viernes, 22 de mayo de 2009

La Iglesia Católica irlandesa permitio y oculto abusos sexuales de 35.000 niños

La Iglesia católica de Irlanda abusó sexualmente de miles de niños, una investigación de nueve años documenta un "catálogo de crueldad" contra menores entre los años 50 y 80

Miles de niños sufrieron sistemáticamente abusos sexuales en orfanatos, escuelas y reformatorios irlandeses dirigidos por la Iglesia católica, reveló una exhaustiva investigación publicada el miércoles en Dublín.

Los "abusos sexuales" en esas instituciones infantiles fueron "endémicos" entre 1930 y 1990, sentenció el informe elaborado por una comisión independiente tras casi 10 años de investigación.

"Las autoridades religiosas sabían que los abusos sexuales eran un problema persistente en organizaciones religiosas masculinas", subraya el documento.

La Iglesia católica intentó repetidamente impedir la publicación de las conclusiones de la comisión, que entrevistó a más de 2.000 personas que contaron que sufrieron golpizas, intimidaciones y abusos sexuales por parte de sacerdotes y monjas.

El documento de más de 2.500 páginas constituye un dramático retrato de los daños emocionales, sexuales, físicos y mentales sufridos por los niños y confirma las acusaciones de miles de víctimas de los abusos, cuyas denuncias les valieron ser tratados de "mentirosos" por la sociedad católica irlandesa.

"Lamento hondamente y estoy profundamente avergonzado de que niños sufrieron de esa manera tan terrible en esas instituciones", declaró el más alto responsable de la Iglesia católica de Irlanda, el cardenal Sean Brady.

El informe es "un catálogo de crueldad", que revela "los grandes daños causados a algunos de los niños más vulnerables de nuestra sociedad", señaló el cardenal.

Más de un centenar de instituciones dirigidas por órdenes católicas - principalmente las Hermanas de la Caridad y los Hermanos Cristianos - fueron investigadas por la comisión, compuesta por decenas de expertos.

Entre 30.000 y 40.000 niños pasaron por esos establecimientos. La mayoría de ellos fueron internados porque habían sido abandonados, eran hijos de madres solteras, o habían cometido pequeños robos.

En algunos casos los niños ingresaban cuando tenían apenas dos años.

"Eso no eran orfanatos, eran gulags", dijo a la AFP John Kelly, una de las víctimas de esos abusos. "Yo no me llamaba John Kelly. Yo era sólo el número 253", dijo.

Las conclusiones de la investigación constituyen otro golpe para la credibilidad de la Iglesia católica irlandesa, ya salpicada por escándalos sexuales en varias de sus parroquias.

La Asociación de sobrevivientes irlandeses de abusos a niños (SOCA), que fue creada para ayudar a las víctimas, llamó al papa Benedicto XVI a investigar las actividades de las órdenes católicas en Irlanda.

"Ahora que la comisión ha terminado su trabajo, llamamos al papa Benedicto XVI a convocar un tribunal especial para investigar exhaustivamente a las órdenes religiosas católicas en Irlanda", afirmó John Kelly, el coordinador de SOCA en Dublín.

Allen señaló que los miembros de esas órdenes que abusaron de niños no serán procesados. Muchos de ellos ya murieron.

Algunos de las víctimas que prestaron testimonio -y que viajaron de países lejanos, como Australia, para contar los años de terror que vivieron en esos establecimientos- denunciaron el miércoles que la investigación no había ido suficientemente lejos, y que los culpables no iban a ser castigados.

"Me siento indignado, amargado y decepcionado", afirmó una de las víctimas, John Walsh, que dijo que la investigación había dejado "heridas abiertas", al no castigar a los culpables de los abusos.

La orden de los Hermanos Cristianos logró el año pasado aplazar la publicación del informe, presentando una demanda legal para conservar el anonimato de algunos de sus miembros citados en el documento, incluso en casos en que los religiosos ya habían sido sentenciados por haber abusado sexualmente de niños.

