático de énfasis: de inflar los índices de bautismo se busca alimentar y retener a los miembros activos.

Ng coincide. "El bautismo es importante, pero en la Biblia, uno ve que el objetivo no es sólo bautizar, sino hacer discípulos". Si la iglesia practica con mayor diligencia el "evangelismo responsable", dice, la necesidad de estas auditorías será cada vez menor.

Fuente: ADVENTIST NEWS NETWORK, by Elizabeth Lechleitner. June 20, 2007.

1 comentario:

  1. El problema de los registros inflados no es solo de la división norteamericana. Se da en mayor grado en interamérica. En México es común ver iglesias con 200 asistentes pero con mil miembros en sus listas de feligresía. En algunas iglesias se pudieran radiar al 60% de los miembros sin que se afectara en nada a los asistentes sabáticos. Nuestros 15 millones de miembros posiblemente no lleguen a 7. Si como dice el secretario de la GC nos engañamos a nosotros mismos, ¿en qué nos beneficia? Es probable que ningún pastor quiera ser perdedor en vez de ganador. En mi campo local se evalúa al pastor por el crecimiento numérico conseguido durante el año sin tomar en cuenta algún otro factor. Eso hace que los obreros bauticen a los bautizados y hasta a los muertos con tal de llegar a ser centuriones y obtener así el reconocimiento de las administraciones y los incentivos ofrecidos. Si en lugar de "ganar" nuevos miembros se reportan pérdidas por actualizar los libros, el pastor sería considerado un perdedor y por lo tanto descalificado para conseguir incentivos o promociones. Ojalá que la GC presiones a las uniones y a los campos locales a realizar un serio proceso de actualización de los libros. Eso nos llevaría a ver con mayor claridad los números reales de los que están en la iglesia y no solo decir que estamos ganando más de un millón de feligreses por año.

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