Fuente: AFP / Google / "La Iglesia católica de Irlanda abusó sexualmente de miles de niños"

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martes, 12 de mayo de 2009

Benedicto XVI aboga por la reconciliación religiosa de judíos, cristianos y musulmanes

El Papa defiende las tradiciones religiosas en la Cúpula de la Roca
El Papa ha defendido las tradiciones religiosas están destinadas a ponerse de acuerdo sobre la justicia y la unidad de las familias en su visita hoy a la Cúpula de la Roca, en la explanada de las Mezquitas de Jerusalén.

"Dado que las enseñanzas de las tradiciones religiones se refieren en última instancia a la realidad de Dios, el significado de la vida y el sentido común de la humanidad puede existir la prestación de empeñarse en el diálogo con escepticismo y ambigüedad acerca de las posibilidades de éxito, pero los que confiesan el nombre de Dios tienen deber de empeñarse decididamente por la rectitud", ha afirmado Benedicto XVI.

El máximo representante de la Iglesia Católica ha llamado a la unidad de los seres humanos, más allá de sus diferencias religiosas y divisiones personales. "Para los cristianos, los regalos divinos de la razón y la libertad están en la base de esa dignidad. Por esta razón, trabajamos incansablemente para salvaguardar los corazones humanos del odio, la rabia y la venganza", ha dicho el Papa.

Dentro de su discurso de unidad y reconciliación religiosa, el Obispo de Roma ha resaltado que la Cúpula de la Roca trae a la mente la figura del patriarca Abraham, considerado padre de las tres religiones, y que aquí se encuentran las tres grandes religiones monoteístas y recuerda lo que tienen en común.

El Pontífice ha dicho que lo anterior obliga a las tres religiones a trabajar unidas hacia una meta común "para desempeñar un papel activo en allanar las divisiones y promover la solidaridad humana".

"He venido a Jerusalén en una peregrinación de fe. Agradezco a Dios la ocasión que me ha dado para reunirme con vosotros como Obispo de Roma y Sucesor del Apóstol Pedro, pero también como hijo de Abraham. Os aseguro que la Iglesia desea ardientemente cooperar por el bienestar de la familia humana", ha agregado el Papa.

La Cúpula de la Roca, llamada también mezquita de Omar y famosa por su cúpula dorada, se encuentra en la Explanada de las Mezquitas. En ese lugar está también la mezquita de Al Aksa, que es la tercera más importante para los musulmanes después de La Meca y Medina. La Explanada de las Mezquitas está considerada tres veces sagrada. Los musulmanes consideran que la Roca es el lugar desde el que Mahoma subió al cielo.

Por su parte, los judíos la consideran el lugar donde Dios pidió a Abraham que sacrificara a su hijo Isaac, es el lugar del templo de Salomón y donde se depositó el Arca de la Alianza. Para los cristianos, es el lugar de la profecía de Cristo sobre la destrucción del templo de Jerusalén.

La Cúpula de la Roca es el monumento islámico más antiguo en Tierra Santa y los musulmanes consideran la mezquita de Al Aksa el tercer lugar de peregrinación tras La Meca y Medina.

En el Muro de las Lamentaciones

Desde la Explanada de las Mezquitas el Papa se ha trasladado al Muro de las Lamentaciones. Durante unos segundos, Benedicto XVI ha rezado en el lugar más sagrado de los judíos. También ha colocado una petición, como acostumbran a hacer los judíos entre las ranuras de sus antiguas piedras, y ha leído un salmo en latín, acompañado de un rabino que lo hizo en hebreo.

Esta es la segunda vez que un Papa visita el recinto sagrado judío, después de que Juan Pablo II lo hiciera en el año 2000 durante su peregrinación a los Santos Lugares con motivo del Jubileo de la Iglesia Católica.

Polémica en Belén

Mientras tanto, Belén, a ocho kilómetros de Jerusalén, se prepara para recibir mañana al Papa al otro lado del muro. Hay apisonadoras que asfaltan las calles a contrarreloj y jóvenes transportando banderas y pancartas. En la ciudad, cuna del cristianismo por el nacimiento de Jesucristo, solo quedan un 15% de cristianos.

Israel no ha permitido que los palestinos celebren un acto con el Papa en el lugar que deseaban porque se vería el muro de cemento, una torreta militar y una puerta con una llave que simboliza el derecho al retorno de los refugiados. Benedicto XVI tiene previsto reunirse mañana con el presidente palestino, Mahmud Abbas. Pero el presidente Peres invitó ayer a la familia del soldado Gilad Shalit, cautivo en Gaza a manos de Hamás, y ha repartido folletos en los que se presenta a dos víctimas cristianas del terrorismo fallecidas en 2003.

Fuente: El País.com
Autor: Miguel Mora / J. M. Muñoz

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domingo, 3 de mayo de 2009

El integrismo de Benedicto XVI. Por Juan José Tamayo

Latinoamericanos, judíos, musulmanes, africanos, protestantes y católicos seguidores del concilio Vaticano II se han sentido ofendidos por actitudes y declaraciones de Ratzinger. Este Papa es muy poco diplomático.

El 19 de abril de 2005 los cardenales de la Iglesia católica reunidos en Cónclave eligieron a Joseph Alois Ratzinger -que tomó el nombre de Benedicto XVI- como sucesor de Juan Pablo II, de cuyo pontificado había sido el principal y más influyente ideólogo durante casi un cuarto siglo.

En el momento de su elección Ratzinger tenía 78 años, tres años más de la edad de jubilación de los obispos y uno más que Juan XXIII cuando accedió al pontificado en octubre de 1958. Sin embargo, cualquier parecido entre ambos itinerarios y sus formas de gobernar la Iglesia católica es pura coincidencia. A sus 77 años el diplomático Juan XXIII, sin apenas experiencia pastoral ni conocimiento de los entresijos de la Curia romana, llevó a cabo, contra todo pronóstico, una verdadera revolución copernicana en el seno de la Iglesia: enterró la Cristiandad y dio paso a una estación largos siglos desconocida en el Vaticano: la primavera. El anciano Papa sorprendió al mundo entero con un cambio de paradigma sin precedentes: del anatema al diálogo, de la cristiandad medieval al encuentro con la modernidad, de la rigidez doctrinal al pluralismo teológico, de la condena a la misericordia, de la intransigencia a la tolerancia, de la Iglesia aliada con el trono a la iglesia de los pobres, del tradicionalismo al aggiornamento.

Benedicto XVI ha hecho el viaje inverso: del diálogo con la modernidad a su más enérgica condena; de generoso mecenas de algunos teólogos de la liberación (pagó de su bolsillo la publicación de la tesis doctoral de Leonardo Boff) a inquisidor. El joven Ratzinger inició su trabajo teológico bajo el signo de la reforma de Juan XXIII, quien le invitó a participar como perito en el Concilio Vaticano II junto a otros colegas condenados otrora por Pío XII: los alemanes Karl Rahner y Bernhard Häring, el francés Y. Mª Congar, el holandés Edward Schillibeekcx y el teólogo suizo emergente Hans Küng. No tardó, sin embargo, en distanciarse de todos ellos e incluso de responsabilizarles de los abusos posconciliares, para seguir la senda de la ortodoxia y la escalada hacia el poder, que le llevó primero al arzobispado de Múnich, después al cardenalato, luego a la presidencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe y, finalmente, a la cúpula del Vaticano.

Tres son los factores que pudieron influir en su involución ideológica: la concepción pesimista del ser humano bajo la influencia de Agustín de Hipona -su teólogo preferido-, la incomprensión y el desconcierto ante la revolución estudiantil de 1968 y el miedo a asumir las consecuencias reformadoras del Vaticano II. Así fue diseñando su teoría de la restauración eclesial que recoge Vittorio Messori en el libro-entrevista Informe sobre la fe, que se convirtió en la hoja de ruta del pontificado de Juan Pablo II.

En la homilía pronunciada en la Misa para elegir nuevo Papa el día del comienzo del Cónclave, Ratzinger expuso las líneas maestras de su pontificado: a) muchos cristianos se han dejado llevar por los vientos cambiantes de las corrientes ideológicas de un extremo a otro: del marxismo al liberalismo hasta el libertinaje, del colectivismo al individualismo, del ateísmo a un vago misticismo; b) se está imponiendo en el mundo la "dictadura del relativismo que no reconoce nada que sea definitivo y que deja como última medida sólo al propio yo y a sus deseos"; c) lo único que permanece en la eternidad es el alma humana, cuyo fruto es lo sembrado en ella.

Y no se ha apartado un ápice de ese guión que entonces escribió. Durante sus cuatro años como jefe del Estado de la Ciudad y líder del catolicismo mundial ha mantenido posturas claramente ofensivas para numerosos e importantes colectivos sociales, religiosos y étnicos.

1. Las comunidades indígenas latinoamericanas -el 10 % de la población- se sintieron instrumentalizadas y heridas en su dignidad durante el viaje de Benedicto XVI a Aparecida (Brasil) en 2007 para inaugurar la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, cuando afirmó que la vuelta a las religiones precolombinas no era un progreso, sino un retroceso y una involución hacia el pasado. En el mismo viaje acusó veladamente a los nuevos líderes políticos latinoamericanos de autoritarios, de estar sometidos a ideologías superadas y de no actuar en concordancia con la visión cristiana del ser humano y de la sociedad. Volvió a criticar a los teólogos de la liberación de politización, falso mesianismo, ideas erróneas y dependencia del marxismo, como hiciera cuando estaba al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Acusaciones que fueron ratificadas con la condena del teólogo hispano-salvadoreño Ion Sobrino.

2. Ha provocado la indignación de los judíos -13 millones-, al readmitir en la "comunión eclesial" sin ningún tipo de arrepentimiento al obispo Richard Williamson, de la Hermandad Sacerdotal de San Pío X, que niega el Holocausto. Tuvo que ser la canciller alemana Angela Merkel quien exigiera a su compatriota Benedicto XVI pedir disculpas a los judíos y la inmediata rectificación al obispo seguidor de Lefebvre.

3. Los musulmanes -1.300 millones- se sintieron profunda y gravemente ofendidos en el discurso de Ratisbona, en septiembre de 2006, en el que afirmó que Mahoma no trajo más que males al mundo, ya que impuso la fe con la espada y proclamó la guerra santa, al tiempo que vinculó al Dios del islam con la violencia y la irracionalidad. Con esas afirmaciones Benedicto XVI se distanciaba de la iniciativa pacífica de la Alianza de Civilizaciones, asumida por la ONU y más de cien países, y se alineaba con la estrategia belicista del Choque de Civilizaciones de Bush.

4. Los africanos -856 millones- se han sentido muy ofendidos por las declaraciones del Papa durante su viaje a Camerún y Angola contrarias al uso de los preservativos. Éstos, dijo, no sólo no solucionan el problema del sida, sino que lo agravan todavía más. Afirmación deudora de una teología de la muerte que le convierte en responsable de la extensión y agravamiento del sida en África, que afecta a millones y millones de personas en ese continente. Tal aseveración ha provocado la reacción del Parlamento belga, quien ha pedido a su Gobierno que condene unas declaraciones tan inaceptables y que exprese su protesta al Vaticano.

5. Los protestantes -650 millones- y los cristianos ortodoxos -250 millones- se vieron discriminados en el documento vaticano de julio de 2007, que identifica la Iglesia de Cristo con la Iglesia católica, a la que considera la única verdadera, califica a las Iglesias Ortodoxas como Iglesia imperfecta y niega que las Iglesias de la Reforma sean Iglesia. Mayor retroceso en el camino del ecumenismo, imposible.

6. Los cristianos conciliares han visto frenadas no pocas de las reformas eclesiales y litúrgicas del Vaticano II cuando Benedicto XVI instauró la celebración de la misa en latín según el rito tridentino de manera ordinaria y reintegró en la Iglesia católica a la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, de monseñor Lefebvre, defensora de la Iglesia del ancien régime y contraria a la libertad religiosa. Al levantar la excomunión de los integristas, sin exigirles la aceptación del concilio Vaticano II, no son ellos quienes se incorporan al cristianismo conciliar. Es, más bien, el Papa quien se convierte al integrismo y lleva a la Iglesia en esa dirección.

Fuente: El País.com
Autor: Juan José Tamayo, es un teólogo católico español vinculado a la Teología de la Liberación. Es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones, de la Universidad Carlos III de Madrid. Fundador y actual Secretario General de la progresista Asociación de teólogos Juan XXIII y autor de El islam. Cultura, religión y política.

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